Artículo
Espacialidad e
identidades culturales:
reexiones sobre el rol del espacio
barrial en la conguración
socio-cultural de los pobladores
populares de Guayaquil
Spatiality and cultural identities:
reections on the role of neighborhood space in the
socio-cultural conguration of the popular inhabitants of
Guayaquil
Recibido: 15 de marzo de 2024
Aprobado: 13 de junio de 2024
Ingrid Ríos-Rivera
Universidad Casa Grande, Guayaquil, Ecuador
Universidad de Guayaquil,Guayaquil, Ecuador
D i a n a Va l l e j o R o b a l i n o
ELTE Eötvös Loránd University, Budapest, Hungría
María José Torres Avilés
Universidad Casa Grande, Guayaquil, Ecuador
Resumen
El presente trabajo constituye un esfuerzo para pensar en el rol del espacio bar-
rial popular en la conguración de las identidades culturales de sus pobladores.
Con este propósito adoptamos un diseño metodológico con enfoque cualitativo
y un alcance descriptivo-comparativo, pues los datos que aquí se analizan
corresponden a dos barrios populares de la ciudad de Guayaquil, Ecuador.
Este artículo se desprende de una experiencia de investigación de dos años, y
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
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Ingrid Ríos-Rivera, Diana Vallejo y María José Torres
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
se analizan un total de 31 entrevistas y cuatro grupos de discusión en ambos
barrios. Los resultados organizados en categorías analíticas dan cuenta de 1)
los paisajes barriales, a partir de los recuerdos sobre los orígenes de ambos
barrios y el rol de los pobladores en su constitución inicial; 2) las identidades
culturales de sus pobladores y los elementos que dan cuenta de una perspectiva
territorializada de la identidad; y 3) las identidades de sus pobladores y el
contraste con un otro externo, que toma la forma de otros barrios populares.
Podemos concluir que las historias de estos barrios populares han tenido la
acción colectiva de sus residentes como parte constitutiva de su desarrollo y
mantenimiento, y en respuesta, dan cuenta de aquellas experiencias que han
congurado las identidades culturales de sus habitantes.
Palabras clave: barrio popular, pobladores populares, identidades culturales,
identidad barrial cultural.
Abstract
The present work constitutes an eort to think about the role of the popular
neighborhood space in the conguration of the cultural identities of its in-
habitants. With this purpose in mind, we adopted a methodological design
with a qualitative approach and a descriptive-comparative scope, since the
data analyzed here correspond to two popular neighborhoods in the city of
Guayaquil, Ecuador. This article emerges from a two-year research experience,
and a total of 16 interviews and 2 discussion groups in Bastión Popular, and
15 interviews and 2 discussion groups in barrio Nigeria are analyzed. The
results organized in analytical categories account for 1) the neighborhood
landscapes, based on memories about the origins of both neighborhoods and
the role of the residents in their initial constitution; 2) the cultural identities
of its inhabitants and the elements that account for a territorialized perspec-
tive of identity; and 3) the identities of its residents and the contrast with an
external other, which takes the form of other popular neighborhoods. We
can conclude that the stories of these popular neighborhoods have had the
collective action of their residents as a constitutive part of their development
and maintenance, and in response, they account for those experiences that
have shaped the cultural identities of their inhabitants.
Keywords: popular neighborhood, popular inhabitants, cultural identities,
cultural neighborhood identity.
Ingrid Ríos-Rivera. Ecuatoriana. Doctora en Estudios Latinoamericanos,
por la Universidad de Chile. Doncente investigadora a tiempo completo en la
Universidad de Guayaquil, y de medio tiempo en Universidad Casa Grande,
Guayaquil-Ecuador. Líneas de investigación: estudios latinoamericanos, pop-
ulismo, movimientos sociales, identidades políticas y estudios decoloniales.
Correo electrónico: irios@casagrande.edu.ec ORCID: 0000-0002-1392-1808.
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Diana Vallejo Robalino. Ecuatoriana. Candidata a PhD por la Doctoral
School of Sociology, ELTE Eötvös Loránd University, Budapest, Hungría.
Docente investigadora en Universidad de Casa Grande, Guayaquil-Ecuador.
Líneas de investigación: antropología urbana, territorios y especialidades en
Ecuador, memoria social, estudios culturales. Correo electrónico: dvallejo@
casagrande.edu.ec ORCID: 0000-0002-2847-6014.
María José Torres Avilés. Ecuatoriana. Licenciada en Ciencias Políticas y
Relaciones Internacionales, Universidad Casa Grande, Guayaquil-Ecuador.
Investigadora independiente. Líneas de investigación: derechos humanos y
poblaciónes vulnerables, intersección entre género y política, movilidad hu-
mana, estudios decoloniales y poscoloniales. Correo electrónico: mariajose.
torres@casagrande.edu.ec ORCID: 0009-0006-6205-4401.
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Ingrid Ríos-Rivera, Diana Vallejo y María José Torres
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Introducción
H
istóricamente, los barrios populares han surgido como áreas urbanas
sin planicación, a menudo con una gran carga de estigmatización.
Esta percepción ha llevado a que, al estudiarlos, se aplique un enfoque
centrado en las desigualdades sociales, en lugar de explorar sus complejas
interacciones y dinámicas internas. Expresiones “barrios populares” y “po-
bladores populares” suelen tener connotaciones negativas, ya que se enfocan
en las carencias, la pobreza y la violencia que estos grupos enfrentan, sin
capturar completamente la experiencia de habitar espacios que, aunque
relacionados, quedan fuera de la visión de una “gran ciudad” (Naranjo,
2022). La asociación automática de carencias, pobreza y violencia exclu-
sivamente con los barrios populares puede llevar al “estigma territorial”
(Cornejo, 2012), que marca identidades colectivas y geografías imaginarias
de la ciudad, presentando al territorio popular como intrínsecamente vio-
lento y pobre. Este estigma territorial se considera una forma de violencia
simbólica, ya que establece un ciclo de condicionamiento que simplica
y villaniza la realidad social y cultural de estos espacios (Cornejo, 2012).
La primera impresión sugiere que los barrios populares son denidos
principalmente a través de narrativas negativas, lo que puede llevar a la
percepción de sus habitantes como “marginados” en comparación con los
barrios más “prósperos” de la ciudad. Sin embargo, el concepto de “barrio
popular” implica un espacio donde surgen diversas interacciones sociales,
dando lugar a comunidades claramente denidas por identidades propias
(Massey, 1994) demarcadas por aspectos culturales distintivos (Lucio,
1993), a pesar de haber surgido fuera de marcos y controles legales.
En el contexto latinoamericano, la emergencia y consolidación de los
barrios populares se enmarca en un escenario de transformaciones urbanas
profundas, donde la rápida modernización de las ciudades y la migración
interna han desaado los modelos establecidos de planicación y desar-
rollo urbano. En un primer momento, los barrios populares surgen como
el reejo de la incapacidad institucional para generar espacios habitacio-
nales adecuados para sus ciudadanos y la inequitativa distribución de re-
cursos, perpetuando formas de segregación tanto en vivienda como en
representación política. Si bien tradicionalmente se ha abordado el es-
tudio de estos espacios desde una perspectiva centrada en las desigual-
dades económicas y sociales, es esencial comprender la complejidad de
sus dinámicas y prácticas comunitarias para ofrecer una visión integral
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de estas realidades urbanas (Sáez et al., 2010; Sabatini, 2006) desde las
experiencias de sus pobladores.
En el caso especíco de Ecuador, el fenómeno de los barrios populares
adquiere particular relevancia a partir de los años 70, cuando el incre-
mento de la migración rural hacia los centros urbanos generó un aumento
signicativo de áreas populares en el país, empujada por las transforma-
ciones que trajo consigo el establecimiento de la Reforma Agraria
1
en
1964 (Durán et al., 2020). La reforma alteró la estructura de las hacien-
das y dio forma a la ciudad según un nuevo paradigma capitalista, orien-
tado hacia el desarrollo urbano exclusivo de las élites y la clase media
en las zonas centrales de la urbe. En consecuencia, las zonas periféricas
quedaron relegadas para las clases bajas, racializadas y obreras (Erazo,
2015). En Guayaquil, los barrios populares han sido caracterizados como
lugares originados a causa de las ocupaciones y adquisiciones irregulares
de terrenos, realizadas por grupos de bajos recursos económicos (Vil-
lavicencio, 2011). Durante la década de 1980, la administración del al-
calde León Febres-Cordero construyó la vía Perimetral
2
, lo que propició
la aparición de los formalmente denominados “asentamientos humanos
informales”, o localmente conocidos como “invasiones”. Este proceso de
fraccionamiento territorial se caracterizó por la falta de normatividad mu-
nicipal y estuvo marcado por la ausencia de una planicación urbana ade-
cuada, así como por la presencia de prácticas de racismo y discriminación
sistémica (Moncada, 2020). La ocupación de terrenos baldíos como una
alternativa de acceso a una vivienda económica fue un factor clave en la
formación de los barrios populares en las zonas circundantes, entre ellos,
los barrios Nigeria y Bastión Popular, seleccionados para este estudio de
investigación (ver gura 1).
1 La Reforma Agraria de 1964 fue un conjunto de medidas implementadas por el gobierno
liderado por el presidente Velasco Ibarra, con el objetivo de redistribuir la tierra en el país y
aumentar la productividad agrícola.
2 La vía Perimetral es una importante autopista de 21 km que rodea la ciudad de Guayaquil.
Su origen se remonta a la década de 1980, cuando se propuso la construcción de una carret-
era perimetral para aliviar el tráco y mejorar la conectividad de norte a sur de la ciudad y
sus zonas circundantes.
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Ingrid Ríos-Rivera, Diana Vallejo y María José Torres
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Figura 1
Contextualización geográca de Guayaquil y sus zonas populares
Fuente: Elaboración propia.
Antes de recibir la intervención del Municipio de Guayaquil, Bastión
Popular contaba con un nivel de pobreza del 82%, por lo que era consid-
erado como un barrio “extremadamente marginal” (M.I. Municipalidad de
Guayaquil, 2017), a pesar de ser un sector rodeado de numerosas fábricas
y empresas. Como respuesta a las estadísticas, el municipio implementó
el proyecto “ZUMAR” (Zonas Urbano Marginales), entre 2002 y 2006,
en colaboración con la Unión Europea. Actualmente, Bastión Popular es
una zona urbanizada, con conjuntos habitacionales (16 bloques en total),
parques, y la estación de Metrovía (sistema de autobús de la ciudad de
Guayaquil), MetroBastión. En tanto, barrio Nigeria (asentado en la Isla
Trinitaria, sector circundado por manglares) es una comunidad tradicio-
nalmente afroecuatoriana, con un 59.41% de población afroecuatoriana,
principalmente migrantes de la zona norte de la provincia de Esmeraldas
(costa ecuatoriana), según el censo del INEC (2010). A pesar de su evolu-
ción espacial, Nigeria sigue siendo una de las áreas más abandonadas de
Guayaquil, debido a la exclusión social y económica. Sin embargo, el barrio
representa un esfuerzo de la comunidad afroecuatoriana por preservar sus
costumbres, tradiciones y valores culturales e identitarios (Rocha, 2019).
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Este artículo se desarrolla a partir de la primera y segunda fase del
Proyecto Interno de Investigación Semillero “El barrio popular y los po-
bladores populares: Un abordaje antropológico en la (re)construcción de
la memoria barrial de Guayaquil, 2022-2024”, de la Universidad Casa
Grande. El proyecto tuvo un enfoque cualitativo y se planteó como
objetivo comprender desde una perspectiva antropológica, la produc-
ción socio-espacial de los barrios populares Nigeria y Bastión Popular
en Guayaquil-Ecuador (2022-2024), a partir de las experiencias de sus
pobladores populares, la conguración de sus identidades colectivas, la
reconstrucción de la memoria histórica barrial y las interacciones con ac-
tores locales externos al espacio barrial popular. De esta forma, se buscó
llenar un vacío en el conocimiento académico sobre los barrios populares
ecuatorianos, especícamente de la ciudad de Guayaquil, al centrarse en
los barrios de Nigeria y Bastión Popular, contribuyendo así a la compren-
sión de la cultura barrial popular, las dinámicas de producción del espa-
cio, formación de identidades y construcción de memorias en contextos
urbano-marginales en América Latina. Para este artículo, se presentan los
resultados obtenidos en torno a la relación de la espacialidad con la con-
guración de identidades culturales colectivas en los barrios populares.
Supuestos teóricos
Los barrios populares y el espacio barrial popular
El concepto de barrio popular abarca diversas dimensiones y signicados
que reejan su complejidad dentro de la dinámica urbana. Desde una per-
spectiva simbólica, Antillano (2005) señala la representación de los barrios
populares como territorios externos a los límites de la ciudad. Estos barrios
son invisibilizados y excluidos en la representación ocial urbana, lo que los
coloca en una posición de marginalidad y peligro percibido más que como
parte integral de la sociedad urbana. Paradójicamente, esta exclusión social
fomenta la cohesión entre sus habitantes, creando vínculos que trascienden
las divisiones convencionales y étnicas (Terán Najas, 2009).
Partiendo de un enfoque más técnico, Carvajalino (2023) dene los
barrios populares como unidades de desarrollo urbano construidas por
los propios habitantes para satisfacer necesidades básicas, como vivienda,
servicios y protección familiar. Estos asentamientos se caracterizan por la
colaboración colectiva en su desarrollo y mantenimiento, característica
clave en la conguración de identidades culturales comunes (Torres-Car-
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Ingrid Ríos-Rivera, Diana Vallejo y María José Torres
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
rillo, 1999). Es así como los pobladores populares, en un proceso dialécti-
co, contribuyen activamente a la formación de una cultura barrial propia,
y así mismo las condiciones e historia del espacio barrial fomenta las
identidades de sus pobladores. Desde esta perspectiva, los barrios popu-
lares no solo son espacios físicos, sino también escenarios de experiencias
compartidas y la construcción de tejido social. Se destaca que estos bar-
rios permiten a sus habitantes identicar necesidades comunes –y a partir
de ellas crear un “nosotros”– que conlleva a tomar acciones colectivas
para abordarlas, lo que fortalece el sentido de comunidad y la diferencia-
ción frente a otros ciudadanos de la urbe (Frederic, 2009; Torres-Carrillo,
1999).
Por otro lado, Folgar (2019) subraya que en los barrios populares se
maniestan dinámicas de dominación, resistencia y marginalidad, y se
desarrolla un sistema imaginario que los pobladores identican emocio-
nalmente como su propio espacio. En este sentido, los barrios populares
constituyen espacios donde se entrelazan dimensiones materiales, sim-
bólicas y sociales, moldeando la identidad cultural y la experiencia de sus
habitantes.
Los pobladores populares
Un elemento central para abordar los barrios populares es la gura del
poblador popular. Los pobladores populares, según Tanaka (1999) y Tor-
res-Carrillo (1999), son los habitantes de los asentamientos populares, pero
esta denominación va más allá de simplemente referirse a su ubicación en
áreas urbanas marginales. Se trata de una forma de conceptualizar a estos ha-
bitantes considerando también su identidad (superando la conceptualización
únicamente desde el territorio) y la construcción simbólica de su espacio
habitacional. El barrio, entendido como un símbolo espacial compartido,
es un elemento crucial en la identicación de estos pobladores, ya que les
proporciona una identidad colectiva reconocible y propia, inuyendo tanto
en sus acciones como en su forma de ser y percibir el mundo.
La identidad en los barrios populares se construye tanto a nivel in-
dividual como colectivo, lo que lleva a la formación de una identidad
distintiva del resto de la sociedad (Torres-Carrillo, 1999). Esta identidad
es dinámica y se reconstruye constantemente a través de las interacciones
sociales, experiencias vividas y signicados simbólicos atribuidos al
espacio habitacional. Para comprenderla, es crucial analizar las percep-
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ciones y signicados que los habitantes asignan a su territorio, ya que
esto inuye en su práctica social y en cómo se relacionan con su entorno.
Al armar que los pobladores populares se conguran a través de una
identidad colectiva, se hace referencia a una identidad que se construye
mediante conversaciones recurrentes en torno a historias, propósitos y
vínculos compartidos, así como por la práctica de ritos, costumbres, sím-
bolos, valores y creencias que garantizan la continuidad en sus acciones
y la cohesión de sus miembros (Torres-Carrillo, 2006). Esta identidad
común se establece en relación con el territorio que habitan, donde el
lugar es entendido como el espacio en el que se construye colectivamente
una nueva organización social, permitiendo la institución de nuevos suje-
tos y la apropiación material y simbólica del territorio por parte de la co-
munidad (Zibechi, 2003; Rodríguez-Mancilla y Grondona-Opazo, 2018).
Autores como Zibechi (2003) y Rodríguez-Mancilla y Grondona-Opazo
(2018) proponen la aproximación al territorio como un escenario de rel-
aciones, un espacio donde se instituyen nuevas organizaciones sociales
y se construyen nuevos sujetos. Así, el territorio se convierte en el lugar
que las comunidades construyen y del cual se apropian material y sim-
bólicamente.
La composición de identidad común y territorio resulta en una identi-
dad cultural propia de los pobladores populares, siendo entendida como
un proceso abierto y en constante transformación, que posibilita el autor-
reconocimiento, la autonomía y la dinámica endógena (Hall, 1996; Ver-
gara Estévez y Vergara Del Solar, 2002). Esta identidad se construye a
partir de la pertenencia a un grupo social con el que se comparten rasgos
culturales, y se recrea tanto individual como colectivamente, alimentán-
dose continuamente de inuencias exteriores (Molano, 2007). Para los
propósitos de este artículo, podríamos entonces referirnos al territorio
barrial popular como un aspecto central y decisivo en la conguración
de la cultura de sus habitantes y en directa relación con las expresiones
de estos aspectos culturales en sus prácticas cotidianas: aspectos como
la lengua (en su uso cotidiano en forma de claves locales), las relaciones
sociales, los ritos y ceremonias propias; los mismos que contribuyen, de
acuerdo a lo expuesto, a expresiones culturales de resistencia frente a la
percepción generalizada de estos sectores como amenaza o alteración
(González Varas, 2000; Vergara Estévez y Vergara del Solar, 2002).
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Metodología
El diseño metodológico tiene un enfoque cualitativo y el alcance es de-
scriptivo-comparativo. Nos planteamos como objetivo para este artículo,
analizar el rol del espacio barrial en la conguración de la identidad cultural
de los pobladores de barrios populares guayaquileños. Adoptamos entonces
un enfoque cualitativo, pues nos proporciona las miradas teóricas y las
herramientas metodológicas para explorar el espacio desde su construcción
social, y a la vez, acercarnos a la identidad cultural de los pobladores pop-
ulares desde sus voces y experiencias compartidas. Esta investigación tuvo
un alcance descriptivo-comparativo, pues los datos que vamos a presentar
dan cuenta de las caracterizaciones de dos barrios populares, que comparten
orígenes similares pero que al mismo tiempo cuenta con sus particularidades
culturales. A través de este trabajo comparativo pretendemos hacer una
generalización sobre los patrones comunes en la conguración identitaria
de los barrios populares de Guayaquil.
Los pobladores populares de Guayaquil constituyen en este sentido,
la unidad de análisis de este estudio. Particularmente, los residentes de
Bastión Popular y de barrio Nigeria, ubicados al noroeste y al sur de la
ciudad respectivamente. Los resultados que aquí presentamos son parte
del trabajo de campo realizado entre mayo y octubre de 2022, la primera
fase, y entre agosto y noviembre de 2023, en su segunda fase. Para los
encuentros con los pobladores, contamos con la apertura de dos insti-
tuciones, una por cada barrio, que nos facilitaron el espacio para realizar
las entrevistas y los grupos de discusión. Asimismo, nos ayudaron con
la convocatoria para la participación en esta investigación. En el caso
de Bastión Popular, trabajamos en conjunto con la Escuela Generación
Nuevo Milenio (EGNM), una unidad educativa particular que lleva más
de 20 años en el sector. Para barrio Nigeria, contamos con la colaboración
de la Fundación Acción Solidaria (FAS), una ONG de carácter cristiano,
que brinda atención ginecológica a mujeres del sector y apoyo escolar
extracurricular a niños y niñas en educación primaria y secundaria. De
tal forma, la mayoría de las y los participantes de esta investigación son
beneciarios de ambas instituciones, por un lado las madres de familia de
la EGNM y por otro, la red de mujeres que atiende y conoce el trabajo de
FAS. En su gran mayoría, las participantes son mujeres. Creemos que esto
no es coincidencia, considerando el rol fundamental de las mujeres en
la construcción de los espacios populares latinoamericanos (Rodríguez,
1994; Gago, 2017), por lo tanto hacemos énfasis en que la perspectiva
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brindada en este artículo viene de una voz predominantemente femenina.
En este orden de ideas, la muestra fue a conveniencia y no probabilísti-
ca, ya que integra de manera arbitraria a los pobladores que de acuerdo
a sus tiempos y disponibilidad pudieron ser parte de esta investigación.
La muestra con la que trabajamos este artículo comprende un total de 16
entrevistas y dos grupos de discusión en Bastión Popular, y 15 entrevistas
y dos grupos de discusión en barrio Nigeria. Para más detalles, obsérvese
la tabla 1.
Tabla 1
Distribución de la muestra
Periodo Bastión Popular Barrio Nigeria
Fase 1.
Mayo-octubre 2022
12 entrevistas 12 entrevistas
1 grupo de discusión de 4
participantes
1 grupo de
discusión de 7 partici-
pantes
Fase 2.
Agosto-noviembre 2023
5 entrevistas 3 entrevistas
1 grupo de discusión de 6
participantes
1 grupo de discusión de 6
participantes
Fuente: Elaboración propia, 2024.
Para garantizar la anonimidad y condencialidad ofrecida a nuestros par-
ticipantes, las entrevistas y los grupos de discusión han sido codicados.
Las codicaciones comprenden las siglas de la técnica empleada, el barrio
al que pertenecen y el año en que fue realizado. Así por ejemplo el código:
EBN2022_1, corresponde a la entrevista número 1 de barrio Nigeria, en
2022. En el caso de los grupos, el código GFBP2023_1, alude al grupo
focal de Bastión Popular en 2023, y una cita particular de la participante 1.
Para el procesamiento de los datos construimos categorías de análisis
que nos faciliten la tematización de los resultados obtenidos. Las cate-
gorías diseñadas fueron construidas de forma inductiva, priorizando los
entendimientos de las personas en relación a conceptos –abstractos y ma-
teriales– de territorialidad, historicidad y subjetividad. Las relaciones de
estos tres aspectos fueron robustecidas por el sustento teórico del estu-
dio. Para los propósitos de este artículo en particular, trabajaremos con
tres ejes que se cree son pilares en las dinámicas conguradoras de la
identidad cultural de los barrios populares guayaquileños, siendo estos:
1) los paisajes barriales, 2) los que somos y cómo somos, y 3) relaciones
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Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
y tensiones interbarriales. Para la primera categoría, paisajes barriales,
tomaremos en cuenta los recuerdos visuales relacionados al entorno bar-
rial así como los sentidos y signicados asignados a ellos. En cuanto a
la categoría los que somos y cómo somos, nos referiremos a la historia
personal de los pobladores populares, particularmente resaltando aquellos
aspectos de su identidad cultural que toman forma en relación al espacio
barrial. La tercera categoría presentada, relaciones y tensiones interbarri-
ales, alude a aquellos límites y fronteras con otros barrios populares de la
ciudad, que los pobladores identican y que dan cuenta de sus construc-
ciones identitarias en contraste con los otros. Los resultados que presen-
taremos a continuación, se realizarán en este mismo orden.
Resultados y discusión
Paisajes barriales
Teniendo en cuenta que son escasos los estudios que profundizan o que
conciben al territorio como una dimensión central en los procesos de
construcción de identidades culturales colectivas (Rodríguez-Mancilla y
Grondona-Opazo, 2018), los resultados de este artículo tratan de aportar
a esta reexión desde la voz, percepciones y memorias de los pobladores
populares abordados en la investigación. Primero, se plantea que es
necesario describir cómo sus habitantes ven, perciben y han convertido
este espacio, que luego hicieron suyo en un símbolo espacial compartido
(Tanaka, 1999). Con base a sus relatos, se puede denotar que existe una
relación co-constitutiva entre la espacialidad y la identidad cultural; los
aspectos materiales y físicos del territorio en que se asentaron estos barrios
son la base en la que se cimentaron estos imaginarios. En las narrativas de
los pobladores, al preguntarles por su comunidad, lo primero que asoma es
su llegada al territorio y sus características físicas de ese momento, que con
el tiempo han ido –ellos mismos– re congurando. Se puede identicar un
denominador común, que a su vez se relaciona con el proceso migratorio
campo-ciudad, experimentado por las naciones latinoamericanas a partir de
los años 60. A pesar de no sentirse ajenos a la ciudad, recuerdan su proceso
migratorio y se posicionan en el pasado como extranjeros de estas tierras.
Nosotros vivíamos en Quinindé
3
y un familiar de mi esposo le llamó.
Nosotros no teníamos dónde vivir, estábamos en la casa de mis suegros
en Quinindé. Lo llamaron a él y le dijeron que venga, que había solares
acá en Guayaquil. Y entonces él vino ahí a comprar acá. (EBP2023_3)
3 Quinindé es una pequeña ciudad ubicada en la provincia de Esmeraldas, de mayoría de
población afrodescendiente.
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Vemos la movilización de población migrante a la ciudad a partir de
una cadena que inicia con los primeros familiares que migraron a la ciu-
dad. En este sentido, la creación de redes migratorias familiares y vecina-
les aceleró la ocupación de los espacios urbano-periféricos ‘vacíos’ en la
ciudad, para la compra informal de solares. Pareciera que algunos toma-
ron una decisión voluntaria de migrar internamente, mientras que a otros
‘los trajeron’: “aquí me vinieron, me trajeron mis padres y aquí yo nací”
(EBP2023_1). En el caso especíco de Guayaquil, se puede argumentar
que este origen migratorio también soporta o profundiza esta visión tanto
interna como externa de que los asentamientos informales son espacios
“fuera de la gran ciudad” (Naranjo, 2002), y esto a su vez apuntala la
conguración de la identidad colectiva de los pobladores dentro de estas
fronteras.
Los pobladores aseguran que los primeros asentamientos presentaron
bastantes dicultades. Si bien las razones que movilizaron a los partici-
pantes fueron diversas y únicas con base a sus historias individuales, en
la mayoría de los casos la principal motivación estuvo relacionada con el
aspecto económico. Y a pesar de que en muchas ocasiones la adquisición
de trabajo no les garantizó una mejor calidad de vida, la movilización no
se detuvo. Sin embargo, obligó a estas primeras familias a construir –de
forma autónoma– sus hogares y su comunidad. En Nigeria la presencia
constante del agua normalizó las prácticas y acciones de la cotidianidad
para continuar con actividades regulares hasta que el proceso de relleno
diera frutos de mejora, “cuando éramos más chiquitos, mi mamá tenía que
esperar que la marea bajara para sacarnos como quien dice afuera, a tier-
ra” (EBN2022_9). En esta situación, el estero se convirtió en un elemento
que restringía y marcaba el límite natural para las personas que vivían en
Nigeria, ya que tenían que detener sus actividades cotidianas hasta que
fuera posible desplazarse debido al agua que lo rodeaba.
Paralelo al proceso de migración campo-ciudad, se dio paso a una mo-
vilización interbarrial, en la medida en que se corría la voz de estos nue-
vos territorios que no estaban habitados, y que estaban ‘a la venta’. Sin
embargo, eran también conocidas las circunstancias desaantes en que se
encontraban.
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Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Vivía en Cristo del Consuelo
4
. Y cuando ya empezaron esas invasiones,
porque era invasión, una amiga me dijo: “no, vamos por acá, compras
un solar”. Y yo decía “no”. Solamente con pensar en el agua. Yo decía
“no, yo qué voy a ir a vivir allá, yo me caigo”. Ahí mis niños estaban
pequeños, yo decía “si yo me caigo... ¿Cómo voy a ir a vivir allá debajo
del agua?”. Bueno, tal es que me animé. Compré el solar, lo pagué de
poco en poco porque no tenía dinero. (EBN2023_2)
Figura 2
Barrio Nigeria circa 2003
Fuente: Recuperado de Diario Clarín (2020).
Se denota cómo la dimensión material del territorio y de la vivienda
comienzan a cobrar un signicado subjetivo y simbólico, en la medida en
que los pobladores populares se apropiaron del espacio y lo reconvirtieron.
Este proceso no solo fue de forma individual, sino colectiva, aludiendo
así a la forma en que estos elementos de carácter inmaterial y anónimo
de la identidad cultural, son producto de la colectividad (Molano, 2006).
Uno de los elementos que incide profundamente en la apropiación que
hicieron de este territorio, es que los cambios que lograron en ellos fueron
parte de una acción colectiva, organizada y autónoma. Una acción colecti-
va que, como establece Torres-Carrillo (2006), es menos visible que otras
4 Barrio popular ubicado en el sur de Guayaquil. Mayoritariamente poblado por afrodes-
cendientes.
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Espacialidad e identidades culturales: reexiones sobre el rol del espacio...
formas como las protestas, pero que permiten el asociacionismo en torno
a demandas y proyectos y estrategias de resistencia cotidiana.
Claro ya después vino el Municipio, hace unos 8-10 años, más de ahí no.
Entonces de toda esa cantidad nosotros vivimos bastantes años viviendo
en puente y rellenando pedazo a pedazo, si llegaba pongamos usted vivía
al lado mío yo esperaba que ustedes llegaran y rellenaran y de ahí para
allá empezaba yo a rellenar mi hogar pero primero rellenábamos la calle
y luego de casa en casa. (GFBN2023_4)
La necesidad de activarse colectivamente vino dada, en primera instancia,
por la ausencia –que ellos identicaron– por parte del gobierno nacional
y local. Vemos cómo en estos barrios guayaquileños se cristaliza lo esta-
blecido por Naranjo (2002), al pensar en estos asentamientos informales
como perpetradores de formas de segregación. Sin embargo, también se
ve cómo existe una lucha desde adentro por parte de los pobladores para
tratar de romper estos patrones.
La migración interna no solo ha sido el origen de las historias de cien-
tos de ecuatorianos, sino que también es percibida como un fenómeno
que cambia las realidades de los territorios que habitan. Se observa un
cambio notable en el paisaje a lo largo del tiempo, desde la presencia de
puentes improvisados hasta la construcción de viviendas más grandes.
Inicialmente, las calles eran descritas como llenas de lodo y vegetación; la
presencia de tierra, especialmente en las vías principales, resalta el efecto
del clima en la accesibilidad de las calles. Uno de los participantes nos
comparte: “alrededor era pura zanja y las casitas hacían sus propios pu-
entes, por sectores. Como yo vivía por loma no me afectaba tanto, pero
lo que es bloque 5 eso sí no se podía, porque llegaba el lodo a veces a la
cintura” (GFBP2023_4).
Los pobladores destacan mejoras notables en la infraestructura, como
la instalación de alcantarillado, pavimentación de calles y la provisión de
servicios esenciales como agua potable y electricidad, es decir las mejores
apuntan a un proceso de urbanización más ‘formal’.
Los que somos y cómo somos
El supuesto de que existe una relación de co-constitución entre el terri-
torio y la identidad cultural de la comunidad se ve representado cuando
aterrizamos a las propias autodeniciones individuales y colectivas de los
pobladores populares. Las historias compartidas por los pobladores dan
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Ingrid Ríos-Rivera, Diana Vallejo y María José Torres
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
cuenta del sentimiento de pertenencia al barrio como su unidad comuni-
taria y territorial más próxima, y con un apego sentimental y simbólico:
“Yo soy Made in Bastión. Eso me decía mi mamá y mi papá: ‘Tú eres
Made in Bastión’, fabricado y todo en Bastión” (EBP2023_4). Ser hecho
o fabricado en Bastión Popular, da cuenta de esta construcción identitaria
en contraste a los otros barrios, que a pesar que puede ser cambiante y en
construcción, en algunos ejemplos da cuenta de sus historias del pasado
así como sus proyecciones, constituyéndose en parte integral de sus vidas.
O sea, es mi vida [Bastión Popular]. Yo no pienso irme nunca, bueno
cuando ya me toque irme tal vez, pero no pienso irme. Yo toda mi vida
la tengo ahí, toda mi historia está ahí, entonces prácticamente es mi vida,
es parte de mi vida. (EBP2023_4)
La identidad cultural se construye en base a distintos factores, siendo uno
de ellos el espacio y también la historia (Rodríguez-Mancilla y Gron-
dona-Opazo, 2018), la historia del sujeto, y la historia del sujeto con su
espacio. Es decir, la memoria barrial que comparten los habitantes tanto
de Bastión Popular como de Barrio Nigeria que emana de unos inicios
similares, y luego de una transformación colectiva de su espacio, son un
elemento catalizador y constructor para su construcción como grupo social
con el cual comparten rasgos culturales, costumbres, valores y creencias
(Vergara Estévez y Vergara Del Solar, 2002). En el caso de barrio Nigeria,
que muchos de sus pobladores hayan emigrado de Esmeraldas condujo a
la constitución del espacio barrial a compartir estos rasgos culturales dis-
tintivos, principalmente enraizados en su afrodescendencia. Lo mismo se
puede argumentar en Bastión Popular, con sus matices –ya que la población
es menos homogénea–, pues muchas familias vinieron de distintos sectores
rurales de la costa ecuatoriana, principalmente de la provincia de Manabí.
¿Cuáles son esos rasgos, valores y prácticas de los pobladores popu-
lares de Bastión Popular y barrio Nigeria? Muchos adjetivos emanaron de
sus discursos para autodescribirse individual y colectivamente, pero uno
clave y repetitivo fue el de trabajadores, trabajadoras.
Por eso le digo que la mayoría de las personas que viven cerca de mi
sector, en mis alrededores, son personas dedicadas al trabajo. Son perso-
nas que, como le mencionaba, tienen sus puestos en el mercado, algunos
son indígenas que llegaron hace mucho tiempo o posteriormente, pero
todos se dedican a sus labores. Eso es lo bueno, y puedo contarle sobre
el sector donde vivo. (EBP2023_4)
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No sorprende que el trabajo, o la necesidad de trabajar, que los trajo a estos
espacios, sea uno de los elementos con los que más se autodenen. Uno de
las participantes nos comentó: “somos una familia pobre que busca el pan
de cada día vendiendo periódicos” (EBN2022_5). Otra de las participantes
al contarnos sobre su actual trabajo como cocinera independiente, recordó
cuando de niña veía a su mamá cocinar en el primer negocio que abrió
cuando llegaron al barrio.
Cuando nos vinimos a vivir acá, mi mami empezó a vender comida.
Pero siempre me ha gustado, ella compraba sí, pero yo aliñaba el pollo,
la carne y así. Entonces mi papi se separó con mi mami un tiempo, y
después pasaron los años y se separaron denitivamente, y entonces mi
mami se puso ese negocio. Obvio igual yo estudiaba, mi mami trabajaba
en la fábrica de atún Starki [Starkist], pero después se salió. Había una
discoteca en toda la esquina de mi casa y ahí yo me iba a vender comida,
afuera de la discoteca y yo vendía harta comida. A base de eso me empezó
a gustar. Ya después pasaron los años, y yo a los 19 años tuve a mi hijo
el mayor, igual mi esposo trabajaba, pero mi mami seguía con eso. Yo le
decía “mami usted quédese con Jonathan que yo vendo la comida” y así
fue, yo vendía harta, harta comida. Entonces ya pues de esa forma me
fue gustando y ya después igual vendía pero la plata siempre repartida
para nosotros. (GF EBN2023_4)
Es interesante notar el desarrollo de prácticas económicas propias del bar-
rio y el componente generacional que lo acompaña. En el caso del relato
previo resulta difícil la separación entre los medios de sustento económico
del hogar, las actividades económicas que se desenvuelven en el espacio
público barrial y el rol de las mujeres de dos generaciones distintas en el
protagonismo de esta frontera dicotómica de la casa/barrio. Respecto a
las características sociodemográcas del barrio de Bastión Popular, los
participantes lo describen como un entorno “humilde y atractivo”, habitado
por individuos “trabajadores y respetables”.
Mi barrio siempre se ha caracterizado por tener gente modesta, modesta,
pero bien cálida. Aquí la gente es muy cálida: los vecinos y la bondad de
las personas. El interés por lo que le pasa al vecino. Eso es muy bueno.
Eso es lo que se rescata. (EBP2022_2)
Otro rasgo de esta identidad cultural que se pudo identicar en el discurso
de los habitantes, es su relación cercana con la religión. Es interesante
notar, que a pesar de que tanto los pobladores de Barrio Nigeria, como de
Bastión Popular identicaron como una práctica cotidiana el ir a la iglesia,
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Ingrid Ríos-Rivera, Diana Vallejo y María José Torres
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
y una apelación recurrente a Dios en sus discursos, en Barrio Nigeria la
iglesia con más presencia es la evangélica, mientras que en Bastión Popular,
sigue siendo la católica.
Entonces, sí. Pero en el barrio, todavía, con la misericordia de Dios,
estamos ahí, no nos ha pasado nada. Vivimos ahí, a veces asustados
porque a veces se ponen a disparar y todo, pero uno puede salir,
todavía sale. Sale en las noches, en el día... Cierto que ha cambiado un
poco porque anterior era más tranquilo, pero ahí vamos, con la ayuda
de Dios”. (EBN2023_1)
En esta cita se cristaliza la presencia de la religión en sus discursos, y
además cómo los ha acompañado a lo largo de sus historias en el barrio,
y en los cambios de problemáticas. La gura de la Iglesia parece que ha
viajado con ellos de su pasado, a su presente y les permite también trabajar
en su futuro.
Dentro del contexto del arraigo de los habitantes en Bastión, se destaca
la gura de “los fundadores”, quienes son identicados como las primeras
familias en establecerse en el área, junto con la inuencia de Carlos Cas-
tro, reconocido como líder y gura central en Bastión Popular.
El fallecido Carlos Castro, él era el líder de aquí, pero ahora que ha
fallecido, la gente llegó aquí en busca de un lugar para vivir... Mi madre
y otra vecina llegaron primero. Luego llegó una tía, después mi abuela.
Ellos son los fundadores originales de Bastión. (EBP2023_1)
Sí, este es prácticamente donde Bastión comenzó [bloque 1B]. Y lo digo
porque mi madre, junto con algunos vecinos que aún viven en mi barrio,
son prácticamente los fundadores, porque estuvieron aquí desde que esta
área era una invasión. (EBP2023_4)
La gura de los fundadores juega un rol esencial al menos por dos razones,
la primera por la situación de ilegalidad de las tierras habitadas, lo que les
dio el denominador coloquial de invasión. Los habitantes tuvieron una larga
lucha –que en algunos casos todavía perdura– de poder legalizar sus tierras,
y esta lucha tuvo líderes que en muchos casos fueron los fundadores de
estos barrios. Es decir que la gura de fundador es doble, ya que también se
reconvirtieron en líderes comunitarios. La segunda, es la constancia de los
fundadores, algunos todavía viven, pero también es un rol que se va pasando
de forma generacional dentro de la familia, como vemos a continuación:
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Espacialidad e identidades culturales: reexiones sobre el rol del espacio...
“Nosotros sí, somos prácticamente fundadores. Cuando nosotros fuimos
había pocas casas, ahora ya es un pueblo” (EBN2023_1). Otras fundadoras
son reconocidas ahora como lideresas barriales, por el compromiso activo
que tienen en la comunidad: “la señora Ceci, ella se dedica digamos a coc-
inar así cuando hay eventos, entonces ella hace bocaditos, para qué, es una
buena persona” (EBN2023_3). No solo porque provee de comida cuando
hay eventos, sino que también se encarga de organizar eventos para la
comunidad, moviliza y lleva a los jóvenes los nes de semana a la iglesia,
entre otras acciones reconocidas como importantes por sus co-habitantes.
Se debe tener en cuenta que los roles que adoptan de forma consciente
o inconsciente algunos de los pobladores populares de estos barrios, son
posiciones que tienen que ver o que son propias de las realidades de sus
comunidades. Como establece Massey (1994), el barrio popular es un es-
pacio donde se crean comunidades claramente denidas con base en estas
interacciones, a pesar de haber surgido fuera de marcos legales. Es decir,
si pensamos en la gura del líder o lideresa barrial, es una gura necesaria
en estos espacios por las condiciones de vulnerabilidad, de aislamiento y
de olvido que reciben por parte de las instituciones públicas. Como ya se
mencionó, los habitantes tanto en Bastión Popular como en Barrio Nige-
ria han sido responsables del cambio de sus realidades y del desarrollo o
progreso –como ellos mismos explican– de sus barrios. Y esto se debe,
sobre todo, al olvido institucional generalizado a lo largo de los años.
Las condiciones de carencia del territorio y de sus habitantes de forma
individual, fomentaron una cohesión y vínculos colectivos (Terán Najas,
2009).
No obstante, y si bien su sentimiento de lucha devino de circunstancias
de necesidad, el tejido social también fue construido por las experiencias
compartidas en tiempos de contento. Los participantes evocan una época
en la que los niños disfrutaban con juegos tradicionales como el trompo,
los ensacados, el baile de la naranja y la rayuela. Estos juegos eran com-
partidos entre generaciones, propiciando una conexión intergeneracional
y fortaleciendo los lazos comunitarios.
Nosotros no hemos perdido eso, solíamos jugar a juegos como el trompo,
los ensacados, el baile de la naranja y la rayuela, ya que eran los juegos
tradicionales más populares en los que participaban niños y adultos.
Incluso ahora en el barrio, seguimos fomentando la participación de los
padres para que vean cómo sus hijos participan y también se unan. Es
algo que aún se practica en mi barrio. (EBP2023_1)
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Ingrid Ríos-Rivera, Diana Vallejo y María José Torres
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Además, se mencionan cambios en las actividades sociales, como la
organización de celebraciones durante días festivos locales, resaltando
la implicación comunitaria en la decoración y preparativos para dichos
eventos: “Durante las estas de Guayaquil, había pequeñas celebraciones.
La gente decoraba y pintaba los bordillos, había palos encebados, entre otras
cosas” (EBP2023_3). No obstante, se señala que las restricciones actuales,
principalmente relacionadas con la inseguridad, han limitado la realización
de eventos comunitarios, lo que contrasta con la libertad experimentada
en el pasado: “Antes todo el mundo era libre. Los niños, todos eran libres
de jugar, nadie podía impedirlo, nadie temía nada, pero ahora eso ya no
existe” (EBP2023_3).
Y es que las costumbres de estos barrios nacen también de las activi-
dades sociales y barriales realizadas anualmente, este folklore forma parte
de sus representaciones sociales. Lamentablemente, como ellos acotan,
en la actualidad se está perdiendo debido a las limitaciones por la violen-
cia urbana en la ciudad, y se visualiza en el quiebre del tejido social. Esto
se pudo apreciar cuando los participantes nos hablaron sobre los otros
con los que comparten el espacio, sus vecinos. En algunos testimonios, se
destaca una fuerte unidad entre los vecinos.
Ay, ¡muy bien! Muy bien porque sí, me llevo bien con todos. Con nuestros
vecinos nos llevamos muy bien. La gente ya nos conoce pues, somos todos
ahí solidarios, en eso no hay ningún problema, nos llevamos bien con
todos los vecinos. (...) Por ejemplo, cuando recién me vine del Guasmo
lo extrañaba mucho, porque allá viví muchos años… Vivíamos en la
cooperativa 5 de Agosto, también vivía en el Cristo… Extrañaba mucho,
porque allá uno estaba enseñado, con su gente y todo, y de nuevo venir
a salir acá… Pero no me arrepiento de venir acá, porque me han salido
muy buenos vecinos. (EBN2023_1)
Se mencionan reuniones comunitarias y acuerdos para realizar mejoras en
conjunto. La colaboración se evidencia en iniciativas como participar en
concursos municipales para “embellecer” el barrio: “nosotros estuvimos
en el grupo de los del segundo lugar [en el concurso Mejoremos Nuestra
Cuadra del Municipio]. Y sí, en el barrio hubo esa unión y todo el mundo
le echó ganas y ya había muchos vecinos que no tenían todavía su casita
arreglada, pero no importa, ‘metámosle pintura y le hacemos ver mejor”
(EBP2023_4). A pesar de la falta de lugares especícos para reuniones
formales, se destaca la capacidad del barrio para organizarse en la calle
o en espacios abiertos. La falta de lugares designados no impide la inter-
acción comunitaria: “En la calle amiga, es en la calle. No hay un lugar…
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Espacialidad e identidades culturales: reexiones sobre el rol del espacio...
O sea, ese es el lugar especíco para la reunión, pero no es una casa, ni
en un garaje, nada. Solo nos reunimos los que llegan y ahí conversamos y
cuando es algo que vayan a dar, nosotros tenemos que ir a recoger para ya
hacer un solo grupo” (EBP2023_1).
A pesar de que existe unidad, esta varía según los sectores del barrio.
Esta unión se atribuye nuevamente a la presencia de vecinos fundadores
que resaltan la importancia de trabajar juntos.
Ahora en el barrio de nosotros tal vez se lo comentamos a los otros ve-
cinos y ellos bueno sí dijeron que “sí, sí, sí” pero nunca quedaron algo
concreto. En cambio, lo que es mi barrio, mi sector, sí la gente es unida,
y sobre todo porque la mayoría, ya le digo, de los que vivimos en mi
sector, en mi barrio, la mayoría son vecinos fundadores, entonces ellos
saben que es por el bien del barrio, ¿no? (EBP2023_4).
No obstante, otros testimonios reejan un mayor aislamiento entre vecinos,
especialmente en la actualidad. La percepción es que hay una disminución
en las interacciones sociales, como compartió una de las entrevistadas que
preeren “cada uno estar por su lado” para “no meterse en problemas”
(EBN2023_3). Lo mismo estableció un poblador en Bastión Popular, “Yo
diría que cada uno por su lado. Ahorita con lo que hay, todo el mundo pasa
encerrado” (EBP2023_2). En este caso, priman las relaciones cordiales,
saludando en el día a día, pero sin profundizar en “ñañerías”
5
. Esto podría
ser resultado de un cambio generacional, ya que se observa que las acti-
tudes hacia la participación comunitaria pueden variar entre generaciones.
Se menciona que la segunda y tercera generación, compuesta por hijos de
fundadores y sus hijos, pueden tener una actitud más sociable, mientras
que las generaciones mayores pueden ser más reservadas.
Dar conanza a pocos porque nos conocen porque hemos vivido ahí,
pero no nos han tratado, digamos. O sea, y entre las personas mayores, ya
empiezan como... Como los hijos ya jugamos juntos en el barrio porque
jugábamos entre todos, somos más sociables, pero ellos no, entonces a
ellos no les gusta la bulla, no les gustan los griteríos... Que a su vez es como
la tercera generación, porque son los hijos de los hijos. (GFBP2023_4)
Exploradas las identidades dentro del espacio barrial, continuamos entonces
con la conguración de identidades en contraste con un otro. Se identicó
como último elemento clave en la conguración de la identidad cultural,
la relación con el ‘otro externo’, es decir con los otros barrios populares.
5 Palabra coloquial para referirse a hacer amistades cercanas. Viene de “ñaña” o “ñaño, pa-
labra que deriva del kichwa y signica hermana, hermano.
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Ingrid Ríos-Rivera, Diana Vallejo y María José Torres
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Relaciones y tensiones interbarriales
Siguiendo los postulados de Stuart Hall (1996) que establecen que la
identidad es diferencial, es decir se constituye en relación al otro, y que
se alimenta de la inuencia exterior. La relación de los habitantes con
su espacio físico ha permitido la formación de una cultura barrial propia
(Frederic, 2009) que es distintiva de cada barrio popular y que permite la
diferenciación entre ellos. Si bien, desde afuera se podría aseverar que existe
una homogeneidad entre barrios del mismo sector, sus experiencias rompen
con este imaginario, develando unas identidades colectivas particulares.
Las comparaciones, en ciertos casos, integran recuerdos de sus barrios
anteriores, o también diferencias en términos de rasgos compartidos, que
también tienen que ver con el espacio. Una de las participantes nos com-
partió la siguiente experiencia:
A me decían “usted no es de aquí” y yo le digo ¿por qué? “usted camina
en la vereda”. Mi esposo me enseñó que aquí se tiene que caminar en la
calle, no en la vereda. (...) Por lo menos por donde yo vivía [Sauces] si
es todo por peatonal, no había esa cuestión y me decían que se veía la
diferencia. (GFBP2022_4)
Los rasgos que identican como diferenciadores vienen dados por las
condiciones de desarrollo en términos de infraestructura y servicios. Esto de
acuerdo a Antillano (2005) estaría en directa relación con la regularización
de los asentamientos y sus propiedades, es decir, de su integración como
barrios reconocidos en la ciudad. Sin embargo, las mejoras no podrían
asignarse únicamente a la formalización de los territorios, pues los esfuerzos
y acciones colectivas de sus pobladores previo al ingreso de autoridades
ya habían alcanzado signicativos cambios.
Algunos residentes, al contrastar Bastión Popular con otros vecindarios
que han visitado, destacan que su localidad está en mejores condiciones
en términos de infraestructura. Como lo señaló un residente de Bastión
Popular: “Por ejemplo, he visitado La Flor [de Bastión] y La Ladrillera,
y mi barrio está en mejores condiciones que esos lugares. En otras áreas
que he visitado, falta pavimentación, y en La Flor, incluso, la situación
es terrible. Falta pavimentación, iluminación y otros servicios básicos”
(EBP2023_3). Esta observación se complementa con otros testimonios
que expresan la percepción de que Bastión Popular recibe menos atención
por parte de las autoridades en comparación con los vecindarios que están
en proceso de regularización (gura 3).
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Espacialidad e identidades culturales: reexiones sobre el rol del espacio...
En mi barrio no han brindado ningún tipo de apoyo. Aquí en Bastión
no. La alcaldesa [Cinthya Viteri] ha otorgado más recursos para Mon-
te Sinaí, La Ladrillera y Voluntad de Dios... Aquí en Bastión Popular
prácticamente no recibimos visitas. Las áreas más atendidas son Monte
Sinaí, Voluntad de Dios, y similares, pero aquí en Bastión Popular casi
no hay presencia”. (EBP2023_1)
Figura 3
Infraestructura de Bastión Popular
Fuente: Foto tomada por D. Ramón Martínez, asistente de investigación del proyecto en el 2022.
Además, los participantes comparan la calidad de vida en Bastión Popular
con la de otros lugares, destacando la conveniencia de su ubicación, el
sentido de comunidad y el acceso a comercios en comparación con áreas
más remotas, como las urbanizaciones privadas.
En general, el área no es mala porque, por ejemplo, cuando mi esposa y
yo estábamos considerando mudarnos, investigamos sobre lugares como
Villas del Rey, que estaban bastante alejados y no tenían buen transporte
público. Entonces, yo le decía a ella, “aquí estaríamos viviendo aislados
y si tienes antojo de algo, ¿dónde lo conseguirías?”. (EBP2023_4)
En el caso de barrio Nigeria, este contraste con otros espacios barriales se
enfoca en cambio en las percepciones de seguridad, mencionando incluso
el caso de Bastión Popular como uno de los sectores más ‘peligrosos’ de
la ciudad.
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Ingrid Ríos-Rivera, Diana Vallejo y María José Torres
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Antes [la delincuencia] no era tanto como ahora. Aunque le digo que para
otros sectores que se escuchen las noticias, que Bastión, que el Guasmo,
estamos reyes. Yo puedo decir que estamos reyes porque no se ve tantas
matanzas como en otros lados. (EBN2023_2)
Esto da cuenta también que pesar que desde afuera los barrios populares
se pueden percibir y hasta ‘estigmatizar (Cornejo, 2012) como un todo
homogéneo, es decir sin diferenciaciones, al acercarnos a su comprensión
desde la visión y experiencias de sus pobladores populares, las diferencias
que ellos reconocen y que consideran importantes entre los barrios salen
a relucir, dejando entrever de esta manera un elemento diferenciador en la
construcción de su identidad cultural barrial.
Conclusiones
A raíz de los resultados obtenidos, hemos de reexionar entonces en el
rol del espacio barrial como congurador de identidades culturales en
sus pobladores. Considerando que nuestra aproximación a los pobladores
de Bastión Popular y barrio Nigeria es de carácter espacial, es decir, que
entendemos la construcción de sus identidades desde su territorialización,
presentamos las narrativas que dieron cuenta de esta relación entre espacio
e identidad cultural. Revisamos en primer lugar los recuerdos del “paisaje
barrial” en los orígenes de ambos barrios. Los pobladores populares com-
partieron las imágenes, características visuales y materiales, así como las
prácticas adoptadas a partir de estas materialidades, que en su mayoría
dieron cuenta de un entorno con dicultades, propio de asentamientos de
carácter informal. Estos paisajes barriales se presentan en sus narrativas
como escenarios de acompañamiento en el proceso constitutivo de identi-
dades, un proceso que se ve fuertemente marcado por la acción colectiva
en torno a las dicultades y condiciones del contexto.
Entendiendo el espacio barrial como socialmente construido y como
productor de prácticas e identidades, la historia de un barrio que ha tenido
la acción colectiva de sus residentes como parte constitutiva de su desar-
rollo y mantenimiento, da cuenta directa de aquellas experiencias que han
congurado las identidades culturales de sus habitantes. De tal forma, no
podríamos separar los ritos, sentidos, dinámicas que habitan en él como
algo propio del barrio, sino que podríamos decir que estos contextos con-
struyen identidades –que con matices individuales– dan cuenta de una
identidad cultural barrial popular fuertemente enraizada en su historici-
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Espacialidad e identidades culturales: reexiones sobre el rol del espacio...
dad. Algunos elementos resaltados son su autocaracterización como per-
sonas trabajadoras, las relaciones con los vecinos, prácticas y dinámicas
tradicionales y folklóricas, y el apego emocional hacia el territorio traba-
jado. Al mismo tiempo, estos barrios van tomando una identidad moldea-
da por los orígenes de sus habitantes, pues en el caso de barrio Nigeria,
por ejemplo, incluso en su denominación, está directamente relacionada
con la afrodescendencia mayoritaria que lo habita.
Finalmente, si bien se encuentran en las narrativas las delimitaciones
de un “nosotros” como pobladores de los barrios, es decir las descrip-
ciones que dan cuenta de sus identidades propias, también nos percatamos
de la construcción de identidades en contraste con un otro externo, siendo
este principalmente otros barrios populares. Aquí identicamos una com-
parativa distintiva interesante, pues en el caso de Bastión Popular este
contraste se centra en su “avanzado” estado de infraestructura, es decir se
relaciona una especie de superioridad entendida desde su integración a la
urbanización formal de la ciudad. En el caso de barrio Nigeria en cambio,
esta “superioridad” se visibiliza en la seguridad percibida en el barrio en
un contexto en donde la violencia urbana y la inseguridad están presentes
en toda la urbe, resaltando los peligros que habitan otros barrios.
Para cerrar, consideramos que a través de las voces de los pobladores
populares, logramos resaltar el rol protagonista del espacio (social) en la
conguración de una identidad barrial cultural, distintiva, y construida a
partir de las particularidades de espacios y sujetos que han pasado por un
proceso de urbanización de carácter popular, instando así a la creación de
conocimiento desde su territorialización.
Declaración de conictos de interés: Declaramos que durante el proceso
de investigación y para la publicación de este artículo, no existe conicto
de intereses con ninguna entidad pública, privada, nanciera, ni relaciones
personales, que incide de manera inoportuna en este trabajo.
Agradecimientos: Los resultados y reexiones presentados en este artícu-
lo son parte de la primera y segunda fase del Proyecto Interno de Investi-
gación Semillero “El barrio popular y los pobladores populares: Un abordaje
antropológico en la (re)construcción de la memoria barrial de Guayaquil,
2022-2024”, ejecutado y nanciado en el marco de la XI-XII Convocatoria
a Proyectos de Investigación Formativa Modalidad Semilleros 2022-2024,
de la Universidad Casa Grande (UCG) de Guayaquil-Ecuador. Agradecemos
a los estudiantes que participaron como asistentes de investigación en la eje-
cución, recolección y procesamiento de datos del proyecto. De igual forma a
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Ingrid Ríos-Rivera, Diana Vallejo y María José Torres
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
los docentes de la UCG que como pares evaluadores realizaron comentarios
para mejorar la propuesta. Por último, queremos agradecer especialmente a
la Fundación Acción Solidaria y a la Escuela Generación Nuevo Milenio, por
ser nuestros aliados, por segundo año consecutivo, permitirnos construir un
espacio seguro para dialogar e interactuar con los pobladores de los barrios.
Referencias
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