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Los mandatos de la masculinidad en hombres heterosexuales de tres generaciones de Colima...
Medina Mendoza, E.J. | Pp. 72-101
Ligado al punto de la heterosexualidad, Arturo plantea un esen-
cialismo religioso en cuanto a cómo deberían de conformarse las familias
y, a partir de esto, realiza una crítica a las nuevas modalidades, como él las
llama. Otro de los puntos que resalta en su relato es la función repro-
ductora de seres:
Las nuevas modalidades que están surgiendo en el mundo,
están errados, están errados, porque venimos como pareja, desde lo que
marca mi religión, que Adán y Eva fueron una pareja y de ahí surgió
la prole mundial (Arturo, empresario, 74 años).
A partir de los relatos anteriores, podemos encontrar que la con-
formación de la familia y lo que les toca realizar a ellos dentro de ésta
es parte de los mandatos de la masculinidad, pues permite identificar
los elementos que, desde el imaginario social, son constituyentes de la
masculinidad en sí misma. Se puede ver que, para estos hombres, la fa-
milia es un espacio de proveeduría unidireccional, pues son ellos, como
padres, quienes han de cubrir las necesidades de sus hijos en cuanto a la
educación y, en algunos casos, de afecto.
Resulta interesante la aparición, en los relatos de los hombres de
este grupo etario, de la pareja como base para la conformación de la familia,
que como lo describe Arriagada (2007) es uno de los dos elementos que
refiere como normas para la conformación de la familia como institución,
a saber: la pareja sexual y la filiación. Sin embargo, también he de señalar
que en algunos de los relatos de los entrevistados, la pareja aparece como
uno de los elementos centrales y, en otros, el elemento central es la familia,
y de manera más específica, los hijos e hijas. Esto me lleva a pensar que la
conformación de la pareja es considerada como un paso previo, un proceso
implícito para el cumplimiento del mandato y no es considerado por los
hombres como un objetivo en sí mismo. Ligado con esto, la idea de la
heterosexualidad obligatoria aparece en algunos de los relatos, con lo que
Arriagada (2007) describe como la pareja sexual, y que constituye una de
las tareas que Olavarría (2001) menciona que los hombres han de llevar
a cabo para ser reconocidos como tales: el demostrar la heterosexualidad
a través de la procreación.