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Violencias de género en las instituciones
de educación superior. La propuesta
del Programa de Personas Orientadoras
Comunitarias (POC) en la Universidad Nacional
Autónoma de México
Gender Violence in Higher Education Institutions. The Proposal
of the Programa de Personas Orientadoras Comunitarias
(POC) in the National Autonomous University of Mexico
Cecilia Paz Contreras Ramírez
ORCID: 0009-0003-2170-6707
Universidad Nacional Autónoma de México
Recepción: 03/11/22
Aprobación: 26/04/23
Resumen
Los movimientos de mujeres surgidos en
México no pueden descontextualizarse de
estos procesos de movilización a nivel glo-
bal, particularmente en América Latina,
donde parece reconfigurarse el sujeto del
feminismo. Estos procesos no han sido
ajenos a las demandas en contra de las
violencias de género en las Instituciones
de Educación Superior (IES), tales como
la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM), donde, a partir de 2019,
las mujeres organizadas y colectivas femi-
Abstract
The womens movements that emerged in
Mexico cannot be decontextualized from
the mobilization processes at the global
level, particularly in Latin America, where
the subject of feminism seems to be re-
configured. These processes have not been
strangers to the demands against gender
violence in Higher Education Institutions
(HEIs), such as the National Autonomous
University of Mexico (UNAM). Within
UNAM, as of 2019, the Organized Wo-
men and feminist collectives questioned
GénEroos
Volumen 1/número 2/septiembre 2023 - febrero 2024/ pp. 281-309
eISSN 2992-7862
DOI: RevGenEr.2023.2.12
CC BY-NC-SA 4.0
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Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Año 1 / Número 2 / Septiembre 2023 - febrero de 2024
Introducción
Un contexto en clave feminista
L
os movimientos de mujeres surgidos en México no pueden des-
contextualizarse de estos procesos de movilización a nivel global,
particularmente en América Latina, donde parece reconfigurarse el sujeto
del feminismo.
nistas pusieron en entredicho el orden de
género ahí establecido y exigieron la aten-
ción de los casos de violencia por razones
de género y políticas institucionales en la
materia. En este contexto surge en 2020 la
Coordinación para la Igualdad de Género
(CIGU), de donde emana el Programa
de Personas Orientadoras Comunitarias
(POC), propuesta que busca generar
vínculos importantes en las comunidades
universitarias activando espacios de trans-
versalización de la perspectiva de género,
erradicación de las violencias y promoción
de la igualdad sustantiva. A través de un
análisis de las violencias de género en la
UNAM, este artículo expone la experien-
cia innovadora del Programa de Personas
Orientadoras Comunitarias, mediante la
recopilación de documentación y la revi-
sión del rediseño del programa como una
política institucional de género. A dos años
de su creación, la CIGU le dio un giro al
enfoque del programa desde la perspectiva
de género y el trabajo comunitario, que ha
tenido como resultado la presencia actual
de 230 POC en la UNAM.
Palabras clave
Violencias de género, UNAM, programa
de Personas Orientadoras Comunitarias
(POC), feminismos, perspectiva de género.
the gender order established at the Uni-
versity, demanding attention to cases of
gender-based violence and institutional
policies on the matter. In this context,
the Coordination for Gender Equality of
the UNAM (CIGU) emerged in 2020,
from which the Community Counselors
Program (CCP) emanates. This proposal
seeks to generate important links in the
university communities with the activation
of spaces for the mainstreaming of the
gender perspective, eradication of violence
and promotion of substantive equality.
Through an analysis of gender violence at
UNAM, this article exposes the innovative
experience of the Community Counselors
Program, by collecting documentation and
reviewing the redesign of the program as
an institutional gender policy. Two years
after its creation, the CIGU turned the
focus of the program around from the
perspective of gender and community
work, which has resulted in the presence
of 230 CCP currently at UNAM.
Keywords
Gender violence, UNAM, Programa de
Personas Orientadoras Comunitarias
(POC), feminisms, gender perspective.
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Violencias de género en las instituciones de educación superior. La propuesta...
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En noviembre de 2019, en el marco del 25N (Día Internacional
contra las Violencias Hacia las Mujeres) y en medio del estallido social
1
en
Chile, que explotó en octubre del mismo año, el grupo Las Tesis lanzan
la performance titulada: Un violador en tu camino, una invitación colectiva
a repudiar la violencia contra las mujeres, la cual emana y se reproduce
desde el Estado y sus instituciones.
Las Tesis son cuatro jóvenes que representaron de una forma
particular lo que vivenciamos las mujeres cotidianamente en los espa-
cios públicos y privados: violencias directas, violencias estructurales y
violencias simbólicas que se sintetizan a través de la performance creada
por las chilenas. Esto lo hicieron después de analizar los trabajos de la
antropóloga Rita Laura Segato.
Esta performance tuvo un impacto a nivel global y fue replicada por
las mujeres en distintos países, a partir de una consigna común: ¡Basta de
violencia contra las mujeres!”, y se originó del hartazgo de todas, el repudio
a las violencias cotidianas y violencias estructurales que las mujeres en-
frentan en sus hogares, relaciones de pareja, espacios públicos, transporte,
plazas, centros de trabajo, escuelas, universidades, redes sociales y en los
medios de comunicación. El 8 de marzo (8M) de 2020, previo a que se
desatara la pandemia por covid-19, la marcha para conmemorar el Día
Internacional de las Mujeres no tuvo precedentes. Mujeres de todas las
edades, de diversos contextos y con distintas demandas, se movilizaron
colectivamente con una agenda común: anticolonialista, anticapitalista,
1 Ha sido la manera de nombrar una serie de movilizaciones y manifestaciones sociales que
ocurrieron en Chile desde octubre de 2019 hasta marzo de 2020, cuyo detonante principal
fue una nueva alza en el precio del transporte público, que es uno de los más caros del mun-
do. Las manifestaciones empezaron en Santiago, con grupos de estudiantes, pero rápidamen-
te éstas se fueron extendiendo a las diferentes regiones y ciudades del país. Si bien la causa
inmediata se vinculaba al alza del precio del transporte público, el levantamiento social o esta-
llido social tiene razones estructurales como consecuencia de un modelo neoliberal imperante
en el país desde inicios de la dictadura militar de Pinochet. Chile es uno de los países donde
el costo a la vida es más alto, no sólo en comparación con América Latina, sino también a ni-
vel de países europeos, y donde hace ya varios años las y los estudiantes han exigido el dere-
cho a una educación gratuita y de calidad. En este contexto, el movimiento feminista chileno
se suma a las manifestaciones a favor de una transformación social y en contra de un Estado
patriarcal, racista y clasista.
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Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
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antirracista, antipatriarcal. La masividad de la marcha en torno al 8M se
repitió este 2022, a pesar de continuar aún en un contexto pandémico.
Presenciamos en los últimos años la emergencia de un potente
movimiento intergeneracional de mujeres que proviene de contextos
diversos, elaborando una agenda antisistémica y practicando una forma
de política interseccional. Cuando digo antisistémico quiero puntualizar
el hecho de que se trata de movimientos que redefinen la noción de
sistema, nombrando al menos seis palabras clave para su caracteriza-
ción: capitalismo, colonialismo, racismo, patriarcado, imperialismo,
extractivismo. Movimientos atravesados, además, por algo que les es
común y que viven en carne propia de muy diversas formas: la violencia
contra las mujeres (Millán, 2020, p. 2).
A través de la reconfiguración constante de los feminismos se ha
abierto una posibilidad y una herramienta para revitalizar las demandas
sociales: la transformación social será feminista o no será nos devela
mucho más que una simple consigna, nos remite a lo situado de una
lucha colectiva que ha logrado revitalizar a las feministas y darle un
nuevo sentido a la construcción colectiva. Las luchas de las mujeres son
históricas, han existido siempre, y no en una lógica lineal o a través de
momentos de auge o como algunas autoras han señalado como olas del
feminismo. Comprender a los feminismos desde discursos situados, en
contextos específicos, historizados, multidimensionales y en constante
contradicción, es en parte lo que visualizamos actualmente y lo que ha
permeado las movilizaciones de mujeres estudiantes, académicas, funcio-
narias y trabajadoras en la UNAM y en otras IES.
Este artículo pretende exponer el contexto en el que se desarro-
llaron hechos de violencia por razones de género, los cuales marcaron un
parteaguas entre el feminismo institucional, académico y el activismo;
estos sucesos movilizaron a jóvenes estudiantes, colectivos y organizacio-
nes estudiantiles para transformar la cultura institucional y organizacional
de la universidad. De esta forma se evidenció que la máxima Casa de
Estudios de México es también un espacio de luchas de poder y repro-
ducción de las violencias machistas, donde la fuerza de las movilizaciones
feministas y la contundencia de sus demandas han logrado incidir para
crear políticas institucionales de prevención, atención y erradicación de
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las violencias por razones de género. A ello se han sumado programas
tendientes a fortalecer espacios educativos igualitarios y libres de vio-
lencias, haciendo transversal la perspectiva de género, como el Programa
de Personas Orientadoras Comunitarias (POC), que será objeto de este
artículo a través de un análisis de las violencias por razones de género
en la UNAM.
En un contexto de agudización de las violencias contra las mujeres,
se generaron movilizaciones en la Ciudad de México, las cuales estuvieron
protagonizadas por mujeres que salimos
2
a las calles para expresar la rabia
y el hartazgo ante la violación colectiva de una joven por parte de policías
locales, quienes la agredieron cuando ella salía de una fiesta en la alcaldía
Iztapalapa en agosto de 2019. Posteriormente, otra mujer fue violada
por policías al interior de un ministerio público (MP) cuando acudió a
presentar una denuncia. Por ello, mujeres feministas de la UNAM y de
otras universidades e IES tomaron las calles para protestar y denunciar
estos hechos, y bajo el #NoMeCuidanMeViolan también se realizaron
manifestaciones en redes sociales.
Además de la revictimización y el maltrato que recibieron las
denunciantes y sus familias, se reveló que los procesos por violencia de
género estaban lejos de ser prioridad para las autoridades en la materia;
además, evidenciaron la falta de sensibilización, formación y capacita-
ción para atender los casos de violencia por razones de género. La falta
de sensibilidad de las autoridades les llevan a revictimizar con frases
tales como: “¿Y cómo iba vestida su hija?” “¿Y por qué estaba fuera de su
casa a esa hora?” Tranquila señora, seguro anda por ahí con el novio”,
son comunes entre las narrativas que comparten las madres, hermanas
y familiares de quienes denuncian la desaparición o feminicidio de una
familiar (Berlanga, 2018).
La UNAM ha sido escenario de casos estremecedores en torno a
la violencia de género y violación a los derechos humanos de las mujeres,
tal es el caso del feminicidio de Lesvy Berlín Osorio el 3 de mayo de
2017 en el interior de la universidad, al ser estrangulada con el cable de
2 Hablar en primera persona reere a mi lugar de enunciación, comunicar algo de lo que soy
parte, no me es ajeno, no estoy fuera, no soy una mera observadora.
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una caseta telefónica en la Facultad de Ingeniería. Universitarias llevaron
a cabo una marcha desde la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
(FCPyS) a la cabina telefónica donde fue hallado el cuerpo de Lesvy. Se
creó el #SiMeMatan como protesta y para visibilizar la revictimización
que se hizo por parte de las autoridades universitarias y las del gobierno
de la ciudad.
Diversas colectivas feministas apoyaron a la familia de Lesvy y
presionaron para que la investigación se hiciera bajo el principio de debida
diligencia, ya que de manera inmediata las autoridades lo habían declarado
un suicidio. Con relación a estos hechos, desde 2016 la Facultad de Filo-
sofía y Letras (FFyL) había estado realizando tendederos de denuncias,
escraches y asambleas de estudiantes mujeres, rumbo a su denominación
como Mujeres Organizadas (MO) de la Facultad de Filosofía y Letras
(MOFIL), camino a convocar a la Asamblea Interuniversitaria de Mujeres
(ASIUM). En 2018, la ASIUM logró convocar a más de 800 mujeres,
alumnas, académicas y funcionarias. En abril del mismo año, la FFyL
enfrenta la desaparición de Mariela Vanessa Díaz Valverde, estudiante de
21 años de esta Facultad en la licenciatura en Letras Hispánicas.
De manera similar al caso de Lesvy, prevalecieron las negligencias
y la revictimización por parte de las autoridades, quienes tardaron en ini-
ciar su búsqueda, y el MP del Centro de Apoyo de Personas Extraviadas
y Ausentes (CAPEA) clasificó la ausencia de Mariela Vanessa como
extravío y no como desaparición.
En septiembre de 2018 estudiantes del Colegio de Ciencias y
Humanidades (CCH) oriente, marcharon del metrobús La Bombilla a
la torre de Rectoría de la UNAM para exigir justicia y el debido proceso
por el reciente secuestro y feminicidio de Miranda Mendoza Flores,
estudiante de 18 años. A estas demandas se sumaron las del CCH Azca-
potzalco, exigiendo mayor presupuesto para la seguridad de sus planteles
y estudiantes.
El 15 de marzo de 2018, Graciela Cifuentes, profesora de la
Facultad de Arquitectura (FA) de la UNAM, y Sol Cifuentes, su hija y
alumna de dicha carrera, fueron acuchilladas y estranguladas en su casa.
Alán N, exnovio de Sol, acusado por el doble feminicidio, ingresó a la
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Violencias de género en las instituciones de educación superior. La propuesta...
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vivienda de ambas y, tras agredirlas y violar a Sol, incendió el lugar y
después huyó (El Universal, 2018).
En marzo de 2019 —en el contexto por el Día Internacional de las
Mujeres— la FFyL convocó a un paro y continuaron los tendederos, pintas
de denuncias, semanas feministas, conversatorios, trueques, acuerpamiento
de denuncias y escraches en la Máxima Casa de Estudios. En el marco del
movimiento #MeToo en redes, se dieron a conocer casos de presuntos
agresores, violadores y encubridores pertenecientes a la comunidad de la
FFyL y de otras Facultades. Bajo #IgnorasteMiDenuncia, las Mujeres
Organizadas de la FFyL, las MOFIL, convocaron a la comunidad estu-
diantil a denunciar agresiones, abusos, acosos, hostigamiento y violaciones.
Miranda Mendoza Flores, estudiante de 18 años, fue vista con vida
por última vez el 20 de septiembre de 2018 cuando salía de su escuela
en Iztapalapa. La versión de las autoridades es que fue secuestrada y se
pidió un rescate de cinco millones de pesos a su familia, el cual nunca
se concretó. Al día siguiente de estos hechos, la policía federal encontró
el cuerpo calcinado de una mujer en los carriles laterales con dirección
hacia Chalco, a la altura del municipio de Cocotitlán, en el Estado de
México. Peritajes posteriores confirmaron que era el cuerpo de Miranda.
3
El 1 de abril de 2019 fue hallado sin vida el cuerpo de Jennifer
Sánchez, otra joven estudiante de 16 años. Jesús Jovanny N fue vinculado
a proceso por el delito de feminicidio, quien asfixió a Jennifer y poste-
riormente declaró que había sido un suicidio.
En mayo de 2019 Aideé Mendoza recibió un disparo que salió
del salón donde tomaba clases, según las declaraciones de la Procuraduría
capitalina.
Todas estas jóvenes eran alumnas del CCH Oriente.
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de las
Violencias hacia las Mujeres (25N), en noviembre de 2019, las Escuelas
Nacionales Preparatorias (ENP), los CCH y las facultades continuaron
con acciones autogestionadas de denuncias, visibilizando situaciones de
abuso, acoso y hostigamiento sexual dentro de sus planteles educativos,
3 Asesinan a Miranda Mendoza, estudiante de 18 años del CCH Oriente de la UNAM (ani-
malpolitico.com).
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Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
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a través de tendederos, escraches, paros y tomas en señal de protesta por
la violencia de género y la inseguridad en la UNAM.
Para inicios de 2020, la UNAM tenía 32 de sus entidades en paros
y tomas por parte de colectivas feministas con pliegos petitorios, cuyas
demandas coincidían respecto a las reformas a la legislación universitaria,
4
erradicación de la violencia por razones de género en los espacios uni-
versitarios, sanciones a los agresores, atención con perspectiva de género
a los casos, asesoría jurídica, apoyo psicoemocional a las víctimas, planes
y programas de estudio con perspectiva de género, entre las principales.
La pandemia por covid-19, en marzo de 2020, logro contener las
movilizaciones feministas en la universidad. Los paros y las tomas fueron
cesando poco a poco, en medio de conflictos, discusiones en modalidad
virtual y las denuncias de presiones que alegaban varias de las organiza-
ciones de MO de la UNAM.
La respuesta de la institución, equivocada, reactiva y tardía, tam-
bién tuvo aciertos y escuchó las voces de las mujeres universitarias. Desde
aquí surgen espacios institucionales y comunitarios que han logrado
tender puentes de diálogo y canales de comunicación entre autoridades y
colectivas. Uno de estos espacios es la Coordinación para la Igualdad de
Género (CIGU) de la UNAM, desde la cual se implementa el Programa
POC y que surge en la Oficina de la Abogacía General (OAG) en 2017.
A través de este artículo se desarrollará la propuesta del POC
como una política institucional de género con un enfoque comunitario
para generar vínculos y diálogo entre los diferentes actores de las comu-
4 Derivado de la propuesta presentada por FFyL y con el apoyo de las MO y una serie de co-
lectivas feministas de la UNAM, el 12 de febrero el pleno del Consejo Universitario aprobó
reformar la legislación universitaria estableciendo explícitamente la violencia de género como
causa “especialmente grave de responsabilidad” (artículo 95). Con referencia al artículo 99 del
mismo ordenamiento, éste se modicó respecto de las y los vocales permanentes que integran
el Tribunal Universitario, ampliándolo de uno a tres vocales. En términos generales, la mo-
dicación al artículo 99 implica una apertura de paridad de género respecto de la ocupación
de los cargos. Finalmente, el artículo 98 del Estatuto General de la UNAM, fue modicado
en agosto de 2020, señalando que para los casos de violencia de género las sanciones indica-
das serán aplicadas de conformidad con los principios de taxatividad y proporcionalidad en
los términos establecidos por la normatividad y los lineamientos correspondientes (Gaceta
UNAM, 2020).
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nidades universitarias, potenciando espacios de transversalización de la
perspectiva de género, erradicación de las violencias y promoción de la
igualdad sustantiva.
Desde una perspectiva feminista y comunitaria, sin querer encasi-
llar al POC en una receta para la resolución de conflictos, está generando
procesos de incidencia y construcción de comunidad desde sus propias
experiencias situadas, espacios sórores y colectivos que vale la pena conocer
para reflexionar en torno a propuestas comunitarias e interseccionales que
transformen la universidad.
Violencia de género en la universidad: expresiones cotidianas, violencias
estructurales
En el trabajo de Castro y Vázquez (2008), La universidad como un espacio
de reproducción de la violencia de género, por razones de género en la Uni-
versidad Autónoma de Chapingo la violencia se comprende como parte
de un proceso de socialización que, a través de los conceptos de Bour-
dieu (1980, 1994, 2000), se expresa como parte de un proyecto social de
domesticación que inicia tempranamente en la vida de las adolescentes.
En La dominación masculina, Bourdieu (2000) plantea que la génesis de
esta dominación puede rastrearse en el conjunto de prácticas sociales
que simultáneamente legitiman y reproducen la subordinación de las
mujeres frente a los hombres; tales prácticas descansan en una arbitraria
división genérica del trabajo que se traduce en relaciones de dominación
específicas, con derechos, atropellos, privilegios e injusticias que se per-
petúan gracias —y ante todo— al efecto de la violencia simbólica (Castro
y Vázquez, 2008).
A través de la violencia simbólica, que Galtung (1969) definió
como violencia cultural, se va justificando, normalizando y naturalizan-
do. Las estructuras de poder y de subordinación de las dominadas: las
mujeres, se van incorporando en forma de habitus, tal como lo exponen
Castro y Vázquez a través de las narrativas de las jóvenes universitarias
en Chapingo, experiencias de acecho a las de nuevo ingreso, acoso y hos-
tigamiento sexual, relatos de profunda desilusión, desesperanza de llegar
a un lugar que no era lo que esperaban; mujeres jóvenes de contextos
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socioeconómicos complejos que cumplen un sueño —incluso familiar,
no sólo personal—, de llegar a la universidad donde encuentran un es-
pacio masculinizado, hostil, violento, que algunas nombraron como el
monstruo”, el infierno o “la cueva de lobos”, que las obliga a desarrollar
habilidades para cuidarse mucho; estrategias para resistir el acoso de los
hombres, cambiar las rutas por donde circulan diariamente, masculinizarse
en su forma de vestir, taparse, no vestir provocativa, entre un sinfín de
relatos que se extraen de las experiencias de las universitarias en Chapingo.
El sistema de relaciones de género en la Universidad Autónoma
de Chapingo no es muy diferente de otras IES, donde se normalizan las
violencias y se reproducen las jerarquías que dan lugar a las desigualdades
de género. Un 25.3% de las mujeres de 15 años y más, a nivel nacional, ha
experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida como estudian-
tes, y 26.6% de las mujeres declara haber vivido algún tipo de violencia
a lo largo de su vida laboral (según la ENDIREH,
5
2016). Estos últimos
dos datos son indicadores de las violencias que enfrentan las mujeres a
nivel institucional, tanto en el plano escolar — alumnas—, como en el
laboral —docentes, académicas, administrativas o trabajadoras—. La
ENDIREH (2016) arrojó luz sobre la violencia en el ámbito escolar. Si
consideramos que quienes contestaron la encuesta son mujeres mayores de
15 años, es muy probable que podamos inferir la dimensión del problema
aun cuando, evidentemente, no toda la violencia se refiera a la UNAM
ni a las universidades de México, y sólo nos arroje un panorama general
sobre la violencia de género que se vive en la población administrativa y
académica. Las cifras nos acercan al contexto de violencia sexual, acoso y
hostigamiento al que se enfrentan las mujeres en los espacios educativos.
5 La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) es
de las principales fuentes de datos en materia de violencia contra las mujeres a nivel nacional
y es un parámetro a nivel internacional por sus características e innovación y por los estánda-
res éticos y metodológicos que se aplican en su levantamiento; su periodicidad es quinque-
nal. Esta encuesta ofrece a la sociedad y al estado información referente a las experiencias de
violencia de tipo físico, económico, sexual, emocional y patrimonial que han enfrentado mu-
jeres de 15 años y más en los distintos ámbitos de su vida —de pareja, familiar, escolar, labo-
ral y comunitario— y recopila información sobre los agresores y los lugares donde ocurrieron
las agresiones. Desde 2015 la ENDIREH es considerada Información de Interés Nacional
(IIN). Cuenta con cinco ediciones: 2003, 2006, 2011, 2016 y la más reciente de 2021.
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La última versión de la ENDIREH (2021) expone indicadores respecto
de la violencia escolar no muy diferentes de los de 2016; un 32.3% de las
mujeres de 15 años y más ha experimentado algún episodio de violencia
escolar a lo largo de su vida, y 20.2% en los últimos 12 meses; asimismo,
27.9% de las mujeres a nivel nacional ha vivido algún hecho de violencia
en sus espacios laborales y 20.8% en los últimos 12 meses (ENDIREH,
2021).
Uno de los análisis iniciales acerca de qué caracteriza y cómo se
materializan las relaciones de género en la UNAM es el documento de
Intrusas en la universidad de Buquet et al. (2013), en cuya radiografía de
las desigualdades de género, las autoras revisan las exclusiones y rechazos
de las que han sido víctimas las mujeres en las IES, profundizando en el
contexto de la UNAM desde la perspectiva de los diferentes sectores de
mujeres que componen a la comunidad universitaria: alumnas, docentes,
académicas, administrativas, trabajadoras. Este trabajo es un diálogo entre
las narrativas de las mujeres universitarias y las estadísticas que evidencian
las profundas desigualdades de género y las raíces históricas de la violencia
contra las mujeres en la UNAM, institución patriarcal donde la presencia
de las mujeres ha sido una batalla constante por desarrollar una trayectoria
académica y laboral, así como por lograr una carrera universitaria.
En la UNAM hay una desigualdad que se puede dimensionar
en cifras, a través de la segregación horizontal, de la división sexual del
conocimiento, de las actividades y de los espacios. Por otro lado, está la
segregación vertical, que implica el menor acceso de las mujeres a los
salarios más altos, al reconocimiento y a la toma de decisiones, además
de una desigualdad oculta que se expresa en discriminación, violencia de
género y división sexual del trabajo.
En Los códigos de género en la universidad, Ballarín (2015) propone
tres dimensiones de la violencia estructural en las IES: 1) androcentrismo
cultural y simbólico, que refiere a la exclusión de la experiencia femenina
del conocimiento construido (conocimiento sexuado), uso sexista del
lenguaje y la transmisión androcéntrica del conocimiento; 2) natura-
lización de las desigualdades y relaciones de dominación, utilizando la
excelencia como excusa, la violencia de género de expresión cotidiana y
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Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Año 1 / Número 2 / Septiembre 2023 - febrero de 2024
la complicidad colectiva;
6
3) rechazo del conocimiento producido desde
el feminismo, el cual: a) no se considera objetivo y b) opinan que se trata
de una producción de autoría feminizada. Los conocimientos surgidos
del feminismo se consideran productos ideológicos, de carácter social,
pero no científicos (Ballarín, 2015).
Desde el caso de las IES en España, la autora plantea que la
universidad todavía se muestra como un ámbito privilegiado de repro-
ducción de la sociedad patriarcal en la que está inmersa, a pesar de las
transformaciones democráticas de su vieja estructura; y los códigos sociales
de género, aunque se trasforman, cobran nuevos significados para seguir
manteniendo la estructura de privilegios masculinos. Pero ¿qué hace
que esta estructura de privilegios permanezca? Y no sólo permanezca,
sino que se reproduzca, se normalice, se permita y se tolere. Un estudio
sobre el acoso sexual en la Universidad de Chile (2019) revela cómo las
víctimas de acoso no logran reconocerlo como tal: ¿esto es acoso sexual en
la universidad?, es la pregunta que fluye de las narrativas de las personas
encuestadas; un desconcierto, confusión y muchas veces la negación de
un hecho.
La evidencia señala una amplia discordancia entre reconocer
haber vivido acoso sexual y la vivencia experimentada, dado que más de
la mitad de las personas que han sufrido acoso nunca identificaron los
hechos como expresiones de violencia sexual (Universidad de Chile, 2019).
Este fenómeno responde a un comportamiento y contexto sociocultural
que normaliza prácticas, tratos y relaciones vejatorias, considerándoles
como formas socialmente aceptadas de relacionarse entre dos personas en
un espacio laboral o educativo, o bien se asume como una consecuencia
inherente a este tipo de contextos (Guzmán, 2005).
Similar a lo que plantean Castro y Vázquez (2008) en la Universi-
dad Autónoma de Chapingo, la reproducción de las formas de dominación
masculina que se traducen en las manifestaciones de violencias de género
6 “Cofradías” como señala Rita Segato (2016), cofrades masculino, que exigen una prueba de
pertenencia al grupo; los varones se cuidan las espaldas, complicidad. “La imposición del si-
lencio”, como señalan Castro y Vázquez (2008) en el análisis de la Universidad Autónoma de
Chapingo, lo que además representa una de las estrategias de reproducción de la dominación
masculina en espacios como las instituciones educativas.
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Violencias de género en las instituciones de educación superior. La propuesta...
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forma parte de un habitus que se incorpora a las prácticas cotidianas, de
tal suerte que las violencias estructurales que las instituciones educativas
generan y reproducen tienden a validarse mediante la violencia simbólica.
Las personas encuestadas en el estudio realizado en la Universidad de
Chile señalaron tener miedo a las represalias, vergüenza, desconfianza,
desconcierto, autocensura y automarginación (Universidad de Chile,
2019).
Parte de este habitus se convierte en lo que Palomar (2015) señala
como la cultura institucional de las IES que, entre otros aspectos de aná-
lisis, tiene como base la configuración de una cultura que avala, legitima
y cataliza prácticas de violencia de género y violencia sexual, como el
acoso y el hostigamiento.
Durante mucho tiempo, el discurso de la pluralidad, la difusión
de la cultura y la generación de conocimiento impusieron una percepción
de los espacios universitarios como libres, seguros, intelectuales, progre-
sistas. Sin embargo, trabajos e investigaciones realizadas principalmente
por mujeres advertían acerca de las desigualdades de género, de raza, de
clase, de edad, de preferencia sexual, que se esconden tras la fachada de
ser instituciones laicas, liberales, plurales, con libertad de cátedra, pensa-
miento y expresión. Espacios donde se construyen y reproducen relaciones
desiguales de poder, donde encontramos sistemas de sexo/género (Rubin,
1997), con especificidades y particularidades para perpetuar el orden
que se ha establecido en las IES y que muchos quieren mantener ¿quién
quiere perder sus privilegios?
Como señala Buquet (2011, p. 217):
Las universidades son espacios de generación de conocimiento
crítico, especialmente en las problemáticas de género y las distintas
formas de desigualdad entre los sexos y sin embargo, a la vez han sido
espacios institucionales de resistencia de incorporar la perspectiva de
género no sólo desde el quehacer científico, sino que además de hacerlo
transversal a sus instrumentos jurídicos, en los procesos formativos, en
aspectos administrativos, en el presupuesto y en su cultura institucional.
El debate entre la cultura organizacional de la universidad, el
desarrollo histórico de estudios referidos a las problemáticas de género y
una construcción de conocimiento que sea parte de una transformación
294
Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Año 1 / Número 2 / Septiembre 2023 - febrero de 2024
política, han sido elementos que han puesto en análisis y discusión los
movimientos de MO, colectivas feministas y mujeres universitarias en
general.
El debate académico, la construcción de categorías y conceptos
de análisis es fundamental para los feminismos y, sin embargo, no son
suficientes para erradicar las prácticas misóginas y el machismo. En térmi-
nos concretos, que la perspectiva de género permee la cotidianidad de las
comunidades universitarias tendría que contar con el mismo entusiasmo
y avance que su inclusión como campo de estudio.
En la búsqueda de una respuesta institucional. El proceso de la UNAM en la
promoción de la igualdad y la erradicación de las violencias
Cuestionar públicamente las contradicciones entre el discurso de la Máxi-
ma Casa de Estudios y la realidad cotidiana de su cultura institucional
fue algo que caracterizó a las movilizaciones feministas desde 2019 al
interior. Las MO y las colectivas feministas no desistieron hasta lograr
transformaciones importantes a la legislación universitaria: “Nunca más
tendrán nuestro silencio”; hasta que la dignidad se haga costumbre”;
“fuimos todas, si tocan a una, respondemos todas”, eran algunas de las
expresiones que podían leerse y se repetían en los afiches, pintas y murales
de escuelas y facultades en toma, así como en los tendederos, espacios
físicos y luego virtuales que lograron una incidencia particular para de-
nunciar la violencia por razones de género.
Los tendederos surgen como espacios de denuncia, visibilización
y expresión de las mujeres universitarias víctimas de violencia por razones
de género, desde la acción organizada de las colectivas feministas.
Es importante enfatizar el protagonismo de los colectivos de
mujeres de la UNAM, ya que, en buena medida, a partir de las acciones
convocadas por ellas, el movimiento se potenció en 2019, se extendió a
otros grupos y colectivos feministas y de mujeres, y se fue posicionando
un eje común para la acción, en el que confluyeron diversas demandas
de movimientos previos y actuales centrados en la violencia contra las
mujeres (Álvarez, 2020).
295
Violencias de género en las instituciones de educación superior. La propuesta...
Contreras Ramírez, C.P. | Pp. 281-309
El movimiento de las jóvenes MO en la UNAM ha sido un motor
fundamental de incidencia en los cambios y reformas del último período;
sobre todo, respecto del Estatuto general y el reconocimiento de la vio-
lencia de género como una falta grave a la ética universitaria (artículo 95)
y los avances en materia de igualdad. Sin embargo, no podemos negar los
aportes de feministas de generaciones anteriores en la UNAM.
En efecto, el Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de
Género en la UNAM entró en vigor el 29 de agosto de 2016, más de un
cuarto de siglo después de que la comunidad universitaria demandara, en
el Congreso Universitario de 1990 (Cevallos y Cheháibar, 2003) atención
al hostigamiento sexual mediante la creación de una instancia legal y el
establecimiento de sanciones de carácter institucional. Ello da cuenta del
largo camino recorrido de la UNAM para conocer, reconocer y actuar
frente a una de las manifestaciones más duras de las desigualdades de
género. A lo largo de este lapso (1990-2016), el feminismo académico
actuó, se movilizó y obtuvo varias conquistas (Buquet y Hernández,
2019, p. 15).
El cuadro I resume algunos de las acciones que la UNAM ha
llevado a cabo en materia de igualdad de género y erradicación de las
violencias. Es necesario decir que se enmarcan en programas y proyectos
que obedecen a procesos que escapan de toda lógica lineal. Es decir, se
exponen en este formato o como una ruta, pero no ha sido en ningún caso
una línea de tiempo o camino exento de conflictos, tropiezos, desgastes
y batallas, como se ha explicitado a lo largo de este escrito. Además, el
feminismo universitario inicia mucho antes de 1992 y la contribución
de las académicas feministas históricas ha sido sin duda un legado y una
puerta a estos procesos de transformación que revitalizaron las MO y las
colectivas feministas universitarias.
296
Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Año 1 / Número 2 / Septiembre 2023 - febrero de 2024
Cuadro I
Año Acciones
1992 Creación del Programa Universitario de Estudios de Género de la UNAM
(PUEG)
2004 Inicio del Proyecto de Institucionalización y Transversalización de la Perspectiva de
Género en la UNAM
2005 Reforma al Estatuto General de la UNAM
Creación de la Comisión de Seguimiento a las Reformas de la Equidad de Género
en la UNAM
2008 Acciones de equidad en el Plan de Desarrollo Institucional (PDI).
2010 Creación de la Comisión Especial de Equidad de Género del Consejo
Universitario (CEEG), actualmente Comisión Especial de Igualdad de Género
2011 Acciones de equidad en el Plan de Desarrollo Institucional (PDI)
2013 Publicación de los Lineamientos Generales para la Igualdad de Género en la
UNAM
2015 Acciones de equidad en el Plan de Desarrollo Institucional (PDI)
2016 Publicación del Acuerdo del Rector por el que se establecen las Políticas
Institucionales para la Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de Casos de
Violencia de Género
Publicación del Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género en la
UNAM (primera versión)
Transformación del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) al
Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG)
2018 Presentación del documento básico para el Fortalecimiento de la Política
Institucional de Género en la UNAM
2019 Actualización del Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género en
la UNAM
2020 Reforma a la legislación universitaria, Estatuto General de la UNAM, artículos 95,
98 y 99.
Creación de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM (CIGU)
Publicación de los lineamientos para la conformación de las Comisiones Internas
de Igualdad de Género (CInIG)
Estatuto de la Defensoría de los Derechos Universitarios, Igualdad y Atención a la
Violencia de Género (DDUIAVG)
2021 Publicación del Reglamento de la Defensoría de los Derechos Universitarios,
Igualdad y Atención de la Violencia de Género
Publicación de los Lineamientos para la Aplicación de los Principios de
Taxatividad y Proporcionalidad en la Determinación de las Sanciones en Casos de
Violencia de Género en la Universidad Nacional Autónoma de México
Fuente: Elaboración propia con base en la documentación y legislación universitaria.
297
Violencias de género en las instituciones de educación superior. La propuesta...
Contreras Ramírez, C.P. | Pp. 281-309
El Programa de Personas Orientadoras Comunitarias (POC). Metodología y
antecedentes
Cuando se creó la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU) en
la UNAM,
7
en 2020, el programa de Personas Orientadoras, previamente
supervisado por la Oficina de la Abogacía General, se transformó en el
programa de POC: promotoras de la igualdad sustantiva y la erradica-
ción de las violencias de género. Así, las funciones de éstas se ampliaron
con el objetivo de involucrar a los diferentes sectores de la comunidad
universitaria en la promoción de políticas integrales y efectivas contra la
violencia por razones de género. Actualmente, las POC son una figura
que coadyuva a disminuir las problemáticas que surgen a partir de la
brecha comunicativa entre las autoridades y las personas o comunidades
que han vivido algún tipo de violencia de género (Guía Básica de las
Personas Orientadoras Comunitarias, CIGU, 2021).
El programa surge en 2017 en el marco del Acuerdo Rectoral por
el que se establecen políticas institucionales para la prevención, atención,
sanción y erradicación de la violencia de género en la UNAM desde la
Oficina de la Abogacía General (OAG), con el nombre de Personas
Orientadoras (PO) (OAG, 2018).
A las PO se les definió como:
Las personas orientadoras integrantes de la comunidad uni-
versitaria, que colaboran con la estrategia en contra de la violencia de
género a título voluntario y que reciben una capacitación y seguimiento
periódico por parte de la Oficina de la Abogacía General en materia de
igualdad de género, no discriminación, violencia de género, así como
legislación y procedimientos aplicables en la universidad por casos de
violencia de género (Protocolo para la Atención de Casos de Violencia
de Género en la UNAM, 2019, p. 12).
En 2018 la OAG inicio un proceso de selección, cuya convocatoria
era abierta una vez por semestre y en ella se establecían las bases, plazos y
etapas del proceso; podían postular personas de cualquier sector universi-
tario. Las principales actividades de las PO se concentraban en: 1) Guiar e
7 Acuerdo por el que se crea la Coordinación para la Igualdad de Género de la Universidad
Nacional Autónoma de México, Ocina del Abogado General - UNAM: Acuerdos.
298
Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Año 1 / Número 2 / Septiembre 2023 - febrero de 2024
informar a todas las personas de la comunidad universitaria que lo requi-
rieran, dando elementos para determinar qué es violencia de género y los
tipos de violencia que existen con el fin de que quien recibiera la orientación
pudiera identificar si se encontraba en una situación de violencia de género;
2) proporcionar información sobre qué es el Protocolo para la Atención de
Casos de Violencia de Género en la UNAM, qué procedimientos contem-
pla, qué hacer, cómo y a dónde acudir en caso de querer levantar una queja.
Aunque las comunidades universitarias mostraron interés por el
programa a partir del contexto de movilizaciones feministas en 2018,
éste no logro posicionarse como una política institucional en materia de
igualdad de género y erradicación de las violencias.
El programa figuraba en el marco normativo, ya que se definía en
la legislación universitaria en materia de violencia de género y en algunos
documentos vinculantes. Sin embargo, en cuanto a generar un proceso
de institucionalización como parte de la apropiación de las comunidades
universitarias de dicho programa, no era parte del objetivo cuando se creó
y no se destinaron los suficientes esfuerzos institucionales para fortalecer
el programa y la figura de las PO en la universidad.
De PO a POC: Metodología y propuestas desde las epistemologías feministas
La Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM (CIGU)
acogió el Programa de PO en 2020. Un punto de arranque central en su
transformación y reestructura fue reforzar el lineamiento acerca de que
no atendían casos por violencia de género. En absoluta coherencia con
los objetivos de la CIGU, vinculados al diseño, generación y promoción
de políticas institucionales en materia de prevención y transversalización
de la perspectiva de género, se estableció que la figura de las PO sería
principalmente de prevención y erradicación de las violencias y promoción
de la igualdad. Estas acciones buscaban potenciar sinergias y diálogo entre
los diferentes sectores de la comunidad universitaria.
A través de la Dirección de Gestión Comunitaria y Erradicación
de las Violencias la CIGU le dio un marco de política institucional al
programa, estableciendo objetivos, metas, plazos para la convocatoria,
perfil y herramientas de evaluación.
299
Violencias de género en las instituciones de educación superior. La propuesta...
Contreras Ramírez, C.P. | Pp. 281-309
En la figura de las PO se visualizó una oportunidad para gene-
rar procesos de incidencia en sus propias entidades. La definición de
la UNAM como una gran comunidad universitaria, integrada por una
diversidad de micro comunidades, dio lugar a desarrollar estrategias de
vinculación comunitaria con perspectiva de género; desde aquí el pro-
grama dio un giro en sus objetivos y las PO se convirtieron en las POC,
quienes se instalan desde sus comunidades a partir de una situación,
posición y condición de género, no son meras espectadoras objetivas de
lo que sucede, son parte de, inciden en, interactúan en espacios cotidianos
donde se establecen relaciones de poder.
La aproximación a lo situado es una dimensión fundamental de
los giros que el programa dio desde su marco de referencia y metodología.
La apuesta por una epistemología feminista
8
que valora y promueve la
experiencia y el conocimiento generado desde, para y por las comuni-
dades y, en este caso, la posición que ocupan las POC para conocer y
acercarse a las personas, generar diagnósticos de lo que sucede en sus
espacios universitarios para incidir en la transformación de las relaciones
desiguales de género.
La convocatoria se estableció como un proceso anual, donde puede
participar personal académico y administrativo de la UNAM. El trabajo
con población estudiantil se detuvo hasta generar una propuesta coherente
con las demandas del alumnado y para discutir acerca de un enfoque de
juventudes, interseccional, desde la perspectiva de género. Asimismo,
la construcción de un perfil de POC no fue una acción de análisis de
gabinete. En congruencia con la línea que ha llevado el programa desde
2020, este perfil se ha consolidado desde la experiencia de las POC en
sus comunidades, enfatizando una ética universitaria feminista, empá-
tica, sororal y consecuente con su rol comunitario, ya que son personas
voluntarias, no reciben ningún tipo de remuneración por su labor y no
pueden estar señaladas por temas de violencia de género.
8
La epistemología como una forma de cuestionarnos y analizar el cómo y desde dónde, es (o
debería ser) un elemento sustancial de las propuestas de políticas institucionales en materia
de género; la producción de conocimiento no sólo se propicia desde lo académico; la ciencia
como una práctica social (Blázquez, 2008) que promueva la integración entre esta produc-
ción y las prácticas políticas que transformen la cultura institucional de las IES.
300
Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Año 1 / Número 2 / Septiembre 2023 - febrero de 2024
Para robustecer este perfil y fortalecer la identidad del progra-
ma como política institucional se creó una imagen representativa de la
diversidad de la universidad. Este fue un ejercicio de reflexión colectiva
que derivó en la figura de un árbol, cuyas ramas son diversas manos en
forma circular que representan el dinamismo del contexto y los movi-
mientos constantes de las comunidades universitarias. El color violeta
desde diferentes tonalidades nos refiere a la metáfora de las gafas violetas,
la perspectiva de género, como posicionamiento analítico, conceptual y
político del programa y como práctica de las POC.
Como parte de la metodología del programa se decidió elaborar
un esquema de capacitación, en el que las POC participaran de procesos
de sensibilización, formación y capacitación; no sólo sobre los orígenes y
factores de la violencia por razones de género, sino en temas de igualdad
sustantiva, prevención, estrategias de vinculación comunitaria, así como
actualizar sus conocimientos acerca de la política institucional de género,
las modificaciones al marco normativo y el nuevo mecanismo de atención
de la Defensoría de los Derechos Universitarios, Igualdad y Atención a
la Violencia de Género (DDUIAVG), (CIGU, 2021).
Los ejes de actuación del programa, que desde 2020 están vincu-
lados al esquema de capacitación, corresponden a:
Eje 1. Violencia por razones de género. Primer contacto. En este
ámbito las POC colaboran en la estrategia en contra de la violen-
301
Violencias de género en las instituciones de educación superior. La propuesta...
Contreras Ramírez, C.P. | Pp. 281-309
cia de género mediante la escucha, orientación y canalización a las
instancias adecuadas a aquellas personas en situación de víctima
que busquen asesoría.
Eje 2. Promoción de la igualdad sustantiva, respeto y no discri-
minación. Las POC apoyan a las CInIG
9
de sus entidades para
garantizar la transversalidad de la perspectiva de género y cola-
boran en la difusión de las políticas e iniciativas institucionales
diseñadas para promover la igualdad sustantiva, la prevención y
erradicación de la violencia de género y la cultura de paz. Dentro
de sus entidades también difunden materiales y contenidos pro-
porcionados por la CIGU.
Eje 3. Vinculación y trabajo comunitario. Las POC trabajan para
fortalecer el tejido de sus comunidades identicando necesidades,
riesgos y problemáticas, vinculando a actores para la prevención y
erradicación de la violencia de género. También promueven el diá-
logo y facilitan la comunicación entre personas, instancias ociales
y otro tipo de agrupaciones para fomentar una cultura comunitaria
de inclusión, participación y paz (CIGU, 2021).
A partir de las necesidades detectadas a través de los diagnósticos,
las POC han demandado profundizar la oferta de formación y capacita-
ción en temáticas de interés de sus comunidades y en herramientas que
les apoyen en la resolución de conflictos. Durante el período 2022 se
realizaron talleres especializados en intervención y trabajo comunitario,
masculinidades y modelos de trabajo con hombres, comunicación con
perspectiva de género y políticas para la igualdad.
9 Las Comisiones Internas para la Igualdad de Género (CInIG) son órganos auxiliares de las
entidades académicas o dependencias universitarias, cuyo objetivo, en concordancia con la
CIGU, es impulsar la implementación de la política institucional en materia de igualdad de
género de la universidad y prevenir cualquier tipo de discriminación y violencia por razones
de género, a través de acciones sistemáticas y profundas diseñadas con la participación de las
autoridades y la comunidad (lineamientos generales para guiar la conformación y el funcio-
namiento de las Comisiones Internas para la Igualdad de Género en entidades académicas
y dependencias universitarias de la UNAM (Gaceta UNAM, 2020). Las POC y las CInIG,
como políticas institucionales a favor de la igualdad, son dos mecanismos importantes de
transversalización de la perspectiva de género.
302
Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Año 1 / Número 2 / Septiembre 2023 - febrero de 2024
Argumentación
Avances y desafíos
Esta política institucional en materia de prevención de las violencias
por razones de género y promoción de la igualdad sustantiva ha logrado
posicionar el programa y la figura de las POC en la UNAM. Un claro
indicador de ello es el incremento en el número de personas interesadas
en formarse como POC y la demanda de las mismas entidades que, a
través de sus direcciones, han solicitado capacitación para su cuerpo do-
cente y administrativo. El respaldo y el marco institucional de la CIGU,
así como las valiosas acciones de difusión y promoción de las actividades
que realizan las POC, han incidido en este creciente interés.
En 2020 se inició con alrededor de 116 POC, heredadas del progra-
ma de la OAG en 55 entidades de la UNAM. Como evaluación preliminar
del programa, en 2021 la propuesta fue implementar el esquema de capaci-
tación como una suerte de filtro para identificar los perfiles pertinentes con
la figura y distinguir entre POC activas; es decir, que sí estaban operando
acciones en sus comunidades universitarias y aquellas POC que luego del
traspaso del programa a la CIGU no continuaron el proceso.
Con este filtro, de las 175 POC con que se inició en 2021, queda-
ron activas 122 en la UNAM, denominadas como la primera generación
de POC.
Con el objetivo de continuar fortaleciendo el marco institucional
del programa, la CIGU invitó a todas las entidades de la UNAM que
no contaban con ninguna POC para que su cuerpo docente y planta ad-
ministrativa participaran del proceso de capacitación. Se registraron 175
personas interesadas, de éstas finalmente se capacitaron 137, de las cuales
112 fueron seleccionadas para ser parte de la segunda generación de POC.
Para realizar este proceso, el programa fortaleció sus mecanismos
de selección; además de completar el número de horas del esquema de
capacitación de tres módulos con asistencia obligatoria, las personas
interesadas respondieron una evaluación, la cual debía ser aprobada con
90% para pasar al último filtro, una entrevista personal realizada por la
Dirección de Gestión Comunitaria y Erradicación de las Violencias.
303
Violencias de género en las instituciones de educación superior. La propuesta...
Contreras Ramírez, C.P. | Pp. 281-309
Como herramienta de seguimiento a la labor de las POC y como
un insumo al marco de evaluación del programa, que se encuentra en
construcción, se elaboró un formato de Reporte de Actividades de las
POC. Su objetivo no es evaluar en sí la figura de POC o comparar cuáles
hacen más o menos actividades, o canalizaciones de casos de violencia
por razones de género a la Defensoría, sino más bien, dar seguimiento a
su labor e identificar cuáles son las áreas donde más están interviniendo,
así como tipos y modalidades de violencia de género. Será pertinente
analizar con detención los instrumentos de evaluación del programa,
diferenciándolos de los procesos de las experiencias de las POC.
Las POC en sí no son una figura por evaluar, el programa sí lo
es. Se debe recordar que son personas voluntarias, sin ningún tipo de
remuneración. Si bien el programa cuenta ya con algunos instrumentos
de evaluación, es necesario afinarlos y ajustarlos a los objetivos de éste
con el fin de generar indicadores de género que evidencien los avances
en materia de prevención e igualdad de género.
En septiembre de 2022 se llevó a cabo el primer Encuentro Anual
de Personas Orientadoras Comunitarias de la UNAM, que contó con la
participación de autoridades universitarias y donde las POC pudieron
compartir sus experiencias, aprendizajes y reflexiones.
Actualmente el programa cuenta con 231 POC en 90 entidades
de la UNAM en México.
Conclusiones
A dos años del rediseño e implementación del Programa de Personas
Orientadoras Comunitarias surge una serie de reflexiones en torno a los
procesos que están siguiendo las políticas institucionales a favor de la
igualdad de género en la UNAM y en las IES.
Las acciones de institucionalización y transversalización de la
perspectiva de género en las universidades, centros de investigación e
IES en general, en el contexto de América Latina, han confluido en la
existencia de cuatro premisas que sustentan los procesos de instituciona-
lización: la igualdad de género, la igualdad en la sociedad, la justicia de
género y la construcción de ciudadanía; también coinciden en que avanzar
304
Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Año 1 / Número 2 / Septiembre 2023 - febrero de 2024
hacia instituciones universitarias basadas en la igualdad de oportuni-
dades y trato, que requieren no sólo de políticas de igualdad de género,
sino de una institucionalidad que las legitimen y sostengan (FLACSO,
UNESCO, 2020). Ello implica el cuestionamiento y transformación de
las estructuras jerárquicas de poder, así como de las culturas institucionales
y del carácter neutral del conocimiento científico y de sus criterios de
validación. Asimismo, la visibilización de los sesgos androcéntricos y de
las desigualdades de género en las instituciones suele generar resisten-
cias y conflictos. De allí la necesidad de fortalecer, a través de acciones
sistemáticas, los procesos de institucionalización para que contribuyan
a su superación. En estos procesos sistemáticos es posible enmarcar la
experiencia del Programa de POC.
La CIGU, desde su labor de coordinación e integración de las
propuestas universitarias en materia de género, ha tenido la capacidad de
reconocer que la construcción de las políticas institucionales no tiene por
qué obedecer a un modelo vertical y lineal de diseño, implementación y
evaluación. Caminar colectivamente junto a las comunidades universita-
rias, escuchando, vinculando y proponiendo, ha permitido configurar un
programa que no pretende generar definiciones únicas, pero sí procesos de
incidencia para transformar las relaciones de poder desiguales, erradicar
las violencias por razones de género y cerrar las brechas de desigualdad
entre mujeres, hombres y diversidades, disidencias sexuales y de género
en la Universidad.
Las comunidades universitarias se redefinen todo el tiempo, son
dinámicas, activas, políticas y complejas. Las POC, como parte de estos
espacios, interactúan y pretenden generar procesos de cambio y, sobre
todo, de apoyo a las personas en situación de víctima por algún hecho
de violencia de género.
Además del andamiaje institucional que se ha fortalecido en aten-
ción a los casos de violencia de género en la UNAM, la CIGU intenta
posicionar un modelo de trabajo comunitario con perspectiva de género,
a través de los procesos de institucionalización y transversalización de la
perspectiva de género. No se trata solamente de constar en los marcos
normativos y reglamentación de la universidad; se trata de generar
305
Violencias de género en las instituciones de educación superior. La propuesta...
Contreras Ramírez, C.P. | Pp. 281-309
procesos que involucren constantemente a las comunidades; se trata de
arriesgar desde la política institucional, perder el miedo a la incidencia
como una moneda de cambio política que algunos actores en resistencia
puedan utilizar a su favor.
El Programa de POC no pretende en ningún caso ser una receta
ni siquiera un modelo de experiencia exitosa; en su análisis y reestruc-
turación se revisaron experiencias de intervención comunitaria y se
encontraron acciones en países como Chile y Colombia. La Universidad
de las Américas, en Santiago de Chile (UDLA), ha venido desarrollando
el Programa de Intervención Comunitaria (PIC) como parte de su Línea
de Intervención Comunitaria basada en la Metodología de Aprendizaje
Situado; el programa consta de tres componentes base: territorial, inves-
tigativo y académico.
El PIC es un modelo de trabajo de formación universitaria siste-
mática y progresiva que une la dimensión pedagógica con la comunitaria,
propiciando la sinergia constante entre aprendizaje, teoría y realidad. El
PIC nació en 2012 y consiste en articular la formación universitaria con
un proceso de trabajo en los territorios. Durante su proceso formativo de
cuatro años, las y los estudiantes se hacen parte de un proceso que invo-
lucra acciones de diagnóstico y vinculación con un territorio específico,
levantamiento de información diagnóstica, diseño de acciones, proyectos
y ejecución de estas iniciativas en permanente diálogo y contacto con
vecinos, vecinas y dirigentes locales.
En el marco del 25N de 2021 hubo la oportunidad de llevar
a cabo un conversatorio en modalidad virtual vía zoom, denominado
“Experiencias de trabajo comunitario con perspectiva de género en las
instituciones de educación superior de América Latina”, donde fue posible
reflexionar con académicas de la UDLA acerca de las propuestas de inci-
dencia comunitaria en diferentes contextos, a través de los componentes
que sustentan cada programa.
Erradicar las violencias por razones de género en la universidad
y alcanzar la igualdad sustantiva implica una toma de posición y una
práctica política. En este sentido, los procesos de institucionalización
de la perspectiva de género no pueden volcarse a lo tecnocrático, esto
306
Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Año 1 / Número 2 / Septiembre 2023 - febrero de 2024
los despolitiza. Resulta fundamental fortalecer y articular estrategias
que armonicen lo técnico y lo político desde las políticas institucionales
para la igualdad de género; para ello es necesario sostener procesos de
intervención y una constante movilización política de las comunidades
universitarias desarrollando alianzas que sostengan las acciones realiza-
das en el largo plazo. El Programa POC de la UNAM es una estrategia
sólida para este objetivo.
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Cecilia Paz Contreras Ramírez
Chilena. Doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad
Nacional Autónoma de México. Docente en la Facultad de Ingeniería y
la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Subdirectora
de Transversalización de la Perspectiva de Género en la Suprema Cor-
te de Justicia de la Nación. Jefa de unidad en la Dirección de Gestión
Comunitaria y Erradicación de las Violencias, Coordinación para la
Igualdad de Género, UNAM. Líneas de investigación: violencia de gé-
nero, género y políticas públicas, la perspectiva de género en las políticas
públicas, transversalización de la perspectiva de género, estadísticas de
género e indicadores de género, presupuestos públicos con perspectiva de
género, políticas universitarias de género, mujeres y pobreza, desigualdad,
políticas sociales, programas de transferencias monetarias condicionadas
en América Latina, políticas sociales con enfoque de derechos humanos.
Correo electrónico: ccontreras@mail.scjn.gob.mx
Performance público. Plaza Regina, Xalapa.