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Trzenko, B.; Imperatore, V.; Bagnato, M.L. | Pp. 119-155
Investigación
GénEroos
Volumen 2/número 3/marzo-agosto de 2024/ pp. 119-155
ISSN-L 2992-7862
DOI: RevGenEr.2024.03.04
CC BY-NC-SA 4.0
No todo es odio o celebración: El lugar de
las voces disonantes en torno a las políticas
feministas universitarias
Not everything is hate or celebration: The place of
dissonant voices around university feminist policies
Bárbara Trzenko
ORCID: 0000-0003-4684-4922
Victoria Imperatore
ORCID: 0000-0003-0438-1245
María Laura Bagnato
ORCID: 0000-0001-8349-9430
Consejo Nacional de Investigaciones Cientícas y Técnicas,
Buenos Aires, Argentina
Recepción: 30/04/23
Aprobación: 7/11/23
Resumen
El propósito del presente artículo es abo-
carse, desde la perspectiva analítica del
giro afectivo, a la comprensión de las voces
disonantes identificadas en tres facultades
de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Los materiales que conforman el corpus
de análisis provienen de una etnografía
virtual realizada durante 2021-2022 en
Abstract
The purpose of this article is to address,
from the analytical perspective of the
affective turn, the understanding of the
dissonant voices identified in three fa-
culties of the University of Buenos Aires
(UBA). The materials that make up the
corpus of analysis come from a virtual eth-
nography carried out during 2021-2022 on
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Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Volumen 2 / Número 3 / marzo-agosto de 2024
Introducción
L
as Universidades Nacionales de Argentina se encuentran en un
proceso de expansión y proliferación de políticas feministas desde
2014, entre ellas destacamos aquellas que se orientan a la atención y
las páginas de Facebook de las institu-
ciones en análisis, así como de grupos
focales realizados con estudiantes durante
el mes de julio de 2022. Este trabajo se
realizó en el marco del Proyecto UBA-
CyT 20020190200117BA: Demandas
feministas, disidencia sexual y universidad.
Transformaciones recientes en los saberes,
los espacios y la sociabilidad cotidiana en la
Universidad de Buenos Aires, dirigido por
el Dr. Rafael Blanco y codirigido por la
Dra. Carolina Spataro en el área de Salud
y Población, del Instituto de Investiga-
ciones “Gino Germani de la Universidad
de Buenos Aires. También se retoman los
resultados de la Encuesta de salud sexual, de
la Facultad de Ciencias Sociales (FSoc)-
UBA (2021) y la encuesta realizada en el
marco del proyecto: Diseñar y rediseñar el
espacio universitario desde una perspectiva
de género. Estudio de caso del campus de la
Universidad de Buenos Aires (2015-2020).
Como principal aporte se señala que los
posicionamientos motivados por estas
políticas no son blanco o negro, sino que
configuran una serie de matices que el
artículo se propone recuperar. A partir del
concepto de voces disonantes se pretende
dar cuenta de los desacuerdos que conviven
junto a otros afectos de diferente tenor.
Palabras clave
Políticas de género, universidades, voces
disonantes, giro afectivo, impugnaciones.
Facebook pages of the institutions under
analysis and from focus groups carried
out with students during the month of
July 2022. This fieldwork is framed in the
UBACyT Project 20020190200117BA
“Feminist Demands, Sexual Dissidence
and the University. Recent Transforma-
tions in Knowledge, Spaces and Everyday
Sociability at the University of Buenos
Aires” directed by Dr. Rafael Blanco and
co-directed by Dr. Carolina Spataro in the
Health and Population Area of the Gino
Germani Research Institute, University of
Buenos Aires. The results of two investiga-
tions carried out previously have also been
taken up: the Encuesta de Salud Sexual de
FSoc-UBA (2021) and the survey carried
out within the framework of the project
“Design and redesign the university space
from a gender perspective. Case study of
the campus of the University of Buenos
Aires (2015-2020)”. As a main contribu-
tion, it is pointed out that the positions
motivated by these policies are not black
or white, but rather configure a series of
nuances that the article aims to recover.
Based on the concept of dissonant voices,
the aim is to account for the disagree-
ments that coexist with other affections
of different tenor.
Keywords
Gender policies, universities, dissonant
voices, affective turn and objections.
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No todo es odio o celebración: El lugar de las voces disonantes...
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abordaje contra las violencias (los protocolos, los equipos de atención, las
capacitaciones en el marco de la implementación de la Ley No. 27,499,
conocida como Ley Micaela); la creación y jerarquización de espacios
institucionales de género (oficinas, secretarías, subsecretarías, programas,
etcétera); manuales para la incorporación del uso del lenguaje inclusivo o
no sexista; la modificación de espacios, como baños, jardines, ludotecas,
lactarios; la creación de espacios de formación, como maestrías, docto-
rados, especializaciones, diplomaturas; las consejerías de salud sexual
integral; la transversalización del enfoque de género en las asignaturas y
en las actividades de investigación, formación y extensión; entre las más
destacadas.
Actualmente, se identifica un incipiente repliegue de los feminis-
mos, caracterizado en estos términos por los mismos sectores, a partir
del que emerge la necesidad de reflexionar sobre los alcances y desafíos
de dicho proceso. Las expresiones de odio que recuperan argumentos
de fuerte raigambre conservadora y antidemocrática o lo que algunos
trabajos denominan como expresiones antiderechos) vuelven imperioso
el ampliar la mirada y atender a la heterogeneidad de voces disonantes
para comprenderlas y explorar sus matices; por ejemplo, los feminismos
universitarios se encuentran en un momento en el que son interpelados
a atender y escuchar aquellas expresiones que no se sienten del todo
convocadas por la agenda feminista, para así revisar y reformular (de ser
necesario) las políticas ejecutadas en estos últimos diez años.
Las voces disonantes son aquellas expresiones (escritas y orales)
que cuestionan, a través de la queja, el chiste, la ironía, la desestimación y
la violencia, la implementación de alguna de estas políticas y que pueden
aparecer acompañadas de afectos como la incomodidad, el rechazo, el
descontento, la antipatía y el desinterés. El presente artículo se propone
recorrer, de modo exploratorio, los comentarios e intervenciones de di-
versos actores de la comunidad universitaria motivados por las políticas
de género implementadas en tres facultades de la UBA: la Facultad de
Filosofía y Letras (FFYL), la Facultad de Ciencias Sociales (FSoc) y la
Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU).
122
Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Volumen 2 / Número 3 / marzo-agosto de 2024
Existe vasta literatura dedicada a analizar y estudiar el denominado
backlash un término que se traduce comúnmente al castellano como
reacción negativa o contragolpe que se sucede frente a los avances y
conquistas de los feminismos en los últimos años, tanto en nuestro país
como en América Latina (Gago, 2019; Arguedas Ramírez, 2020; Faur y
Mara Viveros Vigoya, 2020; Giordano y Rodríguez, 2020).
Este artículo se propone analizar la heterogeneidad de voces que
circulan en torno a la implementación de las políticas de género feminis-
tas, entendiendo que no todas ellas son necesariamente antidemocráticas.
En otras palabras, se entiende que no existe un correlato entre afectos
negativos y el rechazo o, a la inversa, entre afectos positivos y la aceptación
(Losiggio, 2017; Bagnato y Losiggio, 2022). Por el contrario, las expre-
siones y posicionamientos disonantes esgrimidos por diferentes actores
de las comunidades académicas analizadas permiten sondear demandas
políticas insatisfechas o desigualdades persistentes en cada casa de estudio,
que serán recuperadas en esta investigación.
El trabajo da cuenta de los estudios sobre afectos y políticas fe-
ministas universitarias de Argentina, y se expone, simultáneamente, la
vacancia identificada en lo que respecta a investigaciones enfocadas en las
disonancias, críticas o impugnaciones suscitadas por dichas políticas. En
el marco teórico conceptual se expone la construcción empírica y teórica
del concepto central del escrito: voces disonantes. Asimismo, introducimos
las nociones del giro afectivo y del análisis del discurso que tomamos para
interpretar los datos relevados. El artículo también detalla la estrategia
metodológica utilizada, los tipos de datos analizados y los criterios de in-
clusión. En los resultados se despliegan las dimensiones que se desprenden
de las voces disonantes, identificadas a partir de los emergentes de campo.
Por último, las conclusiones señalan como principales contribuciones
del artículo el hecho de que, además de las expresiones celebratorias que
manifiestan adhesiones y apoyos a las políticas feministas universitarias
y de la denominada contraofensiva (Gago, 2019), que se enfrenta a esta
agenda y sus reivindicaciones, se identifican otras voces que manifiestan
críticas cuyo espíritu no es necesariamente conservador o antidemocrá-
tico. Se trata de voces que, por un lado, visibilizan demandas materiales
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No todo es odio o celebración: El lugar de las voces disonantes...
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desatendidas y críticas al funcionamiento administrativo esgrimidas por
distintos actores de la comunidad universitaria y, por otro, aquellas que
entienden a estas políticas feministas como impropias del nivel superior
de enseñanza.
Antecedentes
La tematización del género y las sexualidades en las universidades pú-
blicas se expresa a partir del año 2001 (Blanco, 2014a; Blanco, 2016),
y adquiere mayor notoriedad a partir de 2015 con la masificación del
movimiento de mujeres, la incorporación de jóvenes a colectivos femi-
nistas, así como de la elaboración pública de una agenda feminista, y de
la disidencia sexual (Elizalde, 2015, 2019; Felitti, 2018; Borda y Spataro,
2018). Existen escasos estudios dedicados al análisis crítico de las voces
disonantes a estas políticas feministas y sus modos de manifestarse en
el espacio universitario. Se trata mayoritariamente de trabajos centrados
en las expresiones de oposición a las estrategias institucionales de sen-
sibilización, prevención y atención de las violencias sexistas, tales como
los protocolos (Vázquez Laba et al., 2016, Palumbo, 2017, Rovetto y
Figueroa 2017, Gamboa Solís, 2019; Blanco y Spataro, 2019), o bien,
dedicados a problematizar las regulaciones sexo-genéricas de la expe-
riencia universitaria y la sociabilidad cotidiana en las facultades (Blanco,
2012; Blanco, 2014a; Blanco, 2014c; Radi, 2014; Radi y Pérez, 2014).
El trabajo de Fabbri y Rovetto (2020), por su parte, constituye un ante-
cedente significativo en la reflexión sobre las múltiples resistencias que
suscita la transversalización de la perspectiva de género en los diseños
curriculares universitarios. Identificamos algunas producciones teóricas
mexicanas que incorporan la dimensión de los afectos para analizar los
repertorios de acción y organización de estudiantes ante las situaciones
de acoso, violencias y expresiones sexistas al interior de las instituciones
universitarias (Mingo, 2020; Moreno y Mingo, 2019).
Otros estudios analizan las políticas de género implementadas en
las universidades nacionales a partir de que se incorporó la dimensión afec-
tiva de las experiencias de distintos actores de la comunidad universitaria
(Bagnato y Losiggio, 2022; Blanco, Spataro y Flesler, 2022; Imperatore
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Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Volumen 2 / Número 3 / marzo-agosto de 2024
et al., 2023). Dentro de esas producciones se recupera el texto Superficies
de placer, orgullo y asco, de Blanco, Spataro y Fresler (2022), el cual centra
su análisis en la relación entre afectos y espacialidad en FCEyN y FADU
de la UBA. Entre los hallazgos centrales de esta investigación destacan
las denuncias a la ideología de género, la corrección política y la igualdad
de género, y la politización, que, sin ser expresiones de odio, no se alinean
a las políticas feministas universitarias. Por su parte, la publicación Con/
contra las estrategias institucionales: Percepciones de estudiantes universita-
rios ante iniciativas contra violencias sexistas, de Blanco y Spataro (2019),
resulta ser un antecedente relevante, pues da cuenta de la heterogeneidad
de posicionamientos por parte del estudiantado respecto algunas de las
políticas de género implementadas en la UBA. Puntualmente, toma los
protocolos de actuación ante casos de violencia, las denuncias públicas, las
demandas por formación con perspectiva de género y la creación de baños
sin género, otorgando como principales hallazgos “el desconocimiento
entre los estudiantes de los procedimientos ante casos de violencia, falta
de acuerdo respecto de los alcances de una formación con perspectiva
de género y la valoración positiva de las estrategias frente a la población
trans” (Blanco y Spataro, 2019, p. 173).
Con un marcado énfasis en las violencias sexistas, los antecedentes
citados constituyen aproximaciones realizadas al calor de un clima so-
cial y político relativamente favorable a los feminismos. En un contexto
caracterizado por el repliegue ya mencionado, el presente artículo se
propone recuperar las voces disonantes motivadas por el descontento y
el desacuerdo, el hartazgo con las políticas feministas implementadas en
FSoc, FFyL y FADU de la UBA, que hasta el momento han sido poco
exploradas. En el siguiente apartado se despliegan las coordenadas teóricas
que dieron lugar a la construcción de los resultados del presente escrito.
Resultados
Voces disonantes
La noción de voces disonantes se establece para nombrar las reacciones y
afectos de quienes no se sienten interpelados o que, incluso, manifiestan
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No todo es odio o celebración: El lugar de las voces disonantes...
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fuertes críticas frente a las políticas feministas universitarias. Se refiere a
todas aquellas expresiones (escritas y orales) que cuestionan o manifiestan
desacuerdos de diferente tenor respecto de la implementación de alguna
de estas políticas. Esta categorización permite explicar que las impug-
naciones o críticas a estas políticas (y los temas que éstas promueven) no
necesariamente responden al odio y a posicionamientos antifeministas.
Por el contrario, abarcan una pluralidad de afectos, como la incomodi-
dad, el descontento, la antipatía y el desinterés suscitados por demandas
históricas que continúan desatendidas por parte de las instituciones uni-
versitarias, entre otros motivos que desarrollaremos en el presente trabajo.
Las voces disonantes exponen los matices de las críticas y cuestio-
namientos que se suscitan a partir de las políticas feministas universitarias;
tampoco se deja de lado que conviven y dialogan con los discursos de odio,
cuya gravitación resulta insoslayable en el debate público actual. Éstos son
definidos por la organización de las Naciones Unidas como una amenaza
para los valores democráticos, la estabilidad social y la paz, por lo que
deben abordarse y enfrentarse con el propósito de prevenir conflictos
armados, crímenes atroces y terrorismo; poner fin a la violencia contra las
mujeres y otras violaciones de los derechos humanos; así como promover
sociedades pacíficas, inclusivas y justas (ONU-DH, 2020 en Percastre,
2023). En ese sentido, se entiende que estos discursos debilitan y socavan
los tejidos de lo común y, por ende, representan un peligro para nuestras
democracias (Delor et al., 2022).
Recuperando a Ahmed (2015), el odio se distribuye y circula en
varias figuras que representan la amenaza de una pérdida. Ese peligro,
en nuestro caso, podría pensarse con relación a los avances y conquistas
de los feminismos y de los derechos de las mujeres y diversidades que, en
la coyuntura actual de precarización de la vida, son identificadas como
quienes ponen en peligro el conjunto de derechos (y, por supuesto, privi-
legios). Tal es que, desde la década de 1990 a la actualidad se sucedió un
recrudecimiento de la violencia política contra las mujeres y diversidades
debido al aumento de su participación en la vida pública y la toma de
decisiones (Rulli, 2023).
126
Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Volumen 2 / Número 3 / marzo-agosto de 2024
Ahora bien, a la luz de la etnografía virtual realizada, se recupera
a Giorgi (2020) cuando identifica que: “El odio contemporáneo es fun-
damentalmente un odio escrito”, que el odio es siempre una disputa por
lo decible, por los pactos de dicción que definen la posibilidad de la vida
democrática, por las formas de repartir eso que llamamos “esfera públi-
ca” (p. 20). A su vez, se entiende que, tal como indica Stefanoni (2021),
estas expresiones de enojo, protesta e indignaciones contemporáneas a
las que se asiste en los cinco continentes, y también en el caso particular
del ámbito universitario argentino, deben ser atendidas y escuchadas para
comprender más el futuro próximo y disputar sentidos que contribuyan
a construir universidades más inclusivas y democráticas.
El anonimato en el que transcurren los intercambios en redes
sociales ofrece a sus usuarios la posibilidad de expresarse con menos re-
paros, al mismo tiempo que condensan muchos de los discursos sociales
que circulan en las diferentes esferas de la vida offline, en donde también
se disputan la hegemonía discursiva. En ese sentido, las redes sociales
se han convertido en un espacio que propicia la circulación de ataques
irracionales, de expresión de furia e ira donde no hay una predisposición
a contrastar su consistencia o fundamento, y las discusiones se amplifican
y exasperan (Cafiero, 2020).
Por otro lado, se toman las reflexiones de Dubet (2020), cuando
señala que en la interacción cara a cara el lazo social se ocupa de imponer
moderación en el intercambio de ideas. Dicho de otro modo, las expre-
siones de mayor virulencia, señala el autor, son generalmente anónimas
porque escapan así a las coacciones de la interacción. De ahí la importancia
para Dubet de las mediaciones interpersonales y también, a propósito del
presente artículo, de la importancia de las mediaciones institucionales;
sin embargo, se reflexiona siguiendo a Giorgi (2020), quien sugiere que
estas expresiones de odio que vienen ganando protagonismo en la arena
pública plantean un corrimiento de lo que es posible de ser dicho, en pa-
labras del autor: el odio empuja los límites” (p. 20) de lo que es aceptado
y legitimado socialmente.
En el presente artículo se construyó la categoría de voces disonantes
porque nos permitió exponer la heterogeneidad de expresiones y afectos
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Trzenko, B.; Imperatore, V.; Bagnato, M.L. | Pp. 119-155
que encontramos en el análisis realizado, en donde se incluyen las más
virulentas, entendidas como antidemocráticas, pero también el resto de
ellas. Para esta construcción recuperamos los aportes del denominado:
giro afectivo (Macón y Solana, 2015; Ahmed, 2015, 2019, 2022; Berlant,
2020). Tal como señala Macón (2021), aunque la filosofía se ha encar-
gado desde siempre de la recuperación de los afectos/emociones,
1
en los
últimos años ha tomado un nuevo impulso el estudio de la dimensión
afectiva involucrada en los fenómenos sociales, especialmente a partir
de los análisis originados por los estudios feministas, de sexualidades,
estudios queer y el postestructuralismo. Si bien dentro del giro afectivo
existen matices, uno de sus rasgos característicos es la problematización
del rol que cumplen los afectos en las formas de producción, reproducción
y continuidad de las estructuras de poder que organizan las relaciones
sociales (Cuello, 2019).
A partir de la recuperación de la dimensión afectiva, toma forma un
cuestionamiento no sólo a las maneras tradicionales de concebir la esfera
pública, lo privado y lo íntimo (Macón, 2021; Macón y Solana, 2015;
Berlant y Warner, 2002), sino también a las limitaciones de participación
en lo público de los grupos históricamente considerados como minoritarios:
las mujeres y las disidencias (Macón y Solana, 2015). Desde esta mirada,
se entiende a los afectos en tanto sociales, inestables, paradójicos, capaces
de producir superficies y límites de lo individual y lo colectivo e idóneos
para dar cuenta del lazo social (Macón y Solana, 2015).
A partir de las herramientas que ofrece esta perspectiva, interesa
hacer foco en la performatividad de las emociones, en tanto prácticas
sociales y culturales que, en su movimiento e irrupción, tienen capacidad
de incidir en la esfera pública, para ello se retoma especialmente el plan-
teamiento de Ahmed (2015, 2019). Desde su perspectiva, las emociones
presentan un carácter relacional, y moldean la superficie de los cuerpos
individuales y colectivos en tanto involucran reacciones o relaciones de
acercamientos / distanciamiento de los otros. Recuperando a Leonor Ar-
fuch (2018), interesa poner el acento en qué hacen las emociones ante este
1 En el presente artículo se usan los términos de afectos y emociones de forma indistinta, siguien-
do los lineamientos teóricos de Sara Ahmed.
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Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Volumen 2 / Número 3 / marzo-agosto de 2024
estado de cosas y qué hacemos nosotros con ellas. Su análisis se concentra
en las figuras del habla o del discurso que condensan la emocionalidad de
los textos. Estas interrogantes permiten, siguiendo a Bagnato y Losiggio
(2022), revisar y cuestionar aquella idea de que existen algunos afectos
como la razón, la templanza y el entusiasmo, que históricamente se han
jerarquizado y son leídos como eminentemente políticos, y otros como
el enojo feminista o el orgullo por la orientación sexual disidente, que
son menoscabados y considerados como apolíticos. En otras palabras, el
artículo se propone revertir las imputaciones a priori de ciertas emociones
entendidas tradicionalmente como negativas, dañinas, injustas, bajas o
menores (Losiggio, 2017) y retomarlas como grillas de inteligibilidad de
demandas políticas (Bagnato y Losiggio, 2022).
En función del corpus analizado se identificaron dos dimensio-
nes centrales de la categoría voces disonantes, las cuales son detalladas a
continuación.
Reclamos materiales, administrativos y cuestionamientos a la agenda institucional
Esta primera dimensión, identificada en el material empírico, se en-
cuentra asociada a afectos como el hartazgo, suscitado por una atención
institucional deficiente frente a las consultas o reclamos de tipo adminis-
trativo, realizados por parte de la comunidad universitaria. Se identifican
comentarios que refieren a falencias en el curso de procedimientos buro-
cráticos (trámites) que incluyen, pero exceden el contenido mismo de las
políticas feministas. Entre ellos se destacan la falta de respuesta frente a
consultas de diversa índole (por ejemplo, la solicitud de expedición del
título o la modificación en la inscripción a materias). En esta dimensión
de las voces disonantes identificadas se organizaron los posicionamientos
que cuestionan la jerarquización de la agenda feminista en la universi-
dad, quienes interpretan que existen otras situaciones y cuestiones más
urgentes para ser atendidas, como las condiciones edilicias (la falta de
calefacción, el deterioro de las aulas, los baños y pasillos, entre otros). Este
cuestionamiento sobre la forma en que la institución asigna y prioriza los
recursos, tanto económicos como humanos, suscita afectos de hartazgo,
de indignación y enojo.
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En vistas de la reflexión analítica que aquí se propone, es perti-
nente señalar que la implementación de políticas feministas en el ámbito
universitario se inscribe en debates teórico-políticos que incluyen, pero
también exceden lo que acontece en dicho contexto. Uno de ellos se
refiere, por un lado, al contrapunto entre las filósofas feministas Nancy
Fraser (2000) y Judith Butler en torno a las políticas de reconocimiento
(simbólico) y las de distribución (material). Tal como se desarrolla en el
presente artículo, algunos de los señalamientos a las políticas de género y
sexualidades relevados entre la comunidad universitaria parecen actualizar
dicha polémica, habilitando la pregunta por el alcance concreto de ciertas
iniciativas feministas.
Entre lo público y lo íntimo, y el saber ideológico y el saber cientíco
Para la construcción y análisis de la categoría de voces disonantes y sus
diversas formas de expresión se recupera, además de la perspectiva teórica
del giro afectivo, la del análisis del discurso (Voloshinov, 1929; Angenot,
2010; Dvoskin, 2019). Esta perspectiva permite entender la relación entre
el lenguaje, las ideas y sentidos que construye, reproduce y, por supuesto,
sus condiciones de uso; es decir, las condiciones materiales e históricas en
la que ese lenguaje se inscribe. Estos estudios aportan elementos centrales
para analizar las mencionadas expresiones, entendidas como portadoras
de valores que clasifican y construyen mundos, dan cuenta de ellos y, a
su vez, permiten inscribirlas en contextos más amplios, que responden
o materializan discursos sociales ya existentes. El concepto de discurso
social definido por Angenot (2010, p. 21): Todo lo que se dice y escribe
(lo que se narra y argumenta, los dos modos de puesta en discurso) en un
estado de sociedad”, permite esclarecer algunos de los debates actuales en
torno a los feminismos y sus impugnaciones, como también comprender
cuáles son los alcances de estas posturas en las facultades tomadas como
caso de estudio para el presente artículo.
Una segunda dimensión de las voces disonantes en los relatos releva-
dos es aquella que desacredita las políticas feministas, por no considerarlas
pertinentes a este ámbito educativo. Por un lado, interpretan a la univer-
sidad pública como un lugar en donde el saber científico se contrapone
130
Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Volumen 2 / Número 3 / marzo-agosto de 2024
con políticas que ponen a la intimidad entendida como una dimensión
relativa al ámbito privado en el medio de la escena universitaria; y
por otro, conceptualizan de forma negativa la perspectiva de género al
denominarla o entenderla como ideología de género, en donde se expresa
una disputa por la hegemonía discursiva (Angenot, 2010). La noción de
perspectiva de género involucra la promoción de un cambio ético en las
instituciones para que éstas incorporen en sus sistemas axiológicos el
respeto a la diversidad y la búsqueda de la equidad, particularmente de
género (Palomar Verea, 2004). En cambio, la expresión ideología de géne-
ro enuncia una disputa vigente en lo que refiere a los avances, retrocesos y
contraofensivas de las luchas llevadas adelante por las militancias feminis-
tas y LGTBIQ+ siglas que aluden al colectivo integrado por lesbianas,
gays, bisexuales, travestis, trans, transexuales, queer e intersex, entre otras.
El orden de las siglas, así como la inclusión de otras disidencias sexuales
varía según las coyunturas políticas y sociales de las regiones(Dvoskin,
2018). Al llamarla ideología de género se construye de modo negativo
porque hay un uso peyorativo del término ideología; en suma, desde la
postura de quienes interpretan a las políticas feministas universitarias
como ideología, también consideran que se trata de cuestiones opuestas
al saber científico entendido como neutral y objetivo. En suma, éstas son
las principales herramientas teóricas que permiten recuperar y analizar las
voces disonantes (escritas y orales) movilizadas por las diferentes políticas
feministas implementadas en el espacio universitario.
Estrategia metodológica
En el presente artículo se trabajó desde una metodología cualitativa con
un diseño flexible que combina diferentes técnicas de recolección de
datos, con el objeto de complejizar los discursos y afectos que circulan
en sus diferentes modalidades, como la palabra escrita, la interacción cara
a cara, los discursos más espontáneos, discursos dirigidos por una pre-
gunta, etcétera. La metodología utilizada persigue tipificar teóricamente
los afectos vinculados con las posturas críticas a las políticas de género
implementadas en las universidades y, específicamente, en las casas de
estudio que forman parte de esta indagación. De manera exploratoria, se
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No todo es odio o celebración: El lugar de las voces disonantes...
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buscan otras demandas y voces con relación a estas posturas y exigencias.
Este estudio no pretende ser representativo de las percepciones y emo-
ciones suscitadas por estas políticas entre el estudiantado ni tampoco de
la totalidad de las posturas críticas. El corpus de análisis se compone de
dos trabajos propios de investigación y se nutre de los datos obtenidos en
otras realizadas previamente, como fuente secundaria. A continuación, se
desglosa el corpus y las técnicas de recolección utilizadas.
En una primera indagación se realizó una etnografía virtual de
las páginas oficiales y no oficiales de Facebook de dos facultades que
constituyen parte de nuestro objeto de estudio: la Facultad de Ciencias
Sociales (FSoc) y la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), ambas perte-
necientes a la UBA después se incluyó a la Facultad de Arquitectura,
Diseño y Urbanismo (FADU). El período indagado comprendió los
años 2018 y 2021. La primera exploración se realizó cuando los procesos
de enseñanza-aprendizaje eran virtualizados en las universidades na-
cionales a causa de la pandemia covid-19.
2
Este relevamiento se centró
en identificar las expresiones que circulaban en torno a las políticas de
género alusivas al lugar de los saberes, los espacios y las políticas para
abordar las violencias de género en esas facultades. También se propuso
un acercamiento de carácter exploratorio a las voces que expresan críti-
cas o reparos respecto de las políticas de género feministas. Para ello, el
trabajo se situó epistemológicamente en la perspectiva de la etnografía
digital/onlife, asumiendo que tanto la dimensión en línea (online) como
la fuera de línea (offline) están integradas en el entramado de diversas
prácticas sociales, a partir de las cuales se relacionan grupos en línea con
situaciones fuera de ésta.
Para los fines de esta investigación Facebook presenta dos ven-
tajas, comparada con otras redes sociales; en primer lugar, conserva la
2 En Argentina, durante el contexto de pandemia por covid-19, desde marzo de 2020 el go-
bierno nacional por decreto dispuso el aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO),
impidiendo la circulación de todas aquellas personas cuyas actividades no se consideraban
esenciales. Si bien en noviembre de ese mismo año se dispusieron medidas de exibilización
del aislamiento, llamado Distanciamiento social preventivo y obligatorio (DISPO), hasta el
comienzo del ciclo lectivo de 2022, las universidades realizaban sus actividades académicas
por distintos medios virtuales.
132
Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Volumen 2 / Número 3 / marzo-agosto de 2024
información, por lo que es posible volver a ella después de publicada (no
sucede lo mismo con las historias de Instagram (IG), que desaparecen
luego de 24 horas). Además, los grupos de Facebook no tienen versiones
similares en otras redes sociales, por eso, los y las jóvenes no la eligen para
otras prácticas virtuales, pero sí para intercambiar información, debates
y opiniones con pares, en este caso estudiantes de su facultad o carrera.
Las páginas oficiales analizadas presentan una frecuencia de
posteos diaria. La de FFyL fue creada en 2015, y cuenta con 27,627 inte-
grantes. Por su parte, la de FSoc surge en 2010 y tiene 65,234 integrantes.
En cuanto a los grupos, también presentan una frecuencia de uso diario,
con más de una publicación al día. El grupo abierto de FFyL es de 2013
y cuenta con más de 35,000 participantes. El grupo abierto de FSoc es
de 2007 y tiene 14,500 integrantes. Por último, el grupo privado de FSoc,
creado en 2013, cuenta con 20,454 miembros. Esta breve morfología
sobre las páginas y grupos relevados resulta interesante para contrastar
la vigencia de Facebook para estas interacciones virtuales, visible en la
frecuencia diaria de posteos de cada uno de los grupos, y para considerar
su alcance (FSoc cuenta con alrededor de 28,000 estudiantes de grado y
5,000 de posgrado).
La información que circula por estos grupos es variada y abundan-
te, por ello realizamos una búsqueda centrada entre los años 2018 y 2021,
guiada por las siguientes palabras clave: género, feminismos, violencia de
género, protocolo, aborto, lenguaje inclusivo y educación sexual integral
(ESI). Nos concentramos en aquellas donde identificamos comentarios
disonantes, en los términos ya definidos en este artículo. Las publicaciones
seleccionadas bajo estos criterios se organizaron en un cuadro de doble
entrada donde se registraron: imagen, link, texto y fecha de publicación
del posteo, así como fecha de ingreso al mismo.
Este estudio requiere atención fundamental respecto de los posteos
de Facebook como insumos. La etnografía virtual se centró en grupos
de carácter público, aunque entendemos que abordar temas de carácter
sensible puede ser contraproducente en las personas que participan en
ellos, pese a preservar su identidad y posicionamiento. Consideramos,
entonces, a partir de la bibliografía sobre los desafíos éticos de los insumos
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No todo es odio o celebración: El lugar de las voces disonantes...
Trzenko, B.; Imperatore, V.; Bagnato, M.L. | Pp. 119-155
provenientes de la etnografía virtual (Huang, Cadwell y Sasamoto, 2023),
anonimizar y parafrasear los posteos, respetando su significado original,
para preservar la identidad, resguardar la confidencialidad de las personas
involucradas y dificultar el rastreo hasta su fuente.
En una segunda etapa de la indagación se realizaron cinco grupos
focales durante julio de 2022, compuestos por estudiantes militantes y
no militantes de espacios políticos estudiantiles de tres facultades: FFyL,
FSoc y FADU, todas pertenecientes a la UBA, cuyo insumo nos permitió
enmarcar los relevamientos virtuales. En estos encuentros se indagaron
las percepciones en torno a la categoría género, el nivel de conocimiento
de las políticas de género en sus respectivas facultades, el grado de ad-
hesión a ellas y una fundamentación acerca de cuáles creen que son sus
fortalezas y debilidades. Quienes participaron fueron reclutados a través
de la técnica bola de nieve, y en total fueron 29: 16 mujeres y 11 varones
cisgénero, y dos no binarios/as, distribuidos en cinco grupos.
Por último, para enriquecer el análisis se recuperaron los insumos
otorgados por dos relevamientos elaborados previamente. El primero de
ellos es el Informe de resultados y recomendaciones Estudio de caso del
campus de la Universidad de Buenos Aires (2015-2020). Diseñar y rediseñar
el espacio universitario desde una perspectiva de género, de la Carleton Uni-
versity, dirigido por Spataro y Flesler (2021), investigación realizada entre
marzo de 2020 y octubre de 2021, e integrada por tres componentes: el
primero fue una encuesta a personas que trabajan y estudian en Ciudad
Universitaria,
3
y cuyo objetivo era identificar cuáles son las emociones
que suscitan, en general, algunos espacios cotidianos universitarios en su
comunidad, en particular aquellos intervenidos con políticas de género
durante los últimos años; se obtuvieron 2,064 respuestas: 663 (32%)
con pertenencia a la FCEyN y 1,401 (68%) a la FADU, estos números
representan el 7% de la población total de FCEyN y el 5.6% de la po-
blación total en FADU. La mayoría de las personas que respondieron la
encuesta fueron estudiantes menores de 24 años, quienes comenzaron
su circulación por Ciudad Universitaria luego de 2015 y se identifican
como mujeres cis.
3 La Ciudad Universitaria de la UBA es el campus en el que se emplazan la FCEyN y FADU.
134
Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Volumen 2 / Número 3 / marzo-agosto de 2024
El segundo componente de la investigación se centró en el
relevamiento de sensaciones y expresiones referidas a la espacialidad
universitaria a través de una etnografía digital en perfiles institucionales
y los principales perfiles no institucionales de FADU y de la FCEyN,
tanto en Twitter como en Facebook.
El tercero se focalizó en el trabajo formulado junto a la materia
Diseño y Estudios de Género de la FADU, a partir de la transferencia
de algunos hallazgos obtenidos de la encuesta y del relevamiento net-
nográfico; el objetivo fue involucrar a 182 estudiantes para diseñar un
proyecto de intervención en el espacio de Ciudad Universitaria desde
una perspectiva de género inclusiva (Spataro y Fresler, 2021). Entre los
componentes señalados se recuperó el primero, centrado en el estudio de
sensaciones y valoraciones sobre las intervenciones, los usos y las percep-
ciones del espacio de la Ciudad Universitaria de la UBA, específicamente
de las respuestas relevadas en FADU.
En esta encuesta se preguntó
4
a la comunidad de ambas faculta-
des por las sensaciones que les producían diecisiete espacios cotidianos,
los cuales fueron presentados en un orden aleatorio y agrupados para su
análisis en cuatro grupos: 1. Espacios generizados (1. baños en general,
2. baño sin distinción de género, 3. jardines de infantes, 4. lactarios, 5.
oficinas género-espacios); 2. Espacios pedagógicos (6. talleres y laborato-
rios, 7. bibliotecas, 8. aula magna, 9. edificio cero + infinito); 3. Espacios
exteriores, de encuentro y tránsito (10. patio central, 11. escaleras de emer-
gencia, 12. comedores, 13. explanadas, 14. acceso a la reserva ecológica,
15. reserva ecológica); y 4. Espacios de gestión (16. Consejo Directivo,
17. áreas administrativas). Las sensaciones enlistadas, tal como señalan
en el informe, fueron consideradas tanto de manera positiva, negativa o
4 Tal como menciona el informe, la encuesta empleó casi en su totalidad preguntas cerradas de
respuesta simple y múltiple. Al nal, se incluyeron tres preguntas de respuesta abierta: ¿Tenés
algún comentario? ¿Qué lugares te generan inseguridad y por qué? Si tuvieras la posibilidad
¿qué espacio de Ciudad Universitaria modicarías o crearías y por qué? También se incluye-
ron preguntas sobre el consentimiento informado, rol en la institución, año de ingreso, mo-
mento del día en que asiste con más frecuencia, medio de transporte más frecuente de acceso
a la institución, género y orientación sexual.
135
No todo es odio o celebración: El lugar de las voces disonantes...
Trzenko, B.; Imperatore, V.; Bagnato, M.L. | Pp. 119-155
neutra: alegría, tristeza, orgullo, vergüenza, comodidad, incomodidad,
seguridad, miedo, placer, asco, indiferencia, amor, odio y no lo conozco.
En este artículo nos centramos en las valoraciones y sensaciones
suscitadas acerca de los espacios generizados; y respecto del espacio de
los baños surgió la siguiente información: asco (33.8%), incomodidad
(26.1%) e indiferencia (12.6%).
5
Sobre estas sensaciones nos interesaron
aquellas que, si bien son expresadas como valoraciones negativas, como el
asco, expresan demandas más profundas como las asociadas al deterioro
de las condiciones materiales de los edificios y de limpieza y manteni-
miento. Tal como señala el análisis de este informe: “El alto porcentaje
de respuestas acerca de la falta de mantenimiento y la escasa limpieza
de las instalaciones pone de relieve una temática pocas veces atendida
como prioritaria en las gestiones de la universidad pública (Spataro y
Fresler, 2021).
6
El artículo también se basó, como fuente secundaria, en los resul-
tados obtenidos de la Encuesta sobre Salud Sexual Integral, realizada por
la Consejería de Salud Sexual Integral (en adelante CSSI) de la Facultad
de Ciencias Sociales de la UBA en noviembre de 2022.
7
Fue respondida
por 3,621 personas: 82% estudiantes, alrededor del 6% no docentes,
11% docentes e investigadores/as y menos del 1% (23 casos) personal
administrativo. La mayoría de las personas (70%) que respondieron se
identifican como mujeres cis, un 25% como varones cis y alrededor de
un 2% como personas trans o no binarias (sumando en total 97%, dado
5 Según el detalle del informe, el asco prima entre estudiantes (37.5%), la incomodidad en-
tre docentes (34.4%) mientras que la vergüenza entre no docentes (28.1%). La incomodidad
es más signicativa entre mujeres cis (31.0%) que entre varones cis (15.7%) y personas trans
(17.4%). El asco entre trans (43.5%) que entre mujeres (36.4%) y varones (26.3%) cis. La in-
diferencia es más alta en varones (19.6%) que entre trans (13.0%) y mujeres (9.6%).
6 Si bien en este artículo no trabajamos recuperando las preguntas abiertas de este estudio como
insumo de análisis, nos parece pertinente poder recuperar la formulación de estas preguntas
para orientar a quien lee este artículo y motivar la lectura del informe. Las preguntas abier-
tas del componente utilizado como antecedente de este artículo son las siguientes: Si tuvieras
la posibilidad ¿qué espacio de Ciudad Universitaria modicarías o crearías y por qué? Puede
ser más de uno. En caso que consideres que no hay ningún espacio a modicar o crear, escri-
bí “ninguno”.
7 Cabe mencionar que para la realización del presente artículo las autoras tuvieron, además, la
posibilidad de acceder a la base de datos completa resultante de dicha Encuesta.
136
Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Volumen 2 / Número 3 / marzo-agosto de 2024
que el 3% de las personas restantes no indicó género). El objetivo general
de la encuesta fue analizar los conocimientos y actitudes de estudiantes,
docentes y no docentes de la comunidad de FSoc hacia la salud sexual.
El instrumento de recolección de datos se organizó de acuerdo con
diferentes dimensiones, como la formación en contenidos de educación
sexual durante las trayectorias en las escuelas secundarias, las estrategias
de cuidados y prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS),
los aspectos de la salud sexual integral que inciden sobre las trayectorias
universitarias, algunos aspectos específicos vinculados a la salud sexual
integral y al libre desarrollo personal de personas trans y no binarias en
el marco de la Ley 26.743/2012 de Identidad de Género.
El artículo recuperó también lo obtenido a partir de las preguntas
de respuesta abierta, en particular las referidas a identidad de género
autopercibida y una final abierta a comentarios; 37 de estas respuestas
abiertas corresponden a la pregunta por la identidad de género autoper-
cibida y 469 comentarios finales. El criterio de selección para el trabajo
con este insumo fue el mismo que para la red social Facebook, el foco
estuvo puesto en recuperar aquellas respuestas en las que identificamos
voces disonantes. En ese sentido, trabajamos con un corpus de 11 respues-
tas abiertas sobre la identidad de género autopercibida y 53 comentarios
finales. Finalmente, con el objetivo de analizar la totalidad del corpus de
materiales, se elaboró una grilla ordenada de acuerdo con las políticas
de género implementadas en las facultades consideradas, a propósito de
las cuales fueron realizados los comentarios o afirmaciones relevadas,
a saber: la expedición de títulos de acuerdo con la identidad de género
autopercibida, aplicación del protocolo de abordaje de las violencias ma-
chistas, implementación de capacitaciones en el marco de la Ley Micaela,
aprobación del uso del lenguaje inclusivo en producciones académicas,
implementación de consejerías en salud sexual y reproductiva, creación
de baños sin distinción de género y, por último, la creación de áreas de
políticas de género al interior de la estructura de gestión universitaria.
Con el apoyo de este instrumento se construyeron las dimensiones de
análisis de las voces disonantes expuestas en el presente trabajo.
137
No todo es odio o celebración: El lugar de las voces disonantes...
Trzenko, B.; Imperatore, V.; Bagnato, M.L. | Pp. 119-155
Análisis
En el presente apartado se consigna el análisis del corpus seleccionado.
Está dividido en dos grandes subtítulos en donde se contemplan los
resultados obtenidos a la luz de las discusiones teóricas ya mencionadas,
que los atraviesan y configuran.
Cumplan con lo básico. Nuevo impulso para viejas demandas
Se advierte que al analizar detenidamente las voces disonantes respecto
de las políticas de género universitarias emerge una diversidad de de-
mandas dirigidas a la institución. En este apartado se sitúan dos grupos
construidos con fines expositivos: el primero refiere a reclamos de tipo
administrativo y el segundo a cuestionamientos de la agenda institucional,
en el que se organizan tanto malestares por las condiciones materiales
en las que se estudia y trabaja, como desacuerdos con relación a la de-
finición de prioridades por parte de la institución para asignar recursos
económicos y humanos.
En cuanto a los reclamos de tipo administrativo se identifican co-
mentarios que aluden a falencias en los procesos burocráticos que incluyen,
pero exceden el contenido de las políticas de género. Este es el caso de
lo relevado en torno a la resolución aprobada por la UBA para expedir
títulos de acuerdo con la identidad de género; es decir, respetando el
nombre y la identidad de género autopercibida por cada persona, hubiera
realizado el cambio registral o no, tal como lo establece la Ley 26.743 de
Identidad de Género desde 2012. Ante la difusión institucional de esta
normativa proliferaron señalamientos sobre los plazos para la emisión
de los diplomas: Ah ¿FSoc entregaba títulos?” (Arakelman, 2021), “Mi
título hace 75 días que lo inicié y aún ni verificaron la documentación
que presenté por TAD. ¡Puro humo son!” (Ana Laura, 2021).
Las extensas demoras en la expedición de títulos constituyen un
viejo reclamo extendido en distintas facultades de la UBA, por lo que
algunas personas recurren a amparos legales o se organizan de manera
autogestiva para exigir el cumplimiento de los plazos establecidos por la
Ley 24.521/1995 de Educación Superior (no mayor a los 25 días corridos
a partir del inicio del trámite de solicitud). Dicho malestar preexiste a la
138
Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Volumen 2 / Número 3 / marzo-agosto de 2024
normativa que recupera la Ley de Identidad de Género y, sin embargo,
la manera en que la comunidad se apropia de la iniciativa es indisociable
de ello. En palabras de una entrevistada: “Está buenísima la iniciativa
y está bueno celebrarlo, pero si no hay títulos, ¿para qué?” (Estudiante,
comunicación personal, 10 de julio de 2022).
En el relevamiento virtual también se identifican comentarios
vinculados a cuestiones administrativas sobre publicaciones en las que la
institución comunicaba actividades y políticas de género. Así, debajo de la
difusión de la charla “Entre el texto y el contexto: la ESI, la comunicación y
la formación docente en tiempos de pandemia en la página oficial de Face-
book de FSoc- UBA, una persona encuentra la oportunidad para expresar:
Dios mío que alguien conteste los mails! Necesito resolver
algo relativo al trámite de mi título y no me responden hace días. ¡Q
desastre la atención a estudiantes y graduados que maneja la facultad!
(Comentario relevado a partir de la etnografía virtual realizada entre
los años 2021-2022).
En una línea similar, debajo de la difusión del Taller de Promotoras
para el Abordaje de las Violencias de Género en la Universidad, en la mis-
ma página institucional de Facebook de Fsoc-UBA, otra persona opina:
Otro tema del que deberían ocuparse es de quienes nos cam-
biamos de trabajo [...] Si no puedo cambiar mi horario de cursada en
ese caso, pierdo la materia y esto no lo resuelvo con lenguaje “inclusivo”.
Necesitamos más gestión para lxs que trabajan (Comentario relevado
a partir de la etnografía virtual realizada entre los años 2021-2022).
Los extractos citados expresan la urgencia por resolver un asun-
to que se entiende prioritario sobre lo que comunica la institución en
sus redes (completar la solicitud de expedición del título o modificar la
inscripción a materias) y el hartazgo por la falta de respuesta; además,
producen el efecto de banalizar o restar importancia a las iniciativas de
género sobre las que se inserta el comentario. Por otra parte, interesa
llamar la atención sobre una contraposición de las demandas feministas
y las necesidades de quienes trabajan. Esta dicotomía parece traer a la
actualidad un histórico debate sobre la distinción entre políticas de re-
conocimiento de la diversidad sexo-genérica y políticas de redistribución
económica (Fraser, 2000), atravesado por la diferencia conceptual entre
139
No todo es odio o celebración: El lugar de las voces disonantes...
Trzenko, B.; Imperatore, V.; Bagnato, M.L. | Pp. 119-155
lo económico (material) y lo cultural heredada del marxismo clásico. Sin
pretensiones de saldar esta discusión entre lo material y lo cultural por
otra parte, ya matizada por distintos pensadores del marxismo heterodoxo
desde hace tiempo (Althusser, 1967), resulta sugerente advertir el modo
en que dichas controversias teóricas encuentran asidero en los complejos
procesos de apropiación de las políticas de género al interior de la UBA.
A propósito de lo material, enseguida se explica el segundo grupo
de demandas identificadas: aquellas orientadas a cuestionar la agenda
institucional. Tal como se adelantó al inicio de este apartado, aquí se
encontraron malestares relativos a las condiciones materiales en las que
se estudia y trabaja, así como desacuerdos vinculados a la definición de
prioridades realizada por la institución para asignar recursos económicos
y humanos.
¿Cuáles deberían ser las prioridades de las facultades en términos
de gestión institucional? ¿Qué es considerado básico o necesario por la
comunidad? ¿Se corresponde con lo establecido por la propia institución?
Resulta interesante ver cómo distintos posicionamientos y argumentos
relevados en esta investigación introdujeron dichas interrogantes por la
crítica a políticas de género. En el espacio abierto a comentarios finales
de la Encuesta de Salud Sexual Integral de FSoc (2021) encontramos
frases como:
Estoy harto de leer este tipo de cosas, de que cada vez le asig-
nen más y más recursos (incluido tiempo) para estas cuestiones, cuando
lo básico, como la situación edilicia de la facultad, como también de
limpieza o la calidad de la enseñanza va en decadencia. Dejen de
asignarle recursos a esta ridiculez y concéntrese en mejorar la calidad
de enseñanza, de arreglar las cosas que están rotas o que se puedan
mejorar (Estudiante, comunicación personal, 5 de septiembre de 2021).
En ocasiones las críticas son precedidas por aclaraciones con-
cesivas, después se enuncia la pregunta por la urgencia o la prioridad
otorgada a la agenda de género:
Me parece muy bien que desde un equipo de investigación
se lleve a cabo esta encuesta. Pero [...] las autoridades de la facultad
que se ocupen primero de garantizar que la institución funcione,
que cumpla con lo básico (Estudiante, comunicación personal, 12 de
septiembre de 2021).
140
Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Volumen 2 / Número 3 / marzo-agosto de 2024
En otras, los comentarios juzgan de manera directa las políticas
de género como innecesarias, no pertinentes y hasta ridículas, frente a
otras cuestiones calificadas como básicas. El abanico de los asuntos que
aparecen como básicos es amplio, incluye la inversión en infraestructura
(mejorar conectividad para clases virtuales), la atención a las condiciones
laborales del claustro docente (justa retribución salarial, regularización
de cargos por concurso, aplicación del convenio colectivo de trabajo para
el pago de licencias, etcétera), la ampliación de la oferta académica (por
ejemplo, el curso de verano) y el mejoramiento edilicio (que exista una
biblioteca con sala de lectura, un lactario o que se arreglen los baños),
una demanda ya identificada en investigaciones precedentes enfocadas
en la UBA (Blanco, Flesler y Spataro, 2021).
En consonancia con lo analizado por Blanco, Flesler y Spataro
(2021) para la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas y FADU, aquí
también se ponen de relieve la falta de mantenimiento o inversión en
las condiciones materiales temáticas pocas veces atendidas por las
gestiones de la universidad pública como elementos de interés para la
comunidad a la hora de reflexionar acerca de la experiencia universitaria.
Teniendo en cuenta la precariedad material sobre la que se inscri-
ben las políticas de género, existe el riesgo de que éstas sean interpretadas
en clave de privilegios o como una lavada de cara de la gestión:
Te saco un baño no binario, pero los baños no andan. Hay
problemas de base que estás ignorando y tenemos que resolver y es
algo que les pasa mucho a las facultades. Sin esa base no podés [...]
no nos uses como pantalla. No soy tu chivo expiatorio, hacete cargo
de tus problemas porque seguís vulnerando derechos (Estudiante,
comunicación personal, 30 de junio de 2022).
Los problemas de base invitan a reflexionar sobre los alcances
de políticas de género que se despliegan en instituciones marcadas por
una precariedad económica y material no resuelta. En este punto, resulta
pertinente establecer un diálogo con los aportes de Berlant (2020) cuando
describe el optimismo cruel como “una relación de apego a condiciones
de posibilidad comprometidas, cuya concreción resulta imposible, pura
fantasía (p. 58). Aquí se pregunta si impulsar políticas orientadas a
intervenir sobre las desigualdades sexo-genéricas en un contexto mate-
141
No todo es odio o celebración: El lugar de las voces disonantes...
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rial como el descrito anteriormente puede tornarse cruel, en tanto
horizonte inalcanzable.
Siguiendo a Bagnato y Losiggio (2022), el análisis de este apar-
tado apoya la idea de que no existe relación directa entre la expresión
de afectos negativos o positivos y la consolidación de posicionamientos
en contra o a favor de los feminismos. Por el contrario, se relevaron una
variedad de argumentos que traen a escena demandas desatendidas
por la gestión universitaria, y preocupaciones en las que se reactualizan
complejos debates vinculados a la definición de prioridades en el marco
de una agenda institucional. Esto visibiliza legítimas necesidades de la
comunidad universitaria y permite acceder, a través de distintas expre-
siones de enojo, a una discusión necesaria acerca de los efectos de una
creciente pauperización de la vida social (Stefanoni, 2021). Comprender
los señalamientos críticos en su complejidad trae consigo la posibilidad de
reflexionar sobre las políticas universitarias de género de un modo integral.
La agenda de género forma parte de una trama institucional amplia y,
por tanto, resulta entendible que no sea considerada aisladamente por
parte de la comunidad universitaria.
Dejen de adoctrinar, hagan ciencia: una dicotomía entre el saber y la ideología
En el presente apartado se exponen los posicionamientos que desacreditan
las políticas feministas por no considerarse pertinentes en este ámbito
educativo. A partir de los emergentes de campo se identificó que este
sentimiento de ajenidad redunda en dos argumentos que se entrelazan
e implican mutuamente. El primero presupone o interpreta a la univer-
sidad pública como un lugar en donde el saber científico se contrapone
con políticas que ponen a la intimidad, entendida como una dimensión
relativa al ámbito privado, en el medio de la escena universitaria. En este
punto, se trata de una postura que entiende lo público y lo afectivo como
opuestos. Como señala Arfuch (2005), el despliegue de lo público en el
siglo XVIII y su contracara, lo privado doméstico se articula a lo íntimo,
configurando la nueva subjetividad moderna rastreable en los testimonios
relevados y analizados en el apartado.
142
Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Volumen 2 / Número 3 / marzo-agosto de 2024
El segundo posicionamiento que emerge del trabajo de campo (y
que se vincula con el anterior) consiste no sólo en pensar a las políticas
de género como ajenas al espacio universitario por vincularlas al orden
de lo íntimo (asunto que la perspectiva del giro afectivo se encarga de
desanudar), sino también por considerarlas cuestiones opuestas al saber
científico entendido como neutral y objetivo. Los relatos relevados regis-
tran expresiones que conceptualizan de forma negativa la perspectiva de
género al denominarlas o entenderlas como ideología de género, en donde
se expresa una disputa por la hegemonía discursiva (Angenot, 2010).
Estas voces disonantes que emergen del trabajo de campo se
inscriben en contextos de inteligibilidad más amplios. Es decir, estos
posicionamientos responden o materializan discursos sociales ya exis-
tentes (Angenot, 2010), a propósito de lo que puede o no decirse en una
determinada sociedad o momento histórico; esto nos muestra una do-
minancia, pero también una disputa. Por ello, la intención de este escrito
es identificar aquellas regularidades concibiendo el discurso como una
práctica social, lo que implica contemplar las condiciones históricas en
que estos discursos circulan (Dvoskin, 2019).
En primer lugar, y a propósito del primer argumento señalado,
en una pregunta abierta sobre la identidad de género en la Encuesta de
Salud Sexual llevada adelante en FSoc, encontramos varias respuestas
que se orientan en esa dirección: No interesa. “Considero que el periodo
de desarrollo y conocimiento de la sexualidad ocurre bastante antes del
periodo universitario. Creo que las cuestiones de género, de identidad y de
sexualidad no deberían ser tan importantes en esta facultad (Estudiante,
comunicación personal, 01 de octubre de 2021). Estos testimonios ex-
presan que las políticas de género en las facultades estudiadas dinamitan
el binomio público-privado (e íntimo), posicionando temas como el de
las sexualidades y las relaciones sexoafectivas como cuestiones a atender
puertas adentro.
En uno de los grupos focales un estudiante expresó su desacuerdo
en que se incluyan contenidos de género obligatorios en su disciplina de
estudio, en este caso, la ciencia política, por entenderla también como
una temática no del todo pertinente a los fines profesionales:
143
No todo es odio o celebración: El lugar de las voces disonantes...
Trzenko, B.; Imperatore, V.; Bagnato, M.L. | Pp. 119-155
No sé si me gustaría que haya una obligatoria de género
porque bueno, yo dentro de mis críticas al contenido que tenemos las
materias de la carrera considero que en cierto sentido estamos bas-
tante desactualizados y más un mercado laboral que se propugna hoy
para los politólogos. Entonces, si se hace en pos de mejorar nuestras
posibilidades laborales está bien; ahora, si es tener una materia extra
sola y después no la vamos a utilizar, a dar herramientas o algo que
nos exijan, no. Que tengan peso después (Estudiante, comunicación
personal, 10 de julio de 2022).
En el anterior comentario se observa una voz que se trama con
el discurso social de la eficiencia y la productividad; es decir, plantea que
incluir materias de género obligatorias sólo podría ser relevante en la
medida en que sus contenidos se traduzcan en una herramienta de in-
serción laboral posterior. Se vislumbra en el testimonio una sensación de
inconformidad respecto a la propuesta curricular ofrecida por la facultad,
interpretada como bastante desactualizada”, diagnóstico que excede los
contenidos de género y que pareciera traducirse a la oferta curricular en
su conjunto. Una posible interpretación a esta desconfianza podría ad-
judicarse al antecedente de la implementación del “Curso obligatorio de
género en el marco de la Ley N° 27.499/ 2018 de capacitación obligatoria
en la temática de género y violencia contra las mujeres, conocida como
Ley Micaela. Con referencia a este curso, este mismo estudiante manifestó
su descontento, Me hace bastante ruido [...] está esta cuestión del título
[con referencia a que no te dan el título si no lo haces], el formato que
tiene [el estudiante expresa que podés probar una y otra vez hasta que
aciertas a la respuesta], la posibilidad de encontrar las respuestas en cual-
quier lugar (como en Twitter, por ejemplo), eso también lo hace bastante
en vano o lo afecta negativamente” (Estudiante, comunicación personal,
10 de julio de 2022). Esta referencia citada muestra que se trata de una
experiencia percibida como deficiente, pues podría perjudicar la predis-
posición y apertura del estudiantado a la hora de recibir otras iniciativas
institucionales de carácter obligatorio desde la perspectiva feminista.
Por último, en lo referido a esta primera línea argumental iden-
tificada en los testimonios, una persona manifestó su desacuerdo con el
hecho de que se aborden temas de la salud sexual y (no) reproductiva
144
Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Volumen 2 / Número 3 / marzo-agosto de 2024
en un ámbito educativo como lo es la universidad. Expresa un discurso
social vinculado a un ethos biomédico, cuya mirada sobre la salud se basa
fundamentalmente en la contemplación de lo biológico, excluyendo los
factores histórico, contextual y social de las personas.
No hay por qué tener que usar recursos y espacios permanen-
temente en la institución en cuestiones que pertenecen casi al 100% a
la esfera médica clínica o de diagnóstico (Estudiante, comunicación
personal, 1 de octubre de 2021).
A partir de este testimonio se observa que una de las políticas
feministas, como las Consejerías de Salud Sexual Integral de la Facultad
de Ciencias Sociales, es considerada como un artefacto extranjero, ajeno
al espacio universitario por provenir de la esfera médica en donde sí co-
rresponde conversar o debatir públicamente estas temáticas. Este recelo
disciplinar puede ser interpretado, en buena medida, como expresión de
un conflicto de intereses entre el modelo médico hegemónico (Menéndez,
1988) y las interpelaciones feministas al campo de la salud. El hecho de
que exista un área de salud dentro de la universidad pone de relieve el
choque que se produce por abordar temas de salud particularmente
sexual y reproductiva desde una perspectiva feminista en el espacio
universitario (Imperatore et al., 2023). La Consejería a la que se alude en
el testimonio representa lo que de la mano de Berlant y Warner (2002)
se denomina como intimidades públicas. Esta noción permite revisar la
dicotomía entre lo público y lo privado poniendo en primer plano el orden
emocional, pero también su estrategia de hacer foco en esos momentos
íntimos bajo una dimensión que encarna lo político de manera disruptiva
y, esa disrupción, es lo que motiva este tipo de expresiones que dan cuenta
de una extrañeza e incluso de un rechazo a estas políticas percibidas como
ajenas a una institución educativa.
Respecto del segundo argumento se identifican voces disonantes
que se entrelazan con el discurso de la ciencia, dando lugar a un ethos
cientificista en donde el lenguaje inclusivo es interpretado como un in-
tento de imposición ideológica que traiciona aquello que se espera de
un espacio académico. En un posteo del Facebook institucional de la
FFyL sobre la resolución que aprueba el uso del lenguaje inclusivo en el
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No todo es odio o celebración: El lugar de las voces disonantes...
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ámbito académico, relevamos los siguientes comentarios: “Separación de
la ideología de izquierda y la Facultad ya!!” (Comentario relevado a partir
de la etnografía virtual realizada entre 2021-2022); “Una vez más estos
mamarrachos imponiéndonos su ideología? Chocolate por la noticia
(Comentario relevado a partir de la etnografía virtual realizada entre los
años 2021-2022). Estos comentarios expresan su desaprobación a esta
iniciativa, arguyendo que se trata de temáticas ideológicas y políticas que
se imponen y que se contraponen con los requerimientos de neutralidad
y objetividad que supone el saber científico. Esta cuestión pone de relieve
un debate entre una epistemología positivista que propulsa el sueño de la
objetividad científica, y la crítica a este posicionamiento por parte de las
teóricas feministas que sostienen el carácter político de todo conocimiento
(Pons Rabasa, 2019, p. 137).
En esta misma línea, en el Informe de Resultados de CSSI (2021)
se encontró en una de las preguntas abiertas el siguiente comentario;
      !!!”, la palabra
ideología es un signo que alude a una concepción peyorativa del término,
se trata de una valencia que se propone dinamitar su potencial, oponiendo
lo ideológico, en tanto posicionamiento político, a la construcción de
todo conocimiento científico. Sin embargo, siguiendo a autores como
Voloshinov (1929), se entiende la noción de ideología en sentido amplio
e indisolublemente ligada al lenguaje. A partir del lenguaje se nombra
el mundo, se le clasifica, se le otorgan valores; es decir, se construye una
determinada ideología. En otras palabras, “no se puede concebir un sujeto
sin lenguaje ni lenguaje sin ideología (Dvoskin, 2019, p. 235).
Ahora bien, se debe dejar en claro que existe una diferenciación
entre el discurso escrito (relevado en la primera etapa de trabajo de
campo) y el discurso oral de esta segunda etapa. En el caso de los grupos
focales, no proliferaron posturas impugnatorias tajantes o especialmente
virulentas en contra de las políticas feministas universitarias. Esto pudiera
deberse a que quienes presentaron posicionamientos críticos más duros no
son mayoría, por ello tuvieron que recurrir a estrategias retóricas menos
confrontativas para expresar sus desacuerdos de formas más solapadas.
Con relación a esto último, y siguiendo a Dubet (2020) frente a la censura
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Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Volumen 2 / Número 3 / marzo-agosto de 2024
que ejercen los otros, sobreviene la moderación y la autocensura como
estrategias que sostienen el lazo social. Por temor a la sanción, se acude
a la tercerización de un comentario o experiencia, y a la inversa, frente
a la falta de coacción externa afloran las expresiones más ofensivas o
agraviantes. Como se identificó en uno de los testimonios: Yo no pienso
así, pero tengo amigos que dicen que todas estas cosas de género son una
chantada (Estudiante, comunicación personal, 10 de julio de 2022). El
estudiante evoca la voz de terceros para expresar algo de su posiciona-
miento sin entrar en contradicción con sus pares. Aunque la manifestación
del odio en redes sociales o los denominados haters parecieran proliferar
en este medio, desconocemos si quienes comentan, postean e intervienen
pertenecen efectivamente a la comunidad universitaria o representan a
los trolls o bots. Esta aclaración no se propone subestimar la presencia de
agravios, expresiones de violencia y odio por medios virtuales, pero sí dar
cuenta de estos matices.
En el caso de las escrituras anónimas (como encontramos en los
comentarios escritos en Facebook a partir de una publicación que anun-
ciaba la aprobación del uso académico del lenguaje inclusivo), proliferan
expresiones de odio de mayor intensidad que en las interacciones inme-
diatas (Giorgi, 2020): “El profesor me dice alumne y lo cago a trompadas”.
Este tipo de manifestaciones escritas permiten pensar que, como señala
Giorgi (2020), el afecto del odio “empuja los límites de lo decible” (p. 20)
y trama otro tipo de sociabilidad; es decir, si bien no se registran episo-
dios de violencia en la interacción cara a cara en estas facultades, surge la
pregunta entendiendo el discurso como una práctica social si quien
dice que le pegaría a un profesor por hablar en lenguaje inclusivo estaría
dispuesto a hacerlo o, en todo caso, no estaría allanando el camino que
legitima y habilita conductas en esa dirección.
En términos del autor, las políticas feministas en el espacio uni-
versitario proponen nuevos modos de habitar los espacios cotidianos.
Al comenzar a hablar de forma más extendida sobre la violencia en las
universidades, al poner en cuestión el estatus neutro tanto del conoci-
miento como del lenguaje, al asumir que los espacios están atravesados
por una mirada generizada, se motoriza una redefinición de lo público
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que suscita todo tipo de afectos. A partir del análisis desarrollado en este
trabajo, se expuso que estos afectos pueden ser de lo más reactivos por
parte de quienes perciben una amenaza en estos avances, pero también
se manifiestan quienes tienen una mirada crítica, aunque no virulenta
ni de rechazo per se. Una hipótesis posible es que, pasados ya casi diez
años desde la primera iniciativa del Protocolo de Abordaje contra las
Violencias en la Universidad Nacional del Comahue en 2014 (Moltoni
et al., 2020) y de la creciente institucionalización de estas políticas, se
registran deudas pendientes e ineficiencias que resulta preciso atender.
De la escucha que se haga de estos cuestionamientos dependerá, entre
otras cosas, la mejora institucional en su conjunto, como la recepción
de estas políticas en particular por parte de la comunidad universitaria.
Conclusiones
El análisis realizado se enfocó en recuperar las voces disonantes suscitadas
por las políticas feministas implementadas en tres facultades de la UBA:
FFyL, FSoc y FADU. Se identificó que los argumentos de quienes se
posicionan de forma crítica no sólo refieren al contenido mismo de las
políticas feministas, sino que, en algunos casos, se dirigen a diferentes
aspectos del entramado institucional de las universidades donde dichas
políticas se inscriben. Los principales argumentos reconocidos fueron
organizados, con fines expositivos, en dos grandes grupos.
En primer lugar, fueron relevados testimonios que evidenciaron
reclamos de tipo administrativo, malestares por la precariedad material en
la que se estudia o trabaja en las facultades analizadas y cuestionamientos
a la definición de prioridades institucionales que respalda la asignación
de recursos, tanto económicos como humanos para las distintas áreas y
proyectos de gestión. Las tensiones motivadas por dichas cuestiones bu-
rocráticas y materiales permitieron advertir la persistencia de demandas
históricas (las referidas a la precaria situación edilicia, el mal estado de
los baños o la demora en la entrega de títulos son ejemplos de ello), total
o parcialmente desatendidas por las respectivas gestiones universitarias.
Por ello, se entiende que la implementación de iniciativas feministas
otorga, en algunos casos, un nuevo impulso para viejas demandas. Las
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políticas de género y sexualidades pueden tomar la forma de un optimismo
cruel, en tanto promesa de un horizonte inalcanzable sobre la insatisfac-
ción experimentada por integrantes de la comunidad universitaria. En
otras palabras, las voces disonantes exponen, en este caso, el riesgo de
que políticas feministas bien intencionadas sean criticadas, rechazadas
y hasta ridiculizadas por desplegarse en instituciones que no garantizan
condiciones materiales básicas para su funcionamiento.
En segundo lugar, se identificó otro grupo de testimonios que
impugnan la atención institucional otorgada a la agenda de géneros y
sexualidades por considerarla como un asunto impropio o ajeno al ámbito
universitario. En contraste con los posicionamientos críticos vinculados
a la dimensión administrativo-material, fueron relevadas expresiones
virulentas y enfáticas en su rechazo a las políticas feministas. La lectura
analítica de los argumentos esgrimidos permitió distinguir dos dicoto-
mías alrededor de las cuales éstos se organizan: público/privado y saber
científico/saber ideológico. En cuanto a la primera dicotomía se advirtió
una asociación entre las políticas feministas y asuntos considerados del
orden de lo íntimo y lo privado, a partir de la cual resulta cuestionable
su implementación en un ámbito público como la universidad. Respecto
de la dicotomía entre saber científico y saber ideológico se reparó en la
vigencia de un discurso social cientificista legitimado, de acuerdo con el
cual las temáticas feministas son degradadas al caracterizarse como ideo-
logía de género por su falta de objetividad científica, esta última asociada
con contenidos disciplinares heredados de la epistemología positiva.
Finalmente, la multiplicidad de voces disonantes reconocidas a
partir de la investigación realizada brinda elementos para sostener que no
todas las críticas suscitadas por las políticas feministas en las facultades
analizadas pueden asociarse a posicionamientos conservadores o definirse
como antifeministas. Por el contrario, las expresiones y posicionamien-
tos disonantes esgrimidos por diferentes actores de las comunidades
académicas de FFyL, FSoc y FADU de la UBA permiten sondear de-
mandas políticas insatisfechas o desigualdades persistentes en cada casa
de estudio, así como debates no saldados en torno a los límites entre los
ámbitos público, privado e íntimo y a la definición del saber científico.
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A ocho años de la institucionalización de políticas feministas en las
universidades nacionales de Argentina, se espera que las contribuciones
del presente artículo sean recuperadas y puestas en discusión, en vistas de
profundizar una mirada analítica que continúe desafiando la asociación
irreflexiva entre las críticas o expresiones negativas y el antifeminismo o
los comúnmente denominados discursos de odio.
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Volumen 2 / Número 3 / marzo-agosto de 2024
Victoria Imperatore
Argentina. Licenciada en sociología por la Universidad de Buenos Aires
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actual: Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CO-
NICET). Líneas de investigación: universidad y género, y sexualidades.
Correo electrónico: vicky.impe@gmail.com
María Laura Bagnato
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universidad y género, y sexualidades. Programa de Estudios de Género,
Universidad Nacional Arturo Jauretche.
Correo electrónico: marialaurabagnato@gmail.com
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Wendy López en Plaza Regina, Xalapa. Fotografía de Gina Collins y Luis Calavera López