Artículo
Espacio,
territorio y cultura:
la patrimonialización del
centro histórico de Oaxaca
Space, territory and culture: the heritagization of the
historic center of Oaxaca
Recibido: 20 de octubre de 2023
Aprobado: 7 de febrero de 2024
José Omar Peral Garibay

ResumenResumen
Este texto tiene como propósito analizar el proceso de patrimonialización del
centro histórico de la ciudad de Oaxaca, a partir de un andamiaje teórico y
conceptual que destaca el traslape entre las dimensiones espacial y cultural de
la vida social. En este sentido, la categoría de centro histórico se utiliza como
una herramienta cognoscitiva que expresa una serie de prácticas materiales
y simbólicas, las cuales sirven para dotar de un conjunto de valores a un
espacio delimitado y diferenciado de la totalidad de la ciudad. En términos
metodológicos, se emplea un análisis espacio-temporal para reconstruir la
evolución de la ciudad de Oaxaca, así como la conformación de su centralidad
histórica. Asimismo, se recurre al uso de datos documentales y etnográcos,
con el n de develar los discursos y prácticas que desarrollan los distintos
sujetos que producen este espacio. Se destaca que el centro histórico de
Oaxaca se ha producido como un espacio patrimonial de escala global, donde
predomina una visión monumentalista del patrimonio cultural, así como una
valoración y usufructo del mismo, desde una lógica mercantil vinculada a
las actividades turísticas.
Palabras claves: patrimonialización, centro histórico, territorio.
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37-78
37
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Abstract
The purpose of this text is to analyze the process of heritagization of the
historic center of the city of Oaxaca, based on a theoretical and conceptual
scaolding that highlights the overlap between the spatial and cultural dimen-
sions of social life. In this sense, the category of historic center is used as a
cognitive tool which expresses a series of material and symbolic practices,
which serve to endow a set of values to a space delimited and dierentiated
from the totality of the city. In methodological terms, a spatio-temporal
analysis is used to reconstruct the evolution of the city of Oaxaca, as well
as the conformation of its historical centrality. It also resorts to the use of
documentary and ethnographic data in order to unveil the discourses and
practices developed by the dierent subjects that produce this space. It is
emphasized that the historic center of Oaxaca has been produced as a heritage
space of global scale, where a monumentalist vision of the cultural heritage
predominates, as well as a valuation and use of it, from a mercantile logic
linked to tourist activities.
Keywords: heritagization, historic center, territory.
José Omar Peral Garibay. Mexicano. Doctor en Urbanismo por la Univer-
sidad Autónoma de México. Líneas de investigación: Patrimonio cultural y
centros históricos; Procesos de turisticación y gentricación; Conictos
socioambientales y cambio climático. Correo electrónico: omar.garibay@
gmail.com. ORCID: 0000-0001-8825-3413.
38
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
Introducción
L
a evolución de las formas de conceptualización del patrimonio cul-
tural a lo largo del siglo XX, permitió transitar del reconocimiento
puntual de los inmuebles monumentales, a la valoración de los conjuntos
urbano-arquitectónicos (Ballart y Juan i Tresserras, 2008; Choay, 2007;
Melé, 2006). Igualmente, se observó una transición del énfasis puesto en
la dimensión material del patrimonio hacia perspectivas que destacan el
análisis de las prácticas sociales, políticas y culturales que lo fundamentan
(Machuca, 2022; Prats, 2004).
En el caso de los centros históricos, concebidos como espacios patri-
moniales destinados a la conservación, sería hasta nes de la década de
1960 cuando se consolide esta noción, producto del crecimiento urbano
y del desborde de la ciudad histórica, misma que pasaría a ser reconocida
por su valor de antigüedad al aglutinar importantes atributos arquitectóni-
cos, históricos y culturales (Carrión, 2010; Hardoy y Gutman, 1992). De
manera paralela a la consolidación de esta forma de entender al patrimo-
nio urbano, se desarrollarían procesos que suponen a su vez la necesidad
del aprovechamiento económico del mismo, argumentando que así se
lograría su correcta conservación, todo ello, bajo la premisa de la “puesta
en valor” del patrimonio delineada por las Normas de Quito (OEA, 1967).
Con base en lo anterior, se maneja como hipótesis que la adecuación
de este precepto al caso de los centros históricos ha supuesto la aplicación
de programas de gestión urbana y del patrimonio cultural, cuyas carac-
terísticas se encuadran en los cánones neoliberales, pues el sector público
ha encarrilado los procesos de , para después dejar en
manos de la iniciativa privada el aprovechamiento y explotación de estos
recursos culturales mediante la expansión de los servicios turísticos, el
desarrollo inmobiliario y la gentricación en centros históricos que han
sido patrimonializados (Delgadillo, 2015; Hiernaux y González, 2014;
Navarrete, 2019; Trujillo, 2021).
En este tenor, se plantea como pregunta guía, ¿de qué manera se puede
recuperar desde una perspectiva crítica, la  de 
como una herramienta analítica propia de las ciencias sociales que rebase
el ámbito de la conservación y restauración arquitectónica, para dar cuen-
ta de la complejidad de procesos que constituyen a este tipo de espacios?
De tal manera, este artículo se propone aminorar la escasez de abordajes
39
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
de corte transdisciplinar en el estudio de los centros históricos, así como
voltear la mirada hacia otros casos de estudio, más allá del centro históri-
co de la Ciudad de México, que es el que mayor atención acapara por
parte de la academia (Sepúlveda, 2017).
Para atender este requerimiento, el documento se organiza de la sigui-
ente manera. En el segundo apartado se expone un diálogo teórico donde
se plantea el análisis de la dimensión espacial del patrimonio cultural
a partir de la deconstrucción crítica de la categoría de centro histórico.
La intención es mostrar un conjunto de herramientas conceptuales que
abrevan tanto del pensamiento geográco como antropológico. A con-
tinuación, en el tercer apartado, se indica una breve nota metodológica
donde se explica el proceso de recuperación y análisis de la información
utilizada. En los siguientes tres apartados, se presenta una discusión sobre
el proceso de patrimonialización en el centro histórico de Oaxaca como
caso de estudio. Finalmente, en las conclusiones se redondean las prin-
cipales ideas expuestas a lo largo del texto y se señalan los alcances y
limitaciones del mismo.
Marco teórico:
producción del espacio y centros históricos
Este trabajo recupera la perspectiva teórica que concibe al espacio como
producto de las relaciones sociales, lo que implica una mirada contrapuesta
a la visión dominante, la cual entiende al espacio como un recipiente vacío
que contiene al conjunto de elementos naturales y humanos. Esta visión,
de raíz geométrica y euclidiana, supone una separación ontológica entre la
sociedad y el espacio; por el contrario, en una crítica a esta perspectiva, se
diría que el espacio es una instancia o dimensión de lo social, por lo que
es tanto una condicionante, como un resultado del devenir de la totalidad
de los fenómenos sociales (Lefebvre, 2013; Santos, 1990).
En este sentido, se debe precisar que el espacio es un 
generado por la combinación de un conjunto de relaciones dinámicas
que se mantienen en constante tensión, lo cual implica la objetivación
del trabajo humano en la materialidad transformada (entorno construido),
conformando  (la solidicación de lo social en lo espacial).
Estas rugosidades fungen como sustrato de nuevos procesos de produc-
ción, por lo que el espacio “debe considerarse como un conjunto de rela-
ciones realizadas a través de las funciones y de las formas que se presen-
40
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
tan como testimonio de una historia escrita por los procesos del pasado y
del presente” (Santos, 1990, p. 138).
Para analizar los procesos de producción del espacio, Lefebvre (2013)
propone una triada conceptual cuya interrelación es dialéctica: 1) las
, 2) las ; y 3) los espa
. Para el autor, las prácticas espaciales generan un
 concerniente a la experimentación material de la real-
idad a través de nuestros sentidos; es el espacio de la experiencia y de la
relación de inmediatez con el mundo. Las representaciones del espacio
se enmarcarían en un , en una transliteración o cod-
icación del mundo sensorial y material hacia el mundo de lo pensado
y de la abstracción. El espacio concebido hace uso de modelos y genera
un metalenguaje que busca imponerse al todo social como una forma de
lectura única de lo espacial (el mapa o el plano). Finalmente, los espacios
de representación se generan en el  producto de la subjetiv-
idad en relación al espacio; es la movilización de la dimensión afectiva y
emocional, así como de la memoria y la proyección hacia el futuro que se
tiene del espacio (Lefebvre, 2013, pp. 97-99).
Para establecer un gozne entre las categorías de espacio y centro
histórico, se considera útil la recuperación de la categoría de territorio,
entendida como la materialización de la capacidad de un grupo social de
apropiarse, delimitar y controlar un espacio determinado (Sack, 1991).
En este sentido, un territorio es un espacio apropiado y dominado por un
sujeto (individual o colectivo), con base en un marco representacional
vinculado a un proyecto político (León, 2011).
Asimismo, resulta útil indicar que el  es un 
, el cual es resultado de las transformaciones objetivas y subjeti-
vas de la realidad, así como de  de 
simbólica y normativa, que elabora desde el presente un conjunto de rep-
resentaciones que aglutinan y estructuran jerárquicamente a los distintos
elementos patrimoniales en función de la escala de valores de la propia
cultura (Bonl, 1997; Prats, 2004). Dicha escala se produce en función
de la acción que ejercen tres grupos principales de sujetos patrimoniales:
el Estado, el sector privado, y la sociedad civil (García-Canclini, 1997).
Como construcción político-histórica, el patrimonio cultural da cuenta de
la evolución de las formas de re-conocimiento y valoración que tiene una
sociedad respecto al conjunto de los elementos culturales que la com-
41
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
ponen, donde las políticas del Estado-nación han sido fundamentales para
depositar una identidad especíca en las distintas manifestaciones patri-
moniales (Longhi-Heredia et al., 2023).
Sirva lo anterior para señalar que la se dene como
el proceso que involucra prácticas, normas y dispositivos que posibilitan
la , ,  y  de ciertos elementos de
una realidad cultural determinada, correspondiente tanto a atributos de
carácter físico-natural, así como a los de orden social. Se debe destacar
también, que estos procesos se han desarrollado fundamentalmente desde
una lógica vertical impulsada por el Estado-nación, aunque en las últi-
mas décadas ha habido un desplazamiento de la escala de la producción
patrimonial como consecuencia del reforzamiento de actores globales y
locales pertenecientes tanto a la esfera pública como a la privada (Trujillo,
2021).
Para el caso de los centros históricos, estos se han constituido como
espacios patrimoniales a partir del proceso de modernización de la ciudad
tradicional, primero en Europa, y luego en otras partes del mundo. Para
Carrión (2010), el centro histórico nace de la crisis en que lo envuelve
el desarrollo de la ciudad capitalista mediante la generación de nuevas
centralidades y la destrucción del patrimonio arquitectónico y urbano
1
.
Una manera de atender esta situación de deterioro físico y de pérdida
de centralidad ha sido el proceso de patrimonialización de los centros
históricos, el cual implicaría un cambio en el estatuto de un bien privado
para combinarse en un bien público.
Así, el , entendido en este trabajo como un 
 amparado en una valoración especíca sobre cierto tipo
de elementos materiales e inmateriales de la ciudad, conlleva en primera
instancia una propuesta selectiva de representación simbólica sobre dicha
materialidad, para posteriormente generar su consagración y exposición
1 El patrimonio arquitectónico reere al conjunto de obras, edicaciones y estructuras in-
muebles que poseen valores históricos, estéticos y culturales que resultan emblemáticos y
signicativos para una sociedad, la cual les otorga el carácter de legado para posibilitar su
conservación y aprovechamiento. Es representativo del patrimonio arquitectónico de una
sociedad, desde una gran catedral, hasta una pequeña vivienda característica de la arquitec-
tura vernácula (Lleida-Alberch, 2010). Por su parte, el patrimonio urbano no solo incorpora
a distintos conjuntos del patrimonio arquitectónico, sino que también hace referencia a hitos
del espacio público como plazas y jardines, así como a barrios históricos y tradicionales,
elementos de la infraestructura y del paisaje urbano, así como al conjunto de prácticas so-
cioculturales que se desarrollan en estos espacios (Lee-Alardín, 2016).
42
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
por medio de la construcción social del patrimonio urbano (Melé, 2006),
entendido ya, como una zona o área territorial especíca de intervención.
Esta producción de territorio tiene el objetivo de atender la crisis de
los centros históricos, para lo cual se propone una escala de valoración
patrimonial generada fundamentalmente por el Estado y la academia, que
implica a su vez, una selección sobre cierta porción del espacio urbano
construido, para luego formular un marco jurídico que genere las normas
y lineamientos de intervención pública en dicho espacio. El resultado de
este proceso de territorialización es un espacio nuevo, lo que hoy se con-
ceptualiza como “centro histórico” era en sí la propia ciudad, un espacio
con dinámicas contemporáneas que hacen que esta nueva valoración sim-
bólica y su tratamiento jurídico lo hayan convertido en  (Melé,
1995). Al seguir este conjunto de ideas se considera pertinente recalcar
que los procesos de  son ejerci-
cios de .
Asimismo, la 
pasa por un ejercicio de abstracción y proyección de la realidad
hacia la esfera de la elaboración cartográca institucional, que con base
en el espacio idealizado traslada dicho modelo hacia la inscripción de
marcas en el territorio
2
producto de un conjunto de 
especícas. En este sentido, “la denición empírica de un centro histórico
es un acto de política urbana que implica una acción de un sujeto patrimo-
nial con voluntad consciente” (Carrión, 2010, p. 33).
El sujeto patrimonial de mayor relevancia con relación a los centros
históricos es el sector público en sus distintos niveles de gobierno, así
como en sus distintas escalas espaciales; en este sentido, al interior de
dichos niveles existen relaciones de cooperación y de confrontación entre
lo local y lo nacional para establecer los criterios de selección y las prác-
ticas de territorialización de un centro histórico. De tal forma, es nece-
2 Desde el enfoque analítico que se presenta en este trabajo, se considera que toda prácti-
ca social genera inscripciones materiales y simbólicas en el espacio, lo que conlleva a la
creación de paisajes. En el caso del concepto de paisaje, se entiende a este como la porción
visible del territorio. Es un concepto que sirve para sintetizar las interacciones evidentes
entre los distintos elementos (naturales y sociales) que componen a una realidad delimitada
histórica, geográca y culturalmente. En este sentido, todo paisaje es producido desde una
lógica cultural especíca, por lo que resulta tautológico hablar de ; en estos
términos, todo paisaje es un paisaje cultural. El paisaje es , por lo que para el
análisis más profundo de aquellos fenómenos y procesos inaccesibles al ojo humano resulta
de mayor utilidad el empleo de la categoría de espacio, cuya abstracción permite trascender
la dimensión fenoménica para acceder a la esencia de la realidad.
43
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
sario identicar a los sujetos que heredan, así como a los que reciben
el patrimonio en un contexto de relaciones de poder y de disputa que se
establecen entre unos y otros. Para generar un mapeo adecuado de estos
sujetos es importante tomar en cuenta las características de la estructura
social, de los sectores público, privado y social, así como del alcance es-
calar de su acción (Carrión, 2010; Coulomb y Vega, 2016).
Finalmente, se debe considerar que, desde el ámbito de la planeación
urbana en un contexto neoliberal, se han incentivado modicaciones en
los usos de suelo para promover actividades económicas del sector servi-
cios enfocadas principalmente a los mercados turístico y cultural. En este
sentido, los centros históricos bajo el neoliberalismo se han vuelto espa-
cios económicos y simbólicos que deben ser ofrecidos a un nuevo tipo
de consumidor urbano. Este asalto posmoderno de los centros históricos
(Hiernaux, 2006) implica una pérdida de la profundidad histórica y la
imposibilidad de recrear la , incluso si se generan las es-
cenografías que sustituyan a los espacios de representación de un pasado
que ya no existe. El imaginario posmoderno en los centros históricos ter-
mina planteando la disyuntiva entre proteger un pasado, o aprovecharlo
económicamente incluso a costa de su destrucción.
3
Metodología
Con base en el uso de un marco teórico de referencia, como lo es el de la
producción del espacio (Lefebvre, 2013), y el del análisis de su concre-
ción a partir de la categoría de centro histórico, se empleó una estrategia
metodológica que permitió la reconstrucción espacio-temporal del centro
histórico de la ciudad de Oaxaca, con particular énfasis en la identicación
de aquellos elementos del paisaje urbano histórico que actualmente se
valorizan como patrimonio. Para ello, se realizó una revisión de fuentes
secundarias de información, cuya principal materia es el análisis histórico
de la ciudad de Oaxaca
4
.
3 Este tipo de problemáticas han sido identicadas incluso por organismos internaciona-
les como la UNESCO (2011) o el ICOMOS (1987), quienes sin necesariamente plantear
una crítica a las condiciones estructurales del desarrollo capitalista como causantes de las
mismas, señalan la importancia de que exista una mayor participación de la sociedad en
el diseño de los planes de gestión del patrimonio en los centros históricos, así como en la
toma de decisiones sobre programas y acciones que se ejecuten en estos espacios. Desde
la perspectiva de estas instituciones, es posible el desarrollo económico y la conservación
del patrimonio urbano, aunque se dejan un tanto de lado temas trascendentales como son
el desarrollo social, la protección del uso de suelo habitacional y el aseguramiento de la
permanencia de los habitantes originarios en los centros históricos.
4 Se recuperó información de libros y artículos especializados en la temática tratada, así
44
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
Por otro lado, para aproximarse a los procesos contemporáneos de
patrimonialización en el centro histórico de Oaxaca, se llevó a cabo un
análisis de los principales documentos normativos que rigen en la mate-
ria
5
. A su vez, esta información se complementó con datos provenientes
de la práctica etnográca mediante el uso de dos de sus instrumentos más
destacados, como son la observación participante y la entrevista (Guber,
2001). Dicha estrategia permitió develar las  y 
 que despliegan distintos actores que son partícipes de la producción
de este centro histórico. Este análisis se expone en tres apartados que
se denen a partir de cortes históricos e interpretativos. El primer corte
atiende a la identicación de los atributos que hoy se reconocen como
patrimonio, desde el punto de vista de la historia urbana. Como segundo
momento, se discute la producción del centro histórico de Oaxaca como
el resultado de un ejercicio de territorialidad. Finalmente, se analiza a
este espacio a la luz de las relaciones contemporáneas de  y
 del patrimonio cultural que contiene y lo constituye.
Reconstrucción histórico-patrimonial
de la ciudad de Oaxaca
Con base en el marco teórico se podría indicar que, para Lefebvre, “todo lo
que ha actuado en la historia ha quedado inscrito en el espacio” (1976, p.
244). En esa misma sintonía, el concepto de  (Santos, 2000, p.
118), haría referencia a aquellas formas construidas que se van acumulando
en el paisaje, producto de la actividad humana, y que se transforman en
factores condicionantes de dinámicas presentes y futuras. Es importante
esta consideración, en función de que la ciudad histórica y patrimonial se
puede concebir también como un conjunto de rugosidades, o bien, como
la superposición de distintas capas de historicidad. Tomando en cuenta
lo anterior, desarrollar una reconstrucción del centro histórico de Oaxaca
implica un análisis de la conformación de sus rugosidades y de las trans-
formaciones del entorno construido, identicando aquellos elementos del
pasado que actúan como fuerzas vivas en el presente.
como de documentos técnicos y normativos, los cuales se encuentran referenciados a lo
largo del texto.
5 En este rubro, los documentos que fueron consultados son la Ley Federal sobre Monu-
mentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, el Plan Parcial de Conservación del
Centro Histórico de la Ciudad de Oaxaca de Juárez, así como un documento técnico y la
Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de la UNESCO.
45
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Sirva lo anterior para recapitular sobre el nombre de la ciudad, el cual
tiene sus raíces en la palabra náhuatl que utilizaron las fuerzas mexicas
al fundar el asentamiento cívico-militar de  en 1494, mismo que
fue sustituido por el de  hacia 1502, donde prosperó una im-
portante colonia de habitantes nahuas provenientes de Tenochtitlan (Bar-
bosa, 2001). El arribo de las fuerzas ibéricas al actual territorio de Oaxaca
se dio de manera inmediata a la caída de la capital mexica en 1521. Derro-
tados en Tenochtitlan, los nahuas asentados en  probablemente
realizaron un pacto de colaboración con los españoles (Chance, 1978),
y estos a su vez con mixtecos y zapotecos, lo que implicó para la coro-
na española el reconocimiento de derechos territoriales y urbanos para
los pueblos indígenas de la ciudad de 
6
y de los valles centrales
(Barbosa, 2001).
Al ser el objetivo de los conquistadores hispanizar el territorio, los
habitantes nahuas fueron desplazados hacia las afueras de la ciudad es-
pañola, fundándose los “pueblos de indios” de Xochimilco, Mexicapan y
Chapultepec, y más tarde, el pueblo de Jalatlaco
7
, todos ellos, importantes
espacios de la vida urbana del pasado novohispano, así como de la ciudad
contemporánea. Para 1529, la villa española se instituyó ocialmente con
el nombre de , la que, tan solo tres años después, adquirió la
cédula real de ciudad en 1532 (Van Doesburg, 2007).
Estos elementos son importantes para comprender el proceso de 
 de las improntas en el espacio que son revaloradas desde el presente
y que se constituyen como un patrimonio vivo. Así, la construcción de
un  se acompaña de la creación de un ,
en tanto que el sentido del tiempo-espacio detenta una localización y una
perspectiva de observación la cual es valorada de manera subjetiva, lo
que podría comprenderse como un proceso de  (Echever-
ría, 2010). En este tenor, se puede leer a la luz del presente la importancia
paisajística que adquiere la traza de la ciudad como un elemento de re-
valoración patrimonial, no denida como una traza hispana, sino reivin-
dicando su origen mexica (Barbosa, 2001; Sánchez, 2007).
6 Castellanización de Huaxyácac que hace el cronista y fraile dominico Diego Durán.
7 Los antiguos pueblos de Xochimilco y Jalatlaco actualmente forman parte del centro
histórico de Oaxaca.
8 La semiotización del espacio se entiende como el proceso mediante el cual se dota a un
lugar determinado de un conjunto de signos y símbolos, los cuales transmiten un mensaje
especíco al conjunto de las personas que lo habitan o visitan. Los símbolos en el espacio
sirven como depositarios de la identidad cultural, la memoria histórica, la identidad étnica
o la identidad territorial.
46
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
Otro elemento fundamental en la conformación histórica del paisaje
y de las rugosidades patrimoniales que otorgan una identidad especíca
a la ciudad de Oaxaca es su parque arquitectónico monumental, el cual
está compuesto en su mayoría por inmuebles de tipo religioso que comen-
zaron a construirse recién iniciado el proceso de colonización hispana
(Romero, 2011). En 1529, las autoridades donaron a la orden religiosa de
los dominicos un predio para la construcción de su primer templo, corre-
spondiente al actual Ex Convento de San Pablo, a dos cuadras del Zócalo
(Van Doesburg, 2007).
Sin embargo, la obra arquitectónica novohispana de mayor envergadu-
ra y más representativa de esta orden y de la ciudad misma es el templo
y Ex Convento de Santo Domingo (ver Figura 1), el cual comenzó a con-
struirse hasta el año de 1551. El edicio mismo de la Catedral (al igual
que el resto de los otros inmuebles monumentales de Oaxaca), pasó por
distintas etapas constructivas, iniciándose en 1544 y concluyendo su fase
terminal en 1752 (Mullen, 1992). (Figura 2).
Figura 1
Templo de Santo Domingo
Fuente: archivo de la Fundación Bustamante.
47
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Figura 2
Catedral de Oaxaca pintada por José María Velasco en 1887
Fuente: https://bit.ly/3vHzD6W
Hacia nes del siglo XVIII, el término de Antequera cayó en desuso para
nalmente ser desplazado por el de Oaxaca, el cual, si bien no fue un nombre
ocial, había servido también para referirse a la ciudad (Martínez, 2007).
El desarrollo de la revolución de Independencia encontró en Oaxaca una
ciudad tradicionalista y conservadora con marcados estamentos sociales,
en donde una élite blanca y mestiza organizaba la vida social. El arribo del
jefe independentista José María Morelos en 1812 supuso un trastocamiento
de este orden, ya que impulsó acciones sociales y urbanas importantes,
entre las que destacan la creación del que ahora es el jardín más grande del
centro histórico, “El Llano” de Guadalupe (Aragón, 2006).
A lo largo del siglo XIX, pese a momentos de inestabilidad y desorden,
se realizan obras de infraestructura urbana como son la instalación de
alumbrado público, embellecimiento de plazas públicas, la construcción
de inmuebles dedicados a actividades educativas y de gobierno, así como
la apertura del Panteón de San Miguel localizado al oriente de la ciudad
(Martínez y Ruíz, 2007). Cabe señalar, las obras de reconstrucción conti-
nua debido a la actividad sísmica de la región, labor de por sí complicada
y agravada como consecuencia de las Leyes de Reforma, que al desamor-
tizar los bienes de la Iglesia, propició que una gran cantidad de inmuebles
fuera presa del deterioro y abandono (Ortiz, 2012).
48
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
El advenimiento del periodo porriano (1876-1911) supuso un proceso
de modernización urbana y de las normas de la vida social. Este lapso de
poco más de treinta años fue fundamental para la historia urbana de Oax-
aca, en tanto que se desarrollaron procesos de gran calado que transfor-
maron la sonomía de la ciudad. Entre las principales acciones destacan
el arreglo y construcción de ocinas municipales, cárceles, escuelas y
centros educativos de nivel superior. De igual manera, se realizaron im-
portantes inversiones para la introducción de la electricidad, el telégrafo y
el primer servicio de tranvía a nes de 1887 (Lira, 2008).
En términos del uso del espacio público, la plaza virreinal, donde se
desarrollaba el intercambio de mercancías, durante el porriato se trans-
formó en un “jardín” y “paseo” cuyo diseño y sentido se ancló a la idea
modernista francesa del esparcimiento y el descanso. De tal forma, el
espacio público pasó de ser el lugar de abasto, comunicación y bullicio,
al lugar de relajamiento y paseo, donde lo caótico y sucio propio de la
plaza virreinal quedaba atrás gracias a las obras públicas de rediseño e hi-
gienización (Lira, 2008). La obra insigne para el porriato oaxaqueño, en
términos de arquitectura monumental, fue la construcción del “teatro-ca-
sino Luis Mier y Terán” (hoy “teatro Macedonio Alcalá”). Este recinto
se construyó con fondos privados para simbolizar el paso de la ciudad de
Oaxaca hacia la modernidad (Martínez, 2007).
Para la primera década del siglo XX, el territorio del ex Marquesado
del Valle
9
se fusionó con el resto de la ciudad y se convirtió así en su nue-
va periferia. Hacia 1926, se incorporó legalmente a los pueblos de Jalat-
laco y Xochimilco (al norte), así como al barrio y terrenos de la hacienda
de Trinidad de las Huertas (al sur). Sería hasta el año de 1934, cuando el
todavía lejano y separado pueblo de San Felipe del Agua (4 km al norte)
pasó a formar parte del municipio de Oaxaca de Juárez (Martínez, 2007).
(Ver Figura 3).
9 El Marquesado del Valle fue un territorio en los valles centrales de Oaxaca que la coro-
na española otorgó en propiedad exclusiva a Hernán Cortés, después de la conquista de
Tenochtitlan.
49
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Figura 3
Ciudad de Oaxaca hacia nales de la década de 1930.
Vista aérea desde su anco sur
Fuente: Fundación ICA, recuperado de https://bit.ly/3aGnia9
Otro suceso de gran importancia para la historia urbana, patrimonial y
paisajística de la ciudad de Oaxaca sería el terremoto acontecido el 14 de
enero de 1931, el cual generaría destrucción y daños en más de la mitad
de los inmuebles de la ciudad (Barrera, 1997). Hacia esos años, era común
observar una Oaxaca compuesta casi en su totalidad por edicaciones de un
solo nivel. Se dice entonces que la ciudad es “achaparrada”, precisamente
porque el constante azote de los terremotos generaba en los habitantes el
temor a construir más de una planta. Cabe destacar también, que los pre-
dios que quedaron vacantes por el sismo fueron utilizados para incorporar
materiales y técnicas constructivas más resistentes, así como otros estilos
arquitectónicos al margen de lo típicamente “colonial” (Lira, 2008).
La introducción del automóvil también generó importantes trans-
formaciones en la forma y función del espacio urbano oaxaqueño. Los
primeros vehículos particulares, taxis y camiones de pasajeros se incor-
poraron al paisaje citadino en los primeros años de la década de 1920.
En el decenio siguiente se amplió el número de automóviles en la ciudad,
y ante este incremento, fue necesaria la construcción de nuevas vías de
circulación (Calderón, 2008). A partir de entonces, la construcción de
avenidas se convirtió en un importante y agresivo agente transformador
del paisaje urbano. Una obra destacable fue la construcción en 1946 de
la carretera Panamericana en el borde norte de la ciudad, lo que requirió
del derribo de una porción del barrio de Xochimilco, fragmentándolo en
50
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
dos. Además, otra pérdida importante para el patrimonio urbano fue el
derribo de un fragmento del antiguo acueducto de la ciudad, el cual inició
su construcción en el siglo XVI y funcionó hasta bien entrado el siglo XX
(Montes y Montes, 2014).
Como en otras ciudades mexicanas, Oaxaca tuvo una expansión ur-
bana y demográca como consecuencia del fenómeno migratorio, lo que
generaría que a partir de la década de 1950 se diera un desbordamiento
de los límites de la ciudad “colonial”, el cual no seguiría la cuadrícula de
la traza urbana del siglo XVI, sino un patrón radial asociado a las vías de
comunicación (Francisco, 1999). Este proceso implicó no solo la con-
solidación de una centralidad funcional y económica, sino el nacimiento
mismo de una .
La territorialización del centro histórico
de Oaxaca: un espacio en disputa
En la primera mitad del siglo XX la ciudad de Oaxaca vivió procesos que
marcaron su sonomía e identidad. La obra pública realizada durante este
periodo dotó a Oaxaca de mayor infraestructura y equipamiento urbano, así
como de un mejor espacio público. Ahora bien, la implementación de una
política pública enfocada especícamente en ejecutar acciones de conser-
vación del patrimonio urbano, con nes político-ideológicos, culturales, así
como económico-turísticos, solo se consolidaría hasta la década de 1970.
La creación de un aparato jurídico de protección patrimonial urba-
no-arquitectónico es la respuesta al proceso de desarrollo de la ciudad
moderna, en tanto que, este proceso implicó muchas veces la destrucción
y sustitución de la ciudad histórica, antigua o tradicional. Ante ello, y
con base en una noción del patrimonio monumental formulada desde el
siglo XIX, a inicios del siglo XX se realizaron los primeros esfuerzos por
proteger áreas que abarcaran más allá de los monumentos puntuales. En
la década de 1930 México diseñó una legislación que se avocó a la pro-
tección no únicamente del patrimonio arqueológico, sino también de los
bienes históricos, artísticos y naturales (Sánchez, 2012). Así, se decretó
en 1934 la Ley sobre Protección y Conservación de Monumentos Arque-
ológicos e Históricos, Poblaciones Típicas y Lugares de Belleza Natural,
la cual planteó la potestad del gobierno federal para intervenir aquellas
zonas de interés público por su importancia para la historia, la cultural y
la identidad nacional
10
(Díaz-Berrio, 1976).
10 Para una revisión más pormenorizada de la evolución de la noción de patrimonio cultural
51
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Sin embargo, el marco constitucional que daba soporte a esta norma-
tividad no era explícito acerca del papel que el estado federal represen-
taría en torno a la posesión y protección del patrimonio cultural. Por tal
motivo, se decretó la adición de la fracción XXV al artículo 73 de la
Constitución Mexicana en 1966, en donde quedaba de maniesto que el
Estado tendría la obligación de proteger el patrimonio cultural, entendido
éste como un bien de interés público y colectivo, por lo cual, la federación
estaría facultada para imponer límites a la propiedad privada (Lombardo,
1997; Sánchez, 2012).
Así, en 1970 se decretó la “Ley Federal del Patrimonio Cultural Na-
cional”, la cual quedaría abrogada en 1972 con la publicación de la “Ley
Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históri-
cos” (Ley de Monumentos). La Ley de 1972 no dene al patrimonio cul-
tural, pero señala las facultades especícas del Estado-nación mexicano
como propietario y protector de guras concretas del mismo. Para ello,
recurre a las categorías de  y , a las que
dene en función de su época de creación: a) de carácter arqueológico
serían todas las obras, muebles e inmuebles, construidas antes de la con-
quista española; b) de carácter histórico sería toda obra realizada entre los
siglos XVI y XIX; y c) monumentos y zonas artísticas, serían las obras
producidas a lo largo del siglo XX (Diputados, 2020).
Oaxaca, al haberse fundado en el siglo XVI, queda bajo la atribución
de la Ley de Monumentos, ya que cuenta con inmuebles históricos civiles
y religiosos de relevancia para la historia de la arquitectura mexicana.
Para la declaración de Zonas de Monumentos Históricos (ZMH), además
de los inmuebles, la Ley considera la ocurrencia de eventos sociopolíticos
ligados a pasajes o personajes clave de la historia nacional. En este tenor,
el 19 de marzo de 1976 el ejecutivo federal publica en el Diario Ocial
de la Federación el decreto por el que se crea la Zona de Monumentos
Históricos de la Ciudad de Oaxaca (DOF, 1976).
Por la poca experiencia en la formulación de documentos técnicos que
sustentaron la creación de la ZMH de Oaxaca, en el decreto se omiten
elementos de relevancia patrimonial, de tal suerte que los consideran-
dos únicamente hacen mención a la ocupación prehispánica del lugar, a
la presencia de José María Morelos y Pavón, así como al hecho de que
Juárez vivió en la ciudad (DOF, 1976). Igualmente, se hace una delim-
en México, la cual no puede ofrecerse en este trabajo, se recomienda la revisión de Long-
hi-Heredia et al. (2023).
52
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
itación del polígono de protección, no obstante, no se indica el área prote-
gida, el número de manzanas, ni se enlistan los monumentos individuales
(Gálvez, 1996).
Se considera que la conformación de un territorio especíco de control
patrimonial por parte del Estado-nación mexicano devino con el decreto
de la ZMH de Oaxaca en 1976, sin embargo, existe todo un conjunto de
antecedentes que lo hicieron posible. En el ámbito de la obra pública, se
podría destacar todo lo realizado a lo largo del siglo XX en materia de
infraestructura urbana, así como proyectos especícos de remozamien-
to de inmuebles y en particular del espacio público. Resaltaría también,
la creación en 1942 de la “Ley sobre Protección de Monumentos Colo-
niales, Artísticos e Históricos y Poblaciones Típicas del Estado”, con la
intención de salvaguardar el carácter “colonial” de la ciudad de Oaxaca
(Lira, 2014, p. 78).
Se observa que varios factores conuyeron en la década de 1970 en el
aanzamiento de la protección legal del centro histórico de Oaxaca. De
cara al crecimiento urbano desordenado, se produjo desde el Estado un
discurso que valorizaba a la “ciudad colonial” y que ensalzaba al paisaje
generado por la traza cuadricular como uno de los símbolos más impor-
tantes de la identidad oaxaqueña. Además, en 1972 se conmemoró el cen-
tenario luctuoso del presidente Juárez, con lo que se remozaron jardines
y los principales inmuebles monumentales. De igual forma, se promov-
fuertemente la consolidación de las estas de julio de la Guelaguetza
(Calderón, 2006).
Este conjunto de acciones de política pública, supuso un proceso de
juridicación de los espacios urbanos protegidos (Melé, 1995), por lo que
se pueden analizar como , en tanto que plasma-
ron sobre la ley y los documentos técnicos, la argumentación acerca de la
potestad del Estado-nación para ejercer su propiedad y control sobre un
área determinada, esto es, la Zona de Monumentos Históricos de Oaxaca
como un territorio concreto sobre el cual un conjunto de sujetos desplega-
ron su proyecto político. El Estado-nación a través del Instituto Nacional
de Antropología e Historia (INAH) se impuso como principal sujeto pat-
rimonial-territorial a los demás sujetos patrimoniales, cuya capacidad de
incidencia y acción en el espacio quedó supeditada (aunque no anulada) a
los dictámenes del instituto.
53
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Por otro lado, la realización de la Convención para la Protección del
Patrimonio Mundial Cultural y Natural de 1972 (la Convención), puede
entenderse como la cima de un proceso que tiende a homologar los crite-
rios de valoración patrimonial a escala planetaria desde el punto de vista
de los preceptos ideológicos y jurídicos occidentales. La importancia de
esta Convención radica no únicamente en que marca las pautas para que
muchos Estados desarrollen sus procesos de patrimonialización a escala
nacional, sino que la principal propuesta de la Convención es la creación
de una , la del “Patrimonio Mun-
dial” que es “común a toda la humanidad”
11
(UNESCO, 1972).
La riqueza patrimonial de la ciudad de Oaxaca en el ámbito arqui-
tectónico (como en el de otras manifestaciones culturales), acumulada a
lo largo de cinco siglos y aunada a los proyectos de revalorización ma-
terial y simbólica del patrimonio urbano de la década de 1970, supuso
las bases para lo que se puede denominar como la 
 de Oaxaca. Se habla de producción, en tanto ejerci-
cio consciente de transformación del espacio guiado por un n especíco,
en este caso, el de la  medi-
ante la construcción de representaciones espaciales correspondientes al
polígono determinado por la ZMH. La producción del centro histórico de
la ciudad de Oaxaca como un espacio global patrimonializado se concretó
a partir de que este polígono (que no toda la ciudad) quedó inscrito en
la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1987 (UNESCO,
2020). (Figura 4).
El marco representacional que esgrimió la UNESCO para justicar la
valoración patrimonial del centro histórico de Oaxaca es muy cercano a
los considerandos que utilizó el ejecutivo federal para decretar la ZMH
en 1976. Se refuerza el valor de antigüedad sobre cualquier otro, y la
argumentación recae en el patrimonio monumental construido en el siglo
XVI, aun cuando la mayoría de monumentos catalogados que se encuen-
tran dentro de la ZMH fueron construidos hacia nales del siglo XIX y
principios del siglo XX. Sin embargo, la importancia de la traza de la
ciudad sí es destacada por la UNESCO, algo que omite el decreto de 1976
(UNESCO, 2020).
11 La aprobación de México como Estado parte de la Convención se efectuó en 1983.
54
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
Figura 4
Zona de Monumentos Históricos de la ciudad de Oaxaca
En cuanto a elementos cuantitativos, hay algunas disparidades en los datos
que manejan la UNESCO y los que ofrecen otros estudios realizados sobre
la ZMH de Oaxaca. El Decreto Presidencial de 1976 no estipula el área
protegida, ni el número de manzanas o de monumentos que abarcan la
poligonal de la ZMH, solamente hace una descripción de la delimitación
del polígono. Por otro lado, en la información que ofrece la UNESCO
(2020) se manejan algunas cifras y únicamente se puede acceder a un doc-
umento de tres páginas que realizó el ICOMOS en 1987, aunque se indica
que la zona protegida es la correspondiente a la delimitada por el decreto.
Gálvez (1996), retomando documentos del INAH, indica también algunas
cifras, pero estas se contraponen con las de la UNESCO y con las que se
recolectaron por cuenta propia mediante el uso de Sistemas de Información
Geográca y a través de la consulta en internet del Catálogo Nacional de
Monumentos Históricos del INAH (Tabla 1).
Los procesos de patrimonialización que conforman territorios bien de-
limitados como son la Zonas de Monumentos Históricos, involucran la
participación de distintos sujetos patrimoniales que, en lo que se puede
denominar como una , buscan la apro-
piación y control de la totalidad o partes del espacio en disputa. Tales
procesos espaciales claramente pueden abordarse desde una perspectiva
que indaga sobre la . Así, en el caso del centro
55
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
histórico de la ciudad de Oaxaca, podría indicarse que el cenit del proce-
so de patrimonialización en tanto producción de un territorio delimitado,
apropiado y controlado por un conjunto de sujetos político-patrimoniales
ocurrió en 1987 con el otorgamiento de la categoría de Patrimonio Mun-
dial.
Tabla 1
Datos técnicos sobre el centro histórico (ZMH) de la ciudad de Oaxaca
Fecha del
decreto o
inscripción
Área Perímetro
Número de
manzanas
Número de
Monumentos
Clasicación de
Monumentos
ZMH
19 de Marzo
1976
No
especíca el
Decreto
No |especíca
el Decreto
No especíca
el Decreto
No especíca el
Decreto
No especíca el
Decreto
Patrimonio
Mundial
11 de Dic-
iembre
1987
375 ha.
No
especíca
Zona A, 172;
y Zona B, 55.
(ICOMOS,
1987)
1200 (ICOMOS,
1987)
No especíca
3.6 km
2
,
según
Gálvez
(1996).
“Único”,
según Gálvez
(1996).
244 según
Gálvez
(1996).
860 según Gálvez
(1996).
“Religiosos y A,
B y C”, según
Gálvez (1996).
2.7 km
2
, o
bien, 270
ha; según
mediciones
propias con
base en SIG.
12 km, según
mediciones
propias con
base en SIG
252 según
mediciones
propias con
base en SIG
932 según el
Catálogo Nacional
de Monumentos
Históricos del
INAH
Monumentos
Históricos;
Conjuntos
Arquitectónicos
y Bienes Inmue-
bles con Valor
Cultural según el
INAH
Fuente: elaboración propia con base en DOF (1976); Gálvez (1996); INAH (2020); UNESCO (2020).
Para apuntalar este proceso, y sobre todo para materializarlo espacialmente,
los principales sujetos que intervinieron fueron: 1) el gobierno federal, a
través del poder que le conere la Ley de Monumentos de 1972 y su brazo
operativo que es el Instituto Nacional de Antropología e Historia; 2) los
gobiernos estatales; y 3) los municipales, los cuales estaban interesados
en atraer recursos que sirvieran para mejorar la infraestructura urbana en
el centro histórico de Oaxaca; que junto con 4) las asociaciones del sector
privado, apuntalaban la promoción turística. También es sumamente de-
stacable el papel que han jugado 5) los organismos internacionales como
la UNESCO, quienes avalaron el proceso de mundialización patrimonial
del centro histórico de la ciudad de Oaxaca (Tabla 2).
56
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
Tabla 2
Sujetos patrimoniales que intervinieron en la producción del centro histórico de la
ciudad de Oaxaca hasta la década de 1980
Sujeto
patrimonial
Escala
de acción
Objetivos Funciones
Organismos
internacio-
nales
UNESCO
ICOMOS
Global
Establecer directrices a
nivel mundial sobre criterios
de denición, selección y
conservación de distintas
manifestaciones del patrimonio
cultural.
La UNESCO, mediante La Convención,
determina qué manifestaciones nacionales
y locales del patrimonio cultural y natural
pueden quedar inscritas en la lista de Patri-
monio Mundial.
De la mano de organismos como el ICO-
MOS, da asesoría técnica a los gobiernos
e instancias que solicitan el armado de
proyectos de patrimonialización de sus
bienes culturales.
Poder Ejecuti-
vo Federal
Nacional
Determinar zonas de protec-
ción patrimonial de propiedad
nacional.
Decretar Zonas de Monumentos Históri-
cos.
Poder Legisla-
tivo Federal
Nacional
Crear el marco normativo y le-
gal que garantice la protección
de guras especícas de pro-
tección del patrimonio cultural
de la nación mexicana.
Aprobación de la Ley Federal sobre
Monumentos y Zonas Arqueológicos,
Artísticos e Históricos, así como de su
reglamento.
Instituto
Nacional de
Antropología
e Historia
Nacional
Estudio, selección, conser-
vación, salvaguardia y difusión
del patrimonio cultural de la
nación mexicana.
Establecer mecanismos que permitan la
realización de proyectos de intervención
y cuidado del patrimonio cultural de la
nación.
Dirección
Nacional de
Monumentos
Históricos del
INAH
Nacional
Conservación, restauración,
protección, catalogación,
investigación y difusión del
patrimonio histórico (siglos
XVI-XIX).
Formulación de proyectos que permitan
la catalogación y rehabilitación de los
monumentos históricos de la nación.
Poder Ejecuti-
vo Estatal
Estatal
Coordinarse con la federación
para el correcto cuidado del pa-
trimonio histórico edicado de
la nación; además de promover
otras guras de protección del
patrimonio cultural.
Establecer canales de comunicación inter-
institucional que sirvan para la ejecución
de proyectos de intervención urbana con
recursos federales y estatales.
Poder Legisla-
tivo Estatal
Estatal
Crear el marco normativo y le-
gal que garantice la protección
de guras especícas de pro-
tección del patrimonio cultural
del estado de Oaxaca.
Aprobación de la Ley de Desarrollo
Cultural para el Estado de Oaxaca.
Poder Ejecuti-
vo Municipal
Local o
municipal
Garantizar mediante coordi-
nación con las autoridades
federales y estatales, la
protección y conservación del
patrimonio histórico edicado
de la nación y de otras man-
ifestaciones del patrimonio
cultural oaxaqueño.
Aterrizar mediante acciones concretas y
continuas, los proyectos de cuidado, con-
servación y rehabilitación del patrimonio
histórico edicado de la nación.
Generar marcos normativos que coadyu-
ven en la legislación nacional y estatal
en materia de protección del patrimonio
histórico edicado
Fuente: elaboración propia con base en diversos autores.
57
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
La conformación de la ZMH de Oaxaca como un territorio delimitado
y apropiado por un conjunto acotado de sujetos, ha sido el resultado de
un proceso en donde se imbrican los intereses político-ideológicos del
Estado-nación, con los de política urbana y económica desplegados por
los gobiernos estatales y municipales. Aunado a ello, el otorgamiento del
título de Patrimonio Mundial en 1987 complejizó estos procesos de apro-
piación, en tanto que el centro histórico de la ciudad de Oaxaca ya no solo
es reclamado como un patrimonio local y nacional que dota de elementos
identitarios a la población oaxaqueña y mexicana. En tanto “patrimonio
de la humanidad”, este espacio global revalorizado es susceptible de ap
 por parte de cualquier .
Las Normas de Quito de 1967 y La Convención de la UNESCO de
1972 sentaron las bases para que los centros históricos con una alta den-
sidad de valores patrimoniales de tipo arquitectónico y urbano, recibieran
una fuerte atención por parte de las autoridades gubernamentales en todas
las escalas. Sin embargo, ya desde esa época se realizaron procesos de
privatización del patrimonio monumental, como en el caso de Oaxaca fue
el otorgamiento para uso comercial del Ex Convento de Santa Catalina al
sector privado en 1977. La cada vez más activa participación de la inicia-
tiva privada y de los “lántropos” y “mecenas”, vendría a inaugurar otra
etapa en la dinámica socioespacial del centro histórico de Oaxaca a partir
de la década de 1990, en donde se condensa de manera más acentuada la
imagen mercantil y la gestión empresarial de este espacio.
El patrimonio cultural oaxaqueño
en el marco de las relaciones de mercado
La producción del centro histórico de Oaxaca como un espacio patrimonial
sujeto a un régimen especíco de conservación y usufructo, da un giro
sustancial en la década de los noventa del siglo pasado. El proceso de pat-
rimonialización previamente analizado se sustentó en el papel protagónico
efectuado por el Estado en sus tres niveles de gobierno, principalmente el
federal. Sin embargo, a partir de la distinción de la UNESCO, comienza un
desplazamiento hacia prácticas de tipo neoliberal de gestión del patrimonio,
en donde actores privados intervienen con mayor intensidad y poder de
acción en las prácticas socioespaciales que dan sustento a la reproducción
y valorización del patrimonio cultural.
58
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
El inicio de esta reconguración se expresa a través del “Proyecto San-
to Domingo” (1994-1998), insignia de un modelo mixto de intervención
en obras de restauración y rehabilitación patrimonial en la ciudad de Oax-
aca. Con base en ello, el objetivo de las distintas administraciones ha sido
que Santo Domingo “se constituya en uno de los grandes centros de atrac-
tivo nacional y mundial”, que genere opciones de desarrollo económico
(Zeller, 1995, p. 21), y que así, se convierta en el “escenario” donde los
turistas y visitantes puedan tomarse , tal como ocurre con la Torre
Eiel en Paris (J. Gómez, ocina de turismo municipal, comunicación
personal, 27 de enero de 2015).
Ante la imposibilidad o reticencia de explorar otras formas de inter-
vención o nanciación, desde nales de la década de los noventa, las
autoridades han permitido que cada vez más monumentos se refuncio-
nalicen con el objetivo de atender la creciente demanda del mercado de
servicios turísticos y culturales (G. Madrid, ex colaborador Casa de la Ci-
udad, comunicación personal, 14 de enero de 2015), por lo que se podría
estar ante la presencia de un neoliberalismo , debido a que un
Estado adelgazado y carente de recursos económicos se ha alejado de una
labor activa en la restauración y conservación patrimonial.
Las consecuencias de esto tiene importantes claroscuros. Por un lado,
individuos y empresas han rehabilitado inmuebles históricos a costa de
su refuncionalización, lo que ha implicado cambios en los usos del suelo,
así como pérdida de funciones de centralidad en algunos sectores de la
ZMH. Aunado a ello, sujetos de gran poder económico y simbólico se han
posicionado en la geopolítica del patrimonio, a través de la apropiación de
inmuebles monumentales, los cuales han rehabilitado y destinado a usos
culturales, como es el caso de la Fundación Alfredo Harp Helú-Oaxaca
(FAHHO).
Otro sujeto patrimonial, cuya labor fue determinante en la vida pública
oaxaqueña, así como en la promoción y defensa del patrimonio cultural
en el centro histórico de Oaxaca, fue el artista y gestor cultural Francisco
Toledo, quien en 1988 dona una de sus casas para albergar al Instituto de
Artes Grácas de Oaxaca (A. Orihuela, ex director IAGO, comunicación
personal, 27 de enero de 2015). Toledo también fue el responsable de
la creación del Centro Fotográco Manuel Álvarez Bravo, así como del
Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, recintos que se ubican en el
centro histórico (Garnica, 2015).
59
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
La sinergia exitosa que se desarrolló en el Proyecto de Santo Domingo
se desvaneció terminado el mismo. En gobiernos posteriores se desar-
rollaron algunas iniciativas, pero ninguna ha tenido tal impacto, por el
contrario, han sido fuertemente impugnadas por la opinión pública oax-
aqueña. Un proyecto particularmente problemático fue el de la remodel-
ación del Zócalo y de la Alameda de León en 2005, bajo la administración
de Ulises Ruiz. Este proyecto, además de oneroso, se amparó en el discur-
so del “rescate” del Zócalo, realizando “podas técnicas” con el objetivo
de que la plaza se pudiera observar de extremo a extremo, lo que muchos
criticaron como una estrategia higienista de vigilancia y control, más allá
de los supuestos nes paisajísticos (Arellanes, 2007).
La última gran obra de intervención del espacio público en el centro
histórico de Oaxaca se desarrolló entre 2014 y 2015. El proyecto implicó
la transformación de la calle García Vigil en un corredor semipeatonal
que conectó el barrio de Xochimilco (en el norte del centro histórico) con
el atrio de la catedral y la Alameda de León, contiguas al Zócalo (Figura
5). La obra en su conjunto se desarrolló a lo largo de nueve calles e im-
plicó una erogación de alrededor de ochenta millones de pesos, la mayor
parte, provenientes de presupuesto federal (V. Arredondo, Dirección Cen-
tro Histórico, comunicación personal, 20 de enero de 2015).
Figura 5
Proyecto de intervención en la calle García Vigil
Fuente: trabajo de campo, enero 2015.
60
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
Es importante resaltar que este tipo de proyectos, al igual que otros menores
desarrollados en el barrio de Jalatlaco por aquella época, más que suponer
una intervención que mejorara el propio estado de conservación de los
monumentos históricos, ha reforzado la dinámica turística en una zona
que ya estaba altamente especializada en comercios y servicios enfocados
hacia esta actividad, lo que demuestra que el objetivo de las autoridades
es y ha sido desde hace varias décadas explotar al máximo la “vocación
turística” de Oaxaca (Ávila, 2017).
La intervención del espacio público y los bienes comunes patrimonia-
les por parte del Estado es la forma más visible y a su vez legitimada de
valorización material y simbólica del entorno construido, sin embargo
no es la única, ya que existen otro tipo de intervenciones que son lleva-
das a cabo por sujetos patrimoniales cuya escala de acción es variable en
función de las relaciones de propiedad existentes, así como de los usos
que se les da a los inmuebles revalorizados. En el caso del centro histórico
de Oaxaca, son los propietarios particulares quienes desarrollan acciones
que valorizan materialmente sus inmuebles, sea estos utilizados como
vivienda, o bien se les aproveche mediante alguna actividad mercantil
(Figuras 6 y 7).
Figura 6
Proceso de rehabilitación de inmueble patrimonial
Fuente: trabajo de campo 2019.
61
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Figura 7
Nueva construcción en un contexto patrimonial
Fuente: trabajo de campo 2019.
La Ley de Monumentos (Diputados, 2020), así como en el Reglamento Gen-
eral de Aplicación del Plan Parcial de Conservación del Centro Histórico
de la ciudad de Oaxaca (Ayuntamiento, 2003), señalan que propietarios de
inmuebles dentro de la ZMH deben apegarse a estrictos lineamientos para
realizar cualquier obra constructiva. El principal escollo radica en que la
adecuada conservación a un edicio histórico implica un elevado gasto de
recursos, por lo que muchos propietarios han optado por la sustitución de
materiales y de estilos constructivos, lo que en última instancia implica un
proceso de , 
la propiedad (Figura 8).
Otra situación problemática, que se ha acentuado en años recientes, es
la aparición de “terrazas” comerciales (Figura 9). Estas intervenciones
deterioran la estructura de los inmuebles, además de que alteran el paisaje
del centro histórico de Oaxaca, aun cuando existe una fuerte presión por
parte del sector turístico para que se permita la instalación de terrazas, ya
que estas son del gusto de los turistas. Hasta mayo de 2021 se habían con-
tabilizado cerca de trescientas terrazas de diversos tipos y dimensiones, lo
que además ha generado conictos entre propietarios por el ruido que se
genera en estos espacios, o incluso por la invasión que personas en estado
62
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
de ebriedad hacen de las azoteas contiguas a las terrazas-bar (R. Pacheco,
INAH-Oaxaca, comunicación personal, 21 de mayo 2021).
Figura 8
Sustitución de materiales constructivos debido a los costes de mantenimiento
Fuente: trabajo de campo 2019.
Figura 9
Terrazas comerciales en zona turística del centro histórico de Oaxaca
Fuente: trabajo de campo 2019.
63
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
La apertura masiva de terrazas supondría la desvalorización simbólica del
patrimonio en tanto que el valor histórico, estético, arquitectónico y cultural
es subsumido por la lógica de la acumulación mercantil, en donde la relación
con el patrimonio queda condicionada por los procesos de consumo. Tal
es la fuerza que ha cobrado este proceso, que en junio de 2021 el cabildo
aprobó un nuevo reglamento que legaliza y “regula” la construcción de
terrazas en el centro histórico de la ciudad de Oaxaca (Mejía, 2021). Vale
la pena destacar que desde que se concluyó la última gran obra pública en
2015, la labor del Estado como sujeto patrimonial se ha reducido bastante.
Con excepción de la intervención de inmuebles monumentales como son
los templos religiosos, dañados a raíz de los sismos de 2017, las autoridades
se encargan de asesorar y supervisar que las obras particulares se reali-
cen conforme a la norma, sin embargo esto es sumamente problemático,
tanto por la carencia de recursos humanos, ya que el INAH únicamente
cuenta con cinco arquitectos para todo el estado de Oaxaca (R. Pacheco,
INAH-Oaxaca, comunicación personal, 21 de mayo de 2021), como por el
dinamismo constructivo en que actualmente se encuentra el centro histórico
propiciado por las actividades turísticas, culturales, comerciales, así como
por la especulación inmobiliaria.
Como resultado de estas situaciones, se considera que en el centro
histórico de Oaxaca ocurre una apropiación diferencial, jerarquizada y
exclusionaria del espacio, así como del conjunto de las manifestaciones
del patrimonio cultural. Desde las representaciones dominantes, se mane-
jan discursos que en apariencia son inclusivos y que invitan a la apropia-
ción del espacio y del patrimonio a todo tipo personas, por lo que dirigen
su narrativa un sujeto impersonal (Figura 10). Sin embargo, la valori-
zación material y simbólica resultado de procesos de rehabilitación y re-
funcionalización del patrimonio arquitectónico, al generar un incremento
de precios y atraer a consumidores de mayores recursos, ocasiona que
sectores importantes de la población local no se sientan identicados ni
puedan acceder a estos espacios.
Lo anterior coadyuva a la perpetuación y reproducción de relaciones
jerárquicas y de dominación en el conjunto de la sociedad oaxaqueña,
donde turistas, nuevos residentes, y en general la población blanca y
mestiza se sitúan en una posición de superioridad económica y simbóli-
ca frente a la población de matriz indígena perteneciente a los sectores
populares. En esta estructura desigual, el  asociado, y en
muchos casos plenamente interiorizado por distintos sujetos, supone que
la persona blanca debe ser atendida por la persona indígena (A. Sando-
64
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
val, comunicación personal, 16 de mayo de 2021). Un ejemplo diáfano
de esta mirada colonial se dio con un promocional de la celebración de
la Guelaguetza en 2014, que incluso fue catalogado de racista (Briseño,
2014), ya que mostraba de manera marcada el servilismo asociado a la
población indígena con relación a los visitantes y personas de tez clara
(Figura 11).
Figura 10
Promocional turístico
Fuente: https://bit.ly/38Wk3g0
65
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Figura 11
Promocional de la Guelaguetza 2014
Fuente: https://bit.ly/3KNVu2Z
En este sentido, la mercantilización de amplias formas del patrimonio en
el centro histórico de Oaxaca, reproduce y se sustenta en procesos de “ap-
ropiación cultural indebida” de los espacios, saberes, prácticas, símbolos
y referentes identitarios de la cultura popular oaxaqueña, cuya matriz es
predominantemente indígena (Aguilar, 2020). El sector privado, en su
mayoría, al operar bajo una lógica colonial y capitalista, ignora aquellos
66
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
elementos indígenas que no le son rentables, mientras que se apropia de
los que puede posicionar en el mercado y obtener un benecio de ello.
La , o el proceso mediante el cual “lo tradicional
se ha vuelto (E. Gijón, comunicación personal, 18 de enero de
2015), es comandado por una oaxaqueña identicada como
la clase “intelectual y creativa” por excelencia, constituida sobre todo por
una élite (oriunda y avecindada) que se apropia indebidamente de la cul-
tura, esto es, la , la eleva al carácter de mercancía, y mediante
actos performáticos de carácter , acrecienta su capital cultural
y económico.
Este tipo de prácticas, desarrolladas casi siempre en algún recinto cul-
tural o comercial de relevancia, dispone el templete y la voz para esta élite
cuyo discurso nunca problematiza las condiciones de desigualdad en que
viven las comunidades indígenas de la ciudad y del estado. Lo importante
siempre es el “rescate” de la cultura, de la lengua de los pueblos, de sus
artesanías, de su mezcal (como si estuvieran en peligro y necesitaran ser
rescatados por el que viene de fuera), pero nunca se les reconoce como
sujetos políticos con capacidad de autodeterminación y derecho a la disi-
dencia política y cultural.
La dinámica inmobiliaria asociada tanto a refuncionalizaciones como
a la construcción de nuevos inmuebles, se engarza en esta lógica de mer-
cantilización de la cultura. Estas acciones buscan la acumulación de cap-
ital mediante la apertura de hoteles boutique con temática “tradicional”
o “colonial”; restaurantes de alta cocina donde se “fusiona” la amplia
gastronomía local con el toque de “autor”; mezcalerías que ofrecen esta
bebida a precios inaccesibles para la población local; galerías de arte que
únicamente son visitadas por turistas que pueden pagar miles de pesos
por una obra de “estilo oaxaqueño”; así como tiendas de diseño textil que
expropian los saberes tradicionales, modican ligeramente las prendas y
las ofrecen como obras de “autor” (Figuras 12 y 13).
67
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Figura 12
Elitización del patrimonio textil
Fuente: https://bit.ly/3kgrL75
Figura 13
Inmueble patrimonial convertido en hotel-boutique
Fuente: trabajo de campo 2019.
68
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
Otra manifestación reciente de esta dinámica, muy evidente en el paisaje,
es la que reere a la popularización del centro histórico de Oaxaca como
destino turístico para el segmento de bodas. La particularidad de este
fenómeno, no solo supone la majestuosidad de casarse en el templo de
Santo Domingo, donde se cobra una cuota de hasta nueve mil pesos (Cruz,
2019), sino lo que López (2022) también identica como un acto de apro-
piación cultural indebida de la religiosidad de los pueblos originarios de
los valles centrales de Oaxaca. En este tipo de eventos se promueve como
una escenicación de lo que sería una “típica boda oaxaqueña”, donde se
realizan “calendas” (recorridos con música, cuetes, bailables y mezcal) por
las principales calles del centro histórico (Figuras 14 y 15).
Si bien es posible constatar la existencia de múltiples formas de repre-
sentar y vivir el espacio en el centro histórico de Oaxaca, se considera que
hay un proyecto especíco de carácter dominante que subsume y controla
a los demás proyectos. Así, los intereses de la iniciativa privada, apoyados
por la acción gubernamental, han generado un conjunto de transforma-
ciones en el paisaje mediante la promoción de cambios en el uso de suelo
en aras de la mercantilización de las diversas manifestaciones del patri-
monio cultural oaxaqueño.
Figura 14
Calenda de una boda al “estilo oaxaqueño”
Fuente: trabajo de campo 2019.
69
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Figura 15
Calenda de una boda al “estilo oaxaqueño”
Fuente: trabajo de campo 2019.
En un contexto donde la ciudad de Oaxaca “está de moda”, habría
que resaltar también, la intensicación de procesos de turisticación y
despoblamiento de su centro histórico. Esta situación supone una grave
problemática, ya que esta última fase de dominio mercantil del proceso
de patrimonialización, deteriora la base social que permite el adecuado
reconocimiento, apropiación y reproducción por parte de la sociedad oax-
aqueña de su propio patrimonio cultural. Frente a estos retos, tanto al sec-
tor académico como a las autoridades de los distintos niveles de gobierno,
se les presenta el reto de analizar críticamente y con más amplitud estas
problemáticas, para ofrecer de manera conjunta posibles caminos para su
atención y resolución.
Consideraciones nales
A lo largo de este trabajo se ha buscado hilvanar un conjunto de argumentos
teórico-metodológicos y empíricos que den cuenta del traslape entre las
distintas dimensiones que constituyen a la realidad social. En particular,
se ha hecho un énfasis en analizar el despliegue espacial de la dimensión
cultural a través de la categoría de centro histórico, entendida esta, como
70
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
la concreción territorial de una forma particular del patrimonio cultural. En
este sentido, las categorías de espacio y territorio fueron de utilidad para
problematizar a los procesos de patrimonialización como la ejecución de
un proyecto político encabezado por el Estado.
Asimismo, en el tenor de lo antes señalado y en el marco de la promo-
ción de los estudios interdisciplinarios, se considera que “centro históri-
co”, se convierte en una categoría de análisis que requiere de una estrecha
vinculación entre diversas posiciones teóricas y metodológicas, toda vez
que este tipo de espacios condensan una de las mayores cargas de his-
toricidad, simbolismo y funciones urbanas. Esta condición los convierte
en espacio de convergencia de la totalidad de actores que producen al
espacio urbano, por lo que propician el encuentro y la reproducción de la
diferencia social. En su seno, es posible la manifestación de la disidencia
y la festividad, por lo que son a su vez el sustrato idóneo para la apropia-
ción y reproducción de la cultura en toda su amplitud.
En el caso especíco del centro histórico de la ciudad de Oaxaca, se
reconstruyó la historia de sus hitos urbano-patrimoniales en función de
una mirada presente que valoriza de una forma particular y subjetiva al
pasado, por lo que se destacaron aquellos elementos del paisaje que ac-
tualmente son más apreciados. Las rugosidades del espacio, acumuladas
a lo largo de siglos, muestran la permanencia que puede lograr el trabajo
pretérito, una permanencia que aún actúa, por lo que se puede señalar que
la traza urbana, el patrimonio monumental, la conguración del espacio
público, y en general, el conjunto del paisaje oaxaqueño, es un agente ac-
tivo en los procesos sociales contemporáneos que hacen que este espacio
sea altamente valorado y visitado.
La patrimonialización del centro histórico de Oaxaca ha mostrado ser
un proceso diferencial en tiempo y espacio, consolidándose hacia nes de
la década de 1970 un modelo impulsado por el Estado bajo una concep-
ción del espacio que identica a los centros históricos como depositarios
de elementos arquitectónicos y urbano-patrimoniales constituyentes de
la identidad nacional. Con la adjudicación de la categoría de Patrimonio
Mundial, hacia nes de la década de 1980, se sentaron las bases para que
el Estado se retirara como el principal impulsor del proceso de patrimo-
nialización, por lo que se generaron las condiciones para que se desarrol-
laran prácticas mercantilistas en cuanto a la conceptualización y aprove-
chamiento del patrimonio en el centro histórico de Oaxaca.
71
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Al conectar con la hipótesis de trabajo que se planteó al inicio de este
documento, la cual indica que de manera general, la producción de los
centros históricos se desarrolla con base en los cánones de gestión del
espacio urbano de corte neoliberal, se puede enfatizar que, actualmente,
ante un proceso dominado por la lógica de la acumulación de capital,
más que por prácticas de promoción, conservación y salvaguarda de las
distintas manifestaciones del patrimonio cultural oaxaqueño, se considera
oportuno profundizar en este tipo de análisis críticos, con el objetivo de
identicar posibles líneas de investigación que se centren en la atención
de estas problemáticas, en particular, aquellas que reeren a la contra-
dicción que se da entre la mercantilización del patrimonio cultural y la
erosión de su base social.
En este sentido, este trabajo sirvió para evidenciar que en la actualidad
se desarrollan prácticas de apropiación indebida del patrimonio cultural
en el centro histórico de Oaxaca, por lo que, desde una perspectiva crítica
a estos procesos, se estima ineludible la creación de políticas públicas
de carácter multidimensional que posibiliten la ocurrencia de prácticas
horizontales y democráticas en cuanto al uso y apropiación del espacio y
del patrimonio cultural se reere. Ante los cambios en los usos de suelo,
la refuncionalización de inmuebles y la pérdida de población residente,
es necesaria la creación de una política de vivienda en centros históricos
con un diseño en el que intervengan los tres niveles de gobierno y que
garantice la permanencia de los habitantes locales.
Finalmente, frente a la pregunta planteada referente a ¿de qué manera
se puede recuperar desde una perspectiva crítica, la  de 
 como una herramienta analítica propia de las ciencias sociales
que rebase el ámbito de la conservación y restauración arquitectónica,
para dar cuenta de la complejidad de procesos que constituyen a este tipo
de espacios?, se indicaría que es posible analizar y proyectar a los cen-
tros históricos como espacios plurales y al alcance de todos, en donde la
dinámica cultural y la conservación del patrimonio se vean fortalecidas,
para lo cual se requiere de la creación de mecanismos de control al mod-
elo dominante bajo el cual son producidos estos espacios. Lo anterior no
implica la negación, sino el establecimiento de límites a la propiedad y
a la dinámica mercantil, lo cual posibilitaría que los centros históricos
puedan ser espacios producidos de manera más democrática y participa-
tiva, y no corran el riesgo de convertirse en meras escenografías para la
actividad turística.
72
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
Referencias
Aguilar, Y. (6 de junio de 2020). ¿Un homenaje a nuestras raíces? La
apropiación cultural indebida en México. . https://
bit.ly/3xJn1io
Aragón, M. (2006). Paseo Juárez, El llano.
, , 4-17.
Arellanes, A. (2007). Zócalo destruido, pueblo enfurecido. Cuadernos del
Sur, , 139-148.
Ávila, N. (2017). Turismo y procesos socioespaciales asociados. La mu-
seicación del centro histórico de Oaxaca. , ,
37-40. https://goo.su/NHmmQTQ
Ayuntamiento. (2003). 

. https://bit.ly/3oTuaIo
Ballart, J. y Juan i Tresserras, J. (2008). .
Ariel.
Barbosa, M. (2001). 
. Ducere.
Barrera, T. (1997). Daños que causó en la ciudad de Oaxaca el temblor
del 14 de enero de 1931.    
, (3-4), 49-51.
Bonl, G. (1997). Nuestro patrimonio cultural: un laberinto de signica-
dos. En E. Florescano (Ed.). 
(Vol. I, pp. 28-56). Fondo de Cultura Económica.
Briseño, P. (9 de junio de 2014). Piden retiro de promocional de la
Guelaguetza 2014 por discriminación. . https://bit.
ly/3rm40yk
Calderón, D. (2006). Un recorrido por la historia del Zócalo de Oaxaca
(3ra. parte). 
, , 4-17.
Calderón, D. (2008). La irrupción del automóvil en la ciudad de Oaxa-
ca.
, , 13-26.
Carrión, F. (2010). 
. Ministerio
de Cultura del Ecuador.
73
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Chance, J. (1978). . Instituto Nacio-
nal Indigenista.
Choay, F. (2007). . Gustavo Gili.
Coulomb, R. y Vega E. (2016). Los sujetos patrimoniales del centro
histórico: de valoración identitaria a la valoración mercantil.
Una exploración inicial desde la ciudad de México. En F. Car-
rión y J. Erazo (Eds.) 
    (pp. 397-414). PUEC-UNAM.
https://doi.org/10.2307/j.ctvt6rm0z.22
Cruz, S. (21 de abril de 2019). Bendición sacerdotal tiene un alto costo en
Oaxaca. . https://bit.ly/3F6fXxS
Delgadillo, V. (2015). Patrimonio urbano, turismo y gentricación. En V.
Delgadillo, V., Díaz, I. y Salinas, L. (Eds.) 
 (pp. 113-
132). Instituto de Geografía-UNAM. https://shorturl.at/ejxK9
Díaz-Berrio, S. (1976). 
mentos. Secretaría de Educación Pública.
Diputados. (2020). 
. . Cámara de Diputados, Hon-
orable Congreso de la Unión. http://www.diputados.gob.mx/
LeyesBiblio/index.htm
DOF. (19 de marzo de1976).     , tomo
CCCXXXV, Núm. 15.
Echeverría, B. (2010).     . Fondo de Cultura
Económica.
Francisco, J. (1999). Tres momentos en la expansión de la ciudad de Oax-
aca en el siglo XX. , ,
55-79.
Gálvez, L. (1996).       
 [Tesis de Maestría en Arquitectura UNAM].
García-Canclini, N. (1997). El patrimonio cultural de México y la con-
strucción imaginaria de lo nacional. En E. Florescano (Ed.). El
(Vol. I, pp. 57-86). Fondo de
Cultura Económica.
Garnica, D. (1 de agosto de 2015). Francisco Toledo: el mono, el pulpo y
el chapulín. . https://bit.ly/39JYQCL
74
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
Guber, R. (2001). . Grupo
Editorial Norma.
Hardoy, E. y Gutman, M. (1992) 
      .
Mapfre.
Hiernaux, D. (2006). Los centros históricos: ¿espacios posmodernos? (De
choques de imaginarios y otros conictos). En A. Lindón, M.
A. Aguilar y D. Hiernaux (Coords.). 
 (pp. 27-42). Anthropos.
Hiernaux, D. y González-Gómez, C. I. (2014). Gentricación, simbólica
y poder en los centros históricos: Querétaro, México. 
  ,
18. https://shorturl.at/hwEI8
ICOMOS. (1987).       
. https://shorturl.
at/gwHU0
Lee-Alardín, G. (2016). Sobre el concepto de patrimonio urbano. Estu
   , , 100-
119. https://shorturl.at/zZ237
Lefebvre, H. (1976). . Kairos.
Lefebvre, H. (2013). . Capitán Swing.
Lira, C. (2008). 
. Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzal-
co.
Lira, C. (2014). El discurso patrimonial: una coartada para frenar el desar-
rollo de la Ciudad de Oaxaca. Urbano,  (29), 72-87. https://
goo.su/YbwVCu
León, E. (2011). Territorialidad campesina y contrarreforma agraria neo-
liberal en México. En G. Calderón y E. León (coords.). 


(pp. 179-208). Ítaca.
Lombardo, S. (1997). El patrimonio arquitectónico y urbano (de 1521
a 1900). En E. Florescano (Ed.).    
(Vol. II, pp. 198-240). Fondo de Cultura Económica.
75
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Longhi-Heredia, S., Magaña, I. y Amaya C. (2023). Evolución, usos y
abusos de la noción “patrimonio cultural” en México. Estudios
sobre las Culturas Contemporáneas,  (57), 101-129. https://
shorturl.at/cDG06
López, C. (14 de enero de 2022). Denuncian apropiación cultural en
paquetes de bodas en Oaxaca. . https://bit.ly/
3jYXyJC
Lleida-Alberch, M. (2010). El patrimonio arquitectónico. Una fuente para
la enseñanza de la Historia y las Ciencias Sociales. 
, (9), 41-50. https://shorturl.at/fnP27
Machuca, J. A. (2022). El patrimonio cultural inmaterial: Las característi-
cas de un paradigma cultural emergente. 
, 6 (12), 120-136. https://shorturl.
at/jGPR6
Martínez, H. (2007). Arquitectura e historia de la ciudad de Oaxaca a
nes del porriato. Humanidades, (5), 9-54.
Martínez, H. y Ruíz, F. (2007). La ciudad de Oaxaca. De la independen-
cia a los inicios del periodo revolucionario. En S. Van Does-
burg (Coord.). Oaxaca (Vol. II, pp.
8-93). H. Ayuntamiento de Oaxaca-Fundación Alfredo Harp
Helú.
Melé, P. (1995). La construcción jurídica de los centros históricos: pa-
trimonio y políticas urbanas en México. 
  (1), 183-206. https://doi.org/10.2307/3540959
Melé, P. (2006). . México: Centro
de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología So-
cial.
Mejía, L. (2 de junio de 2021). Uso de terrazas en Oaxaca deberá ceñirse
a la normativa. . https://bit.ly/3CM6Jps
Montes, O. y Montes, N. (2014). La mayordomía en un barrio de la ci-
udad de Oaxaca. ,  (52), 85-108. https://goo.
su/m5UDCs
Mullen, R. (1992). . Tule-Codex
Editores.
76
Volumen 1, Número 2, julio - diciembre 2024, pp. 37 - 78
Espacio, territorio y cultura: la patrimonialización del centro histórico de Oaxaca
Navarrete, D. (2019). Nuevas desigualdades urbanas: la apropiación
global del patrimonio en los centros históricos mexicanos. An
,  (39), 77-99. https://
doi.org/10.29092/uacm.v16i39.675
OEA, (1967). . 
. Orga-
nización de Estados Americanos. Consultado el 6 de julio de
2018 en: https://bit.ly/2SXDU4u
Ortiz, J. (2012). La casa sede del Instituto de Investigaciones Estéticas
en la ciudad de Oaxaca.     
,  (100), 207-230. https://doi.org/10.22201/
iie.18703062e.2012.100.2331
Prats, L. (2004) . Ariel.
Romero, M. (2011). . Fondo de Cultura Económi-
ca.
Sack, R. (1991). El signicado de la territorialidad. En P. Pérez (Comp.).

(pp. 194-204). Instituto Mora-UAM.
Sánchez, F. (2007). Comentarios acerca de la fundación de la Villa de
Antequera del Valle de Guaxaca.
, , 8-19.
Sánchez, L. (2012). Legislación mexicana de patrimonio cultural. Cuad
, , 57-74. https://goo.su/KTvzNK
Santos, M. (1990). . Espasa Calpe.
Santos, M. (2000). . Ariel.
Sepúlveda, S. (2017). Estado del arte sobre centros históricos en ciudades
mexicanas. En A. Pineda y M. Velasco (coords.). 

(Vol. I, pp. 133-168). PUEC-UNAM. https://shorturl.at/aT467
Trujillo, P. (2021). Centros históricos en México, patrimonialización
global y turisticación.    
, (7), 28-43. https://
doi.org/10.26512/patryter.v4i7.29436
UNESCO. (1972). 
  . https://whc.UNESCO.org/archive/conven-
tion-es.pdf
77
José Omar Peral Garibay
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
UNESCO. (2011).        
. https://whc.une-
sco.org/document/128593
UNESCO. (2020). 
. https://whc.UNESCO.org/en/list/415/
Van Doesburg, S. (2007). La fundación de Oaxaca. Antecedentes y con-
texto del título de ciudad de 1532. En S. Van Doesburg (Co-
ord.).      Oaxaca (pp. 33-101). H.
Ayuntamiento de Oaxaca-Fundación Alfredo Harp Helú.
Zeller, L. (1995). 
pa. Secretaría de Desarrollo Turístico del Estado de Oaxaca.
78