Investigación
https://doi.org/10.53897/RevPortes.2025.04.02
Cultura colectiva (tradicional)
e individualista (Honjok) en Corea del Sur
Honjok an individualism practice case South Korea
María del Carmen Hernández Cueto1
María del Refugio Navarro Hernández2
Víctor Manuel González Bernal3
Fecha de recepción: 04 de julio de 2024
Fecha de aprobación: 17 de septiembre de 2024
Este artículo tiene como objetivo hacer un análisis teórico-documental de la tendencia del Honjok (tribu de uno solo, o vivir en soledad elegida) en la juventud de Corea del Sur y contrastarlo con la cultura tradicional colectivista del país. La elección de la soledad elegida manifiesta un sentido de empoderamiento y aislamiento intencional, que valora la calidad sobre cantidad en las relaciones sociales, la gestión del tiempo, el autoconocimiento y bienestar y sobre todo la reducción del estrés social; ello desarrollando su independencia a través del disfrute y manejo de actividades en solitario, cultivando la autosuficiencia emocional, de manera tal que la persona no se siente obligada a socializar. Respecto a la dimensión tradicional, más que un rompimiento, se considera que se está fortaleciendo la cultura coreana a partir de la recreación del empoderamiento y libertad de la juventud, que se ha logrado a partir del hallyu. De los resultados obtenidos, se tiene que coexisten las dimensiones individual y colectiva. Para estos hombres y mujeres que recrean el Honjok, este ejercicio individual les permite vivenciar libertad en la toma de decisiones, y los libera de la carga y obligaciones culturales tradicionales tales como el trabajar, casarse, tener hijos. Al liberase la juventud de esta trayectoria obligatoria, invita a reflexionar sobre el costo-beneficio que a largo plazo tendrán estas decisiones. El futuro se presenta incierto, pese al éxito económico que hoy tienen, sobre todo al tener un índice de casi 0% de natalidad.
Palabras clave: individualismo, cultura, globalización, Honjok, Corea del Sur
Abstract
This article has as its objective to do a theoretical-documentary analysis of the trend of Honjok (a tribe of only one, or live in chosen loneliness) in youth in South Korea and contrast with the collectivist traditional culture of this country. Choosing the chosen loneliness manifests a sense of empowerment and intentional isolation, that values quality over quantity in social relationships, the management of time, auto-knowledge, and welfare and, above all, the decreasing of social stress. It develops their independence through the joy and management of lonely activities, cultivating emotional self-sufficiency. In such a way, the person does not feel obliged to socialize. Respect to traditional dimensions, more than a breach, it is considered that the Korean culture has been strengthened by the recreation of empowerment of young freedom, that Hallyu has been achieved. From results obtained, it has both dimensions: collectivist and individualism, but professional young people (men and women) that recreate Honjok, allow them to experience freedom, taking decisions and releasing them from charge, and traditional cultural obligations, such as work, marriage, and having children. Releasing the youth from this obligatory trajectory, invites us to reflect on the benefit and cost in the long term that these decisions will have. The future is uncertain; despite the economic success that they have today, there is an index of almost 0 % birth rate.
Keywords: individualism, culture, Honjok, globalization, South Korea
En la década de 1990, Corea del Sur implementó uno de los planes de desarrollo más exitosos al abrirse a la comunidad internacional (OCDE, 2024). El país se apoyó en la estrategia de globalización, conocida localmente como segyehwa, para impulsar su desarrollo nacional. Uno de los aspectos más destacados de esta política ha sido el ascenso de Corea del Sur como potencia económica y tecnológica (Kim, 2000).
Empresas transnacionales administradas por familias, como Samsung, Hyundai y LG, entre otros, se han convertido en líderes mundiales en sectores de la electrónica, la automoción y la tecnología de la información; aunado a que han contribuido a la creación de empleo generando en el trabajador, la cultura de grupo y sentido de pertenencia, lo que ha permitido contar con una mejor calidad de vida en el país (Kim, 2013; Gutiérrez 2022). No obstante, este auge económico ha tenido un costo: la población productiva se ha visto sometida a jornadas laborales excesivas. En Corea del Sur, es legal trabajar hasta 56 horas semanales, e incluso los siete días de la semana, lo que plantea serias preocupaciones sobre el equilibrio entre trabajo y vida personal. Es este maremágnum el que ha llevado a la juventud surcoreana a adoptar el estilo Honjok.
La Tribu de uno solo (Honjok) surcoreana
El Honjok (tribu de uno solo) en Corea del Sur surgió como respuesta a varios factores socioeconómicos: la crisis financiera global (2008) y sus secuelas impactaron significativamente a la economía surcoreana y sobre todo a los jóvenes que iniciaban su vida laboral. Lo anterior provocó el aumento del costo de vida, por lo que vivir solo se volvió una necesidad económica para muchos. La necesidad de ganar más para dar respuesta al costo de vida exigió largas jornadas laborales, en las que el espacio para convivir, relacionarse, socializar se hizo nulo. En este contexto de economías avasalladoras y ante la incapacidad económica, la juventud surcoreana comienza a cuestionar las expectativas tradicionales sobre el matrimonio y la vida familiar.
El empoderamiento de la juventud se refleja en su capacidad para expresarse libremente a través de diversos medios artísticos y culturales, que los lleva a exigir libertad en la toma de decisiones y |explorar nuevas formas de expresión que ha llevado a una fusión única de elementos tradicionales coreanos con tendencias globales modernas.
Los jóvenes coreanos, con su creatividad y capacidad de innovación, han sido fundamentales en este proceso, han aprovechado las plataformas digitales y las redes sociales para difundir su cultura, han ampliado enormemente su alcance e influencia; a la vez este empoderamiento digital ha permitido que la cultura coreana se adapte rápidamente a las tendencias globales manteniendo su identidad única (Kim 2013; Gutiérrez, 2022).
El impacto de la globalización en Corea del Sur es multifacético, con efectos positivos y negativos, entre ellos: la trasformación económica, innovación y transferencia tecnológica, la influencia cultural, presión sobre el mercado laboral y los desafíos sociales. La apertura de los mercados y la liberalización del comercio han permitido a Corea del Sur integrarse en la economía global, lo que ha llevado a un aumento en las exportaciones, especialmente en sectores como la tecnología, la automoción y la electrónica, impulsando el crecimiento económico interno y la creación de empleo.
En el mismo sentido, la innovación y transferencia de tecnología favorecidos por la globalización, les ha permitido mejorar su competitividad en el mercado global; así también la difusión de diversas culturas globales ha llevado a una mayor diversidad cultural. La música, el cine y la moda de otros países han influido en la cultura popular surcoreana, mientras que la ola coreana (Hallyu) ha exportado la cultura surcoreana al mundo, creando un intercambio cultural bidireccional; la exposición de lo anterior ha traído cambios en los valores sociales y estilos de vida.
Las generaciones más jóvenes tienden a adoptar valores más individualistas y liberales, en contraste con las tradiciones más colectivistas del pasado. Esto ha generado debates sobre la identidad cultural y la preservación de las tradiciones locales; a pesar de los beneficios económicos, la globalización también ha exacerbado la desigualdad en Corea del Sur. Las diferencias en el acceso a oportunidades económicas y educativas han aumentado, generando tensión social. Las áreas rurales y las comunidades menos favorecidas a menudo se sienten excluidas del crecimiento económico, lo que plantea desafíos para la cohesión social; así también la globalización ha generado una mayor competencia en el mercado laboral, propiciando la precarización del empleo en algunos sectores; además, los trabajadores enfrentan presiones para adaptarse a un entorno laboral cambiante, lo que puede resultar en inseguridad laboral y estrés.
Respecto a la problemática de la globalización, Han (2020) comenta que ésta, en lo social, ha propiciado una hiperculturización que ha estado disolviendo tradiciones y contextos culturales locales, elementos que fundamentan la identidad. Ahora bien, imaginemos un mundo sin identidad, ello no tendría que ser un problema en sí, seríamos ciudadanos del mundo, se superarían las fronteras culturales (nacionalidad, etnia o tradiciones locales), reducción de conflictos porque la mayoría de estos surgen por las identidades, reducción de las tensiones basadas en diferencias culturales, religiosas o nacionales; la movilidad global que implica el no apego a lugares o culturas específicas, ello permitiría la movilidad sin fronteras. Lo anterior parece seductor, pero habría que pensar muy bien sobre el costo-beneficio que puede ofrecer la cultura Honjok.
De acuerdo con Valle (2022) y Gutiérrez (2022) el fenómeno del Honjok surgió en Corea del Sur alrededor del 2010, sin embargo, fue hasta 2017 que la juventud surcoreana comenzó a usar la etiqueta #honjok en las redes, para indicar cómo vivían y al mismo tiempo, significaba un rechazo a las normas y presiones sociales que históricamente los ha llevado a tener que casarse y conformar una familia a una edad especifica establecida culturalmente (28 años). Es fundamental tener en cuenta que Corea del Sur cuenta con una estructura cultural compleja en la que cada individuo está integrado en una red de afiliaciones que abarca linajes familiares, así como grupos sociales de carácter formal, informal y laboral.
La cultura del Honjok
La cultura de Honjok (혼족) es una tendencia que ha sido adoptada por las nuevas generaciones, junto con el hibridismo cultural que deja fuera las enseñanzas culturales ancestrales; al pasar de una sociedad colectivista, al individualismo (Honjok). En ella las personas asumen (aprehenden) el individualismo, lo que les permite realizar introspección que los puede llevar al autodesarrollo cognitivo y emocional, prefiriendo de antemano sus intereses y objetivos y, posteriormente, consideran los intereses del grupo (Kim y Park, 2013).
De acuerdo con Healey (2020), esta comprensión del mundo provee un cambio en la sociedad coreana, donde la idea de trabajar para uno solo, sin pensar en la familia o en los demás dentro de la sociedad, rompe con el statu quo de todo un linaje cultural ancestral. Esta postura —la soledad por elección propia— implica el deseo de pasar más tiempo solo y ser selectivo en las interacciones sociales.
Honconomy
De acuerdo con Healey (2020) y Valle (2022), edificios con departamentos para una sola persona se incrementaron en 31.7 %, las compras on-line alcanzaron los 150 billones de wones; restaurants con mesas pequeñas aumentaron un 25 %, mientras que karaokes unipersonales un 40 % en su demanda; más aún, las compañías de electrodomésticos incrementaron un 30 % sus ventas de dispositivos y aditamentos más pequeños orientados a la juventud soltera.
Los arquetipos de Honjok
Honjok proviene del coreano Hon que significa “solo” y Jok que significa “tribu”, es decir, “tribu de uno solo” y esta juventud actual ha decidido vivir en soledad como forma o estilo de vida, donde lo más importante es la tranquilidad mental y el cuidado de sí mismo. Ellas y ellos deciden tener una soledad elegida, que provee libertad, independencia y, en muchas ocasiones, es sanadora y necesaria al no ser una soledad impuesta. De acuerdo con Valle (2022) y Healey (2020), hay varios tipos de Honjok, como se describe a continuación: Hon-bap, actividad de comer en soledad; Hon-nol, disfrutar del ocio en soledad; Hon-yeong, en karaokes, ir al cine o viajar solo; Hon-sul, beber alcohol y degustar vinos acompañados de sus pensamientos y disfrutar y tener placer de esta actividad (Ahn, 2020).
De acuerdo con Meizoso (2024), en el año 2015 había más de cinco millones de hogares unipersonales en Corea del Sur, lo que representa casi el 28 % de la población, el doble de lo que existía en 2000. Las cifras van en aumento, el número de hogares de un solo miembro, al año 2022 en Seúl, representa casi un tercio del total de la ciudad, el 35 % (7.5 millones); para el año 2026, estos devendrán en un 36,3 %, convirtiéndose en la mayoría más numerosa de la nación. Entre esta población se encuentran estudiantes universitarios (77.5 %) (Meizoso, 2024), que practican Honjok como estilo de vida. Lo anterior sugiere que el aumento en el número de hogares unipersonales está provocando un cambio en las actitudes hacia el romance, el matrimonio, la procreación y las prácticas familiares. La disminución en la procreación y la menor frecuencia de las comidas en familia revelan el surgimiento de una nueva generación que, al enfrentar los compromisos tradicionales asociados con estas instituciones, opta por desafiar las normas culturales establecidas.
La soledad elegida y la vida líquida
La filosofía Honjok invita a las personas a disfrutar de su propia compañía y a cultivar actividades que les brinden alegría y satisfacción personal, como la lectura, el arte, o simplemente pasar tiempo en la naturaleza. Esta manera de ver el mundo se puede entender a partir del concepto de liquidez de Bauman (2021), quien establece que en la vida moderna los jóvenes experimentan una “vida líquida” en una “modernidad líquida” porque las relaciones se atomizan, se individualizan y nada dura por largo tiempo. Esto es, que los vínculos con los demás se fracturan y se rompen con frecuencia, de ahí entonces la nugatoria de establecer relaciones interpersonales efímeras.
La alteridad y la liquidez se entrelazan de maneras complejas en la vida cotidiana. Mientras que la liquidez puede intensificar nuestra conciencia de la alteridad al exponernos a una mayor diversidad, también puede erosionar las fronteras tradicionales que definen al “otro”. Esto se manifiesta en relaciones más fluidas, pero potencialmente más superficiales, identidades más flexibles, pero posiblemente menos arraigadas, y un sentido de comunidad más amplio, pero quizás menos profundo.
Para la sobrevivencia, la humanidad requiere de la otredad, de la alteridad. Hasta ahora así ha sido, si consideramos esto, se puede vislumbrar que este estilo de vida también provee precariedad e incertidumbre constante, que hace que las personas acumulen inicios fluctuantes en muchos de los procesos de la vida (laboral, familiar, social, sentimental), lo que conlleva a incesantes finales que hacen que la juventud Honjok esté en constante tensión o preocupación ante la rapidez por finalizar rápido un proceso y sin dolor. Lo anterior hace que la vida moderna de los jóvenes sea líquida (Bauman, 2021) y desarrolle habilidades para poder librarse de las cosas y tenga prioridad para adquirir nuevas. Es decir, los hábitos y rutinas cambian en las personas antes de que se consoliden, la liquidez de la vida se presenta sin rumbo y atemporal.
La relación entre la filosofía Honjok y el concepto de vida líquida de Bauman es interesante y relevante. El Honjok, un fenómeno social coreano, se refiere a las personas que eligen vivir y hacer actividades solas. Esta filosofía puede verse como una respuesta o adaptación a las condiciones de la modernidad líquida descritas por Bauman. Según Bauman (2021), en la vida líquida, los individuos carecen de bienes duraderos, ya que los activos que antes se consideraban valiosos rápidamente se transforman en pasivos y las habilidades previamente útiles se vuelven obsoletas en un breve lapso. Esta rapidez en el cambio impide la apropiación estable de recursos y capacidades. Además, en el contexto de la modernidad líquida, caracterizada por su imprevisibilidad y el constante surgimiento de imprevistos, las tácticas y estrategias que funcionaron en el pasado se vuelven ineficaces y poco confiables.
La incertidumbre y el dinamismo del entorno actual hacen que las soluciones anteriores sean insuficientes para abordar las nuevas circunstancias. Bauman enfatiza la rápida obsolescencia de habilidades y estrategias en la vida líquida. El Honjok, con su énfasis en la autosuficiencia y el aprendizaje continuo, puede verse como una estrategia para navegar este entorno volátil.
En el contexto de la modernidad líquida, los individuos se ven obligados a adaptarse rápidamente a los cambios y a abandonar atributos que han quedado obsoletos, despojándose de identidades previamente consolidadas para evitar la irrelevancia. La práctica de establecer tendencias a largo plazo se ha convertido en un riesgo considerable debido a la rapidez con la que las modas y los intereses evolucionan. En este entorno, la juventud adopta una postura nómada, sintiéndose en casa en diversos lugares y desestimando la importancia de las distancias y del espacio físico. Viven en un estado de constante movimiento, con el objetivo de experimentar plenamente el presente y sin una planificación significativa para el futuro (Sepúlveda, 2013). Las rutinas y cambios experimentados por la juventud coreana que practica el Honjok, o que se identifica como Honjok, pueden variar según las preferencias individuales y las circunstancias personales de cada individuo. En lo general se pueden observar los siguientes atributos:
Como se puede observar, la práctica de Honjok implica cambios relevantes, como es la organización de la vida diaria, donde priorizan su autonomía, le dan importancia al autocuidado y sobre todo el ejercicio de introspección que conlleva al autodescubrimiento y a partir de ello explorar sus pasiones e intereses.
El Honjok promueve la independencia, la autoconfianza y la capacidad para tomar decisiones asertivas, lo cual impacta positivamente en el desarrollo de la creatividad (Healey, 2020). Al explorar en profundidad el pensamiento y las emociones, los individuos tienen la oportunidad de generar nuevas ideas e inspiración. Esta práctica les invita a introspeccionar y a liderar sus propias vidas, buscando la felicidad conforme a sus deseos y valores personales, al asumir el control de su existencia. En el contexto de la juventud coreana, este proceso puede considerarse un lujo, dado que la alta carga de trabajo y el estrés predominante suelen restringir el tiempo y el espacio necesarios para tales reflexiones (Izquierdo, 2022).
Los desafíos del Honjok
La práctica o adopción del Honjok ciertamente conlleva desafíos. El ser humano, para su supervivencia, tiende a integrarse en estructuras sociales como la familia, la tribu o el colectivo. Por lo tanto, pasar demasiado tiempo solo puede producir una sensación de aislamiento social y soledad. Es importante tener en cuenta que la interacción humana facilita el acompañamiento, la formación de relaciones duraderas y conexiones profundas, lo que a su vez fomenta la empatía, la solidaridad y el amor hacia los demás.
En una cultura ancestral y colectivista como la coreana, la práctica del Honjok, que implica la preferencia por la soledad y la autosuficiencia, desafía los preceptos tradicionales aceptados. Esto genera una disrupción notable en las primeras generaciones que adoptan este estilo de vida. Esta ruptura cultural no solo afecta el contexto coreano, sino que también se alinea con una tendencia global emergente hacia la individualidad. Por lo tanto, es crucial prepararse adecuadamente para enfrentar los desafíos asociados con esta tendencia y considerar tanto sus implicaciones culturales específicas como sus efectos en el contexto global. Otro aspecto relevante para el fenómeno del Honjok es el riesgo asociado con la dependencia tecnológica, que afecta particularmente a la juventud. Esta dependencia se manifiesta en actividades como compras en línea (de alimentos, ropa, electrodomésticos, productos de belleza, etcétera), trabajo remoto, uso de redes sociales, e-gobierno y aplicaciones para diversos tipos de consumo. Estos hábitos fomentan una interacción virtual en lugar de un contacto físico real con otras personas.
A partir de esta situación, surgen varias interrogantes: ¿Son estas circunstancias saludables? ¿Qué efectos tiene la falta de interacción física? ¿Representa esto un verdadero progreso social? ¿Existe una comunidad auténtica en este contexto? ¿Puede el Honjok ser visto como una forma de vida marcada por la frialdad, la falta de apego y la desconexión emocional? Estas cuestiones emergen al analizar cómo la tecnología y el estilo de vida del Honjok influyen en la experiencia humana y la conexión emocional. Este cambio social generado de la divergencia, colectivismo vs. individualismo, marca el transitar a una nueva forma de ¿coexistencia?, que requiere un enfoque nuevo de abordar lo social y familiar.
La exigencia laboral y el apego al Honjok
De acuerdo con la OCDE (2024), Corea del Sur es el segundo país con mayor carga laboral, con un promedio de 2,069 horas al año, aunado a que en ocasiones se trabaja hasta 16 horas al día. Más aún, habiendo trabajo, el empleado no se permite ni salir a casa. En este contexto, tener una vida social se torna complicada, supone gasto de tiempo y energía que no se tienen, de ahí la preferencia a la soledad elegida.
En Corea del Sur se observa un fenómeno que Han (2020) describe en términos de una cultura de rendimiento autoimpuesto que contrasta con el concepto de disciplina propuesto por Foucault. En este contexto, las sociedades reprograman a los individuos, transformándolos en agentes funcionales dentro del sistema. Esta dinámica conlleva efectos colaterales significativos, tales como:
La proximidad virtual se ha convertido en una realidad contemporánea que se alinea con lo que Durkheim, (1991) describió como una fuerza que establece y regula ciertos modos de acción y juicios externos a la voluntad individual. Según Durkheim, estos modos de acción y juicios no dependen de las decisiones individuales aisladas, sino que se manifiestan a través de un poder de coerción externa y presentan una resistencia frente a las acciones individuales que intentan contradecirlos.
Honyeo y las mujeres
La condición y roles de las mujeres coreanas conocidas como Honyeo se ha desarrollado a través de las últimas dos décadas. El 22 % de las mujeres que poseen un título de maestría son solteras y el porcentaje va en aumento (Lee, 2023); el Honyeo se ha fortalecido, aun cuando el país tiene una brecha de género del 68 %, situándolo en el puesto número 105 de los 155 del ranking de este indicador. Las Honyeo (mujeres solitarias) rechazan el matrimonio y tener o criar hijos, decisión que se centra tanto en cuestiones económicas como el trabajo que implica el matrimonio, los hijos y el cuidado del hogar, carga que representa una segunda o tercera jornada laboral.
La inclusión de las mujeres al espacio público (trabajo y educación), las ha llevado al aislamiento (la tribu de uno solo), al cansancio y al agotamiento, de manera tal, que el casarse ya no es una opción para muchas de ellas. Si bien en Corea existen alrededor de 26 millones de mujeres (la mitad de la población), de estas, tres millones viven solas, cifra que va en aumento de manera tal que hoy día es un factor preocupante para el gobierno, quien está cambiando las políticas públicas para revertir este hecho (Lee y Lee, 2020).
La cultura tradicional y Honjok
La sociedad tradicional cuenta con un conjunto de costumbres, creencias, prácticas y valores que han sido transmitidos de generación en generación a lo largo de la historia y tiene a la familia como elemento central, así como a las membresías, a los grupos sociales y a las unidades familiares, éstas son imprescriptibles.
Honjok como estilo de vida en la juventud coreana; se encuentra que son económicamente estables y con capacidades de alto desempeño; que pueden disfrutar la vida sin tantas cargas de comportamiento social de la cultura tradicional. Sin embargo, para estos jóvenes no es tarea fácil romper con la tradición familiar y el colectivismo; cambio que podría costar el rompimiento de los lazos familiares y la larga tradición coreana.
Conclusiones
El Honjok representa una elección de vida, un cambio de paradigma como lo es la “soledad elegida”, priorizando la autonomía, la libertad y el autocuidado y dejando de lado las presiones ancestrales tradicionales: matrimonio, crianza, rituales etcétera. Si bien el Honjok brinda a la juventud coreana la oportunidad de explorar sus intereses y pasiones, fomentar su creatividad y tomar decisiones sin las presiones sociales, también plantea desafíos significativos. La soledad prolongada puede llevar al aislamiento social y a la desconexión de las relaciones humanas profundas, lo cual es esencial para la supervivencia y el bienestar. Así también, el Honjok al ir en contra de los preceptos culturales ancestrales ha generado una ruptura caótica en estas primeras generaciones que lo adoptan. Esto podría tener implicaciones emocionales y políticas a largo plazo, como es el impacto en la tasa de natalidad del país, que ya se encuentra en niveles alarmantemente bajos.
Aunado a lo anterior, la tendencia individualista del Honjok también se ve influenciada por las exigencias laborales en Corea del Sur, donde la carga de trabajo excesiva dificulta mantener una vida social activa, fomentando la soledad elegida como una forma de escape.
El dominio del espacio público se considera una relación de poder, y en el Honyeo, las mujeres lo han aprovechado para tener una realización personal y lograr carreras profesionales exitosas al no estar relegadas o convertirse en mujeres privadas a través del matrimonio y la obligada maternidad; en este hacer, las Honyeo han fincado su felicidad, y en no avergonzarse de ser diferentes y tener una identidad propia. Algunas personas usan más “hon”, el hacer todo solo, buscan apoyo y validación de una identidad compartida en comunidades en línea o fuera de ella y, tratan de normalizarlo como parte de la vida moderna, dinámica, conectada con un mundo que se adapta y está teniendo cambios (Najar, 2020). Así, el Honjok representa un choque cultural enorme que trae consigo cargas emocionales y políticas.
El Honjok se pudiera decir que es el resultado de un cansancio físico, y retomando a Hanke (2017), más que sensación física es espiritual, existencial, una inquietud y desesperanza que conlleva el quiebre del espíritu, afectando la salud mental y finalmente el bienestar de las personas, cuando es necesario encontrar el sentido de la vida (Frankl, 1993).
De acuerdo con Han (2021) la sociedad actual (de rendimiento) produce un cansancio y agotamiento excesivo, que induce al infarto del alma y es un cansancio a solas, que aísla y divide, sufrimiento no consiente “un cansancio que separa ‘los dos estábamos cayendo ya, cada uno por su lado; cada uno a su cansancio más propio y particular, no al nuestro, sino al mío de aquí y al tuyo de allá” (Hanke, como se citó en Han, 2021, p. 78).
El Honjok si bien ofrece libertad y autodescubrimiento, teniendo por primera vez autonomía, libre albedrío en la juventud coreana, también plantea desafíos en términos de cohesión social, continuidad cultural y sostenibilidad demográfica. Será necesario encontrar un equilibrio entre la autonomía individual y los valores colectivos tradicionales para preservar la identidad coreana y asegurar el bienestar a largo plazo de la sociedad.
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1 Profesora investigadora de la Universidad Autónoma de Nayarit. Email: carmen.hernandez@uan.edu.mx. ORCID OOOO-OOO2-6549-3833
2 Profesora investigadora de la Universidad Autónoma de Nayarit. Email: manher@uan.edu.mx. ORCID 0000-0003-2312-7525
3 Profesor investigador de la Universidad Autónoma de Nayarit. Email: victor.gonzalez@uan.edu.mx. ORCID 0000-0002-6221-6734