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Yessica Elena Vázquez-Martínez et al. Aia. 2024. 28: 87-105
iSSN-L 2683 1716
Avances en Investigación Agropecuaria 2024. 28: 87-105
ISSN- L 2683 1716
https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/
http://doi.org/10.53897/RevAIA.24.28.08
Observación visual de rumiantes mediante
el método de categorías de bocados para
estimar su consumo voluntario bajo pastoreo de
agostaderosϮ
Visual Observation of Ruminants through the Bite Categories
Method to Estimate their Voluntary Consumption under
Rangelands/Shrublands
Yessica Elena Vázquez-Martínez1 https://orcid.org/0009-0005-2198-1033
Cecilia Carmela Zapata-Campos1 https://orcid.org/0000-0003-4322-8438
Raúl Ávila-Cervantes2 https://orcid.org/0000-0002-6444-0342
Juan Felipe de Jesús Torres-Acosta2 https://orcid.org/0000-0003-3724-3391
Carlos Alfredo Sandoval-Castro2 https://orcid.org/0000-0003-2778-8240
Pedro Geraldo González-Pech2* https://orcid.org/0000-0001-7916-1832
1Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia “Dr. Norberto Treviño Zapata”, Universidad Autónoma
de Tamaulipas, Ciudad Victoria, Tamaulipas, México.
2Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Autónoma de Yucatán, Km 15.5 Carretera
Mérida-Xmatkuil CP 97290, Mérida, Yucatán, México.
*Autor por correspondencia: pedro.gonzalez@correo.uady.mx
ϮTrabajo de revisión
Recibido: 14 de febrero de 2024
Aceptado: 31 de marzo de 2024
Publicado: 06 de mayo de 2024
Resumen
Objetivo. Exponer el método de observación
visual de categorías de bocados para estimar el
consumo de rumiantes en agostaderos, su com-
plejidad, fortalezas y limitantes. Materiales y
métodos. La revisión se focalizó en los trabajos
que mejoraron el método (validación, aumento
Abstract
Objective. To present the method of visual ob-
servation of bite categories to estimate the con-
sumption of ruminants in grassland/shrublands,
its complexity, strengths, and limitations. Ma-
terial and methods. The review focused on
work that improved method (validation, increase
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Introducción
Un animal bien alimentado tendrá mayor oportunidad de expresar su potencial genético,
con niveles de producción de carne o leche acordes a su genotipo, manteniendo al mismo
tiempo un sistema inmune capaz de defenderse de las enfermedades, todo ello se reflejará
en un buen nivel de bienestar animal. Por ello es crucial en todas las especies animales
determinar la cantidad de alimentos que consume al día, conocido como consumo volun-
tario (expresado en gramos de materia seca) así como su calidad. Ello puede ser fácil si
en la precisión de la estimación, repetibilidad y
fiabilidad) y en la identificación de las fortalezas
y limitantes del método, se presentan ejemplos
de su uso en etología, nutrición y parasitología.
Resultados. El método consiste en un conjun-
to de técnicas que integran elementos de etolo-
gía, botánica, nutrición y estadística, resultando
en una estimación confiable y detallada de la
cantidad y calidad de follaje ingerido por los
rumiantes. La validación fue efectuada por di-
versos autores en estudios que abarcan desde los
marcadores de óxido de cromo hasta el uso de
animales fistulados. El método de observación
de bocados evolucionó a lo largo de los años in-
corporando mejoras como el refinamiento de las
categorías de bocados según el tamaño y forma
de las partes de las plantas consumidas (tablas
de categorías de bocados), y el uso de protocolos
de habituación en los animales a observar para
evitar influenciar la conducta de ingestión de
los animales bajo estudio. Conclusión. Es un
método de bajo costo, respetuoso del bienestar
animal, no interfiere con la conducta habitual, la
estimación entre observadores tiene buena repeti-
bilidad y exactitud, la estimación es cuantitativa
y detallada. Sin embargo, su implementación es
laboriosa, requiere conocimientos de etología,
botánica y entrenamiento en la identificación de
las categorías de bocados. Puede considerarse
un método vigente, aplicable si se dispone del
recurso humano capacitado.
Palabras clave
Consumo, cabras, ovejas, bovinos, agostaderos,
vegetación nativa.
in estimation accuracy, repeatability, and relia-
bility), identify the strengths and limitations of
the method and present examples of its use in
ethology, nutrition, and parasitology. Results.
The method is a set of techniques that integra-
tes elements of ethology, botany, nutrition, and
statistics allowing a reliable and detailed esti-
mation of the quantity and quality ingested by
ruminants. The validation was carried out by
various authors on studies supported by the ca-
libration of external markers (chromium oxide),
but also with the use of canulated animals. Over
the years the method has evolved with impro-
vements like the refinement of bite categories
description according to the size and shape of
the parts of the plants consumed (grid of bite
categories). Also, with the use of protocols for
habituation in the animals to be observed to
avoid influencing the feeding behavior of the
animals under study. Conclusion. It is a low-
cost method, respectful of animal welfare, does
not interfere with usual behavior of animals, the
estimation between observers has good repeata-
bility and accuracy, the estimation is quantita-
tive and detailed. However, its implementation
is laborious, requiring knowledge on ethology,
botany, and training in the identification of the
bite categories. It can be considered a current
method, applicable if trained human resources
are available.
Keywords
Intake, goats, sheep, cattle, rangelands, native
vegetation, rangelands
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son alimentados en comedero ya que la diferencia entre la cantidad ofrecida y rechazada
representa el consumo voluntario.
El mismo enfoque se aplica cuando son alimentados en praderas de gramíneas
homogéneas (una o algunas pocas especies); es decir, una sola especie de pasto. Por
ejemplo, midiendo la altura del pasto antes y después del pastoreo es posible estimar
cuánto consumieron los animales en una determinada superficie (Linehan et al., 1947;
T’Mannetje, 1978).
Sin embargo, estimar la cantidad de forraje que ingieren los rumiantes en praderas
con muchas especies de plantas es más complicado. Esto debido a la diversidad de forma
de vida (árboles, arbustivas de hoja bipinada con o sin espinas o de hoja redondeada,
enredaderas, pastos y herbáceas), las cuales crecen y rebrotan a ritmos diferentes a lo
largo de las épocas del año. Además, tales plantas pueden estar distribuidas de una
manera no uniforme en el área de pastoreo. Adicionalmente, el animal puede elegir con
base en su experiencia, es el animal mismo quien decide cuáles plantas, cuánto de esas
plantas y qué parte de las mismas consumir. En tales condiciones el método más pertinente
para estimar el consumo puede ser la observación directa de las categorías de bocados
consumidos (Agreil y Meuret, 2004; Bonnet et al., 2015). Por lo que, identificar qué
cantidad y calidad come el animal durante el pastoreo de vegetación heterogénea permitirá
por supuesto estimar el nivel de producción (carne/leche) que sería posible obtener, e
incluso puede ayudar a diseñar el suplemento dietético correcto en caso de ser necesario.
Como método de investigación la observación visual de categorías de bocados para
estimar el consumo voluntario puede usarse tanto para la ciencia básica como para la
ciencia aplicada en áreas tan diversas como la etología (González-Pech et al., 2021),
nutrición (Ventura-Cordero et al., 2019) o parasitología (Jaimez-Rodríguez et al., 2019).
Motivo por el cual, el objetivo del presente trabajo es exponer el método de observación
visual de categorías de bocados para estimar el consumo de rumiantes en agostaderos, su
complejidad, fortalezas y limitantes.
Desde sus inicios en los años 1960-1970, con estudios en ganado bovino en
agostaderos (Reppert, 1960) y ciervos mulos en una cuenca hidrográfica (Neff, 1974)
hasta el estudio de la selección de la dieta del serau japonés (Takada, 2024) una cantidad
considerable de investigaciones utilizan esta metodología, por lo que es importante revisar
las fortalezas y limitantes que aporta en la investigación sobre alimentación de rumiantes
en agostaderos.
El enfoque de la presente revisión se centra en aquellos trabajos que significaron
avances en el método, ya sea por la validación efectuada al contrastar el resultado
(consumo de materia seca) con otros métodos, o demostrar la repetibilidad o fiabilidad
en la observación, mejorar la descripción y muestreo de las categorías de bocados o
definir el manejo necesario para la habituación de los animales, crucial para evitar que el
observador afecte el consumo. También se incluyen trabajos que ejemplifican su utilización
en disciplinas como la etología, nutrición y parasitología, así como las fortalezas y limitantes
de este método.
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Etapas para la implementación del método de observación directa de las
categorías de bocados
Conocer las especies de plantas presentes en el área de pastoreo que es objeto de
estudio
Para esto se deben colectar especímenes de plantas con sus tallos, hojas, flores y frutos.
Estas colectas sirven para la identificación botánica precisa de la planta efectuado en
algún laboratorio. Para ello se debe tomar una muestra de la planta prensada, secada y
etiquetada para su identificación, registro y almacenamiento (voucher) en un herbario
certificado. Es importante identificar incluso aquellas especies de plantas que son presu-
miblemente no comestibles, ya que como reportado por Torres-Fajardo et al. (2022) los
rumiantes habituados al pastoreo de agostaderos o vegetación nativa, pueden consumir
cantidades limitadas de plantas consideradas a priori como no comestibles pues poseen
habilidades y capacidades de pastoreo diferentes de los animales alimentados exclusiva-
mente con gramíneas.
Identificar las categorías de bocados a las cuales se les asignan códigos de bocados
Un bocado es la parte de la planta que es desprendida e ingerida por el animal. Como
parte del método, estos se estratifican en categorías según la forma y tamaño de la sección
(hoja, rama, fruto, flor) de la planta que es desprendida, asignándosele un código que
identifica a dicha categoría de bocado. Existen varias tablas de categorías: para ovejas
(Agreil y Meuret, 2014), cabras (González-Pech et al., 2014; 2015) y bovinos (Bonnet
et al., 2015) en varios tipos de vegetación. La tabla de categorías de bocados adapta-
da a las condiciones de la selva baja caducifolia del sureste de México fue diseñada por
González-Pech et al. (2014), con ella se permite identificar cualquier bocado en más
de 80 especies de plantas e incluye códigos para categorías efectuados por el animal en
especies de plantas de hoja bipinada, por ejemplo la Leucaena leucocephala (figura 1),
donde cada código o acrónimo indica la forma de la parte de la planta que es removida
por el animal, la vocal con la que termina el código indica el tamaño en centímetros. Así
por ejemplo obi significa un bocado conformado por hoja redonda o redondeada de 6 de
10 cm, obo un bocado de hoja redonda o redondeada con un tamaño de 11 a 15 cm y
así sucesivamente. El código roba a robus indican bocados conformados por hoja redonda
o redondeada que incluyen ramas. Los códigos ra a rus bocados para enredaderas, los
códigos hua a hus bocados efectuados en plantas de hoja bipinada, y los códigos la a lus,
bocados efectuados en gramíneas.
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Figura 1
Categorías de bocados descrita en González-Pech et al. (2014)
Los códigos para cada categoría se indica arriba de los íconos, el largo del material removido está en cen-
tímetros. De izquierda a derecha las columnas indican la parte y forma que es separada de la planta por el
animal al efectuar el bocado: 1ª columna: hojas redondas o redondeadas; 2ª columna: hojas redondas u hojas
redondas, pero incluyendo parte de la rama; 3ª columna: hojas y liana de enredaderas; 4ª columna: hojas
y ramas de especies de plantas de hoja bipinnada (con o sin espinas); 5ª columna: hojas de gramíneas. Se
incluyen tres códigos que indican el consumo de flores (flo) frutos (fru) y vainas en el suelo (vaisol).
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La versatilidad de dicha tabla de categorías de bocados se empleó con éxito en
áreas similares como la vegetación de nativa del nordeste brasileño (Barros-Brito et al.,
2021) y el matorral tipo espinoso tamaulipeco (Vázquez-Martínez et al., 2023), en el
último caso se añadieron categorías exclusivas para las cactáceas. Como ejemplifica el
caso tamaulipeco, las perspectivas del empleo de la tabla de categorías de bocados en
agostaderos o vegetaciones diferentes a las ya mencionadas son positivas.
Habituar o familiarizar a los animales a la presencia de los observadores
Es importante que los animales observados no respondan huyendo o mostrando interés
por la presencia de los observadores durante el pastoreo (Agreil y Meuret, 2004). Si
bien este paso requiere invertir tiempo, el protocolo de habituación (González-Pech et
al., 2018a) permite lograr que el observador sea aceptado por el rebaño sin modificar
ni interferir con la conducta de pastoreo. Ello se logra mediante la exposición gradual
y creciente del estímulo que representa la presencia y acercamiento del observador sin
ocasionar repercusiones negativas ni positivas en los animales. La frecuencia con que
los animales reducen las conductas de huida o seguimiento se toma como indicador del
avance de la habituación, se considera superada esta etapa cuando el observador puede
aproximarse y seguir al animal a una distancia de un metro sin que el animal interrumpa
o modifique su conducta de pastoreo (González-Pech et al., 2018a).
Observar al animal durante el pastoreo
El observador dicta en tiempo real (en grabadoras de audio) las especies de planta y
los códigos correspondientes a las categorías de bocados efectuados por el animal. El
empleo del dictado permite al observador mantener la atención en la observación del
animal (figura 2), ya que no es necesario apartar la vista como sería el caso para realizar
un registro escrito.
Capturar en una base de datos las especies de plantas y los códigos de categorías
de bocados
Todos los datos de los audios grabados durante el pastoreo deben verterse cuidadosamente
en hojas de cálculo, como por ejemplo en Excel, o bien se puede utilizar algún software
especializado en cronología de la conducta como EthoLog (Ottoni, 1997), que permite
capturar los códigos de las categorías de bocados y registra los segundos que transcurren
entre bocados. Sería posible automatizar dicha labor con las tecnologías de reconocimien-
to de voz, como reporta Krishnaraj et al. (2010) en el caso de médicos radiólogos que
dictan los hallazgos a un programa de computadora que genera el reporte escrito. Sin
embargo, dicha tecnología no está disponible en muchos paises, además que una cuida-
dosa verificación de la captura es necesaria.
Determinar los pesos de cada categoría de bocado
Para ello se muestrean las categorías de bocado en las especies de plantas consumidas, con
la técnica de pinza manual o hand-plucking (Wallis de Vries, 1995). Con esta técnica,
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el operario manipula la vegetación para simular y cortar las partes de las plantas que ya
fueron identificadas como categorías de bocados, hechos por el animal en pastoreo. Cada
muestra incluye varias repeticiones que permiten obtener un peso promedio (en fresco y
en seco), por cada categoría de bocado y especie (Bonnet et al., 2011). Las muestras
también pueden ser empleadas para determinar en el laboratorio la composición química
y el contenido de compuestos secundarios si fueran de interés.
Integrar la información para cada animal
Como paso final se utiliza el número de todas y cada una de las categorías de los boca-
dos consumidos, con sus respectivos pesos, y con ello se calcula el consumo voluntario
(base fresca o base seca).
Figura 2
Dos ejemplos de observación directa de las categorías de bocados implementados en
cabras en pastoreo de selva baja caducifolia
Fotografías: Pedro Geraldo González-Pech.
Número mínimo de animales a observar
Como es un método de investigación, el número de animales que es necesario observar
dependerá de los objetivos de cada estudio. En ovejas, en pastos de clima templado, al
evaluar el efecto del tamaño del grupo o la abundancia de los pastos sobre el consumo
(Penning et al., 1993; Parsons et al., 1994) se utiliza al animal como la unidad experi-
mental y menor número de repeticiones. Por ejemplo, Parsons et al. (1994) consideran
los tratamientos de ovejas lactantes versus ovejas no lactantes, y en cada tratamiento un
animal con cuatro repeticiones (animales). Sin embargo, en la vegetación heterogénea,
cada animal dispone de gran diversidad de plantas para consumir (González-Pech et al.,
2014; Ventura-Corderto et al., 2019) y el patrón de selección no es afectado por el gru-
po (social), por lo que es más factible utilizar al individuo (no el grupo) como la unidad
experimental, así como un menor número de repeticiones.
Por ejemplo, en un solo metro lineal de selva baja caducifolia, un pequeño rumiante
puede encontrar gran diversidad de especies de plantas con variedad de formas de vida
como enredaderas, arbustos, pastos, herbáceas dicotiledonas, corteza de árboles, hojas secas
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y vainas en el suelo. En este caso, la oferta que se presenta a cada animal, es similarmente
diversa pero no igual, por lo que la decisión de cosecha es propia de cada individuo.
En condiciones de vegetación heterogénea, algunos estudios no cuantitativos (sin
peso del bocado) sobre preferencia o selección evaluando el tiempo dedicado al pastoreo
o la proporción de bocados efectuados en las especies de plantas, han utilizado dos
individuos de la misma especie como unidad experimental (Animut et al., 2005; El Aich
et al., 2007; Egea et al., 2014). En estudios cuantitavos es menos común usar sólo dos
animales, pero sí existen algunos reportes, como los de Yiakoulaki y Papanastis (2009) y
de Chen et al. (2013). En vegetación heterogénea, con al menos tres o cuatro animales,
es posible asociar el promedio del consumo de tres a cuatro animales a alguna variable
considerada el tratamiento. Por ejemplo: González-Pech et al. (2015) estudiaron el efecto
de la especia animal (ovejas versus cabras) en el consumo en la selva baja caducifolia
mediante la observación directa de tres ovejas y tres cabras dentro de un rebaño mixto
(70 cabras y 30 ovejas).
En dicho estudio hallaron que a pesar de que ambas especies consumen especies de
plantas similares, las ovejas consumieron categorías de bocados de menor tamaño y peso (g
de materia seca) que las cabras. También encontraron que el consumo de los animales no
está auto-correlacionado en el tiempo; es decir, cada observación efectuada, por ejemplo con
dos semanas de diferencia, puede considerarse independiente. Lo anterior es importante
porque con este método usando tres cabras dentro de un rebaño de aproximadamente
100 animales ha sido posible mostrar que el consumo no está limitado por la biomasa
disponible, y que los animales ajustan la selección de las especies de plantas según la
abundancia específica de cada sitio de pastoreo (Ventura-Cordero et al., 2018a).
Por lo tanto, para implementar la observación visual de las categorías de bocados en
un ambiente heterogéneo, se recomienda considerar al individuo como la unidad muestral
o unidad de observación y utilizar tres a cuatro animales por tratamiento. Por supuesto
que una muestra de mayor tamaño tendrá un valor estadístico más sólido.
Validaciones del método
Una de las primeras validaciones fue realizada en Francia por Meuret et al. (1985) al
comparar los resultados de este método con los obtenidos mediante la técnica de mar-
cador externo (óxido de cromo). En tal validación se utilizaron cabras lactantes de raza
Alpina pastoreando agostaderos de Francia con presencia de especies leñosas arbustivas,
y se obtuvieron consumos de 2.61 kg MS/animal/día con la observación directa y 2.16
kg MS/animal/día con el marcador, en ambos casos para cabras de aproximadamente 60
kg PV. Otras validaciones conciernen al muestreo de los bocados en la vegetación. Por
otro lado, en Holanda, Wallis de Vries (1995) revisó al menos tres trabajos efectuados
entre 1960 y 1974, y a su vez efectuó una segunda validación al refinar la técnica de
muestreos simulados (hand-plucking) calibrando las categorías que el observador mues-
treó en la vegetación, mediante comparación con los bocados efectuados por novillas, pero
recuperados mediante fístulas esofágicas. El tamaño de bocado resultó estrechamente
correlacionado (R2 de 77 a 80%) entre ambos métodos. Además, la estimación de la
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calidad nutricional (contenido de nitrógeno y digestibilidad) de las partes de las plantas
colectadas con el muestreo hand-plucking, no mostró sesgos significativos comparado con
la fistula esofágica. Tal calibración puede considerarse la primera evolución o mejoría del
método, ya que contribuyó a la aceptación de la metodología al demostrar que la simula-
ción manual efectuada por humanos en la cosecha de las partes de las plantas definidas
como bocados son estadísticamente similares en tamaño y calidad a los recuperados del
esófago de los animales.
Posteriormente, Agreil y Meuret (2004) describen a detalle la categorización de
bocados según su tamaño y forma, proponiendo una tabla con códigos para cada categoría
de bocados para la vegetación heterogénea de Francia. Con dicha tabla implementaron
la observación directa comparando el consumo de ovejas no gestantes con la de cabras
lactantes. Sus resultados fueron coherentes conforme a lo esperado, un consumo similar
entre las ovejas no gestantes (75.1 gMS/ kg PV0.75) pero mayor en cabras lactantes
(125.8 gMS/ kg PV0.75). Se debe resaltar que la tabla de categorías de bocados aumentó
la precisión en el consumo estimado. El trabajo de estos autores puede considerarse otra
mejora o evolución del método al estratificar de manera más detallada la forma en que se
clasifican los bocados de acuerdo a su tamaño y forma, además de otorgarles un código
específico; también es de los primeros trabajos en observar a un mismo animal de manera
continua durante todo el horario de pastoreo, por lo que pusieron énfasis en la habituación
o familiarización de los animales a observar.
Estos autores demostraron que con este método la conducta de los animales observados
fue similar a la del resto del rebaño, lo cual soporta la validez y extrapolación de los
resultados del consumo voluntario, contribuyendo a generar consenso sobre la validez
de los resultados entre los investigadores no habituados a los métodos utilizados en los
estudios de conducta animal.
Aún con el avance en la metodología implementada por Agreil y Meuret (2004),
algunos trabajos aún cuestionaban si las categorías de bocados observados y muestreados
por varios observadores pudieran dar lugar a variaciones en los consumos estimados. Tal
cuestión quedó resuelta por Bonnet et al. (2011) quienes estudiaron a profundidad la
repetibilidad y precisión del consumo estimado entre varios observadores. Estos autores
utilizaron novillos en pastoreo de la Pampa nativa del sur de Brasil. Entre sus resultados
s sobresalientes figuran: i) mínimo sesgo en la estimación del peso del bocado con
la técnica de hand-plucking cuando la simulación se efectúa por varias personas, ii) la
exactitud de la estimación del consumo de materia seca entre observadores fue de 95%, iii)
la identidad del observador y de la especie animal no afectan la precisión de la estimación
del consumo. Por otra parte, las categorías de bocados son susceptibles de ser agrupadas
de acuerdo a la forma de las plantas, dicha variación metodológica (González-Pech et
al., 2018b) dependerá de las necesidades específicas de cada investigación o trabajo.
Más recientemente, otra mejora en la metodología concierne al proceso de habituación
de los animales a observar. El manejo, así como la exposición gradual y creciente de los
observadores a los animales, para que puedan ser observados de manera continua durante
el pastoreo sin afectar su conducta habitual de consumo fue protocolizado (González-Pech
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et al., 2108a). Con dicho protocolo, los investigadores no familiarizados con los trabajos
de conducta cuentan con una guía para interactuar con el animal sin estresarlo y asegurar
con datos medidos cuantitativamente que el animal está respondiendo positivamente a
la habituación. Una habituación correcta de los animales es crucial, pues asegura que la
estimación del consumo no estará sesgada por efecto del observador.
Ventajas o fortalezas del método
Con el método de observación directa, además de medir el consumo, es posible obtener
con detalle considerable información sobre la cantidad y la calidad de cada parte de cada
especie de planta consumida, que es obtenida por el rumiante para conformar su ración
diaria y considera la diversidad de la ración que los propios animales se proveen durante
el pastoreo. Esto podría ayudar a identificar los factores que motivan al animal a ingerir
dicha ración. A continuación, se enlistan, de manera breve, algunas fortalezas del método.
Comparación metodológica
Comparado con otros métodos como los marcadores (externos o internos), la citología
vegetal, las fístulas esofágicas, el registro del sonido de los mordiscos o la inspección del
contenido ruminal, su costo es menor. Esto es así porque el método de observación di-
recta no requiere de equipo o insumos de laboratorio costosos para su implementación.
Básicamente, se necesitan prensas para colectar muestras botánicas, grabadoras digitales
de voz para que los observadores dicten en tiempo real las categorías de bocados que
los animales ejecutan durante el pastoreo, bolsas de papel y cuchillos para muestrear las
categorías de bocados con la técnica de hand-plucking, báscula analítica para pesar las
partes de plantas con pesos entre 0.001 a 10 gramos, computadora personal con hoja
de cálculo básica.
Es respetuoso del bienestar animal
Algunas metodologías imponen diferentes grados de incomodidad o dolor para su im-
plementación (fístula esofágica, ruminal, arneses, entre otras). Con la observación direc-
ta no se tocan a los animales. La tabla de categorías de bocados posibilita identificar y
contabilizar cada bocado de manera visual sin necesidad de traumatizar al animal para
estimar el tamaño y peso del bocado. No se necesita efectuar inyecciones ni cirugías, ni
se afecta la integridad física o mental del animal. Tampoco la presencia de quien observa
durante el pastoreo produce incomodidad (discomfort) en los animales, ya que se aplica
una etapa de habituación entre animal(es) y quien lo observa. El procedimiento de habi-
tuación no implica ningún acto doloroso. Las maniobras a utilizar siempre dependerán
de la respuesta del animal frente al estímulo, en este caso la presencia, voz y movimiento
del observador u observadora, así como la distancia observador(a)-animal durante el
pastoreo o dentro del corral (González-Pech et al., 2018a).
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La conducta no se modifica por efecto de ser observado
Una preocupación importante en los estudios de comportamiento es no modificar la con-
ducta habitual del animal. Esta premisa puede comprometerse debido a la manipulación
constante que requieren algunas metodologías (por ejemplo: cánulas esofágicas). La ob-
servación directa se limita a la apreciación de los bocados y los patrones conductuales de
los rumiantes durante el pastoreo. Por ello es obligatorio incluir en su implementación un
período de acostumbramiento o habituación para asegurar que la rutina del animal no se
afecta, y que el observador no influenciará el consumo y selectividad durante el pastoreo.
Lo anterior es posible confirmarlo mediante el registro de las conductas generales (pas-
toreo, desplazamiento, interacción social, descanso, rumia) de los animales observados y
las conductas del resto del rebaño. Agreil y Meuret (2004) reportan alta correlación de
0.72 a 0.89 (R2) entre ambos patrones de conducta, lo que sugiere que los observadores
no afectan la conducta de los animales.
Uso en un amplio rango de ecosistemas y especies de rumiantes
Con la observación directa, las categorías de bocados permiten registrar el consumo de
cualquier tipo de planta independientemente del ecosistema heterogéneo. Esta flexibili-
dad del método ha permitido, con más o menos adaptaciones, su utilización en bovinos
en agostaderos dominados por gramíneas nativas y arbustivas del noreste de Colorado,
Estados Unidos (Reppert, 1960); en cabras del semiárido hindú con dominancia de
pastos nativos y arbustivas espinosas (Solanki, 1994); en cabras en el semiárido tipo ma-
torral espinoso tamaulipeco (México) (Vázquez-Martínez et al., 2023) y en vegetación
nativa del noreste brasileño (Barros-Brito et al., 2021); en ovejas pastoreando de agos-
taderos arbustivos en los Pirineos franceses (Pontes et al., 2010); en ovejas en bosque
mediterráneo (pinos, arbustivas y pasto nativo) en la región Drôme de Francia (Agreil y
Meuret, 2004); también en bosque mediterráneo pero del sureste de Marruecos en cabras
(Chebli et al., 2020) o en bosque de pinos en el suroeste de España también con cabras
(Mancilla-Leyton et al., 2012). En el trópico de México ha sido utilizado en el trópico
subhúmedo (Yucatán) en ovejas (Jaimez-Rodríguez et al., 2019) y cabras (Novelo-Chi
et al., 2019; Ventura-Cordero et al., 2019).
Es cuantitativo y detallado
Al analizar la información adicionando a cada categoría de bocado su respectivo peso,
se obtiene el consumo voluntario cuantitativo, es decir, los gramos de materia seca con-
sumidos por el animal; pero también es posible identificar los gramos en que contribuye
a la dieta cada especie de planta, cada parte de la planta (hojas, ramas, flores, frutos,
vainas) y cada tipo de categoría de bocado. En consecuencia, el método aporta alto nivel
de detalle en la cuantificación (g MS) de la diversidad de la dieta del rumiante, lo que es
difícil de conseguir con algún otro método. La información que se obtiene es similar a la
de una receta de cocina en donde se especifica cuántos gramos de cada ingrediente con-
forman el platillo, incluyendo los ingredientes con las cantidades más grandes, así como
aquellos que sólo representan cantidades pequeñas tipo pizcas. Es igualmente relevante
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señalar como fortaleza del método que revela fielmente la expresión de la libre elección
del animal y la diversidad de su dieta.
Permite comparar el consumo en estaciones del año o en toda la temporada de
pastoreo
A lo largo del año, las variaciones climáticas estacionales acarrean fluctuaciones tanto
en la biomasa como en la estructura de la cobertura vegetal y de la relación hoja: tallo.
Además, el contenido nutrimental y químico de las plantas también presenta oscilaciones
(Foroughbakhch et al., 2013, Mandujano et al., 2019). Todo esto puede influir en el
consumo de los animales. Por ejemplo, en la selva baja caducifolia, el total de especies de
plantas que conforman el 90% del consumo cambia de siete especies en secas (González-
Pech et al., 2015) a 15 especies en lluvias (Ventura-Cordero et al., 2019). El método
permite tomar en cuenta las variaciones en la preferencia debidas al estado fenológico de
las plantas y la estacionalidad del año de cualquier medio heterogéneo (Agreil y Meuret,
2004; González-Pech et al., 2014), así como también la altura con respecto al suelo en
que el animal toma el bocado, por ejemplo el reporte de Jaimez-Rodríguez et al. (2019)
donde observaron en corderos un menor consumo de materia seca proveniente de bo-
cados efectuados en el estrato bajo (<25 cm) comparado con cabritos. La variedad de
factores que afectan el consumo que son posibles de abordar con la observación visual de
las categorías de bocados se debe a que además de las especies de plantas, considera la
arquitectura y estructura de éstas y de las partes de las plantas removidas por el animal.
Considera la capacidad de los animales a seleccionar especies según sus hábitos
alimenticios
Un buen ejemplo es el trabajo de Animut y Goetsch (2008) quienes revisan trabajos
de copastoreo de cabras y ovejas, ambos rumiantes intermediarios, pero con hábitos de
selección diferentes, entre los cuales la observación directa de las categorías de bocados
aporta información valiosa sobre la cantidad ingerida de gramíneas y arbustivas. Estos
autores concluyen que el copastoreo de ambas especies en el mismo espacio puede servir
para aumentar la producción animal por superficie, puesto que ovejas y cabras seleccionan
especies de plantas y partes de plantas diferentes, dicha ventaja sería mayor en vegetación
con gran diversidad, donde el traslape de especies y partes de plantas consumidas es me-
nor. Aun cuando el traslape en el número de especies de plantas consumidas puede ser
elevado (90% o más) como en la selva baja caducifolia donde ovejas de raza Pelibuey y
cabras de raza Criolla pastorean juntas, las diferencias cuantitativas por el mayor consu-
mo de pasto y menor consumo de arbustivas de las ovejas resultan en su menor ingesta
de proteína y taninos condensados (Ventura-Cordero et al. 2019).
Posibilita identificar recursos claves y no convencionales para la alimentación
animal
En vegetación heterogénea, además del follaje (hojas), otras estructuras como frutos, vai-
nas, flores, e inclusive la hojarasca que recubre los suelos de los bosques y selvas y frutos
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caídos al suelo también son consumidas; por ejemplo, Hernández et al. (2013) descri-
ben en cabras la ingestión de hojas, flores y frutos inmaduros, seguido de las vainas (más
de 200 bocados). Los ovinos, por su parte, también consumen frutos y vainas caídos al
suelo (González-Pech et al., 2015). El método de observación directa permite analizar
la relevancia de cada estructura o planta para el consumo diario del rebaño. Por ejemplo,
durante la época de sequía, las vainas de Vachellia pennatula aportan casi el 50% de la
ingesta total de las ovejas que pastorean en la selva baja caducifolia, por lo que en dicho
ecosistema es un recurso clave para la alimentación de los ovinos.
También, con este método es posible identificar la automedicación o zoofarmacognosia,
fenómeno reportado consistentemente en rumiantes que pueden expresar su conducta
de selección (Hutchings et al., 2003, Gaudin et al., 2019). En dicho fenómeno, el
animal mediante su conducta de ingestión incluye elementos que contribuyen a recuperar
(automedicación curativa) o mantener (automedicación preventiva) su homeostasis (Amit
et al., 2013; Villalba et al., 2014; 2016); por ejemplo, Novelo-Chí et al. (2019) utilizó el
método de observación de las categorías de bocados, en cabras criollas sanas (sin anemia)
pero con infección moderada de 500 huevos por gramo de heces (HPG) de nemátodos
gastrointestinales al inicio de la época de lluvias. Tras cuatro meses de seguimiento
se encontró que las cabras consumieron hasta 30.8 g de taninos condensados (TC)
provenientes de varias plantas como Gymnopodium floribundum, Leucaena leucocephala,
Mimosa bahamensis, Neomillspaughia emarginata. Aunque no se encontró supresión total
de la infección por efecto del consumo de taninos, el nivel de la infección al final de los
cuatros meses fue de 300 HPG, por lo que se consideró que el consumo de TC contribuyó
a mantener controlada la infección, es decir, expresaron automedicación preventiva.
Permite identificar nutrimentos necesarios para ser suplementados
Con la observación directa es posible identificar que tanto cabras como ovejas en pasto-
reo (4 horas/día) de selva baja caducifolia no cubren su requerimiento de materia seca,
lo que acontece tanto en época de seca (González-Pech et al., 2015) como en lluvias
(Ventura-Cordero et al., 2019). Pero aún más importante, en ambas épocas el consumo
resulta en un exceso de proteína de hasta 140% del requerimiento y un déficit en energía
asociado a la gran cantidad de especies con alto contenido de proteína presentes en este
ecosistema. Por lo tanto, en tal ecosistema es indispensable ofrecer en ambas épocas (seca
y lluviosa) un suplemento energético (no proteico). La suplementación de naturaleza
energética de ovinos y caprinos ramoneando la selva baja caducifolia de México tiene un
efecto positivo en la nutrición y salud de pequeños rumiantes (Retama-Flores et al., 2012;
Gárate-Gallardo et al., 2015). Con la suplementación energética, los ovinos y caprinos
podrían aprovechar mejor las plantas con contenidos de proteína cruda entre 10 a 30%
(González-Pech et al., 2015) y taninos condensados de hasta 37.5% (Ventura-Cordero
et al., 2019) presentes en la selva baja caducifolia. Ello debido a que cabras y ovejas ha-
bituadas al pastoreo de vegetación diversa tienen la capacidad de consumir plantas con
contenido de taninos condensados que contribuyen a secuestrar proteína del rumen, lo
que sería útil en casos de exceso de consumo de proteína; además, la diversidad de la ra-
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ción ingerida evita saturar las vías de detoxificación de compuestos secundarios presentes
en especies de plantas arbustivas (Villalba et al., 2014; 2016), también la presencia de
proteínas bloqueadoras de taninos en la saliva permiten evitar un exceso de dichos com-
puestos (Ventura-Cordero et al. 2017).
Desventajas o limitantes del método
La observación visual de las categorías de bocados es un método de investigación que
permite estimar el consumo de rumiantes en pastoreo de agostaderos. Al abordar sus
limitantes, es preciso considerar que el método no fue desarrollado como herramienta
para un uso diferente a la misma. Se trata de un conjunto de técnicas (categorización de
los bocados con las tablas, muestreo del peso del bocado con la técnica del pinzamiento
manual o hand plucking, habituación de los animales a los observadores u observadoras,
observación de las categorías de bocados consumidos por el animal durante el pastoreo/
ramoneo) que en su conjunto conforman la metodología. Dicho conjunto permite obtener
el consumo (gMS) voluntario y cuantos gMS obtiene el animal de cada especie de planta
y de cuáles partes de las plantas; sin embargo, su implementación para cualquier grupo
de investigación plantea algunas limitantes, descritas a continuación.
Es un método interdisciplinario
Para implementar esta metodología, quien investiga deberá familiarizarse principalmen-
te con conocimientos de botánica, ecología, nutrición y etología, disciplinas que en los
programas de posgrado (maestría o doctorado) por la misma naturaleza de los estudios
superiores se imparten de manera especializada, como disciplinas separadas. Por lo tan-
to, para su implementación requiere de la colaboración de personas expertas en dichas
disciplinas, pero con habilidad para trabajar en equipos interdisciplinarios.
Es un método laborioso
La cantidad de tiempo invertido en la implementación es considerable y variable. Algu-
nas etapas como la identificación y aprendizaje de las especies de plantas dependerán
del conocimiento previo que se tenga del tipo de vegetación a utilizar. El muestreo para
estimar los pesos de las categorías de bocados en las especies de plantas identificadas
como consumidas también es laborioso, pues requiere acudir al sitio de estudio, colectar y
pesar en fresco las muestras simuladas, secar en estufa y pesar de nuevo para determinar
los gMS de las categorías de bocado para cada especie de planta consumida. El proce-
so de habituación depende de los animales y puede variar, por ejemplo, según Agreil y
Meuret (2004) de cinco a 45 días. También existe la posibilidad que algunos rebaños o
animales no logren habituarse.
La observación continua de las categorías de bocados efectuados por un rumiante
es una actividad físicamente demandante
Por ejemplo, una oveja y una cabra pueden efectuar una media de 2 854 y 3 634 bocados
(González-Pech et al. 2015) durante cuatro horas de pastoreo en la selva baja caducifolia
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al recorrer de 8 a 12 kilómetros en su circuito de pastoreo. Ello implica que el observa-
dor permaneció a menos de un metro de distancia observando y dictando las especies de
plantas y sus respectivas categorías de plantas en cada bocado efectuado por el animal
durante el recorrido de pastoreo. Dicha actividad de observación, efectuada bajo condi-
ciones tropicales o de clima templado, puede ser extenuante y limita que la metodología
sea utilizada con mayor frecuencia en las investigaciones.
Se requiere al menos un observador por cada tres animales en el estudio
Esta es una estrategia para observar mayor número de animales con el menor número
de observadores. Consiste en que la misma persona observa a tres animales durante tres
as consecutivos, pero cada animal en un turno diferente cada día, las observaciones
permitirán contar con el equivalente al consumo voluntario de un día de pastoreo para
cada animal (Ventura-Cordero et al., 2019). Sin embargo, en un experimento hipotético
con seis tratamientos donde se requiriesen 24 animales (seis grupos experimentales de
cuatro animales), se necesitaría de ocho personas capacitadas observando; por lo tanto,
la cantidad requerida para implementar el método puede ser una limitante.
Es un método poco conocido y pocos centros de investigación o universidades
pueden ofrecer capacitación sobre dicha metodología
Es poco conocida, ya que en general la cantidad de investigación y trabajos publicados
sobre los recursos forrajeros para rumiantes en agostaderos es mínima si se compara con
la investigación efectuada sobre alimentos agro-industriales y praderas de gramíneas
homogéneas. Por lo tanto, si bien los protocolos y la información publicada disponible
son buenas, la implementación práctica requiere de capacitación en la identificación de
las categorías de bocados, la técnica de muestreo de simulación de los bocados (hand-
plucking) y la habituación de los animales. Hasta donde tienen conocimiento las autoras
y autores del presente trabajo, no existe ningún grupo científico o de investigación que
ofrezca capacitación de esta metodología o técnicas afines con fines prácticos, sólo rela-
cionados a la investigación.
Conclusión
El método de observación directa de las categorías de bocados es un conjunto de técnicas
que son validadas y refinadas durante más de 50 años de investigación. Implementado
con sus debidas precauciones, el método permite estudiar el consumo de rumiantes en
pastoreo en gran diversidad de ecosistemas con vegetación heterogénea de manera con-
fiable y con gran cantidad de detalle en los resultados obtenidos. Puede considerarse un
método vigente pero laborioso en su implementación, aplicable si se dispone del recurso
humano capacitado.
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Conflicto de interés
Quienes firman la autoría, declaran no tener conflicto de interés en la investigación aquí
descrita.
Financiación
La presente investigación fue financiada en parte por el Consejo Nacional de Humani-
dades Ciencia y Tecnología (CONAHCYT) de México, No. Ref. 1195234.
Contribuciones de las y los autores
Y.E.V.M. escribió el borrador original y recopiló información bibliográfica, C.C.Z.C.
procuró la financiación y administración del proyecto, R.Á.C. efectuó búsquedas bi-
bliográficas, escribió parte del borrador original, J.F. de J.T.A. procuró la financiación
y administración del proyecto, C.A.S.C. procuró la financiación y administración del
proyecto, P.G.G.P. escribió parte del borrador original y revisión de literatura. El total de
participantes revisaron, aportaron argumentos y editaron el manuscrito; así como también
han leído y acordado la versión del manuscrito a ser publicado.
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