Movilidad profesional y cambio cultural
de los jóvenes tseltales de Chiapas, México
Professional mobility and cultural change of young tseltals from Chiapas, Mexico
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Recibido: 25 de abril de 2023
Aprobado: 31 de mayo de 2023
Abraham Sántiz Gómez
Universidad Intercultural de Chiapas, México
Manuel Roberto Parra Vázquez
El Colegio de la Frontera Sur, México
Resumen
En esta investigación se analiza la movilidad profesional y el cambio cultural de los jóvenes tseltales de Chiapas, México, hombres y mujeres, que estudian en el nivel medio superior de Oxchuc, municipio con importantes cambios sociales desde los años cincuenta del siglo pasado por las políticas de educación escolarizada a nivel nacional y que actualmente afectan la aspiración profesional de los y las jóvenes. Se empleó el enfoque cualitativo de la investigación, asimismo se produjeron entrevistas con estos jóvenes y un análisis de categorías en lengua tseltal e identificadas en el diario de campo. Este análisis se relacionó con los conceptos teóricos de resignificación cultural (Molina, ٢٠١٣), movilidad profesional (Bonnewitz, ٢٠٠٦), estrategias familiares, movilización de capitales (Bourdieu, ٢٠٠٢) y agencia social (Sen, ٢٠٠٠a). Se concluye que existe un cambio de aspiración profesional de padres a hijos e hijas y una movilidad profesional lenta que han generado un cambio cultural debido a la educación escolarizada de los jóvenes.
Palabras clave: Estrategias familiares, Movilidad profesional, Agencia social, Cambio cultural
Abstract
This research analyzes the professional mobility and cultural change of young tseltals from Chiapas, Mexico, men and women, who study at the upper secondary level of Oxchuc, a municipality with important social changes since the fifties of the last century due to the policies of school education at the national level and that currently affect the professional aspirations of young people. The qualitative approach of the research was used, interviews with these young people and an analysis of categories in the tseltal language and identified in the field diary were also produced. This analysis was related to the theoretical concepts of cultural resignification (Molina, 2013), professional mobility (Bonnewitz, 2006), family strategies, capital mobilization (Bourdieu, 2002) and social agency (Sen, 2000a). It is concluded that there is a change of professional aspiration from parents to sons and daughters and a slow professional mobility that have generated a cultural change due to the school education of young people.
Key Words: Family strategies, Professional mobility, Social agency, Cultural change
Abraham Sántiz Gómez. Mexicano. Doctor en Ciencias en Desarrollo Rural Regional por la Universidad Autónoma Chapingo (UACH). Profesor de la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH), adscrito en la Unidad Académica Multidisciplinaria de Oxchuc. Investigador tseltal miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Temas de especialización: Cultura, género, migración y estrategias de reproducción social; estrategias regionales y políticas públicas. ORCID: 0000-0001-5635-7955. Correo electrónico: colemix1@hotmail.com. Última publicación: Sántiz Gómez, A., Parra Vázquez, M. R., Trench, T. y Bello Baltazar, E. (2021). Grupos familiares de Oxchuc que cambiaron su visión de vida: 1986-2018. En I. J. Estrada Lugo (Ed), Reproducción social y parentesco en el área Maya de México. El Colegio de la Frontera Sur.
Manuel Roberto Parra Vázquez. Mexicano. Doctor en Economía por la UNAM. Investigador Titular de El Colegio de la Frontera Sur, y Profesor del Doctorado en Ciencias en Desarrollo Rural Regional de la Universidad Autónoma Chapingo. Correo electrónico: mparra@ecosur.mx. Temas de especialización: Aprendizaje social, construcción de innovaciones socioambientales en territorios campesinos, Modos de Vida e Innovación territorial. ORCID: 0000-0002-3955-7223. Última publicación: Parra Vázquez, M. R., Ramos Pérez, P. P., Sántiz Gómez, A. y Herrera Hernández, O. B. (2020). Construyendo la vida plena en comunidades tseltales. Política municipal basada en sus modos de vida. En L. García Barrios, E. Bello-Baltazar y M. R. Parra-Vázquez (Eds.), Cambio social y agrícola en en territorios campesinos: respuestas locales al régimen neoliberal en la frontera sur de México (pp. 105-132). El Colegio de la Frontera Sur.
Introducción
El objetivo principal de este artículo es analizar las aspiraciones profesionales de los jóvenes estudiantes de Oxchuc, mujeres y hombres, desde los conceptos de estrategias familiares, movilizaciones de capitales, agencia, movilidad profesional y vida en libertad (Bourdieu, 2002; Bonnewitz, 2006; Sen, 2000a). La disponibilidad y la movilización de capitales determinan el cambio de dicha movilidad para un mayor bienestar social (Delajara et al., 2018), un desarrollo territorial para revertir la desigualdad social (Paz et al., 2018) y las mejores oportunidades de empleo formal (Ramos, 2021).
Asimismo se plantea responder ¿cómo la educación de nivel medio superior orienta las aspiraciones profesionales de los jóvenes para continuar con sus estudios en la universidad? Además, se plantean, ¿cuáles son las estrategias familiares para que los hijos alcancen el nivel profesional al que aspiran?, ¿cuáles son los cambios de movilidad profesional de padres a hijos, y entre jóvenes hombres y jóvenes mujeres?, y ¿en qué categorías culturales se sustentan los y las jóvenes al trazar sus aspiraciones profesionales para la búsqueda de vida en libertad?
Las aspiraciones profesionales se responden en torno a la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH) que desde 2009 tiene una sede en la cabecera municipal de Oxchuc con las licenciaturas en Lengua y Cultura, Desarrollo Sustentable y Derecho Intercultural, las cuales suman casi 300 miembros de la comunidad estudiantil en cada ciclo escolar; mientras los y las jóvenes entrevistados fueron los que cursaban el nivel medio superior en 2015, y se complementó la información de campo entre 2020 y 2021 con algunos obstáculos por la pandemia mundial que no permitió las clases presenciales.
El texto contiene un análisis teórico junto con los antecedentes del cambio sociocultural de los tseltales de Oxchuc, Chiapas; también un apartado de metodología con enfoque cualitativo e integración de categorías locales, así como una sección de resultados en los cuales se analizan y se interpretan la movilidad profesional y el cambio cultural, donde se desprenden las conclusiones de la investigación.
La perspectiva teórica
Resignificación cultural del joven profesionista
El joven tseltal de Oxchuc ancestralmente tenía una forma de vida arraigada a la tierra, pero en los años cincuenta del siglo XX por la política de desarrollo nacional se introdujo la educación escolarizada por el Instituto Nacional Indigenista (INI) que generó nueva mentalidad y visión de vida sociocultural. Los jóvenes fueron los agentes principales de este cambio para buscar un modo de vida modernizada, generando nuevas capacidades como hablar en español, escribir, leer, hacer cuentas y conocer la ciudad o la forma de vida urbana (Villa Rojas, 1990; Sántiz y Parra, 2018).
Por esta política de desarrollo sociocultural los jóvenes tseltales de Chiapas adquirieron capacidades y conocimientos para entender los fenómenos sociales, naturales y espirituales; se convirtieron en predicadores del evangelio, traductores, gestores, profesores bilingües y líderes comunitarios para la transformación de vida rural (Sántiz y Parra, 2018). Además, participaron en el movimiento magisterial en 1979 y aprovecharon la reforma municipal de 1983 para tener acceso al poder económico y político municipal (López, 1993). La movilización del capital educativo potencializó otros capitales para el cambio cultural.
Para Pineda (1995, p. 298) se formaron cuatro canales de agrupación del poder económico en la región Altos de Chiapas: “el control de los medios de producción y distribución; el de los medios políticos y represivos; el de los medios de comunicación y tramitación administrativa; y el de los medios de influencia social”. En esta estratificación los profesores de preescolar y primaria, los líderes políticos y los comerciantes adinerados son los que tenían mayor participación política y fueron controlados por el sistema político del gobierno.
En dichos años el ser profesor de educación preescolar y primaria significaba ser el protector, gestor y guiador del pueblo, con la imagen sociocultural de portar un portafolio en la mano, estar vestido formalmente, tener zapatos lustrados y hablar en español; imagen que influye actualmente en la aspiración profesional de los jóvenes estudiantes. La educación escolarizada introdujo el modo de vida moderna, también formó promotores con conciencias críticas de cambio social y cultural (Muñoz, 2020). Bonfil Batalla (1987) denominó a este proceso estrategia de colonialismo interno por parte del Estado, ya que para él no se formaron profesionistas para desarrollar actividades directamente en sus comunidades, sino que se prepararon jóvenes impulsores de las agencias gubernamentales y una forma de vida contradictoria a la cultura local.
Este cambio cultural, auspiciado por la política de educación escolarizada, se desvinculó de la enseñanza tseltal acerca de la relación con la naturaleza y la familia como núcleo principal donde se inicia toda enseñanza y aprendizaje para que los jóvenes sean auténticas personas con cabeza y corazón (Sánchez, 1998)1 y donde la cocina, el traspatio, la vereda, la milpa y el cafetal son los espacios de construcción de conocimientos y valores culturales del pueblo. En el transcurso del tiempo dominaron las políticas de asistencia social del gobierno y la creación de más espacios educativos (Sántiz, 2021). La transmisión de esta cultura por la educación escolarizada exige una operación de selección cultural porque la totalidad sociocultural es inabordable, ya sea por restricciones de tiempo, de interés y de conveniencia (Gvirtz y Palamidessi, 1998).
En este sentido, la educación escolarizada ha sido una estrategia de cambio cultural de los jóvenes desde el tiempo que operó el INI en la región Altos de Chiapas, ya que comenzaron a tener puestos de prestigio y reconocimientos como secretarios, enfermeros, profesores, directores, supervisores, y son quienes han reinterpretado y resignificado los referentes culturales de los tseltales (Gómez, 2014; Sántiz y Parra, 2018). Este proceso generó una aspiración profesional orientada a la forma de vida moderna que estimula la acumulación de riqueza material y el cambio de visión de vida (Sántiz et al., 2021). Esta resignificación coincide con lo que plantea Giménez (1995, p. 42), “el impacto de la modernización sobre la cultura es doble: por una parte, desintegra o disuelve las culturas tradicionales y las identidades fundadas en ellas, y por otra induce nuevas formas de cultura e identidad”. Se entiende por resignificación cultural a la creación de una nueva perspectiva, aspiración y expectativa que cambian la forma de concebir e interpretar el pasado desde la situación que se vive en la actualidad y redefine una situación, lo cual implica instauración de una nueva realidad (Molina, 2013).
La cultura se define como una dimensión de la vida social, como un sistema de símbolos que posee una débil coherencia, puesta continuamente en riesgo a través de la práctica social, por lo tanto, sujeta a transformaciones constantes que inciden en las relaciones sociales (Sewell, 2005). Este autor concluye que el concepto de cultura es tanto sistema de símbolos y significados, y práctica social, es decir, la cultura vincula la acción intencional, el poder, la lucha, la contradicción y el cambio social. Desde esta dimensión cultural, las acciones sociales generan cambio y resignificación de las relaciones humanas (Molina, 2013).
En la perspectiva de sociología educativa, la cultura consiste en un conjunto de pautas, procedimientos, usos y saberes transmitidos. Toda práctica humana es cultural, ya que toda acción u objeto siempre es experimentado dentro de un universo de significados producidos por el ser humano (Gvirtz y Palamidessi, 1998). La cultura como experiencias y conocimientos objetivados, compartidos y transmitidos, se hereda entre generaciones y grupos de individuos, ya sea con olvidos, pérdidas, modificaciones y resignificaciones; además, los elementos culturales autónomos, enajenados, impuestos y apropiados interactúan en el proceso de cambio cultural, por ejemplo, la enseñanza escolar es impuesta a la cultura autónoma, pero dicha enseñanza puede ser apropiada para resignificar a la cultura autónoma, aunque es un elemento ajeno al pueblo debido a que no puede decidir por la enseñanza escolarizada (Bonfil, 1988).
La educación escolarizada forma culturalmente a los jóvenes
La educación escolarizada no solo resignifica a la cultura del pueblo, sino que forma a los jóvenes en sus maneras de pensar y actuar en la sociedad: “la escuela se erigió como una institución de suma importancia en el proceso de educación de los jóvenes, donde se transmiten conocimientos, habilidades, y el discurso dominante con respecto al individuo emprendedor, disciplinado, responsable y competitivo” (Paz, Suárez y Espinosa, 2018, p. 20). Esta formación se orienta para el servicio del sistema económico imperante en la cual se define la aspiración profesional y las expectativas laborales.
En esta formación sociocultural de los sujetos, la escuela es el espacio principal donde se ha modificado por generaciones y épocas el inconsciente cultural, formado a partir de los aprendizajes intelectual, escolar y pensamientos escolares. La fuerza formadora de hábitos es la escuela que proporciona a quienes han estado sometidos a su influencia directa o indirecta, y configura una disposición general susceptible de aplicarse en campos diferentes del pensamiento y de la acción, que se denomina habitus cultivado (Bourdieu, 2002), que altera los modelos mentales de los jóvenes y sus expectativas en el futuro (Fruttero, Muller y Calvo, 2021).
En esta orientación sociocultural desde la escuela formal, unos entran y otros quedan fuera en el juego debido a que las instituciones escolares actúan otorgando títulos y reconocimientos al sector social con mayores capitales, poniendo en funcionamiento la exclusión de los más desfavorecidos y la restricción de las elecciones de carreras profesionales (Bourdieu y Passeron, 2009). En este proceso la juventud reproduce un orden en el cual cada quien debe mantenerse y ocupar su lugar, en efecto, el cambio cultural por la educación escolarizada es desigual y diferenciada.
Los jóvenes estudiantes son absorbidos por la fuerza educativa oficial y preparados para empleos asalariados en sus contextos territoriales y regionales; además, son organizados, promovidos, regulados y normados por el Estado (Muñoz, 2020), con posturas ideológicas y políticas definidas para acceder al poder económico (Sántiz y Parra, 2018). La educación basada en el sistema educativo del Estado orienta a los sujetos sociales a la forma de vida moderna, y forma en los jóvenes una mentalidad diferente a la de sus generaciones anteriores (Fernández y Quingaísa, 2021) para hacer transformaciones desde los contextos territoriales.
Aspiración profesional con movilización de estrategia, capital y agencia
Se define por aspiración profesional a la acción de pretender o desear alguna profesión, empleo y dignidad, y se manifiesta cuando se alcanza un nivel educativo. Esta aspiración no solo son deseos de las personas para el futuro, sino son objetivos de la vida concretizado en el trabajo formal, ingresos monetarios, salud, poder y estatus social (Allendes y Rivera, 2018), los cuales motivan a las personas a realizar esfuerzos y acciones para mejorar las condiciones de vida. Esta aspiración se forma a partir de un conjunto de experiencias, interacciones sociales y oportunidades a las que uno tiene acceso, y genera un efecto positivo y progresivo en las familias y en la sociedad (Fruttero, Muller y Calvo, 2021).
Sin embargo, las condiciones sociales abren una brecha de aspiraciones, esto es un diferencial entre el estándar de vida deseado y el estándar de vida actual, que para cerrar se requiere de la inversión de capital humano, económico y cultural, dado que estos aumentan los estándares de vida y disminuyen la distancia entre el estado al que se quiere llegar y el actual (Ray, 2006). Dentro de esta brecha existe una ventana de aspiraciones, la cual está constituida por las vivencias, logros e ideales de los que viven alrededor del individuo y de sus propias experiencias. Cada individuo tiene una ventana de aspiraciones que depende de sus relaciones sociales, logros, capacidades y agencia para la preparación profesional (Fruttero, Muller y Calvo, 2021).
Las aspiraciones profesionales se gestan desde etapas tempranas del desarrollo individual, dependiendo de las condiciones internas y externas propias de cada individuo, donde la familia, las condiciones socio-históricas y la escuela influyen directamente en la estructuración, desarrollo y afianzamiento de estas aspiraciones; pero es en la etapa de la juventud que se consolidan como configuraciones subjetivas y formaciones motivacionales del desarrollo personal. Las aspiraciones positivas pueden llevar a las personas a lograr mejores niveles de educación, y contribuyen a que la sociedad sea más equitativa y próspera, pero las altas aspiraciones no deben ser consideradas como un fin en sí mismas, ya que pueden ser contraproducentes si no van acompañadas de las estrategias familiares, movilización de capitales potenciales y generación de espacios adecuados para desarrollarlas (Fruttero, Muller y Calvo, 2021).
Para que sea realidad una aspiración profesional se necesitan estrategias familiares y movilización de capitales (trabajos acumulados) económico, social, simbólico y cultural (Bourdieu, 2002). El capital cultural corresponde al conjunto de las calificaciones intelectuales y profesionales que son producidas por el sistema escolar o heredadas por la familia, tales como los reconocimientos o títulos académicos; pero también necesita de la movilización de los demás capitales para definir las estrategias educativas que tienen por objetivo reproducir agentes dignos y capaces de generar el cambio sociocultural; los hijos con niveles de escolarización alta representan una estrategia familiar para potencializar los demás capitales y formar agentes de cambio (Bonnewitz, 2006). La estrategia familiar funciona para aminorar las dificultades y los obstáculos del proceso de preparación de los hijos e hijas (López y Moncada, 2012), también apoya la capacidad de agencia para el cambio de la estructura social (Bourdieu, 2002), y la misma agencia formada por la educación puede transformar la estructura social y el contexto sociocultural. Los profesores de nivel preescolar y primaria de Oxchuc dominaron a la gerontocracia local, accedieron al poder político y económico municipal y transformaron la vida rural (Sántiz y Parra, 2018), aunque también varios se volvieron intermediarios entre las comunidades rurales y el Estado, los cuales dieron origen a la lucha de poder político y económico que explica una de las raíces de conflictos sociales constantes en este municipio.
Jóvenes agentes de cambio sociocultural: movilidad profesional
De acuerdo al nivel educativo de los padres, el origen social y las oportunidades en el campo educativo, los jóvenes pueden ser agentes de cambio sociocultural (Bourdieu y Passeron, 2009), dependiendo de los capitales que se movilizan y las capacidades de las familias puestos al alcance de dichos agentes (Bonnewitz, 2006). El cambio sociocultural puede ser visto como proceso de libertades reales y eliminación de importantes fuentes de la ausencia de libertad, como son pobreza y desigualdad, oportunidades económicas escasas y privaciones sociales sistemáticas, falta de servicios públicos, intolerancia y sobre actuación de Estados represivos que no prosperan a la sociedad (Sen, 2000b).
Lo que el agente puede lograr positivamente resulta influido por las oportunidades económicas, libertades políticas, poderes sociales, condiciones adecuadas para buena salud, educación básica y las iniciativas de cambio cultural. “Las libertades fundamentales de que disfrutamos para ejercer nuestras responsabilidades dependen extraordinariamente de las circunstancias personales y sociales, así como del entorno” (Sen, 2000a, p. 340). Desde esta perspectiva, la escuela formal es un campo de formación de agencia y de acceso a un repertorio de capitales potenciales para enfrentar las circunstancias de la vida o para enfrentar los obstáculos del territorio.
En sí, la agencia de un profesionista puede ser alcanzada por meritocracia escolar, donde los agentes actúan bajo la lógica de premiar el esfuerzo educativo; también por medio del sentido ideológico a partir de principios de justicia social y solidaridad que fomenta el apoyo entre estudiantes y amistades; y por la capacidad familiar donde los padres, madres y familiares apoyan emocional y económicamente a los hijos (Ramos, 2021).
Sin la libertad educativa una persona no puede ser responsable de cumplir su compromiso social y se pierde la capacidad de agencia humana y social (Sen, 2000a). La vida en libertad se disfruta formando y ejerciendo la responsabilidad individual y social que influye en el cambio de la estructura social o el contexto sociocultural (Fernández y Quingaísa, 2021). Esta agencia social formada desde la escuela, conmueve el estado de cosas existente y moviliza en el tiempo para construir la vida libre, y los agentes sociales siempre procuran mejorar su posición social (Bonnewitz, 2006), movilizando los capitales potenciales y generando las acciones de cambio social (Duhart, 2004), el proceso de desarrollo económico como libertad (Sen, 2000a), y la reorganización social y territorial (Solís, 2000).
La escuela formal como un espacio de formación de capacidades de los jóvenes estudiantes puede generar el cambio cultural, pero se requieren la movilización de capitales, estrategias familiares y la agencia social, los cuales definen la aspiración y la movilidad profesional de los jóvenes estudiantes.
En esta investigación la categoría de movilidad profesional es el paso de los individuos de una categoría a otra durante la misma generación, proceso en el que se compara la situación de dos generaciones: la de los padres y la de los hijos; las categorías pueden ser expresadas en agricultores, empresarios, profesores, asalariados, entre otras (Bonnewitz, 2006). Para Vélez, Campo y Fonseca (2015), la movilidad profesional es intrageneracional, consiste en cambios en la posición socioeconómica en el ciclo de vida de las personas, donde influye mucho el desarrollo profesional, educativo y económico.
En este sentido, Fields (2007), citado por Vélez, Campo y Fonseca (2015), define a la movilidad profesional a partir de la movilidad del ingreso, es decir, se trata de cambio en el ingreso de los individuos entre dos o más puntos a través del tiempo, además, el ingreso se refiere a las fuentes de activos de los individuos que permiten alcanzar cierto grado de prestigio social y desarrollo humano.
Metodología
Los jóvenes hablantes de lengua tseltal en Chiapas forman un sector de población caracterizado por su heterogeneidad y cambio sociocultural. Específicamente en el municipio de Oxchuc, ubicado en la región Altos de Chiapas, en 2015 se recorrieron cinco escuelas: tres Colegios de Bachilleres de Chiapas (COBACH) y dos Colegios de Estudios Científicos y Tecnológicos de Chiapas (CECYTECH), todas de nivel medio superior, ubicadas en las comunidades rurales de El Tzay, Tolbilja, El Corralito, Mesbilja y Cabecera municipal como único lugar urbanizado. En estos espacios se aplicó una entrevista estructurada, dirigida a 192 jóvenes estudiantes de nivel bachillerato; fueron 99 hombres (79 de padres agricultores) y 93 mujeres (74 de padres agricultores), la mayoría procedente de una cultura agrícola, y con una edad promedio de 18 años. Los instrumentos utilizados fueron los cuestionarios abiertos y cerrados, libreta de campo para el diario y los guiones de observación.
La muestra se determinó tomando en cuenta a las escuelas en el ámbito rural; se incluyó la escuela que se encuentra en la cabecera municipal debido a que sus estudiantes provienen de las comunidades rurales aledañas El estudiantado que participó en este estudio estaba por egresar del nivel bachillerato (sexto semestre), y visualizaba claramente sus aspiraciones profesionales. Cabe puntualizar que se aplicaron entrevistas semiestructuradas y dirigidas a la población objetiva de estudio (Mayz, 2009; Cornejo y Salas, 2011).
Para ampliar y comparar la información de los jóvenes se hicieron entrevistas abiertas y dirigidas a cinco profesores de nivel medio superior, cinco padres y madres de familia (uno de cada escuela). Se visitó a las escuelas en dos ocasiones para completar el registro de la información en un diario de campo para su sistematización y análisis posterior (Raymond, 2005). Además, se fortaleció esta información de campo con la entrevista a profundidad a cinco jóvenes estudiantes, realizada entre 2020 y 2021. En estos años, la pandemia de COVID-19 impactó a la población rural y muchas escuelas no tuvieron clases presenciales, por tanto, las entrevistas se realizaron desde los hogares, caminos, centros comunitarios y cabecera municipal donde los jóvenes acudían para mantener la convivencia social y realizar las tareas académicas y de investigación.
En la entrevista, los padres de familia se sentían incómodos con el cubrebocas, no creían o aceptaban la pandemia como una enfermedad mortal, decían que los tseltales son fuertes porque comen mucho chile, utilizan el temascal para bañar y conocen de plantas medicinales, pero si les pasaba algo por la pandemia es porque así quiso Dios. Mientras los y las jóvenes son quienes podían salir más de sus hogares y comunidades, ya que no eran afectados mucho por la pandemia. De hecho, había padres de familia ancianos que padecieron los síntomas de COVID-19 y varios fallecieron en las comunidades donde se realizó la investigación. Como investigadores, nos enfrentamos a momentos de dificultad para completar los datos de campo, e incluso sentimos los síntomas de la pandemia.
Se asumió la postura constructivista del conocimiento en las ciencias sociales (Serrano y Pons, 2011), la centralidad de los sujetos sociales (Cornejo y Salas, 2011) y la importancia de los conocimientos culturales de los tseltales de Chiapas (Sántiz, 2022). Para esto la Teoría Fundamentada y el Método Comparativo Constante (Strauss y Corbin, 2002), sirvieron para sustentar la metodología cualitativa que se caracteriza por la descripción y análisis de los comportamientos, visiones, experiencias, expectativas y acciones de los jóvenes estudiantes. Fue muy útil el diario de campo para registrar y sistematizar la información (Raymond, 2005).
Se empleó la lengua tseltal para identificar las categorías culturales de análisis, mismas que fueron construidas a partir de la realidad social estudiada. Las principales categorías: snojptesel (enseñar), skoltayel (liberar o ayudar), smulanel (por el gusto) y poxtaywanej (ser médico o enfermera), sustentan y confluyen en la categoría de slektesel kuxlejalil (corrección de la vida) para el syantesel jtaleltik o cambio de nuestra cultura.
El análisis de los datos y categorías culturales ayudó a explicar las aspiraciones de los jóvenes, ya que es en el contexto sociocultural, histórico y territorial donde son constituidos los significados sociales, partiendo de interrogantes, cuestionamientos y pensamientos críticos (Mayz, 2009); mientras el análisis teórico se enfocó en los conceptos de cambio cultural, movilidad profesional, movilización de capitales, agencia social, estrategias familiares y vida en libertad (Bourdieu, 2002; Bonfil, 1987; Sen, 2000a). Fue básico el concepto de movilidad profesional para analizar la circulación de los jóvenes de la categoría socio-profesional a la que pertenecen sus padres, a otro grupo de personas o categoría socio-profesional a la que aspiran pertenecer (Bonnewitz, 2006). El análisis se enfocó en la movilidad profesional2 de padres a hijos para identificar vínculos y diferencias de dos generaciones en este proceso de cambio social.
El cambio de dicha movilidad se vinculó con el análisis de la vida en libertad3 de los jóvenes que alude al cambio cultural para una vida más libre, larga y fructífera (Sen, 2000a). La información primaria reveló perspectivas de las aspiraciones profesionales y permitió comprender el contexto social que influye en la movilidad profesional de padres a hijos (Delajara et al., 2018).
Resultados y análisis: los cambios socioculturales de los tseltales
El contexto del territorio de estudio
El municipio de Oxchuc es conocido como cuna de profesores bilingües,4 pero es uno de los municipios de Chiapas con mayores rezagos educativos y carencias de necesidades básicas; la mayoría de su población está ocupada en la agricultura de subsistencia y se caracteriza por ser una población joven que aspira a la formación profesional, aunque antaño la principal aspiración profesional de los jóvenes era ser profesor bilingüe. La movilidad profesional de padres a hijos es muy baja en México; solo 3 de cada 10 personas que nacen con bajos ingresos de la población se escapan de esa situación, y únicamente el 4% llega a niveles con ingresos relativamente elevados, esto quiere decir que en nuestro país la pobreza se transmite o se reproduce de padres a hijos (Centro de Estudios Espinosa Yglesias, 2016). Sin embargo, ser agricultor de subsistencia suele ser la última opción para los jóvenes rurales porque significa trabajo arduo y poco redituable (Dirven, 2016). En el sur de México los territorios están situados en trampas de pobreza y de oportunidad, el 60% sufren desigualdad de oportunidades de empleo (Plassot, Rubio y Soloaga, 2019), aunado a esto, la tasa de escolaridad de los hablantes de lengua indígena en México es de 5.7 años, comparado con el promedio nacional de 9.2 años (Ramos, 2021).
En Oxchuc, Chiapas, la milpa es el principal sistema de cultivo practicado por los padres de familia, el 70% de los jóvenes entrevistados son de padres agricultores. Para conseguir el sustento diario de la familia la mayoría de la población se dedica a esta actividad; en efecto, se ha aumentado el éxodo laboral a las ciudades y campos de la agricultura comercial en el norte de México. Esta situación de pobreza no permite una movilidad profesional positiva o ascendente, para superar el nivel y la condición profesional y económica de los padres por parte de los hijos que favorece la integración y desarrollo social (Vélez, Campos y Fonseca, 2015), donde la educación escolarizadda5 sea una inversión clave para asegurar empleos dignos y formales.
Oxchuc tiene una población total de 54,932 habitantes, de la cual son 27,514 hombres y 27,418 mujeres, dispersa en 217 localidades rurales menores de 2500 habitantes (INEGI, 2020). Dentro de la región Altos de Chiapas es uno de los tres municipios con mayor densidad poblacional, con 131 habitantes por kilómetro cuadrado, con mayor población de 10 a 20 años de edad, y que ha demandado más espacios educativos,6 fuentes de empleo formal y prosperidad económica, necesidades que han conducido a movimientos sociopolíticos en los últimos diez años.
Este municipio está ubicado entre dos de las ciudades turísticas más importantes de Chiapas: San Cristóbal de las Casas y Ocosingo, ubicación que no ha favorecido el desarrollo económico y territorial, ya que según el Informe de Pobreza y Evaluación 2020 de Chiapas que realizó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), era el municipio que mayor aumento presentó en su porcentaje de pobreza extrema, y uno de los cinco municipios de Chiapas con mayor número de personas en situación de pobreza extrema, por carecer de acceso a las necesidades básicas (Fruttero, Muller y Calvo, 2021). Además, la tasa de analfabetismo de Oxchuc en 2020, según INEGI, fue del 16%; del total de población analfabeta, 34.8% correspondió a hombres y 65.2% a mujeres.
En Oxchuc hay una población campesina en condición de pobreza y con una actitud fatalista y sumisa ante esta condición (Parra et al., 2020). El problema de la sustentabilidad económica de este municipio consiste en que la producción de la milpa es de bajo rendimiento, lo cual provoca una insuficiencia del sistema para satisfacer las necesidades alimenticias de las familias; algunos de los factores causantes son la poca fertilidad del suelo, la falta de pertinencia de las políticas agrícolas y la ausencia de asistencia técnica. En efecto, muchas familias no tienen acceso a suministros de alimentos adecuados en calidad y cantidad para el bienestar social (Sántiz, 2021).
Estrategias familiares para la educación de los jóvenes
La aspiración profesional de los jóvenes de familias agricultores depende de la estrategia familiar para movilizar sus capitales, como se narra a continuación:
Me esforcé mucho para que tengan estudio mis hijos, tuve que amarrar bien mi pantalón como los hombres para ir a trabajar junto con mi esposo en una hacienda en Ocosingo y conseguir dinero para apoyar a mis hijos. Cuando mis primeros dos hijos encontraron trabajo de maestro, tuvieron dinero y construyeron sus casas, y luché para apoyar a todos mis hijos y mi hija. Mis últimos hijos tuvieron estudio porque fui a San Cristóbal a lavar ropa en las casas, fue sufrido, se lastimaban mis manos, mi última hija encontró trabajo de maestra (Madre de familia, mayor de 60 años de edad, Diario de campo, 26 de febrero de 2020).
Si la familia no cuenta con los capitales necesarios y potenciales (Bourdieu, 2002) para acceder a la educación escolarizada, la otra opción es que los hijos emigren a las ciudades para tener empleo formal y acceder a las escuelas; esto se describe en el siguiente testimonio.
Un día estaba tomando pozol en medio de la milpa, empecé a contemplar el paisaje, era tiempo de la limpia, pensé si no se podía hacer otra cosa que trabajar de la milpa, ya que escaseaba el alimento, no había dinero y era muy difícil continuar mi estudio después de la primaria, entonces, decidí salir de la casa para trabajar en la ciudad (San Cristóbal de las Casas) y continuar con mi estudio de Secundaria, tuve que salir de mi comunidad para estudiar y por la educación cambió mi vida (Profesor, mayor de cuarenta años de edad, Diario de campo, 29 de agosto de 2009).
La aspiración profesional requiere de la movilización de capitales potenciales de la familia y de la agencia de cambio de los hijos. Los padres de familia suelen pensar que sus hijos e hijas ya no deben sufrir como ellos y ven como primera alternativa la educación escolarizada, aunque otros piensan lo contrario, es mejor que los hijos trabajen y luchen para que aprendan a valorar el esfuerzo propio, y apuestan a la formación de agencia de los hijos. Los padres de familia se esfuerzan para que los hijos cambien de oficio para no sufrir las carencias de la vida rural en la generación de padres.
La movilización de capitales y agencia de una familia consiste en que sus miembros realizan varias actividades económicas: un hijo atiende la fotocopiadora, la papelería y la telefonía rural, mientras el papá se dedica al cafetal, el cultivo de frutales, a veces en el autotransporte y gestión de proyectos ante las dependencias del gobierno; otro hijo atiende el invernadero, la hortaliza y en ocasiones trabaja en la albañilería; la mamá, junto con la hija o nuera, vende verduras y frutales en el mercado comunitario y se dedica al hogar (Sántiz et al., 2021). Para esto se necesita la figura de un wolwanej, a quien se puede reconocer como “gestor” del grupo familiar, que busca y elige alternativas de solución deseables, moviliza sus propios recursos y gestiona los faltantes, y ejecuta su idea de proyecto, con un éxito notable y con cierta autonomía (Parra et al., 2020).
Los padres de familia y los hijos que ven como alternativa la migración laboral generan un dilema entre la aspiración profesional y la expectativa migratoria-laboral como un joven lo describe:
A lo mejor voy a continuar mis estudios en la Universidad, no estoy seguro, no solo por falta de dinero, es que tengo hermanos trabajando en el norte de México, en Sonora y Baja California, pienso viajar por allá para trabajar de otra cosa que no sea la milpa y el cafetal (Estudiante de sexto semestre de bachillerato, Diario de campo, 26 de febrero de 2020).
Los jóvenes estudiantes de bachillerato pueden tomar decisiones y movilizar capitales en tres opciones: 1) dedicarse a la agricultura para el autoconsumo y fortalecer la estrategia familiar comunitaria; 2) emplearse como asalariado en la ciudad o en la agricultura comercial del norte de México, apoyados por sus familiares o conocidos, 3) ingresar a la Universidad para una formación profesional y trabajo formal con salarios dignos. Respecto a esta tercera opción, una joven estudiante decía: “Yo sí quiero seguir estudiando, pero quiero estudiar fuera de Oxchuc para conocer otros lugares, y mis papás me permiten y me animan para hacer esto” (Diario de campo, 26 de febrero de 2020).
Como estrategia familiar los padres se abren a que sus hijos e hijas estudien y emigren a las ciudades, ya que ven muy pequeña la ventana de oportunidades laborales y educativas en el contexto territorial, y son muy escasos los empleos redituables, además, no hay muchos espacios y opciones para la preparación profesional que permite una vida con mayor libertad (Sen, 2000a).
De acuerdo con la información dada por los profesores de nivel medio superior, como lo refiere el siguiente testimonio, hay más jóvenes que se van a trabajar a las ciudades que los que continúan sus estudios en la Universidad, y otros se vuelven a las labores de la agricultura. Una profesora de bachillerato dice:
Yo opino que el problema es cultural, los jóvenes traen una idea que es mejor trabajar para tener dinero que ingresar a una Universidad, otros se casan y dejan sus estudios para volver a trabajar en la agricultura, por eso pienso que el problema es cultural. Se necesita un cambio de perspectiva para que continúen con sus estudios, aunque las últimas generaciones de los estudiantes salieron más de sus comunidades y algunos han decidido continuar sus estudios en la Universidad (Profesora de Bachillerato que enseña Lengua extranjera, Diario de campo, 26 de febrero de 2020).
Los jóvenes que van a la ciudad son movidos por fines económicos (capital económico), los que optan por la Universidad buscan fortalecer su capital cultural o educativo, y los que se quedan en la comunidad cuentan con el apoyo familiar y comunitario (capital social). También es importante agregar que los hijos unigénitos y ultimogénitos son los más cobijados por la familia porque reciben por herencia la tierra (capital natural y físico) de sus padres, pero al fallecer un padre, ellos se responsabilizan del cuidado de la familia, se encargan de la tierra y de los servicios de la comunidad, en efecto, varios han dejado trabajo y casa en la ciudad (Sántiz et al., 2021).
La mayoría de la población rural ocupada en el sector agrícola no puede invertir para aumentar su capacidad y potencial, por eso en esta población los cambios en la inserción laboral de los jóvenes son rápidos para solventar las necesidades urgentes y básicas (Dirven, 2016). Los jóvenes que no tienen acceso a los capitales potenciales luchan para superar los obstáculos económicos, culturales y territoriales, pero en la sociedad con alta desigualdad de oportunidades, las altas aspiraciones pueden convertirse en frustraciones (Fruttero, Muller y Calvo, 2021). El Cuadro 1 muestra una comparativa de las categorías profesionales y laborales entre padres e hijos y presenta el cambio de aspiración profesional de los y las jóvenes; de hecho, los datos indican el tipo o el cambio de la movilidad profesional que más adelante se analiza y se interpreta.
Cuadro 1
Cambio de aspiración profesional de los jóvenes de origen agricultor
Fuente: Elaboración propia con datos de campo obtenidos por medio de un cuestionario cerrado, en 2015.
En el cuadro anterior explicamos lo siguiente: de los 79 jóvenes varones de padres agricultores, 58 aspiran a ser profesores bilingües, 18 quieren ser ingenieros, licenciados, médicos, contadores y migrantes, y solo 4 piensan repetir el oficio de sus padres; mientras para las jóvenes (mujeres), de las 74 de padres productores agrícolas 39 quieren ser ingenieras, licenciadas, médicos, contadoras y migrantes, a 32 les gustaría ser profesoras bilingües, y solo 2 piensan dedicarse al oficio de sus padres. Por otro lado, de los 7 jóvenes de padres profesores bilingües, 2 jóvenes aspiran a repetir la profesión, y 3 quieren ser ingenieros, licenciados, médicos, contadores y migrantes; para el caso de las mujeres es similar, la mayoría aspiran a estas mismas profesiones.
De acuerdo con estos datos existe un cambio lento de movilidad profesional de padres a hijos; se sigue reproduciendo la aspiración de ser profesor/a bilingüe, aunque también existen jóvenes que aspiran a otras profesiones. La mayoría de los hijos no quiere repetir la profesión de sus padres, el oficio de agricultor, con la idea de mejorar la vida familiar y social. La generación de padres de familia (nacidos en 1950 y 1960) y junto con la de jóvenes nacidos en el periodo de 1990-2000, se dedican más a la pluriactividad económica, migración laboral y educación escolarizada, generando cambios en la visión tseltal de la vida y un cambio cultural complejo (Sántiz et al., 2021; Bonfil, 1988).
Las entrevistas indican que la mayoría de las jóvenes (mujeres) aspiran a ser profesionistas de carreras técnicas, esto es, quieren ser ingenieras, licenciadas, contadoras, médicos, enfermeras, biólogas, carreras que están asociadas con el modo de vida en la ciudad (ser profesoras bilingües es la segunda opción para ellas), que permiten acceder a un estilo de vida moderna; no les pesa mucho la imagen cultural de ser profesora bilingüe, situación que indica un cambio de movilidad profesional de padres a hijas (Fruttero, Muller y Calvo, 2021). El factor género marca una diferencia de movilidad profesional en Oxchuc; y en relación con estos datos, el cambio cultural generado por la educación escolarizada orienta la aspiración y la movilidad de los y las jóvenes estudiantes de nivel medio superior.
Categorías culturales que sustentan
la aspiración profesional de los jóvenes
Los jóvenes que aspiran a ser profesores bilingües se orientan por dos categorías culturales expresadas como snojptesel (enseñar) y skoltayel (liberar o ayudar). Por snojptesel se refieren a la enseñanza y formación; los jóvenes entrevistados lo explicaron de esta manera:
Quiero ser profesor para enseñar a los que no saben leer y escribir, enseñar a los niños para que tengan vida mejor, compartir cosas nuevas y tener buena convivencia.
Deseo transmitir en la práctica lo que he aprendido, ya que enseñar a leer y escribir es un trabajo más bueno que el trabajo en el campo [se refiere al trabajo de agricultura].
El ser profesor es agradable por enseñar a otros y es el único trabajo para poder vivir mejor, es un trabajo más limpio en donde no se desgasta mucho físicamente (Opiniones de los jóvenes que estudian en el nivel Bachillerato, Diario de campo, 14 de julio de 2015).
La educación escolarizada forma una visión sociocultural y capacidad de agencia en los jóvenes para enseñar a otros y para mejorar la vida familiar y comunitaria, pero también forma mentalidades y pensamientos hacia el modo de vida moderna; por ejemplo, el ser profesor es un oficio mejor que el ser agricultor de autoconsumo porque es más limpio (imagen de cultura impuesta y apropiada), es un trabajo bueno (por los ingresos económicos y seguridad laboral) y mejora la vida (prosperidad económica y familiar), visión de vida que coincide con el desarrollo económico y prosperidad material (Sen, 2000b; Bourdieu, 2002).
La segunda categoría, que es skoltayel en tseltal, se refiere a la capacidad de liberar o ayudar a la familia y a la comunidad que se encuentran sumidas en la pobreza y carencias, por medio de la movilización de capitales potenciales y la búsqueda de la vida en libertad. Los jóvenes dijeron:
Quiero ser profesor para ayudar a las personas de la comunidad, quiero sacar adelante a mis padres y superar la pobreza en la que se encuentra mi familia.
El ser profesor significa tener mejor calidad de vida y tener un trabajo bueno para ganar el dinero, en la opinión de la gente el ser profesor es la profesión más perfecta.
Si no echamos ganas al estudio, después va doler o pesar la vida, busco ser profesor porque yo busco una vida normal y tranquila, y pienso en mi futuro (Opiniones de los jóvenes que estudian en el nivel Bachillerato, Diario de campo, 14 de julio de 2015).
Estas expresiones dilucidan que el ser profesor bilingüe está asociado con los conceptos de movilización de los capitales, agencia social, estrategias familiares, cambio cultural y vida en libertad, pero también es una profesión muy apreciada culturalmente en una sociedad pobre y desigual donde la profesión que garantiza la estabilidad laboral y los ingresos económicos para cubrir las necesidades básicas de la familia se acepta como la mejor profesión.
Por su parte, las jóvenes (mujeres) se orientan en las categorías culturales de smulanel (por el gusto) y de poxtaywanej (ser médico o enfermera). Smulanel en tseltal se refiere al gusto propio y la libre voluntad para decidir en algo que satisface y permite una vida buena; ellas lo expresaron así:
Ser contadora es la que me llama la atención, me agrada y me gusta esta carrera para apoyar a mis padres.
Quiero que mi sufrimiento valga la pena y ser el orgullo de mis papás para ser una doctora o enfermera, me gusta trabajar en la ciudad y conocer las ciudades muy grandes.
Me gusta ser policía o soldada porque mi sueño es ser una mujer con valor.
El ser profesora me parece una profesión muy alegre para convivir con los niños (Puntos de vista de estudiantes mujeres que cursan el nivel Bachillerato, Diario de campo, 14 de julio de 2015).
Las aspiraciones profesionales por el gusto propio de una profesión se asientan en las visiones de la realización personal, la prosperidad económica, el bienestar familiar y el acceso a la forma de vida urbana. Las y los jóvenes reconocen que las aspiraciones profesionales no solamente son un gusto, sino que pueden generar sufrimiento y frustración por no alcanzarlas, porque hay mucho trecho en la aspiración que se visualiza y la que se alcanza. Al respecto, un profesor de bachillerato decía:
Se fueron cinco estudiantes de este plantel para presentar examen en la UNICH San Cristóbal; querían estudiar medicina, pero no pasaron el examen, incluido nuestro mejor estudiante que había obtenido el primer lugar en nuestra zona y tercer lugar a nivel estatal, la pregunta es, ¿por qué no pasó el examen de admisión en la UNICH, a pesar de que es una Universidad para los estudiantes indígenas? (Palabras de un director de la escuela de nivel Bachillerato, Diario de campo, 6 de octubre de 2015).
El origen sociocultural de los jóvenes tiene un efecto mayor en sus logros educativos, y el nivel educativo de los padres condiciona la oportunidad de ascender educativamente a los hijos (Bourdieu y Passeron, 2009); asimismo en el territorio donde es mayor la desigualdad de oportunidades, en el cambio de movilidad profesional influye el tamaño de la localidad, el género y los capitales o activos que movilizan a las familias (Plassot, Rubio y Soloaga, 2019).
La categoría tseltal de poxtaywanej (ser médico o enfermera) se ejemplifica a continuación:
Aspiro a ser doctora para ayudar a los demás que nos necesitan, hay mucha necesidad en la comunidad, veo las personas que sufren por la falta de doctoras.
Ser doctora o enfermera me permite tener un futuro mejor y ayudar a sustentar a la familia, también permite atender a la gente y ayudar a las personas con problemas de salud.
Ser química me inspira, mi meta es salir adelante con mi estudio, debo estudiar la carrera que me agrada (Puntos de vista de estudiantes mujeres que cursan el nivel Bachillerato, Diario de campo, 14 de julio de 2015).
En los conocimientos culturales de los jóvenes, tanto de hombres como de mujeres, las aspiraciones profesionales se sustentan en ciertos valores humanos, familiares, sociales y culturales, los cuales forman las visiones de vida tseltal de Chiapas (Sántiz y Parra, 2017). En este sentido, el cambio de movilidad profesional depende mucho del contexto cultural.
Estos valores socioculturales también influyen en el desarrollo económico y social (Sen, 2000b); crean modelos culturales que varían de acuerdo al entorno y adscripción sociocultural de los sujetos, así como los procesos de socialización, apropiación selectiva y recreación de los significados implicados (Tapia, 2021). En Oxchuc se ha construido el siguiente modelo de pensamiento: “ser profesor bilingüe es la mejor de las profesiones, es un trabajo seguro, limpio y bien remunerado para tener bienestar personal y familiar”, aunque no es totalmente cierto.
La resignificación de la cultura es un proceso dinámico en constante construcción, reconstrucción y atribución de nuevos significados al modo de vida local a través de un conjunto de apropiaciones, negociaciones, imposiciones y enajenaciones de los elementos culturales (Molina, 2013; Bonfil, 1988); resignificar la cultura no indica dejar de ser, sino seguir siendo otro y hacer lo otro propio, por ejemplo, el hablar la lengua castellana y ejercer una profesión (Pérez, 2014), pero al mismo tiempo se puede hablar en tseltal. Esta resignificación es expresada por las categorías slektesel kuxlejal (corrección de la vida) y syantesel kuxlejal (transformación de la vida) para alcanzar el syantesel jtaleltik o el cambio de nuestra cultura (Sántiz y Parra, 2017).
Interpretación de la movilidad profesional y cambio cultural
La movilidad profesional de padres a hijos en Oxchuc es lenta; en los jóvenes varones se sigue reproduciendo la aspiración tradicional de ser profesor bilingüe, que difiere a lo que pasa a nivel nacional ya que la gran mayoría de los hijos (el 75.4%), supera a los padres en su Índice de Educación (De la Torre, 2020). Lo que sucede en Oxchuc es una reproducción de la aspiración profesional introducida por el Estado desde hace 70 años, mientras para el caso de las jóvenes (mujeres) que aspiran a las carreras técnicas como ingeniería, enfermería y contaduría, coincide con la tendencia a nivel nacional (Delajara et al., 2018).
Para una movilidad profesional ascendente y positiva se precisa de la movilización de capitales potenciales y de las estrategias educativas familiares (Bourdieu, 2002), pero requiere además de las políticas y acciones del gobierno, ya que, en un territorio con una desigualdad muy alta, las personas enfrentan mucha desesperanza y frustración profesional para escalar la pirámide educativa (Fruttero, Muller y Calvo, 2021; López y Moncada, 2012).
Lo anterior indica un cambio cultural ligado a la competición entre clases sociales en el cual las estrategias familiares y los capitales que movilizan, marcan la diferencia; las profesiones son un resultado de la división social del trabajo y los grupos de profesionales cumplen una función en la cohesión social (Valle et al., 2019); “la división del trabajo social, que si bien intensifica no impone la individualización, sino ocasiona una solidaridad orgánica basada en la interdependencia de los individuos” (Merton 2002, p. 202).
El cambio de movilidad profesional depende de las políticas educativas y económicas del gobierno; mientras no se crean campos o espacios de competición de acuerdo a las necesidades del territorio, pueden existir luchas de poder y conflictos sociales (Fruttero, Muller y Calvo, 2021; Valle et al., 2019); por sí solos los niveles de educación que se alcanzan, no significan mejoría en las familias y en la sociedad, requieren de empleos formalizados y bien remunerados (Aguilar y Pérez, 2017). Donde existe movilidad profesional negativa y lenta la sociedad es menos justa, eficiente y armoniosa (Delajara et al., 2018), no favorece un cambio cultural positivo y próspero. Por lo tanto, los jóvenes profesionistas de Oxchuc necesitan de una movilidad profesional ascendente y positiva, se debe superar la aspiración de ser profesor o profesora bilingüe.
En Chiapas el sistema público de educación se ha fragmentado entre una oferta educativa de calidad para los sectores más privilegiados, y otra caracterizada por las limitaciones materiales, institucionales y humanas para los grupos desfavorecidos (Ramos, 2021); asimismo, la persistencia de las desventajas educativas de una generación a otra es elevada, y la movilidad educativa es lenta y baja (De la Torre, 2020); situación que se complica más por la estrechez del mercado de trabajo para las ocupaciones que exigen una mayor escolarización (Valle et al., 2019; Solís, 2000). Estos factores generan diferenciación social y cambios adversos en la sociedad.
Para superar estas condiciones no basta con dotar de becas a los alumnos o crear universidades de corte intercultural, es necesario reorientar las políticas educativas y profesionales para los sectores desfavorecidos, con el fin de no reproducir las mismas condiciones de antaño (Ramos, 2021); es importante disminuir la desigualdad para que el cambio de movilidad profesional genere prosperidad en muchos sentidos. La baja movilidad profesional en Oxchuc es causada por la desigualdad social, la pobreza y la falta de oportunidades de empleo, las personas más estudiadas no están ubicadas en el mercado laboral competitivo con mejores ingresos económicos (Aguilar y Pérez, 2017), por eso el cambio cultural es desigual, hasta ha generado conflictos sociales.
Esta situación puede generar un círculo vicioso y costoso para la sociedad, ya que, “vivir de joven en territorios con mayor desigualdad genera una menor movilidad social, la cual tendrá a su vez a reproducir el nivel de desigualdad entre generaciones y mantener una importante trampa de oportunidades intergeneracional” (Plassot, Rubio y Soloaga, 2019, p. 33), y donde existe baja movilidad educativa solo profundiza la desigualdad social entre pobres y ricos (Delajara et al., 2018). En Oxchuc hay profesionistas que luchan para acceder al poder económico y político municipal y hablan de un régimen basado en el sistema normativo interno, comúnmente conocido como usos y costumbres, pero es un sistema donde falta incorporar muchos elementos de cambio cultural.
Son necesarias las políticas y acciones del gobierno para atender a los sectores sociales desfavorecidos (Duhart, 2004), y estas políticas pueden combatir las aspiraciones basadas en la subjetividad neoliberal que generan acciones individualistas que amplían las brechas de oportunidades entre pobres y ricos, tal como se ha investigado en Chile (Allendes y Rivera, 2018). Para que sea ascendente la movilidad profesional se necesita de acciones territoriales para mejorar los servicios, la infraestructura y la creación de espacios de empleo y desarrollo profesional, como ha sucedido en Ecuador (Fernández y Quingaísa, 2021).
Sin estas políticas y acciones, las aspiraciones profesionales de los jóvenes rurales tienden a enfocarse en la ciudad para acceder a otros niveles de satisfactores que no se encuentran en sus territorios, tal como ha sucedido en Colombia (Jurado y Tobasura, 2012). Realmente la movilidad profesional, ya sea lenta, baja o ascendente, cambia la cultura y la visión de vida del pueblo.
Conclusiones
Las aspiraciones profesionales de los jóvenes estudiantes de Oxchuc son influenciadas por el contexto sociocultural y el significado cultural de ser profesor bilingüe, más notable en los jóvenes varones, situación que ha generado una movilidad profesional lenta, donde son importantes las estrategias familiares, la movilización de los capitales potenciales y la agencia. Este cambio es común en una sociedad de alta desigualdad social, económica y de pocas oportunidades de empleo formal.
Los jóvenes desprovistos de capitales potenciales y descobijados de las estrategias familiares merman la confianza en sí mismos, optan por emigrar a las ciudades para recuperarse de esta situación. En Oxchuc las familias movilizan sus capitales y manejan estrategias para superar los obstáculos económicos, culturales y territoriales, algunos optan por la formación de agencia de sus hijos y otros por la migración laboral de los mismos. Los jóvenes que aspiran a una profesión cuando ven que sus esfuerzos no son recompensados por un trabajo formal y remunerado, piensan que el ser profesor bilingüe es la mejor opción profesional y laboral.
Pero también la aspiración profesional se sustenta por ciertas categorías culturales, los jóvenes varones procuran la prosperidad familiar y la reproducción cultural del ser profesor bilingüe. Las jóvenes mujeres pretenden alcanzar el modo de vida en las ciudades y aspiran a las carreras técnicas. Esta movilidad profesional diferenciada entre hombres y mujeres indica una situación de continuidad y cambio de la expectativa laboral de los jóvenes tseltales. Las políticas de educación escolarizada orientan a la movilidad profesional, aunque también influyen el contexto cultural, las estrategias familiares y los capitales que se movilizan.
Finalmente, está la UNICH sede Oxchuc, como una acción política para el cambio de movilidad profesional; por un lado, esta institución reproduce la aspiración tradicional debido a que casi todos los estudiantes de la licenciatura en Lengua y Cultura aspiran a ser profesores bilingües; por otro lado, genera frustración de aspiración profesional de los y las jóvenes, quienes al no ver materializados sus sueños, sufren decepción profesional. Mientras tanto, en las licenciaturas de Desarrollo Sustentable y Derecho Intercultural los egresados enfrentan muchos obstáculos para acceder a un empleo formal y remuneración alta, situación que desmotiva la movilidad profesional ascendente y positiva. El cambio cultural por la educación escolarizada necesita ser reorientado.
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1. En este proceso un joven debe saber trabajar por sí solo, en su aprendizaje necesita de un adulto que observa y recomienda corregir los detalles y él debe obedecer para cumplir las tareas con calidad; requiere de prácticas, aprende escuchando, observando y haciendo. Cuando el joven demuestra en la práctica que ya aprendió a trabajar como un adulto, está listo para casarse o puede formar una familia y evita la vergüenza y la reprobación ante la sociedad tseltal.
2. Se refiere al cambio que los miembros experimentan de una sociedad en la posición de nivel educativo y profesional con que cuentan y que impactan en el status social y económico para el cambio social y desarrollo territorial con la condición necesaria de la igualdad para desarrollar la competencia (Vélez, Campos y Fonseca, 2015).
3. Es el modo de vida libre para desarrollar la agencia humana, capacidad personal y el nivel profesional que repercute en el cambio familiar, social y territorial, es decir, el desarrollo como libertad.
4. Se conocen así a los profesores que hablan tseltal como lengua materna y aprendieron la lengua castellana como segunda lengua, y laboran en la educación básica de nivel preescolar y primaria.
5. Es la educación que se enseña y se aprende en un salón de clases basada en el programa y normas de la Secretaría de Educación de México.
6. Ya son insuficientes los espacios educativos de nivel medio superior que fueron fundados a partir de 1998, la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH) se estableció en la cabecera municipal en agosto de 2009.