Manantiales

Interpretextos / volumen 2, número 3

Septiembre 2025-febrero 2026 / pp. 315-318

ISSN-L: 3061-7227

Divulgación

Llaneramente hablando, cambios de casa en la narrativa de Alberto Llanes

Krishna Naranjo ZavalaORCID: 0000-0001-9068-8539

Universidad de Colima, México

Recepción: marzo 22 de 2025

Aprobación: junio 20 de 2025

Leer a Llanes es una bocanada de juego y libertad

Llaneramente soltaré mis palabras, porque el autor, el compañero de la FALCOM, el colega, invita a que una nirvanamente, rocanroleramente y -cosa más rara- franciscanamente, se despoje de las ataduras del lenguaje, de las formalidades del día a día -que él conoce muy bien-, de lo políticamente correcto, de ese llevar a cuestas oficios y correos electrónicos y tantas piedrecillas propias de este tiempo donde impera la Antipoética de la Urgencia.

El libro, la música, la coincidencia

Me invitó a presentar el libro de relatos por un mensaje de WhatsApp. Acepté sin pensarlo. No tenía muy claro de qué libro se trataba porque Beto es un escritor prolífico, pero sí mi deseo de leerlo. Al día siguiente, llegó a mi oficina con el libro. Extrañamente yo escuchaba música, hecho rarísimo porque no tengo el espacio para hacerlo, pero esa mañana el silencio de la oficina me lo pedía. Beto escuchó algo de fondo y creo que se le hizo raro lo que se reproducía. Sí, Canserbero, asentí. Y es que hace relativamente poco el mundo musical del rapero se abrió ante mí como una cascada donde las palabras caen con arrojo, verdad y potencia, pero esa es otra historia y si traje a colación este episodio es porque, precisamente, Beto llegó esa mañana con su Nirvana, con su tributo musical en el momento extraño en que yo también me daba a la música. Lo escribo aquí porque es la referencia musical que “podría funcionar” en esta parte de mi presentación. Entiéndase que cada cuento está sellado con un “La canción que pienso que podría funcionar es la de…” y así, los lectores conoceremos el soundtrack de cada episodio vital del autor-personaje: “On a plain”, “Spank Thru”, “All apologies”, “About a Girl” y “Plateau”.

Autor, personaje, narrador, orador, profe, escritor polifacético

El autor, además de los cinco relatos, nos obsequia un prólogo cargado de confesiones. Aunque, pensándolo bien, el libro entero parece hilvanar tales confesiones que nos hacen ver el lado humano, muy humano del autor. Más porque De cambio de casa: un tributo a Nirvana, juega a entrelazar el papel del autor y del personaje. Un tema importante para los profes de literatura, pero insignificante en nuestra experiencia lectora. Esto del arte de la mentira, de la ficción con toques de realidad o viceversa, es una coraza perfecta para dejar correr la pluma con la gozosa libertad sin dar explicaciones a nadie sobre ciertos temas o supuestas confesiones… Sin embargo, yo sí vi a Beto en cada relato, en cada evocación de sus cambios de casa.

Cree en Kurt como si fuera Dios…

Para ambientar la escena literaria que el autor propone escuché algunas rolas de Nirvana que, a decir verdad, las tenía en un lejanísimo eco. Me impactó conocer su fascinación por el melancólico Kurt Cobain. Puedo entender esa obsesión duradera hacia ciertos personajes, canciones, épocas. Obsesiones que se convierten en tu banda sonora, en un modo de sentir y ver el mudo.

Los relatos de Llanes proponen un viaje a las casas que ha habitado con su mujer, sus hijos, sus libros, sus memorias latentes. Es, además, un libro de cuerpos y de sensualidad. Cobain mencionó en una entrevista (en 1993, Seattle, para el programa Much Music) que se interesaba por la anatomía. Y una anatomía de la memoria se dibuja en el libro que hoy nos convoca. La lectura de este tributo supone un desnudarse narrativa y musicalmente; un atreverse a indagar en los campos semánticos de lo erótico con ese lenguaje desenfadado, cadencioso y llanero, llanísimo, muy de él, del autor-personaje, de Alberto Llanes. Porque yo como su amiga y colega, creo que es, en efecto, un personaje literario. Uno de esos seres que habitan en la prosa y en el verso, en la canción y en la ficción y son más reales por avispados, abiertos a lo vital y a la palabra que convence y vence, a ese “choro mareador” que él alude sobre sí mismo, pero más que mareador, reconfortante, humorístico, ¡Albertísimo!

Volviendo al tema de los cuerpos y el lenguaje, leemos en “Azulejos”, un relato que evoca las vivencias apasionadas en el baño, todo ello salpicado de Nirvana: “¿Qué diferencia hay entre follar «como dicen los españoles», coger «como decimos los mexicanos» y «hacer el amor» como dicen los románticos?” Si desean la respuesta, vayan a la página 17. Encontrarán una solución puntual.

Polifonía

Cada relato nos revela su intimidad. La casa es cosa seria: ahí se encuentran los amores. Las mudanzas, lo expone el libro, nos hacen tomar conciencia de los objetos valiosos, de las personas amadas. Y eso tiene un peso, como bien lo dice el autor: cajas, libros, discos. De cambios de casa: un tributo a Nirvana plantea las convivencias, únicas e inusitadas, de la música y de la literatura, lo mismo de una Nicole Kidman que aparece en un extraño periplo onírico.

Convergen autores y personajes como Rogelio Guedea, Alejandro Zambra, Amparo Dávila, Los Aterciopelados, Brad Pitt, Cantinflas y hasta un exgobernador de Colima… Todo un orbe polifónico. Y me atrevo a identificar una cierta influencia de Bukowski, José Agustín, Juan Villoro, lo grunge de Nirvana, la dulce tristeza que ocurre en el vaivén de los días. Si bien el tributo tiene nombre, también creo que es un tributo a su generación que es la mía, hijillos de Telehit y MTV, pero mientras Beto Llanes escuchaba lo mejor de Nirvana, yo coreaba “Me siento tan sola”, “Zapatos viejos” y “Con los ojos cerrados” de Gloria Trevi. Época noventera que, en la obra de Llanes, encontraremos ecos profundos, humor, amor, un viaje al tiempo donde era ocasión para ver videos y videos y videos y dejarse enrolar por la música de aquella generación que, hoy, con aires nostálgicos me lleva a citar: Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos, pero con la peligrosa, por real, máquina del tiempo de la literatura. Alberto Llanes nos invita a recordar y atesorar lo valioso. Participemos de este tributo.

Referencia

Llanes, A. (2025). De cambio de casa: un tributo a Nirvana. Puertabierta editores.

Krishna Naranjo Zavala

Correo electrónico: krish@ucol.mx

Mexicana. Es profesora investigadora y actual directora de la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima. Sus líneas de investigación giran en torno a la poesía mexicana y la literatura indígena contemporánea. Ha impartido cursos sobre escritura creativa, poesía mexicana actual, entre otros tópicos afines. En marzo de 2021 recibió la Presea “Griselda Álvarez Ponce de León” que le otorgó el H. Congreso del Estado de Colima por su trayectoria en el ámbito literario. En noviembre de ese mismo año resultó ganadora del L Concurso Latinoamericano de Cuento “Edmundo Valadés”. Es integrante del Seminario de Cultura Mexicana Corresponsalía Colima. Forma parte del Cuerpo académico 49 “Rescate del patrimonio cultural y literario”.

Ha publicado los poemarios: Letanías mestizas (2011), Batalla de la aurora (2015), Tierra de cada día (2015) Tal vez el bosque (2016), Principio de los árboles (2021), así como del cuadernillo de cuento infantil, Beto, su secreto (2012). Sus trabajos de investigación de más reciente publicación son: “Memoria y creación poética en Griselda Álvarez y Dolores Castro” en coautoría con Ada Aurora Sánchez Peña y forma parte del libro, El canto del zenzontle. Aproximaciones críticas a la obra de Dolores Castro (2023) y el capítulo “El ensayo sobre la literatura mexicana en lenguas indígenas” del libro Representaciones artísticas del indígena en América Latina (Universidad Veracruzana; Iberoamericana Vervuert, 2024).

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