Investigación
https://doi.org/10.53897/RevPortes.2025.04.07

Nómadas digitales en el Pacífico mexicano: La Paz, Mazatlán y Puerto Vallarta

Digital Nomads in the Mexican Pacific:
La Paz, Mazatlán, and Puerto Vallarta

Abdiel Hernández Mendoza1
Martha Cecilia Herrera2
Arón Miguel Hernández Martínez3

Fecha de recepción: 28 de septiembre de 2024
Fecha de aprobación: 11 de diciembre de 2024

Resumen

Uno de los rostros destacados de la migración voluntaria, exacerbado desde el Gran confinamiento, es el fenómeno del nomadismo digital. Este se potencia debido a dimensiones como la flexibilidad laboral, la expansión de tecnologías de la información y el libre tránsito de personas a nivel internacional. Lo mencionado provocó transformaciones en ciudades del Pacífico mexicano (La Paz, Mazatlán y Puerto Vallarta), las cuales experimentan un aumento en la llegada de trabajadores remotos que, junto a los beneficios económicos, generan tensiones culturales y socioeconómicas, en especial dos: gentrificación y sobrecarga de servicios. Este artículo analiza el impacto multifacético de los nómadas digitales en la producción del espacio de dichas ciudades. Se trata de una investigación cualitativa basada en la revisión de datos y herramientas digitales sustentada en una revisión bibliométrica. Este trabajo tiene un fundamento transversal en las teorías de la producción del espacio y del valor de signo, examina cómo el impulso de la nomadía digital genera consecuencias para las dinámicas sociales en el espacio urbano y social.

Palabras clave: nómadas digitales, Pacífico mexicano, impacto socioeconómico, transformación cultural, migración voluntaria

Abstract

One of the most prominent aspects of voluntary migration, exacerbated since the Great Confinement, is the phenomenon of digital nomadism. This trend has been amplified by factors such as labor flexibility, the expansion of information technologies, and the free movement of people internationally. These conditions have led to transformations in Mexican Pacific cities like La Paz, Mazatlán, and Puerto Vallarta, which are experiencing an influx of remote workers. While this influx brings economic benefits, it also generates cultural and socio-economic tensions, particularly in two areas: gentrification and the overburdening of services. This article analyzes the multifaceted impact of digital nomads on the production of space in these cities. It is a qualitative study based on data review and digital tools, supported by a bibliometric analysis. The work is grounded in the theories of the production of space and the value of signs, examining how the rise of digital nomadism creates significant consequences for social dynamics in the urban and social space.

Keywords: digital nomads, Mexican Pacific, socioeconomic impact, cultural transformation, voluntary migration

Introducción

La era digital es parte de la revolución científico-tecnológica iniciada en los años setenta del siglo XX, cuando la información en las relaciones humanas se evidenció. En este periodo, los cambios demográficos dieron paso a modernos modelos de urbanización, los cuales resultaron ser polos de atracción para las personas que deseaban mejorar sus ingresos o estilo de vida.

Los resultados de esto, visualizados en la tercera década del siglo XXI; casi sesenta años de la previsión por Simon Nora y Alain Minc (1980) sobre la informatización de la sociedad impulsaron cambios en la organización laboral derivados de avances científicos, innovaciones tecnológicas, procesos de digitalización y automatización, que han influido en el proceso de migración voluntaria denominado nomadía digital.

El problema —de la movilidad de las personas para cambiar de residencia— derivado de la flexibilidad laboral, el uso de tecnologías de la información y comunicación (TIC) para trabajar de manera remota, la expansión de Internet, etcétera, radica en la expansión de este fenómeno. Esto genera consecuencias en los espacios en que se agrupan. Es posible ver en torno a ello tanto modificaciones espaciales para recibirles como actos de resistencia a su llegada.

En este contexto, diversos lugares en el mundo se volvieron destinos para los agentes de la nomadía digital, garantizando la posibilidad de realizar actividades laborales de manera remota, lejos del centro físico de trabajo. Se permitió un estilo de vida (Chevtaeva y Denizci-Guillet, 2021) marcado por la conectividad y los procesos de hiperconectividad (Calzada, 2022). Así, ciudades exóticas, cafeterías, trabajo colaborativo (coworking), lugares con paisajes naturales y precios accesibles, entre otras (Situmorang, 2022) se vuelven atractivos.

La posibilidad de ejercer esta forma de trabajo implicó estudios sobre sus beneficios, en torno a siete dimensiones al menos: 1. Flexibilidad asociada a la libertad laboral, 2. La relación exploración-aventura, 3. Generación de comunidades y conexiones globales, 4. Desarrollo humano, 5. Espacios de creatividad e inspiración, 6. Producción de espacios de sostenibilidad y orientados al minimalismo y, 7. Realización personal (Chevtaeva y Denizci-Guillet, 2021).

No obstante, alrededor de ello surgieron problemas asociados al fenómeno de la nomadía digital, los cuales están presentes en la erosión de las formas de culturas milenarias, el aumento de precios en vivienda, servicios y productos, sobrecarga de servicios públicos (salud y educación), impacto negativo en los ecosistemas (contaminación y sobreexplotación de recursos), evasión fiscal, elusión de responsabilidades sociales, entre otros (Jiwasiddi, et al. 2024; Farmer, 2024).

No existe una estadística que nos permita determinar de manera exacta el número de nómadas digitales en México. Sin embargo, una forma de dimensionar el fenómeno en el país es a partir de cifras sobre extranjeros residentes en México, que pueden ser temporales o permanentes. La emisión de Tarjetas de Residente Permanente en México aumentó de 41 mil a 74 mil entre 2019 y 2022, las cuales han sido otorgadas principalmente a población de Honduras, Venezuela y Estados Unidos. Por otro lado, las Tarjetas de Residentes Temporales tienen un volumen superior al de antes del inicio de la poandemia por COVID-19, 44 mil en 2019 y 59 mil en 2022, beneficiando a ciudadanos provenientes de Estados Unidos, Colombia, Cuba, Canadá y Argentina (Fundación BBVA Bancomer y Secretaría de Gobernación/Consejo Nacional de Población, 2023). Cabe señalar que al no existir una figura legal análoga a los nómadas digitales, por lo tanto, estos podrían estar en México como turistas y no bajo la forma de residente.

Bajo este contexto, en una búsqueda simple en torno a “los mejores sitios de México para ser nómada digital” se localizó que La Paz, Mazatlán y Puerto Vallarta son considerados dentro del Pacífico mexicano como centros de atracción para las personas que desean experimentar esta forma de trabajo. Por ello, este trabajo busca aportar a la siguiente pregunta: ¿cómo impacta en las estructuras socioeconómicas y culturales de los destinos del Pacífico mexicano (La Paz, Mazatlán y Puerto Vallarta) la llegada e intento de integración de nómadas digitales?

Si bien, se comprende el impulso originado tras la pandemia por SARS-CoV-2, se tiene presente que en este marco se impulsa el fenómeno de la migración voluntaria; es decir, son diferentes los factores que giran en torno al objeto de estudio de esta investigación que llevan a transformar los espacios y, por lo tanto, a modificar las dinámicas de interacción, social, económica y cultural.

El objetivo propuesto es entonces analizar de manera crítica el impacto multifacético de los nómadas digitales en la producción espacial de las ciudades del Pacífico mexicano, examinando las transformaciones visibles, las contribuciones económicas directas, los efectos secundarios, las tensiones culturales y las dinámicas de integración en el contexto local. Lo anterior, a fin de conocer cómo estas interacciones afectan a las estructuras socioeconómicas y culturales existentes.

Para ello, se realizó una revisión documental de diferentes fuentes de información publicadas, artículos académicos, periodísticos, y otras fuentes relevantes. Asimismo, se llevó a cabo un análisis bibliométrico utilizando Web of Science (WOS) con dos principales conceptos: nómadas digitales y migración voluntaria. Se empleó VOSviewer para crear gráficos de los datos bibliométricos.

Para darle continuidad a las ideas aquí expuestas, se pretende seguir bajo el enfoque de la producción del espacio propuesta por Henri Lefebvre (2013), en cuanto a la tríada espacio-concebido, espacio-percibido y espacio-vivido:

(a) La práctica espacial, que engloba producción y reproducción, lugares específicos y conjuntos espaciales propios de cada formación social; práctica que asegura la continuidad en el seno de una relativa cohesión. Por lo que concierne al espacio social y a la relación con el espacio de cada miembro de una sociedad determinada, esta cohesión implica a la vez un nivel de competencia y un grado específico de performance [Espacio percibido].

(b) Las representaciones del espacio, que se vinculan a las relaciones de producción, al «orden» que imponen y, de ese modo, a los conocimientos, signos, códigos y relaciones «frontales» [Espacio concebido].

(c) Los espacios de representación, que expresan (con o sin codificación) simbolismos complejos ligados al lado clandestino y subterráneo de la vida social, pero también al arte (que eventualmente podría definirse no como código del espacio, sino como código de los espacios de representación) [Espacio vivido]. (p. 92)

Es así que se propone llevar una estructura que, primero revise la relación entre la literatura existente del tema y del marco teórico; para después comprender las motivaciones de la migración voluntaria hacia La Paz, Mazatlán y Puerto Vallarta; de manera posterior, se abordan concepciones en torno a la transformación del espacio: impacto desde la economía y la cultura local; esto permitirá entender las tensiones culturales y dinámicas de integración, las cuales dan paso a la concepción de políticas y regulaciones; también dos efectos: gentrificación y sobrecarga de servicios, así como una reflexión final que permita señalar cómo las dinámicas de interacción, social, económica y cultural no solo se modifican, sino que tienden a aumentar tensiones entre quienes habitan los espacios de destino.

Esta investigación fue realizada gracias al Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT) de la UNAM <IA300325>.

Revisión de literatura y marco teórico

El movimiento de personas a través de diferentes espacios es parte de la historia humana. Ante esto, la migración tiene diferentes matices; no obstante, esta investigación se orienta en aquellas migraciones que son en primer momento voluntarias y en segundo que tienen un sentido de aprovechar la infraestructura de otros países, así como la flexibilidad laboral coadyuvada por las TIC.

Con base en ello, las investigaciones previas a los noventa sugieren que existen otros factores que permiten la movilización de personas con actividades económico-productivas como lo son el proceso globalizador, el individualismo, la apertura de los Estados a la presencia de extranjeros para diversas actividades, la movilidad provista por el transporte, las TIC, la flexibilidad de la vida laboral, entre otros factores (Müller, 2016; Orel, 2019; Kim, 2024).

Dicho lo anterior, los nómadas digitales se desplazan por múltiples motivos, pero esto es posible a partir del desarrollo, aunado a la democratización de la infraestructura que soporte los requerimientos del teletrabajo. Sin embargo, la década de los noventa del siglo pasado fue uno de los periodos con mayor trascendencia para el nomadismo digital4 como lo mencionan Tsugio Makimoto y David Manners (1997), ya que se explica que la tecnología permitió alinear las necesidades de viajar de las personas sin depender de un lugar fijo de trabajo.

Así, en las migraciones voluntarias se suelen incluir a migrantes económicos, expatriados y nómadas digitales, quienes en su mayoría comparten el rasgo de venir de países del Norte global; por lo cual, a partir de los estudios urbanos es posible entender los matices de la gentrificación. En consecuencia, las condiciones espaciales de los países que reciben estos movimientos transnacionales manifiestan un orden socioespacial desigual respecto a las principales ciudades, también del Norte global (Navarrete et al. 2024; De Carvalho, 2023).

Aunado a esto, el desarrollo de América Latina marcado por el colonialismo, revela características de superexplotación que polarizan el mercado laboral en términos de desigualdad salarial, acceso a la vivienda, acceso al desarrollo profesional y TIC, entre otros. Por otra parte, las personas oriundas de los espacios se ven en una situación de vulnerabilidad ante el advenimiento de los nómadas digitales a una región en adaptación de todos estos desarrollos, además que llegan con un poder adquisitivo mayor, otro estilo de vida, al mismo tiempo de contar con habilidades para el teletrabajo desarrolladas a partir de su acceso a los recursos en los países de origen (Palomino y Ruiz, 2023; Mancinelli, 2020).

Asimismo, el teletrabajo en la región latinoamericana antes de la pandemia por SARS-CoV-2 se encontró en un proceso de desarrollo temprano que varió por país como menciona González (2021):

La mayoría de la población trabajadora y los sectores económicos sufrieron transformaciones en el mundo y América Latina no fue la excepción: hasta antes de la pandemia las personas que tenían la posibilidad de trabajar de manera remota presentaban variaciones por país: Colombia 45%; Argentina 44%; México 39%; Chile 31%; Brasil 22% y Perú 21% (p. 1).

En este escenario, los nómadas digitales, mezcla entre el turismo y migración, aprovecharon la creciente infraestructura de países latinoamericanos para establecerse en diferentes regiones. Los destinos con una infraestructura capaz de replicar un estilo de vida que combina el acceso a las TIC para el teletrabajo con atractivos como las playas, son preferidos (Zerva et al. 2023; Zhou et al. 2024).

A fin de ahondar en la literatura científica existente del fenómeno estudiado, se realizó una búsqueda en Web of Science para conocer el desarrollo de dos temas centrales del presente trabajo: nómadas digitales y migración voluntaria. En este orden de ideas, se describen las características de las búsquedas, en el primero:

Palabras: digital nomad OR digital nomadism OR digital nomads

La segunda búsqueda añadió el término de migración voluntaria y arrojó la siguiente información:

Para identificar las principales palabras clave que se retoman en las investigaciones obtenidas a través de las búsquedas implementadas, se empleó el programa para visualización bibliométrica VOSviewer (Van Eck y Waltman, 2010). Las figuras 1 y 2 muestran la conexión de la producción científica con el presente trabajo.

Figura 1

Grafo de coocurrencia de palabras clave de los autores para nómadas digitales

Imagen que contiene Gráfico

El contenido generado por IA puede ser incorrecto.

Fuente: elaboración propia con base en datos de WOS y el uso de VOSviewer.

En la Figura 1 se observan los vínculos relacionados al nomadismo digital, lo cual se observa en la región de América Latina; se destaca que los nodos de trabajo digital, nómadas digitales, digitalización, COVID-19 y digitalización son los que tienen mayor fuerza, pero todos los anteriores se conectan con los de migración, así como migración forzada, elementos que son ejes rectores del trabajo.

Figura 2

Coocurrencia de palabras clave de los autores para migración voluntaria

Diagrama

El contenido generado por IA puede ser incorrecto.

Fuente: Elaboración propia con base en datos de WOS y el uso de VOSviewer.

La Figura 2 muestra menos palabras clave, pero se resalta una predominancia por los términos nómadas digitales, nomadismo digital, nómada digital, trabajo remoto y movilidad. Asimismo, permite identificar términos relevantes como el sistema de visas, estilo de vida, espacios digitales, espacios de colaboración laboral digital, geografía turística y cohabitación, desarrollados lo largo de la investigación.

Aunado a lo anterior, México presenta características favorables a la movilidad transnacional de los nómadas digitales, así como al fenómeno de gentrificación vista en la remodelación/adecuación de barrios, el desplazamiento poblacional directo o indirecto y el cambio de usos (Hayes y Zaban, 2020).

De este modo, el nomadismo digital requiere de la voluntad de desplazarse entre puntos geográficos, pero también de las condiciones de los Estados que posibiliten la estancia temporal o permanente de las personas, lo que da paso a una movilidad que es posible dividirla en fuerza laboral activa y personas retiradas.

En consecuencia, Hernández y Díaz (2022) indican que en la última década existen registros de ciudades mexicanas con actores gentrificadores que no son agentes nacionales ni locales, los cuales aprovechan los beneficios de las condiciones generadas por la inversión estatal de renovaciones urbanas o turísticas, debido a que provoca una derrama económica, aunque no con todas las obligaciones en los casos de estancia larga (Mancinelli, 2020; Kim, 2024).

Así, los espacios como La Paz, Puerto Vallarta y Mazatlán experimentan o experimentarán una transformación al interior, ya que la cultura, la economía, los desarrollos inmobiliarios, entre otros aspectos, trastocan la cotidianidad tanto de los locales como de los extranjeros, siendo un punto de convergencia entre dos realidades que pretenden ser explicadas en la presente investigación.

Motivaciones de la migración voluntaria hacia La Paz, Mazatlán y Puerto Vallarta

La búsqueda de espacios atractivos y con fuerzas centrípetas que se presentan como espacios de destino son una realidad en el Pacífico mexicano. Se trata de la articulación de planes gubernamentales de atracción turística o de personas con ingresos más altos que el de la media poblacional local para que vivan o utilicen los servicios que ahí se ofrecen.

Para lograr responder a esto, los responsables de concebir el espacio (diseñarlo desde su arquitectura, legalidad e impacto político) observan que existen necesidades asociadas a una cultura de la nomadía digital la cual depende de la tecnología digital y estrategias de gestión del tiempo (Cook, 2020). Pero también de otras, asociadas al rendimiento de los presupuestos y espacios atractivos, seguros y accesibles para realizar sus actividades en torno a: 1. Flexibilidad asociada a la libertad laboral, 2. Relación exploración-aventura, 3. Generación de comunidades y conexiones globales, 4. Desarrollo humano, 5. Espacios de creatividad e inspiración, 6. Producción de espacios de sostenibilidad y orientados al minimalismo y, 7. Realización personal (Chevtaeva y Denizci-Guillet, 2021).

Tomando en cuenta estas siete dimensiones en torno a la nomadía digital, se concibieron once elementos transversales al momento de elegir el destino de migración voluntaria, los cuales se desarrollan en la Tabla 1.

Tabla 1

Comparación de La Paz, Mazatlán y Puerto Vallarta como destinos atractivos para la migración voluntaria de nómadas digitales

Aspecto

La Paz, Baja California Sur

Mazatlán, Sinaloa

Puerto Vallarta, Jalisco

Conectividad e Infraestructura

Internet de 10-30 Mbps, limitados coworking pero con cafés confiables.

Velocidades de hasta 100 Mbps en algunas áreas. Internet estable, aunque limitada cultura de coworking.

Internet rápido, múltiples coworkings y cafés.

Costo de vida (mensual)

Renta de $600 a $900 USD, bajo costo de transporte y comida.

Renta de $400 USD para un 1 dormitorio, comida y transporte asequibles.

Renta de $500 a $900 USD, costos moderados de comida y transporte.

Costo de servicios

Electricidad: $50-100 USD/mes, Internet: $30-50 USD.

Electricidad: $50 USD/mes, Internet: $30 USD.

Electricidad: $50 USD/mes, Internet: $30 USD.

Clima y entorno natural

Calor seco, playas y desierto, esnórquel y buceo.

Clima cálido y soleado todo el año, playas y centros históricos.

Clima tropical, playas, junglas y montañas.

Comunidad y networking

Comunidad en crecimiento, varios eventos locales y culturales.

Comunidades expat y grupos sociales bien establecidos.

Comunidad de nómadas digitales activa, muchos eventos y meetups.

Seguridad y estabilidad

Generalmente pacífica, aunque con pequeños crímenes ocasionales.

Generalmente segura, aunque con zonas a evitar.

Ciudad segura, baja tasa de criminalidad.

Cultura y entretenimiento

Paseos por el malecón, festivales culturales, playas.

Actividades al aire libre, playas, y vida nocturna.

Vida nocturna vibrante, danza, restaurantes, paseos por el malecón.

Acceso a servicios de salud

Acceso a atención pública y privada, costos accesibles.

Servicios de salud públicos y privados a costos bajos.

Servicios de salud de calidad a precios accesibles.

Actividades

Buceo, esnórquel, avistamiento de ballenas, malecón.

Playas, cultura histórica, festivales.

Playas, vida nocturna, deportes acuáticos.

Facilidad de transporte

Transporte económico ($0.50 a $1.00 USD por viaje).

Autobuses y taxis accesibles ($0.50 USD).

Transporte público económico ($0.50 USD).

Sostenibilidad y conciencia ecológica

Enfoque en actividades al aire libre, conservación marina.

Baja preocupación por la sostenibilidad comparada con otras ciudades.

Algunas iniciativas ecológicas, pero centradas en el espacio de playa.

Fuente: elaboración propia con base en Digital Nomad Exchange (2023); Expat Exchange (2023a; 2023b; 2023c); Bucketlist Bri (2023), y The Journey Seeker (2023).

De lo analizado en la Tabla 1 se destacan las siguientes anotaciones en cuanto a su correlación con las siete dimensiones apuntadas al inicio del apartado, basado en la concepción del espacio. Estos son los signos con los cuales se representan:

Tabla 2

Correlación 7 dimensiones-atracción para la migración voluntaria

Dimensión

La Paz, Baja California Sur

Mazatlán, Sinaloa

Puerto Vallarta, Jalisco

Flexibilidad asociada a la libertad laboral

Tiene una infraestructura digital más limitada, aunque los cafés con buena conectividad son suficientes para los nómadas.

Cuenta con una infraestructura digital aceptable, aunque con menos cultura de coworking, pero con internet rápido en algunas áreas.

Coworkings y buena conectividad con Internet rápido, son ideales para quienes buscan flexibilidad en su trabajo.

Relación exploración-aventura

Cuenta con un entorno único con actividades como buceo, esnórquel y avistamiento de ballenas en el Mar de Cortés.

Ofrece playas y una rica cultura histórica, lo que proporciona oportunidades de explorar tanto la naturaleza como el patrimonio local.

Destaca por su clima tropical, espacios naturales y montañas, preferidas para desarrollar actividades de aventura y deportes acuáticos.

Generación de comunidades y conexiones globales

Está en crecimiento en términos de comunidad de nómadas digitales, con eventos locales que buscan consolidarse.

No cuenta con una comunidad tan grande, pero sí una sólida red de expatriados y eventos culturales.

Tiene ya una comunidad de nómadas bien establecida y una activa vida social con eventos frecuentes.

Desarrollo humano

Se oferta como un lugar en el que los nómadas digitales tienen posibilidad de disfrutar de una vida tranquila, centrada en la naturaleza, lo que ayuda a equilibrar trabajo y bienestar.

Se mantiene el valor agregado del crecimiento personal. Ofrece una combinación de festivales y playas.

Está orientado a otro tipo de intereses, basados en sus actividades catalogadas de vida nocturna, deportivas y de atracción para personas de vida activa y saludable.

Espacios de creatividad e inspiración

Hace énfasis en la inspiración. Al ser un espacio con bellezas naturales y de tranquilidad.

Mezcla la idea de historia y modernidad en una ciudad; a partir de lo cual se le considera un entorno estimulante para la creatividad.

Espacio que combina el trabajo y el entretenimiento.

Producción de espacios de sostenibilidad y minimalismo

Cuenta con políticas de conservación marina y un enfoque en el turismo ecológico para atraer a quienes buscan un estilo de vida sostenible.

En sus planes muestra menos énfasis por la sostenibilidad, lo que puede ser un inconveniente para algunos nómadas digitales.

Sus iniciativas ecológicas están más centradas en las playas y el turismo.

Realización personal

Orientado quienes buscan conexión con la naturaleza; proporciona un entorno ideal para aquellos que priman la tranquilidad y el bienestar personal.

Está concebido con ambiente relajado y costos accesibles, los cuales también facilitan un estilo de vida equilibrado.

Se presenta como el lugar con vida social activa y gran oferta de ocio. Con ello permite a los nómadas encontrar un buen balance entre trabajo y disfrute.

Fuente: elaboración propia con base en Digital Nomad Exchange (2023), Expat Exchange (2023a; 2023b; 2023c), Bucketlist Bri (2023) y The Journey Seeker (2023).

Transformación del espacio: impacto desde la economía y la cultura local

Los espacios analizados en este artículo se caracterizan por ser destinos preferidos de quienes llevan a cabo migraciones voluntarias vinculadas a la nomadía digital. Estos lugares experimentan transformaciones espaciales propias de la Revolución Digital, influenciados por las innovaciones y desarrollos tecnológicos que redefinen la experiencia humana.

La Tabla 1 destaca aspectos que impulsan el uso del espacio respecto a las dinámicas sociales, incluido el turismo tradicional y otras. Se evidencia una articulación entre intereses endógenos y exógenos que promueven el desarrollo de nuevas formas de reproducción social, las cuales enfrentan a resistencias, sobre todo en cuanto a la percepción de invasión o de pérdida de la identidad construida en torno a dichos espacios (Jiwasiddi, Schlagwein y Leong, 2022).

Las confrontaciones convergen en su incidencia, retratan los deseos de una época en cuanto a siete dimensiones mencionadas en el apartado anterior. Estas parecen ser el resultado de un camino que conduce a un estadio de felicidad laboral y plenitud del sujeto.

No obstante, para asegurar esas dimensiones, el sistema de producción actual necesita transformar la naturaleza de esos espacios, de modo que las actividades de los nómadas digitales mantengan un proceso continuo de producción y de mercantilización. Así, garantizar el ejercicio laboral de los sujetos asociados a este fenómeno se convierte en un objetivo principal de quienes conciben el espacio. Esto implica modificar paisajes e infraestructuras; todo ello para crear las condiciones de reproducción sistémica (Smith, 2006; Lefebvre, 2013).

De esta manera, el espacio —concebido como destino— vincula a las autoridades municipales, estatales y federales de las ciudades mencionadas con las fuerzas económicas. Es importante señalar que la migración voluntaria hacia estas áreas genera migración involuntaria de quienes se ven excluidos por las prácticas de transformación espacial que privilegian la gentrificación, la urbanización y la remodelación de áreas naturales o semi-naturales para garantizar las siete dimensiones.

Así, las representaciones del espacio moldeadas por autoridades, planificadores urbanos y representantes de las fuerzas económicas racionalizan su arquitectura a intereses político-económicos determinados. En la Tabla 1 se muestra a La Paz, Baja California Sur, como un destino favorable para ejercer turismo ecológico y sostenible, preocupado en términos gubernamentales por políticas de conservación que impulsen la imagen de sustentabilidad que le da el valor agregado a la ciudad. Mientras que, al mismo tiempo, se deja ver que esa preservación es el instrumento de valorización que maximiza las ganancias de lo que se considera un nicho ecológico.

Por su parte, en Mazatlán, Sinaloa, la preservación del patrimonio genera tensiones entre las relaciones socio-culturales aún vigentes y la modernización de sus espacios de atracción (malecón, centro, playas…). Este proceso modernizador hace un llamado a que el espacio histórico-cultural sea moldeado para atender las demandas del mercado y de atracción para quienes desean migrar de manera voluntaria por los precios, clima y atracciones que ahí existen.

Respecto a Puerto Vallarta, las atracciones tienen una combinación más evidente con lo turístico del lugar (vida nocturna, destino de lujo); sin embargo, también presenta procesos continuos de reacondicionamiento que promueven la producción de espacios de coworking.

Estas tres ciudades forman parte de un proceso global de producción del espacio para los nómadas digitales. Se presentan como lugares acondicionados para acceder a vivienda, servicios básicos (agua, electricidad, transporte), atención médica y espacios de integración social, además dan el mensaje sobre su idoneidad para combatir el estrés y la ansiedad. Este análisis revela que la expansión del fenómeno también transforma la cultura existente, evidenciada en los cambios de patrones de consumo que están siendo estudiados en La Paz por Alessia Mariné Padilla Miramontes, quien señala:

La gentrificación delata la mayor venta de alcohol y la ‘gourmetización’ de los alimentos, la privatización de inmuebles de carácter público e histórico. En el caso de los barrios que eran periféricos en el siglo XIX, pasan por un aburguesamiento, elitización que modifica su estructura y tejido social: podemos constatar por la cuantiosa cantidad de inmuebles en venta y las construcciones modernas que lo están renovando. Cabe destacar que esos barrios, a lo largo de su historia han sido estigmatizados y marginalizados de la ciudad durante esta reconversión del espacio, progresivamente se están enalteciendo por la presencia de empresas transnacionales [...] No solo se mercantiliza el espacio urbano, también se romantiza la identidad; el hecho de vivir en un barrio de pescadores, como si se dijera ‘yo vivo en El Esterito, yo vivo en El Manglito’ pero no con las personas, paredes amuralladas, rejas, alambrado, que contrasta con edificaciones de los residentes tradicionales abiertos, arbolados [...] Podemos percibir procesos de producción del espacio orientados a la verticalización del malecón, se generan y se van a generar más condominios, departamentos, que además se ven apoyadas por plataformas como AirBnb, lo cual genera la problemática de la gentrificación turística. (Rebolledo, 2021, párr. 6)

Lo estudiado por Padilla Miramontes tiene profundidad también en el caso de Mazatlán, en donde los temas de gentrificación están aún más asociados al tema de turismo. Habrá que recordar que en marzo de 2024 el empresario hotelero Netto Coppel denunció el “ruido cacofónico” de las bandas musicales que operaban frente a un hotel de su propiedad (Rodríguez, 2024, párr. 3). La posición del empresario es acorde a los proyectos de concepción del espacio mazatleco para la turistificación acelerada que se experimenta en la ciudad sinaloense (Ceballos, 2021). En el mismo sentido, Tania Elizabeth Ceballos, apunta:

De avanzar las prácticas predatorias que acompañan a la turistificación especulativa que provoca gentrificación y destrucción del patrimonio, Mazatlán corre el riesgo de convertirse en uno de los “lugares donde el consumo voraz termina masticando los restos de la naturaleza y del pasado; es decir, donde se alimenta de los signos históricos u originales” (Lefebvre, 2013, p. 140).5 (Ceballos, 2021, p. 58).

Dicho consumo voraz del espacio es visto también en Puerto Vallarta, desde donde se filmó el documental “Zapata, la tierra es de quien la compra” de Arturo Montero (2023), desde donde se denuncia el hartazgo de la población Emiliano Zapata en Puerto Vallarta, así como las estrategias de resistencia frente a las prácticas que acompañan la turistificación, la plataformización de la vivienda y la nomadía digital. Al respecto se rescata esta nota que muestra la misma tendencia que en los otros dos casos de ciudades mexicanas:

El aumento de los precios de la vivienda y el costo de vida, así como la construcción de nuevos desarrollos inmobiliarios y la renovación de edificios antiguos, han llevado a la gentrificación de estas zonas, lo que ha generado controversia entre los residentes originales y de bajos ingresos. Algunas de las preocupaciones son la pérdida de la identidad cultural y el patrimonio arquitectónico, la expulsión de los residentes originales y el aumento de la desigualdad social y económica en la ciudad. (VallartaVive, s.f.).

De esta manera, la práctica espacial en estas tres ciudades responde al cambio drástico del uso tradicional hacia nuevos modelos que priman las dinámicas económicas, adaptando el espacio a los intereses de quienes migran como nómadas digitales y a las fuerzas económicas que los acompañan. Dichas fuerzas reciben el apoyo de los gobiernos locales, quienes alinean los objetivos de desarrollo de sus entidades para conceptualizarlas como lugares idóneos para la migración laboral, pese a que existan tensiones entre la remodelación y la atención a los mercados internacionales frente a pérdida de identidad cultural.

Además, estos espacios experimentan alteraciones en las dinámicas cotidianas debido a medidas que desplazan a sus residentes, dando paso a las inversiones y a adaptaciones a un estilo de vida más exigente.

Tensiones culturales y dinámicas de integración

La nomadía digital que impacta a diversas ciudades alrededor del mundo no solo implica la movilidad geográfica de personas, sino también el desplazamiento espacial de la cultura y un estilo de vida. Lo anterior, genera desafíos socioculturales que afectan a comunidades receptoras, así como a los migrantes que llegan a esos lugares. Desde la perspectiva de las migraciones, los procesos de integración y las consecuentes tensiones culturales que generan los movimientos humanos han sido abordados desde dos enfoques teóricos dominantes, la teoría de la asimilación y la teoría de la multiculturalidad. La asimilación cultural o anglo-conformity

se trata de un proceso de adecuación del inmigrante a la sociedad receptora, que requiere que este adquiera la cultura, costumbres y modos de vida de la comunidad de acogida, dejando a un lado los suyos propios, desapareciendo así su condición de extraño o diferente. Es entonces cuando la sociedad de adopción le reconocerá como uno de los suyos, produciéndose así la plena integración del inmigrante. (Retortillo et al. 2006, p. 127).

Las primeras propuestas acerca de la asimilación de los migrantes fueron propuestas por Park y Burguess con lo que nombraron el “ciclo de las relaciones raciales”, mismo que atravesaba cuatro etapas: contacto, competencia, acomodación y asimilación. Algunos individuos podrían quedar temporalmente atrapados entre los antiguos y nuevos sistemas culturales, en lo que se conoce como “marginalidad”; sin embargo, con el tiempo, las diferencias y rivalidades étnicas desaparecerían, dando lugar a la asimilación (Bajo, 2007).

Después, nuevos paradigmas cuestionaron la idea de la asimilación como única vía posible, lo que se denomina pluralismo cultural o multiculturalismo. Acorde a esta visión, los diversos grupos étnicos de inmigrantes tienden a asentarse en áreas o regiones específicas, manteniendo su lengua, religión, costumbres y, en general, su cultura original; lo que no obstaculiza aprender el idioma del lugar de destino y participar en la vida económica y política del lugar (Bajo, 2007).

Es relevante señalar que estos estudios son desarrollados teórica y empíricamente, en particular en países anglosajones. Sin embargo, las nuevas expresiones de movilidad humana requieren el desarrollo de explicaciones novedosas, así como la implementación de enfoques prácticos adaptados a estas dinámicas emergentes.

En términos prácticos, la migración ofrece una oportunidad para enriquecer las diversas expresiones culturales de una sociedad, como la música, danza, teatro, artes, deportes y gastronomía, entre otros, promoviendo, a su vez, el surgimiento de nuevas manifestaciones culturales. La diversificación de la cultura enriquece tanto al país de destino como a los diversos países de origen.

Efectos: gentrificación y sobrecarga de servicios

El término gentrificación hace referencia a los procesos de renovación urbana, generalmente impulsado por clases medias y altas, que resultan en el desplazamiento socioespacial de los sectores más pobres (Ceballos, 2024). La gentrificación se ha expandido alrededor del mundo y su presencia es notable en algunas principales ciudades del orbe, lo que ha producido interés de investigación como casos de estudio. En México, la mayoría de la literatura existente se centra en la gentrificación en la Ciudad de México.

En los últimos años, los procesos de gentrificación han ido de la mano con otros fenómenos, como la nomadía digital y la expansión a ciudades como las estudiadas en este trabajo. Es evidente que el fenómeno de la gentrificación se encuentra presente en las tres ciudades. Como lo explica Mazorra y López-Gay (2024):

En el contexto actual, el avance de la globalización, la digitalización y los flujos migratorios está alentando una nueva manifestación de la gentrificación que, siguiendo a Sigler y Wachsmuth (2016: 705), puede definirse como «gentrificación transnacional». Para estos autores, el fenómeno consiste en un proceso de cambio mediante el cual determinados barrios son transformados por la entrada de migrantes extranjeros altamente cualificados. Estos grupos pertenecen a estratos socioeconómicos medios y altos, tienen un mayor poder adquisitivo que la población autóctona y poseen unos estilos de vida y de consumo similares a los de los turistas. (p. 5)

La presencia de nómadas digitales refuerza la tendencia de migrar con mayores ingresos; asimismo, con la demanda de otro tipo de servicios y viviendas, relacionada con la cultura de la nomadía digital, la cual no solo se circunscribe al acceso a una red de Internet. “En paralelo al avance de la gentrificación, cobran relevancia nuevas tendencias aparentemente independientes, como la museificación, la turistificación y la estudiantificación, que están intrínsecamente vinculadas en términos de sus consecuencias socioespaciales” (Mazorra y López-Gay, 2024, p. 3).

Aunado a esto, los países tienen un papel crucial en el equilibrio entre los migrantes y la población nacional, debido que tanto estos, a la vez que sus estados o demarcaciones implementan estrategias para aumentar la llegada de migrantes premium (De Carvalho, 2023), lo cual no todas las veces se realiza considerando al segundo grupo. La gentrificación es impulsada en parte por la llegada de nómadas digitales que buscan entre otras razones, mejorar su nivel de vida al trasladarse a lugares con un costo de vida más bajo que el de sus países de origen (Mazorra y López-Gay, 2024).

Es preciso señalar que dentro de los efectos gentrificadores identificados se encuentran los procesos de aburguesamiento de las zonas habitacionales, barrios históricos, cafeterías y otras que responden a procesos de modernización asociados al fenómeno de la nomadía digital; es decir, a la época concreta de la digitalidad y de los cambios económico-productivos asociados a esta.

Sin embargo, el problema es mayor al momento en que se resignifican en torno a la nueva valorización que también se encuentra en desarrollo. El aseguramiento de las dimensiones vinculadas a la nomadía digital impulsan el incremento del valor de los inmuebles, el desplazamiento de los habitantes tradicionales, la modificación de las estructuras sociales, la especulación turística y, por lo tanto, una elitización del espacio y su control por fuerzas económicas que no están presentes, sino plataformizadas, como es el caso de Airbnb.

En consecuencia, la mutación del consumo responde a una sobrecarga financiera del coste de la vivienda (Sorando y Ardura, 2021), lo cual también impacta en diferentes elementos de la vida cotidiana con el advenimiento de los nómadas digitales, la cual se descontextualiza de la infraestructura instalada para sustentar el estilo de vida que se pretende sostener. Lo anterior, aunado a un desplazamiento de las personas oriundas, caso visible en Puerto Vallarta en su transición de pueblito típico a ciudad moderna a turistización, como lo exponen Huízar et al., (2020).

Por otro lado, la sobrecarga de servicios implica que las políticas públicas establecidas en estos espacios sean modificadas con el afán de hacer converger los temas de conservación y sostenibilidad ambiental con las de infraestructura digital. Lo cual está asociado al incremento en el consumo de energía eléctrica y servicios básicos y especializados.

Las modificaciones del espacio para garantizar la existencia de coworking implican otros fenómenos como la existencia de población flotante en espacios en que no fueron pensados con ese objetivo, ni con las capacidades de carga poblacional con gastos y necesidades ajenas a la cultura local.

Políticas y regulaciones

Como se menciona, la migración voluntaria que impulsa la nomadía digital se ve incentivada por varios factores, entre los que se destacan el proceso de globalización, desglobalización, aunado al trabajo remoto (González, 2021). No obstante, la acción ejercida por las personas responde a una o varias de las siete dimensiones mencionadas, se circunscriben a una normatividad en la mayoría de los casos por parte del país anfitrión o receptor.

Así, acciones como la de Estados Unidos que durante la pandemia por SARS-CoV-2 impuso una serie de restricciones de movilidad, afectó los desplazamientos de los nómadas digitales; no obstante, en América Latina el Gran Confinamiento fue más laxo y con una duración menor (Navarrete, 2024).

Dicho lo anterior, la migración transnacional pospandemia tuvo un impacto que responde a nuevas movilizaciones que proliferan la gentrificación, sobre todo en los países del Sur global, ya que antes del Gran Confinamiento las personas que se relocalizaban eran mayores a 50 años o bien se encontraban en retiro (Covert, 2017).

Sin embargo, la presencia de nómadas digitales —por lo regular de perfil demográfico más joven— genera efectos socioespaciales similares a los documentados en casos de menor escala urbana, como es el caso de los estados analizados. Aunque los estudios sobre la nomadía digital están aún en desarrollo, esta práctica se ha potencializado a partir de la Cuarta Revolución Industrial; las regulaciones existentes no tienen una aplicación internacional. Si bien existen elementos jurídicos de apoyo como los emitidos por la Organización Mundial del Trabajo, no existe una convención universal aplicable para todos los casos (Klimova et al. 2024).

A nivel regional hay esfuerzos por regular la actividad de los nómadas digitales como en Brasil, que en 2021 fue el primer país en emitir visados de trabajo a distancia y un mes antes, Costa Rica firmó la Ley N.22215 la cual delimita el marco jurídico aplicable para los nómadas digitales extranjeros (Gómez del Campo, 2023). En México, la normativa se basa en la Ley de Migración (2011), para la presente investigación se retoman los artículos 40 y 52 relativos al tipo de visa, así como a la estancia en el territorio nacional.

A modo de profundizar lo señalado, el artículo 40 tiene especial relevancia para el tema en sus fracciones I, II y IV, ya que menciona a la visa de visitante (turista) sin permiso para realizar actividades remuneradas, lo que no es un impedimento al ser la principal forma que adoptan los nómadas digitales en el país (Koskela y Beckers, 2024); mientras que las otras dos permiten las actividades remuneradas bajo ciertas condiciones.

Por otra parte, estos estudios requieren del análisis sobre el tipo de movimiento realizado por las personas, aunado a las regulaciones de visado, ciudadanía y control fronterizo (Klimova et al., 2024). Con base en esto, las iniciativas propuestas por cada Estado atienden a sus particularidades, aunque se realizan investigaciones ya sea desde la academia, el gobierno o las organizaciones no gubernamentales, para establecer Visas de Nómada Digital (VND).

Concomitante a lo anterior, los países suelen dar una estancia de algunos meses para los turistas, misma que se extiende si se cuenta con una actividad que requiera un plazo mayor en el país anfitrión, lo que resulta a su vez en un cambio de situación migratoria.

Ahora bien, las VND buscan ampliar la estancia, así como los derechos para todas aquellas personas que prueben que tienen un trabajo remoto fuera del país y un nivel de ingresos suficiente, ya que se busca que también se cubran los impuestos relativos al país anfitrión a través de una tasa especial o preferencial (Koskela y Beckers, 2024).

Sin embargo, la nomadía digital aprovecha la falta de regulación ante este fenómeno y como mencionan Koskela y Beckers (2024):

México permite trabajar a distancia a las personas que se encuentran en el país con permisos de turista. La brevedad de su duración y la limitación de sus destinatarios los convierten en soluciones ad hoc poco burocráticas, tanto para los gobiernos como para los solicitantes (p. 15).

A modo de reducir los vacíos legales existentes en la normativa mexicana actual, en 2023 se mandó una propuesta por parte de Mariana Gómez del Campo a la Cámara de Diputados titulada “Proyecto de decreto que reforma y adiciona los artículos 40 y 52 de la Ley de Migración” (aún pendiente su aprobación), el cual tiene como objetivo:

Crear la Visa de visitante trabajador de carácter internacional, que autoriza al extranjero que se halla en situación de residencia de teletrabajo de carácter internacional, para ejercer una actividad laboral o profesional a distancia para empresas radicadas fuera del territorio nacional, mediante el uso exclusivo de medios y sistemas informáticos, telemáticos y de telecomunicación, con el objeto de permanecer por un tiempo ininterrumpido no mayor a un año, contados a partir de la fecha de entrada.

Así, la regulación de los nómadas digitales busca otorgarles derechos y responsabilidades, ya que como se menciona, uno de los elementos con mayor interés es la tributación. Ante esto, los migrantes se benefician al momento de ejercer la movilidad internacional.

En este sentido, los migrantes que optan por trabajar a distancia aprovechando la infraestructura que da soporte a las TIC cambia los entornos, al igual que las políticas al ser personas que no solo tienen una mayor capacidad adquisitiva, sino un estilo de vida (en la mayoría de los casos) elevado a quienes residen de manera local en los espacios.

Derivado de esto, las políticas que regulan su estancia corresponden al orden federal en el caso de México, pero al ser un campo en desarrollo implica que no existan aún normativas estatales para los nómadas digitales. A su vez, las políticas públicas no contemplan en su totalidad a las personas bajo este supuesto, lo que genera que políticas turísticas entren en conflicto con la cotidianidad de las personas oriundas.

Ejemplo de lo mencionado se visibiliza justo en Mazatlán, lugar en el cual personas extranjeras encuentran resistencia con la población nacional al tener diferentes culturas, manifestando una transformación del espacio tanto en sentido cultural, como económico e incluso inmobiliario.

Con base en lo señalado, los nómadas digitales constituyen un sector económico importante (Forbes, 2023; BBVA, 2024), al tener un mayor ingreso se convierten en objetivo de la industria turística, la cual para de incrementar los ingresos, también comienza con un proceso de subida en los precios de los insumos e incluso de la vivienda y como menciona Green (2020):

[…] las comunidades e infraestructuras locales juegan un papel central en las prácticas cotidianas de los nómadas digitales, así como en las formas en que éstos interactúan con su entorno. Estimulado por los cambios tecnológicos y sociales, el nomadismo digital llegó para quedarse como fenómeno social y crecer como mercado de consumo. (pp. 11-13)

A fin de reforzar dicha idea, el nomadismo digital se articula como un fenómeno económico-social-laboral que tiene la capacidad de transformar los destinos, debido al establecimiento de la cotidianidad de las personas extranjeras; no obstante, Hannonen et al. (2023) remarca que:

[…] es de suma importancia, a medida que crecen los nómadas digitales, garantizar la reciprocidad entre los nómadas digitales y la comunidad local para lograr la convivencia huésped-anfitrión. El crecimiento no planificado de un mercado como el de los nómadas digitales podría introducir interacciones sociales desagradables y cambios no deseados en el tejido social, ya que los nómadas digitales son más que simples turistas. (p. 15)

Esto cobra relevancia, a su vez con el incremento de las viviendas, lo cual es un hecho que, ante la falta de regulación nacional en México de los nómadas digitales, la gentrificación es visible en el sector inmobiliario, donde modelos de renta como Airbnb son usados con mayor frecuencia en la nomadía digital. A la vez, los habitantes locales se ven desprotegidos por las normativas, aunado a una política de atracción con base en las ganancias prospectadas de la nomadía, dando paso un efecto de desplazamiento directo o indirecto, además de que “la diferencia de los costos de renta entre el Norte global y el Sur global se revela decisiva en la migración transnacional de los nómadas digitales” (Navarrete et al. 2024, p. 15).

Lo anterior es posible confirmarlo al hacer una búsqueda simple con las palabras Airbnb + nómadas digitales, lo que arroja varias opciones de renta e incluso tips para conseguir una estancia fructífera bajo esta modalidad de migración. Esto, sumado con el hecho de que algunos gobiernos como el de Baja California Sur comenzaron campañas de promoción turística con el fin de incentivar la práctica:

El Gobierno de Baja California Sur y la plataforma Airbnb anunciaron una serie de iniciativas de promoción turística y cifras sobre el impacto económico de la plataforma en el estado, en el marco del acuerdo que firmaron en la Cumbre de las Américas celebrada en junio de este año en Los Ángeles, California, a fin de fortalecer la reactivación del turismo y promover al estado como uno de los hubs más importantes de América Latina para nómadas digitales. (Airbnb, 2022)

Así, las políticas y regulaciones requieren una comprensión integral de los diferentes factores demográficos e incluso de los sectores económicos que se ven impactados a partir de la migración económica transnacional, en particular vía el nomadismo digital (Hernández, 2023). Por otra parte, los Estados que comprende el artículo albergan una o más dimensiones, aunque son susceptibles a la replicación de percances como los ya acontecidos en Mazatlán si la atracción o incremento de población nómada no logra equilibrar la cotidianidad extranjera con la local, lo que podría propiciar dinámicas sociales adversas para el nomadismo digital.

Reflexión final

La existencia de espacios con riqueza cultural, histórica, natural, patrimonial, humana, entre otras, como La Paz, Mazatlán y Puerto Vallarta, se enfrentan a vicisitudes propias de la era digital en donde fenómenos como la migración también dan impulso a una de sus formas: nomadía digital. En este escenario, se logra observar que convergen dos planteamientos teóricos importantes, uno de Jean Baudillard (1969) al respecto del “valor de cambio signo” en cuanto al discurso manifiesto del espacio, frente al discurso social que se ha construido en torno al significado dado a mudarse a lugares que cubran la mayoría de las siete dimensiones señaladas en el texto que aquí se presenta.

Por otro lado, la advertencia de Henri Lefebvre (2013) en cuanto a la alimentación de los “signos históricos u originales” que son subsumidos por el deseo de concebir, sobre el espacio vivido, otras formas de inclusión de los poderes económico-trasnacionales de la época como las plataformas digitales.

Los tres espacios estudiados en este artículo representan un objeto de consumo que cubren una “función social de prestigio y de distribución jerárquica” (Baudillard, 1969), al desplazar a los pobladores, ahora llamados tradicionales; quienes no solo pierden su espacio de vivienda, sino de reproducción social; es decir, son víctimas de una “coacción cultural” que privilegia la dilapidación violenta del espacio. El espacio se acumula, se manipula en torno a las formas en que se consume y jerarquiza a la sociedad.

Dicho esto, los gobiernos en sus tres niveles de gobierno mantienen dicotomías al momento de pensar las estrategias que permitan una gestión equilibrada entre el incremento del consumo derivado de la migración premium y las propias personas nacionales, las cuales ven trastocadas las formas de satisfacer sus necesidades. Lo anterior refuerza la idea capitalista colonial en la gentrificación, donde espacios dentro de estas ciudades son valorados sobremanera y habitados por los nómadas digitales, mientras que algunos habitantes son desplazados a zonas periféricas, creando una bifurcación entre estas poblaciones y los servicios a los que tienen acceso; misma en la que prolifera una “sobrecarga financiera del coste de la vivienda, inseguridad vital, pautas de hacinamiento y efectos sobre la salud física y mental” (Sorando y Ardura, 2021).

De esta forma ciertos espacios de estas ciudades son valorados sobremanera y habitados por los nómadas digitales, mientras que algunos habitantes son desplazados a zonas periféricas, creando una bifurcación entre estas poblaciones y los servicios a los que tienen acceso.

Así, la llegada de nómadas digitales a los tres casos estudiados significa una reconfiguración profunda del espacio, donde el que menciona Lefebvre como concebido es gestionado alrededor de demandas de un grupo social determinado y ajeno a los patrones histórico-culturales allá vividos. Quienes representan a este último, son desplazados por procesos de gentrificación que revalorizan y mercantilizan la cultura. Por último, el espacio percibido donde se aseguraba la cohesión cultural está siendo destruido.

Es de esta manera que la nueva producción espacial está orientada a representar objetos de consumo que respondan a las necesidades de conectividad y calidad de vida de los nómadas digitales, a la vez que estos sujetos se erigen dentro de una función social de prestigio que acumula, excluye y jerarquiza. Se está ante un proceso acelerado de erosión de identidades subsumida bajo lógica de garantizar las condiciones de reproducción de la nomadía digital.

Los tres espacios se encuentran bajo una dicotomía: seguir concibiendo un espacio bajo las formas de la modernidad digital y el consumo turístico, frente a la pérdida de las identidades que les formaron.

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  1. 1 Profesor investigador de la UNAM-ENES Juriquilla. Email: abdielhernandez@comunidad.unam.mx. ORCID 0000-0002-5484-647X

  2. 2 Profesora investigadora de la UNAM-ENES Juriquilla. Email: herrera_martha@unam.mx. ORCID 0000-0002-4602-1224

  3. 3 Profesor investigador de la UNAM-FCA. Email: cali_aron@hotmail.com. ORCID 0000-0002-2778-8665

  4. 4 A fin de comprender mejor el término dentro del siglo XXI, Makimoto (2013) hace una precisión al mencionar que: “Un nómada digital [así como el nomadismo digital] es el símbolo de un nuevo estilo de vida en el que las personas se liberan de las limitaciones de tiempo y lugar, gracias al progreso de los dispositivos móviles inteligentes y las redes de comunicación de alta velocidad” (p. 40).

  5. 5 La cita de Henri Lefebvre es de la autora.