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Tirado Cuéllar, E.R.; Torres Aguilar, X. | Pp. 315-332
Decolonizar las emociones desde una perspectiva no hegemónica
Reconocer las complejidades del ser es transformador, pero en
palabras de Ahmed (2015, p. 31) debe realizarse tanto “de adentro hacia
fuera y de afuera hacia adentro”, lo cual sigue siendo una tarea pendiente,
convirtiéndose así en un asunto complejo del cual se huye para evitar esgri-
mir temores, zonas grises o inexploradas. Sin embargo, para generar otras
comprensiones de lo interseccional se hace necesaria la lógica del sentir,
que mueve hacia afuera y hacia adentro del ser. Hay múltiples formas
de estudiar y comprender el sentir; Surrallés (1998) indica que a lo largo
de la historia de la antropología el abordaje ha sido parco, y menciona
la escasez de reflexiones teóricas relacionadas con el tema. Por su parte,
Ahmed (2015) argumenta que, además de las consideraciones psicológicas
sobre las emociones, debe existir una mirada desde las prácticas culturales
y sociales, en un sentido más humano, cercano y cambiante.
Fornet (2018, p. 188) explica lo siguiente sobre las emociones:
la exactitud emocional también juega un papel importante,
si partimos del acuerdo de que todas las emociones son naturales, que
no hay emociones buenas y malas, de que las emociones nos dirigen
por completo la conducta, pero que indudablemente nos proveen con
información valiosa que pueden acercarnos a vivir una vida que sea
congruente con lo que nos importa, también debemos aceptar que el
abanico de emociones que podemos experimentar las personas es vasto
y, con frecuencia, poco explorado.
Bajo esta idea, Jover (2015, p. 32) cita a Zambrano en un texto
titulado La confesión, género literario, donde se presenta la idea de agradecer
la vida y la historia como una expansión de conocimiento sobre sí mismo:
“La confesión: el de la huida de sí, y el que busca algo que lo sostenga y
aclare […] comienza siempre con una huida de sí mismo”.
Con el paso del tiempo, en opinión de Jover (2015), se ha desapare-
cido el sujeto, se ha perdido el alguien con identidad, el alguien responsable,
una figura propia, se ha quedado un mundo donde han huido las formas,
quedando sólo el vacío. Indiscutiblemente, se llega a la existencia humana
con el deseo de revelar el sentido de las cosas, como un alma que intenta
descubrir sus pasiones y a su vez de comprenderlas y es así como se revela
los objetivos y formas en medio de los otros y con los otros.
Rememorar la incomodidad de hacer consciente lo que se es, es
enfrentarse al más universal de los desafíos como lo precisa Obama (2018,