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Arvizu Reynaga, V.| Pp. 173-201
Análisis de las experiencias y oportunidades
educativo-laboral de jóvenes madres y padres
en la Ciudad de México
Analysis of the Experiences and Educational-Labor
Opportunities of Young Mothers and Fathers in Mexico City
Vanessa Arvizu Reynaga
ORCID: 0000-0003-4208-7530
El Colegio de México
Recepción: 17/10/22
Aprobación: 24/05/23
Resumen
Este artículo analiza cómo impacta el
nacimiento de un hijo en las experiencias
y oportunidades educativas y laborales de
las juventudes en la Ciudad de México. La
metodología fue cualitativa y se empleó
la perspectiva teórico-metodológica de
curso de vida, la perspectiva de género y
el enfoque biográfico para el análisis de
21 entrevistas semiestructuradas que se
aplicaron a madres y padres de entre 17 y
29 años que residen, laboran o estudian en
la Ciudad de México. Con los testimonios
se corroboró que la maternidad/paternidad
son eventos de vida que, cuando ocurren
durante la juventud, generan desventajas
diferenciadas en las oportunidades edu-
cativas y laborales de hombres y mujeres.
Los datos demuestran que el nivel edu-
Abstract
This article analyzes how the birth of a
child impacts the educational and emplo-
yment experiences and opportunities of
youth in Mexico City. The methodology
was qualitative and the theoretical-
methodological perspective of the life
course, the gender perspective and the
biographical approach were used for the
analysis of 21 semi-structured interviews
that were applied to mothers and fathers
between the ages of 17 and 29 who live,
work or study in Mexico City. With the
testimonies it was corroborated that ma-
ternity or paternity are life events that,
when they occur during youth, generate
differentiated disadvantages in the edu-
cational and work opportunities of men
and women. The data show that the edu-
GénEroos
Volumen 1/número 2/septiembre 2023 - febrero 2024/ pp. 173-201
eISSN 2992-7862
DOI: RevGenEr.2023.2.07
CC BY-NC-SA 4.0
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Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Año 1 / Número 2 / Septiembre 2023 - febrero de 2024
cational level reached by young fathers and
mothers is lower than their peers without
children. Of the age group between 20
and 24 years, only 7% of young people in
maternity or paternity status reach the hig-
her level, that is, five times less than those
without children (39%). In addition, in the
case of maternity, it encourages suspension
or school dropout at any educational level.
Regarding job opportunities, we found di-
fferences by sex. Fatherhood increases the
possibility that men will continue working;
between 85% and 90% are employed with
remuneration, although their jobs are of
lower qualification compared to those who
are not parents. Maternity decreases up
to 50% the possibility of being employed
with remuneration and being a mother
increases the burden of domestic work and
care that they assume.
Keywords
Youth, motherhood, fatherhood, work,
education.
cativo alcanzado por los jóvenes padres
y madres es menor que sus coetáneos sin
hijos. Del grupo de edad de 20 a 24 años
sólo 7% de los jóvenes en condición de
maternidad o paternidad llegan al nivel
superior, esto es, cinco veces menos que
aquellos sin hijos (39%). Además, en el
caso de la maternidad, propicia la suspen-
sión o abandono escolar en cualquier nivel
educativo. En cuanto a las oportunidades
laborales, encontramos diferencias por
sexo: la paternidad aumenta la posibilidad
de que los varones permanezcan laborando,
entre 85 y 90% están ocupados remunera-
damente, aunque sus trabajos son de más
baja cualificación comparados con quienes
no son padres; mientras que la maternidad
disminuye hasta 50% la posibilidad de
estar empleadas con remuneración y les
incrementa la carga de trabajo doméstico
y de cuidados que asumen.
Palabras clave
Juventud, maternidad, paternidad, trabajo,
educación.
Introducción
D
esde la década de los sesenta, en México se ha registrado una dismi-
nución en las tasas de fecundidad, pasando de 7.4 hijos por mujer
a 2.3 hijos (INEGI, 2021); sin embargo, el segmento etario donde se
concentra el mayor número de nacimientos ha prevalecido inamovible
en el tiempo, siendo el que abarca de los 15 a los 29 años, edades en las
cuales se vive la juventud (Páez y Zavala, 2016).
Antes de seguir es preciso puntualizar a qué se refiere cuando se
habla de juventud, ¿por qué las edades que delimitan este período de vida
son tan difíciles de acordar? La Organización Mundial de la Salud (OMS)
refiere que la juventud es la edad biológica que inicia en la adolescencia
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Análisis de las experiencias y oportunidades educativo-laboral de jóvenes madres y padres...
Arvizu Reynaga, V.| Pp. 173-201
(a los 15 años) y cierra a los 29 años, cuando una persona podría pensarse
enteramente independiente y que ha culminado, o al menos ha dado un
avance, en su proceso de transición a la vida adulta. No obstante, este rango
etario no es el mismo que emplea el Instituto Nacional de la Juventud en
México, el cual precisa el inicio de la condición juvenil con la pubertad
(12 años) y su término a los 29 años. En este sentido, Pérez (2010) afirma
que estos desacuerdos se deben, por una parte, a las valoraciones sociales
y al significado que comunitariamente se le confiere a la longevidad,
pero, por otra parte, también a la relevancia que tiene la demografía para
los estudios de población, políticas públicas e intervenciones alusivas a
la juventud y que requiere marcar limitantes entre su inicio y término.
Por lo anterior, se precisa que en este artículo tomamos la definición de
la OMS, que posiciona a las juventudes entre el rango de 15 a 29 años,
aunque vale señalar (como se detalla más adelante) que la menor edad
de los informantes que participaron en las entrevistas fue de 17 años.
Por otra parte, las investigaciones que articulan maternidad y
paternidad con juventud han resuelto en la necesidad de dejar de abor-
dar el tema como una situación indeseable, por la suposición de que
los jóvenes están fuera de tiempo para recibir un hijo (Saldaña, 2017, p.
223). Esta postura, lejos de profundizar en la complejidad de las causas
y consecuencias que tiene la llegada de un bebé en las vidas individuales,
se limita a encasillar, sobre todo a las mujeres, como irresponsables, sin
tomar en cuenta la capacidad de agencia que tienen sobre sus cuerpos
y decisiones reproductivas. Así, investigadoras como Castillo (2015),
Castañeda (2015) y Arvizu (2021) han analizado a mayor profundidad
las experiencias personales de la maternidad y cómo las asignaciones
de género llevan a que las jóvenes hagan ajustes a sus planes de vida,
como dejar de estudiar y retornar hasta que los hijos tienen mayor edad
o suspender definitivamente y conseguir trabajos temporales para no
descuidar la crianza. Por su parte, sobre los varones, Martínez (2014)
argumenta que la paternidad se vuelve una reafirmación de la virilidad
de los jóvenes y que está fuertemente asociada con el rol de proveedor,
ya que el nacimiento del primogénito acelera el ingreso y privilegia la
permanencia de los hombres en el mercado laboral.
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Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
Año 1 / Número 2 / Septiembre 2023 - febrero de 2024
Este artículo tiene el propósito de analizar cómo influye la ma-
ternidad y paternidad cuando ésta ocurre durante la juventud (15 a 29
años), en las posibilidades y experiencias de hombres y mujeres, y en qué
medida presentan diferencias por género. Consideramos importante to-
mar en cuenta que los jóvenes se desenvuelven en contextos diferenciados
donde sus oportunidades no son iguales. Muchas veces sus decisiones y
posibilidades se ven reducidas, no sólo por la maternidad y la paternidad,
sino también por las condiciones estructurales y contextuales en las que
se hallan inmersos, tales como la falta de empleos, pocas alternativas edu-
cativas y limitadas redes para el cuidado. Esto nos hace preguntarnos si
sólo los eventos de vida de maternidad y paternidad generan diferencias
en las oportunidades de trabajo o académicas de los jóvenes, o en qué
medida éstos parten de contextos sociales desiguales, lo que les aventaja
u obstaculiza en el avance en sus trayectorias educativas o laborales. Tam-
bién nos cuestionamos cómo influyen las asignaciones de género sobre la
maternidad y paternidad en los planes de vida de jóvenes y cómo es que la
llegada de un hijo involucra responsabilidades y prioridades diferenciadas
para hombres y mujeres.
Para dar respuesta a los cuestionamientos anteriores, este artícu-
lo está estructurado de la siguiente manera: el primer apartado expone
la conducción metodológica del trabajo y se muestran los principales
resultados; posteriormente, se aborda el análisis y la discusión sobre las
características y desigualdades de las maternidades y paternidades juve-
niles, soportados también por algunos datos que se trabajaron a partir
de encuestas nacionales sobre la trayectoria laboral, académica y familiar
de las juventudes mexicanas y, finalmente, se presentan las conclusiones.
Resultados
Una mirada a las características y desigualdades de las maternidades y
paternidades juveniles
La transición a la vida adulta enmarca un proceso en el que se experimen-
tan, de manera heterogénea, distintos eventos importantes en la biografía
de una persona. Uno de estos eventos, que cada vez es más postergado
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Análisis de las experiencias y oportunidades educativo-laboral de jóvenes madres y padres...
Arvizu Reynaga, V.| Pp. 173-201
por las juventudes (Martínez, 2014), es la experiencia de maternidad y
paternidad. Como se indicó en la introducción, las tasas de fecundidad
hasta los 29 años se han desacelerado, con una reducción en el número
de descendientes acumulados por mujeres y hombres durante esa etapa
de vida (Páez y Zavala, 2018) a consecuencia de factores como el re-
conocimiento de los derechos reproductivos, mayor acceso a métodos
anticonceptivos y el creciente ingreso de las mujeres al ámbito educativo
y mercado laboral. Asimismo, ha incrementado la edad mediana en que
las mujeres se convierten en madres, la cual pasó de 20 años en la década
de los cincuenta, a 23 años en el último lustro (INEGI, 2019b). Por su
parte, la edad mediana en que los varones reciben a su primer hijo se ha
mantenido más o menos estable desde mediados del siglo pasado, dilu-
cidando entre los 23 y los 24 años (Martínez, 2014; INEGI, 2019b). De
este modo, la maternidad y paternidad suelen iniciar en edades juveniles.
1
La concepción social que se tiene sobre la maternidad y paternidad
ha tenido variaciones contextuales y temporales, con las cuales se ha pa-
sado de un sistema estructurado de obediencia rotundamente patriarcal a
un sistema de formación, producción y reproducción de las herramientas
sociales y culturales que los miembros, en especial las infancias, necesitan
para incorporarse socialmente (Elias, 1998). Por consiguiente, también las
prácticas maternas y paternas han cambiado, dando paso a la diversidad
en la dinámica de los hogares, en la estructura familiar y en las edades
en que se recibe al primer hijo, las cuales cada vez son más postergadas.
Uno de los motivos por los cuales se posterga la maternidad y
la paternidad es porque cada vez más jóvenes deciden apostar por la
formación educativa y la experiencia laboral antes que tener hijos. En
este sentido, Pérez (2014) refiere cómo una mayor escolarización y la
1 Es pertinente aclarar que en este trabajo se opta por hablar de maternidades y paternidades
juveniles, no de adolescentes. Uno de los motivos es, como se ha precisado, la condición eta-
ria en la que se enmarca la población de estudio; sin embargo, es importante destacar que el
estudio de la maternidad y paternidad adolescentes tiene causas y consecuencias que requeri-
rían profundizar, como el acceso y la atención a la salud, la educación integral en sexualidad,
el acceso a métodos anticonceptivos y, en general, garantizar el cumplimiento de los dere-
chos sexuales y reproductivos de las adolescencias (Arvizu et al., 2022) sin una visión tutelar
o adultocéntrica.
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Año 1 / Número 2 / Septiembre 2023 - febrero de 2024
apertura de oportunidades laborales, principalmente para las mujeres, han
ampliado la distancia temporal entre la ocurrencia de los eventos de vida
de salida de la escuela, ingreso al trabajo y formación familiar en México.
Sin embargo, esto no ocurre en todos los casos; por ejemplo, pese a que
hay evidencia de que la educación es uno de los principales factores que
retrasan la llegada de un hijo durante la juventud, esto no significa que
estar inscrito a la escuela sea un inhibidor de la maternidad o la paternidad.
Así, aportaciones como las de Castillo (2015), Castañeda (2015) y Arvizu
(2021) indagan sobre los padres o madres que a la vez son estudiantes y
encuentran que hay mayor discontinuidad en sus trayectorias educativas
comparadas con quienes no tienen hijos, tales como suspensiones más
prolongadas y un avance más lento en los niveles escolares.
Por su parte, si bien la maternidad o paternidad puede llevar al
cese de actividades escolares, también hay casos en los que ocurre primero
la suspensión de los estudios, y durante ese período, forman una familia
(Pérez, 2014); o bien, hay jóvenes que deciden combinar la maternidad
o paternidad con la educación, asumiendo la doble responsabilidad que
esto conlleva (Arvizu, 2021; Castañeda, 2015).
En continuidad, la relación entre juventud y trabajo ha sido un
campo de investigación bastante amplio, por una parte, porque se ha
encontrado que el ingreso al mercado laboral es una de las primeras
transiciones realizadas por los jóvenes, la cual suele iniciarse alrededor de
los 15 años (Echarri y Pérez, 2007). Para los varones, el rol tradicional de
proveedor les presiona en su ingreso al primer empleo y la permanencia
en el trabajo (Martínez, 2014), de tal modo que son más los hombres
jóvenes que se encuentran empleados con menor edad (menores de 18
años). En el caso de las mujeres, aunque se ha dado un incremento de
su autonomía económica (Mancini, 2014), suelen hacer mayores sacrifi-
cios relativos (Watkins y Rojas, 2019, p. 132), como reducir tiempo a la
crianza y el cuidado; por tal motivo, optan por realizar actividades que
les permitan conciliar el trabajo con el ámbito familiar, teniendo empleos
menos remunerados, informales, eventuales, de medio tiempo y con poca
o nula seguridad laboral (Mier y Terán et al., 2017).
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Análisis de las experiencias y oportunidades educativo-laboral de jóvenes madres y padres...
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El análisis de los antecedentes teóricos sobre el cruce de mater-
nidad/paternidad y educación, han denotado que quienes tienen hijos
son más desfavorecidos en logros educativos (Pérez, 2014). Para ilustrar,
los datos del INEGI (2019b y 2021) revelan que los jóvenes de 20 a 24
años
2
tienen diferencias sustantivas si son madres o padres: para los va-
rones, 36.3% de quienes no tienen hijos alcanzan la educación superior,
mientras que 5.8% de quienes son padres llegan a este nivel educativo;
en las mujeres los porcentajes son similares, 41.7% para quienes no son
madres y 7.7% para las que sí lo son.
Por otra parte, en la revisión de la literatura encontramos que la
condición laboral de las juventudes tiene una fuerte conexión con lo que
acontece en su trayectoria familiar, tal como las uniones y el nacimiento
de los hijos (Mier et al., 2017; Mancini, 2014). Según datos del Registro
de Nacimientos en México (INEGI, 2019b) y de la Encuesta Nacional
de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística
y Geografía (INEGI, 2021), 85.68% de los varones de entre 15 y 19 años
que son padres están ocupados laboralmente, a diferencia de sus coetáneos
sin hijos, que son 38.1%. Esto se vincula con lo expuesto por Martínez
(2014, p. 81) cuando sostiene que, si bien la población masculina ante-
pone el inicio de la vida laboral al comienzo de la vida como padre”, la
paternidad es un evento vital que lleva a los varones a priorizar el trabajo
y, por tanto, a buscar la permanencia más prolongada en él.
Contrariamente a los varones, las mujeres suelen tener menor
representatividad en el mercado laboral, y esta posibilidad decrece cuando
son madres. Como ejemplo, para el rango etario de 25 a 29 años, cerca de
60% de las mujeres sin hijos están empleadas, mientras que sus congé-
neres madres no alcanzan ni 30% (INEGI, 2019b; 2021); incluso se ha
demostrado que las mujeres muestran mayor precariedad en los trabajos
y salarios, y menor posibilidad de ascenso (Mancini, 2014), esto aunado a
la maternidad y la carga adicional del trabajo no remunerado que incluye
las labores domésticas y de cuidado, las cuales siguen siendo realizadas,
mayoritariamente, por las mujeres. A su vez, los datos del INEGI (2019a)
2 Edades en las que comúnmente se estudia el nivel terciario, cuya escolaridad es mayor al ba-
chillerato.
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denotan que entre siete y ocho de cada 10 jóvenes madres mayores de 20
años desempeña trabajo no remunerado, cifra que incrementa en el grupo
etario de 15 a 19 años en las que nueve de cada 10 realiza dichas labores.
Los datos de la ENOE (INEGI, 2021) reflejan que el principal
motivo de abandono laboral de las mujeres jóvenes (con mayor incidencia
de 20 a 29 años) es por matrimonio, embarazo o atender responsabilidades
familiares, mientras que los principales motivos de los varones fueron
retomar la trayectoria educativa o seguir estudiando, así como superarse
laboralmente. Este dato refleja en qué medida inciden las asignaciones de
género con respecto al trabajo que desempeñan las madres (cuidadoras)
y los padres (proveedores) en la permanencia y abandono laboral.
Este apartado concluye que los eventos de maternidad y pater-
nidad generan desventajas en las trayectorias educativas y laborales de
los jóvenes. En materia educativa es notorio que las mujeres que no son
madres presentan mayor escolaridad que los varones, pero esta ventaja
se pierde con la maternidad, y tanto hombres como mujeres con hijos
tienen menores niveles educativos que quienes no son padres o madres.
Estos datos apuntan a una relación entre la maternidad/paternidad con
una escolaridad más baja, lo que la literatura precedente ha explicado
con la dificultad de llevar en simultáneo las responsabilidades educativas
con las familiares. Sin embargo, hay otros factores asociados al progreso
educativo de las madres y padres jóvenes, factores que se atenderán con
particularidad en los resultados de este trabajo.
Los resultados cuantitativos correspondientes al ámbito laboral
reflejan diferencias entre el ingreso y la permanencia laboral de hombres y
mujeres, tengan o no descendencia, En concordancia con las investigacio-
nes, se encontró que los varones suelen ingresar al mercado laboral antes
que las mujeres; no obstante, al cruzar este dato con maternidad y pater-
nidad, el hallazgo fue que recibir un hijo en edades jóvenes incrementa la
posibilidad de que los hombres permanezcan ocupados remuneradamente,
mientras que con las mujeres madres sucede lo contrario; disminuye su
ocupación remunerada e incluso las responsabilidades familiares son un
motivo de abandono laboral. La repartición de labores remuneradas y no
remuneradas está sostenida por los roles tradicionales de género; así, los
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Análisis de las experiencias y oportunidades educativo-laboral de jóvenes madres y padres...
Arvizu Reynaga, V.| Pp. 173-201
hombres cubren la manutención, mientras que las mujeres se desempeñan
en el cuidado, crianza y actividades del hogar.
Metodología
Este trabajo se condujo con una metodología cualitativa con el objetivo
de obtener los testimonios de jóvenes madres y padres de la Ciudad de
México, para así analizar sus percepciones y experiencias sobre cómo
influye la maternidad y paternidad en el ámbito laboral y educativo.
Esto se logró a través de 21 entrevistas semiestructuradas aplicadas a
personas del rango etario de 17 a 29 años que tuvieran la característica
de ser madres o padres y que residen, estudian o laboran en la Ciudad de
México. Las entrevistas parten de dos trabajos de investigación, el pri-
mero deriva de una tesis doctoral sobre maternidades y paternidades de
jóvenes estudiantes, para el cual se recabaron nueve entrevistas realizadas
en 2018 con jóvenes que, en ese momento, se encontraban estudiando
su licenciatura. El segundo fue una investigación que se desempeñó en
2021 con el propósito de recuperar las narrativas de hombres y mujeres
jóvenes con hijos que laboran en el comercio popular
3
en la Ciudad de
México, y para el cual se realizaron un total de 12 entrevistas.
Las entrevistas se obtuvieron a través de personas clave que apo-
yaron la búsqueda de informantes, ya sea con coordinadoras académicas,
en el caso de los estudiantes, o de líderes de comerciantes, para quienes
se dedican a estas actividades. A partir del primer contacto también se
consiguieron participaciones por el método de bola de nieve, mediante
la recomendación de otros entrevistados. Quienes accedieron a participar
en la entrevista recibieron una carta de consentimiento informado donde
se les hizo saber que sus testimonios serían utilizados sólo para fines aca-
démicos y se les preguntó si querían que se les citara con su nombre de
pila o de manera anónima; sólo una entrevistada optó por el anonimato.
Vale apuntar que se solicitó convocar a jóvenes que abarcaran el
rango etario de entre 15 a 29 años, aunque, como se señaló en la intro-
3 El comercio popular o economía popular, según Giraldo (2017), son las actividades produc-
tivas que desempeñan las personas de sectores sociales de bajos recursos para la subsistencia.
Estas actividades están inscritas en un panorama de informalidad: sin contratos, prestaciones
o garantías laborales.
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Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
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ducción, la informante de menor edad con la que se tuvo contacto fue
una mujer de 17 años. Los datos sociodemográficos de los participantes
en las entrevistas están registrados en el cuadro I.
Cuadro I
Datos sociodemográcos de los informantes
Nombre Sexo Edad
Condición
civil
Hijos
Edad de hijos/
hijas
Último grado educativo
Ana Femenino 29 Separada 4
4, 10, 12 y 18
años
Bachillerato trunco
Anaid Femenino 27 Soltera 1 9 años
Licenciatura completa en
matemáticas
Anónima Femenino 29 Separada 2 4 y 12 años Bachillerato en curso
Berenice Femenino 25 Unión 1 6 meses Licenciatura en curso
Brenda Femenino 27 Unión 2 3 y 6 años Licenciatura trunca
Celeste Femenino 26 Soltera 1 5 años Licenciatura en curso
Dulce Femenino 29 Separada 2 6 años y 6 meses Secundaria completa
Flor Femenino 23 Soltera 1 2 años Licenciatura en curso
Gabriela Femenino 26 Unión 2 4 y 8 años Bachillerato completo
Jessica Femenino 24 Casada 2 1 y 2 años Licenciatura en curso
Julia Femenino 25 Soltera 1 7 años Licenciatura en curso
Karina Femenino 20 Unión 1 4 meses Licenciatura en curso
Mahatma Femenino 29 Unión 3 5, 9 y 12 años
Licenciatura completa en
Negocios
Tania Femenino 26 Casada 1 5 años Licenciatura en curso
Vanessa Femenino 17 Unión 1 6 meses Primer año de secundaria
Victoria Femenino 28 Separada 1 8 años
Licenciatura completa en
Sociología
Alan Masculino 29 Soltero 2 5 y 7 años Secundaria completa
Julián Masculino 29 Unión 3 1, 6 y 8 años Primaria completa
Julio Masculino 28 Unión 2 6 y 7 años Primer grado de secundaria
Levi Masculino 26 Soltero 1 6 años Licenciatura en curso
Michelle Masculino 29 Unión 2 4 y 8 años Primer grado de primaria
Fuente: Elaboración propia.
Es importante mencionar que, aunque los dos trabajos que sirvie-
ron para este artículo partieron de objetivos diferenciados (estudiantes y
trabajadores con hijos, respectivamente), éstos convergieron en algunos
aspectos que fueron cruciales para el desarrollo de este trabajo y que se
especifican a continuación.
Primero, en ambos se utilizó la perspectiva teórico-metodológica
de curso de vida que permite analizar cómo se ordenan los eventos vitales
que llevan a los jóvenes al tránsito a su vida adulta (salir de la escuela,
ingresar al mercado laboral, tener independencia económica, unirse y tener
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Análisis de las experiencias y oportunidades educativo-laboral de jóvenes madres y padres...
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hijos). Para Sepúlveda (2013), Mora y De Oliveira (2009), esta perspectiva
permite reconocer no sólo cuáles son, en qué secuencia y con qué inten-
sidad ocurren los eventos biográficos que una persona reconoce como
sustantivos para su proceso de maduración, sino que, además, propician
identificar el significado que se les confiere a estos eventos y reconocer
los contextos y modalidades en que las personas expresan su identidad.
Según Blanco y Pacheco (2003), hay tres conceptos principales
que están presentes en el análisis del curso de vida, uno de ellos son las
trayectorias, que hacen referencia a la ruta biográfica (sin una secuencia o
ritmo estipulado) que se traza a lo largo de la vida y que incluye distintos
ámbitos en que se desempeñan los actores, como el trabajo, la escuela o
la familia (Ídem). Luego, las transiciones que son eventos (planeados o
no) inmersos en la trayectoria que marcan un cambio de posición en la
línea de vida. Y los turning point, que son sucesos inesperados que mo-
difican de forma radical el trayecto de vida de un sujeto, como puede ser
el nacimiento de las o los hijos. En este sentido, la perspectiva de curso
de vida fue crucial para conocer cómo los eventos laborales, familiares
y escolares repercuten (positiva o negativamente) en las experiencias y
decisiones de los jóvenes, y cuánto se ven afectados estos eventos por
oportunidades de vida limitadas, como menor acceso a la educación,
oportunidades laborales reducidas, escasos apoyos para el cuidado de las
infancias, entre otras.
La segunda perspectiva empleada en el análisis fue la de género
(PEG), la cual resultó necesaria para entender las asignaciones sociales que
aún se adjudican a la maternidad y paternidad y que, como se mostrará en
los resultados, se han asentado en una desigualdad de corresponsabilidad
entre hombres y mujeres. La PEG ha sido útil como instrumento analítico
para detectar situaciones de exclusión y condiciones de desventaja, sobre
todo, de las mujeres (Miranda-Novoa, 2012), aunque las investigaciones
basadas en esta perspectiva no sólo se enfocan al género femenino, sino
que se “trata de conseguir que tanto ellas como los varones participen
en las distintas facetas de la vida en un plano de igualdad, es decir, sin
reglas rígidas de género (Niranda-Novoa, 2012, p. 347). Asimismo, afir-
ma Mummert (2003, p. 368) que centrar la atención sólo en las mujeres
184
Revista de investigación y divulgación sobre los estudios de género
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llevaría a perder la oportunidad de entender a mayor profundidad la
realidad cotidiana entre las relaciones de ambos sexos: “Sólo así podremos
comprender los mecanismos por medio de los cuales se han forjado una
distribución desigual de poder entre hombres y mujeres en México.
Así, en este artículo interesa tener un conocimiento más profundo de
los varones en su experiencia de paternidad y la corresponsabilidad que
asumen en el cuidado, crianza y manutención de las infancias.
Para profundizar en lo anterior, fue indispensable analizar los
relatos desde el enfoque biográfico con el cual se reconstruye, a partir de
la memoria de las personas, sus experiencias, significados y precisiones
en su curso de vida (Lindón, 2000). Considerar el enfoque biográfico
significa tomar en cuenta cómo las decisiones y oportunidades de los
sujetos (implícitas o explícitas en sus narraciones), modifican su biogra-
fía, con lo cual es complementario al curso de vida para comprender las
construcciones subjetivas que llevan a cabo tanto hombres como mujeres
sobre el pasado, presente y futuro de su propia vida dentro del contexto
social en el que están inmersos” (Pries, 1996, p. 396). De manera resumida,
este enfoque permitió una mirada particular a las individualidades de los
jóvenes que participaron en las investigaciones.
Un segundo punto coincidente en los trabajos que fueron base
para este artículo fue que la estructura de las guías de entrevista incluyó,
para ambos casos, el objetivo de recuperar información sobre las tra-
yectorias familiar, laboral y escolar de los jóvenes. Sobre la trayectoria
familiar abarca los comportamientos reproductivos y los eventos vitales
de la dinámica familiar, tales como como la nupcialidad, el cambio de
residencia, la autonomía de los progenitores, la maternidad o paternidad.
La trayectoria laboral considera el historial de empleos remunerados, así
como las actividades no remuneradas. Finalmente, la trayectoria educativa
refiere al progreso en los grados y niveles de escolaridad.
El último punto de convergencia en la conducción metodológica
de ambos trabajos fue el proceso con el cual se analizaron los relatos.
Para ello, se utilizó el software de análisis cualitativo Maxqda, en el cual
se vaciaron, de forma manual, las transcripciones de las entrevistas y se
crearon familias de códigos a partir de las dimensiones y categorías de